Partida Rol por web

Harkor parece sorprendido

- ¿De veras? ¿Donde? .- Automáticamente, espolea a su montura para acercarse a la de Falke

Pues yo no veo nada. De hecho por un momento he visto tan poco con mi ojo bueno como por el del parche.

Ya estoy harto de estos juegos. Yo me hice clerigo para sanar enfermos y heridos. Y esta mision que nos han encomendado sin ninguna informacion ni ayuda y en la que no sabemos que es sueño y que es real...ni a quien debemos ayudar no merece la pena.

¿Uh...? Ehm... Sí, sí, más adelante. ¿En serio no lo veis? Seguidme.

Con el agua al cuello, para salir de su mentirijilla se reafirmó en ella. Abandonó el camino con el caballo, con una dirección no muy bien definida, y buscó un árbol de copa frondosa.

Ah, no... me equivoqué...-dice señalando al árbol-Eran las sombras de las hojas, que casi me daban a entender que había un cuerpo en las ramas. Aprovecharé para mostrarle cómo colgaban los cuerpos...

Fälkeborg desmonta del caballo y trata de subir a ese mismo árbol al que hace referencia. Le daba repelús pensar en ello, pero tal vez chocase con un cadáver que ahora no podía ver. Sería la primera prueba física de que lo que vieron fue real.

Parche comienza a echar un vistazo por el suelo en busca de huellas o indicios de lo que habian visto la noche anterior. Quizas aun podian encontrar un cartel de madera o algo para no caer en la locura.

Falke queda paralizado de puro terror. No cae del árbol, pues sus nudillos se tornan blancos de la presión con la que de repente se ha agarrado a una rama y la sangre se agolpa en sus sienes. La mirada la tiene puesta fija en la palabra, grabada a fuego sobre el tronco del árbol.

Al ver la reacción de Fälke corro hacía el

Que has visto?

digo desde abajo de el, intentando atajarlo si se cae

Amh... Ah... ngggg...

Demasiado agarrotado. Eso le da tiempo para no gritar. Para cuando Fälkeborg consigue aflojar su mandíbula para dejar salir las palabras, simplemente ya no le queda demasiado aire para hacer vibrar sus cuerdas vocales.

Cierra sus ojos y gira la cabeza para alejar la vista del árbol. Al cabo de una eternidad subido al árbol, sus brazos se cansan de soportar su propio peso y cae tontamente a la hierba. En el suelo llora... y se abraza como si fuera un niño en la barriga de su madre.

Nfffff... y... snif, snif...

Harkor no se inmuta ante la reacción del semielfo. En su rostro hay una expresión casi burlona, aunque muy mal disimulada, pretende aparentar preocupación. Se baja del caballo y se acuclilla al lado de Falke, ayudandolo a incorporarse. No sabeis si deliberadamente o no, traviesa su cuerpo entre los dos enanos y Falke. Parece un detalle fortuito, o tal vez no...

O tal vez no....

En esta vida nada ocurre por casualidad.

- No, no hay magia, yo me encargo de ello, no quitaré el impuesto. Y seguiré siendo el mandamás de esta tierra. El pueblo me obedece ciegamente, tengo el control, nada podeis hacer. ¿Quieres un consejo? No escuches a Alice, ella es la razón por la que el mal se obceca en este lugar. Gracias a la antimagia, Alice no puede obrar, de no ser por mi, esta aldea habría ardido hace años. No soy vuestro enemigo...

Harkor realiza un trazado rúnico de un leve resplandor rojizo sobre tu frente. Notas como el miedo mitiga. Donde antes había un cachorro sollozante buscando su madre, ahora la bestia ruge con furia, el fuego que alimenta la pasión ilumina tu mente y tu corazón una vez más. 

Parche se lanza contra el para intentar tirarle al suelo. Esto ya es demasiado. No va a permitir que jueguen con ellos ni se rian delante de sus narices.

A la derecha de la cadera de Harkor, el semielfo ve a Parche aproximarse.

¡PARCHE, NO!-dice saliendo de su estado de shock tan rápido como entró.

Tumbado en el suelo como está, Fälkeborg no puede hacer más para impedir el placaje. Se reincorpora despacio, meditando aún sus opciones.

Me quedo sorprendido ante la reacción de Parche; pero no dudo en ayudar a mi compañero. Tampoco me gusta toda esta situación. Por lo que también me abalanzo sobre Harkor.

Nggg...

Dolorido por las quinientas libras de carne que tiene encima, Fälkeborg trata de salir de debajo para evitar que el peso de sus inconscientes "amigos" termine por asfixiarle.