Partida Rol por web

De nuevo el traqueteo del camino. El carro conducido por el muerto viviente avanza con paso lento y seguro a través del bosque que va a parar a las tierras de Öboroak, donde os espera lo que ya sabeis, un destino no muy claro, aciago y fatal. 

Esta vez el camino va más despejado, no hay muertos de los árboles, no hay sonidos en el bosque, no hay comitiva que salga a recibiros, no hay nada. Y eso es un tanto extraño, esta todo muy en calma, demasiado tal vez. 

No me gusta esta calma. Es como la sensacion antes de una tormenta de que tanta quietud no puede significar nada bueno. Estad alertas.

El pueblo en si parece que este vacio. No es muy habitual, siendo cerca de media tarde y se supone que algo de vida tendría que tener. Desde fuera de la muralla no se escucha nada. Todo está en silencio. 

No seas paranoico, Parche. No hay nada de raro. No tiene sentido que Harkor mantenga sus imágenes falsas si no hay ningún foráneo que engañar.

Viendo las piernas de los enanos, sería mucho esperar que fuesen capaces de trepar al otro lado. Era la hora de que el mestizo se ganase sus monedas. Comenzó por quitarse la malla metálica.

Voy a subir la muralla y pasar al otro lado. Os abriré la puerta desde dentro.

Bajó del carro y se subió al pescante, junto al peculiar cochero muerto viviente.

Puaj.

Tras maniobrar con el carruaje, queda aparcado junto a la muralla. Fälkeborg ha reducido la distancia a trepar, y minimizado la altura de una caída, pero aún así la tarea es difícil.

Tras varios intentos poco exitosos, Falke logra encaramarse a lo alto de la empalizada, pero la vision del otro lado no es muy acogedora. El equilibrio es un poco penoso por lo que tiene que saltar, y no hay nada donde caer salvo el suelo a cuatro metros de distancia. Se cuelga por las manos para minimizar la caida y se va al suelo, rondando al caer. Un poco magullado, se levanta y busca la puerta. Por las calles de Öboroak no se ve a nadie, no se oye ruido dentro de las casas y no hay señales de humo de las chimeneas. La puerta de la empalizada esta cerrada desde dentro también, atrancada con adobe, troncos y cuerdas. Abrir eso va a ser una tarea un tanto complicada. La empalizada parece de muy mala manufactura. Los troncos estan unidos entre si por parapetos de sujección y cuerdas. Quitando algo de eso se pueda tirar algún palo y abrir un hueco en la muralla, que será más fácil que intentar abrir la puerta. Sea quien sea, ha puesto mucho empeño en que nadie entre en la aldea. 

Oh, odio hacerle esto a mi espada.

La manera más rápida de mellar una espada y desgastarla es usándola fuera de combate. Fälkeborg no había tenido una vida de aventurero lo suficientemente larga como para comprobar este rumor, pero en la milicia había veteranos que de vez en cuando lo comentaban.

Dejó caer la espada como si se tratase de un hacha de leña, y las cuerdas se iban rompiendo al contacto contra el filo, pero estaba claro que no era la herramienta adecuada. Los brazos hacían palanca demasiado atrás con respecto a un hacha, y el esfuerzo era mayor. Maldijo a los enanos y a sus piernas cortas por todo el trabajo que le estaban obligando a hacer, eso sí, lo hizo en sus pensamientos. No estaba para malgastar saliva en menudencias.

Arf... arf... Listo, venid-dijo asomando la cabeza por un resquicio-. Traed mi malla. Olvidad los objetos de cartografía, esos dejadlos en el carro.

Aunque una buena excusa, no tenía sentido meter ese material en el pueblo, ya que el trabajo de cartografía se tendría que hacer en campo abierto.

Junto las cosas de Fälke y me meto por el hueco.

Bueno, tenemos que esconder los amuletos lo antes posible. No se que pasó aqui, pero es mejor andar con cuidado

digo mientras agarro los amuletos y le doy uno a cada uno. Y observo todo alrededor por si algo me llama la atención

Lo mejor para esconder los amuletos es aprovechar estos momentos iniciales de sorpresa antes de que nos descubran. Vamos demonos prisa.

Falke no para de mirar a su alrededor mientras entra por el hueco y al llegar al otro lado todavia con mas ahinco. No quiere que le pillen desprevenido por nada del mundo y esta convencido de que esta vez si Harkor les encuentra no va a ser tan acogedor.

La armadura se escurrió por su cuerpo pesadamente. De nuevo volvía a sentir el peso y la seguridad sobre su torso.

Esperad, chicos... Parche, creo que tenías razón. Aquí pasa algo raro. No es normal que cerrasen la puerta con tantas trabas. No tengo muchas esperanzas de que el amuleto tenga tiempo de hacer efecto. Tal vez lo que veníamos a evitar ya se ha cumplido.

Nos dividiremos para esconder los aros, según el plan. Pero, ¿y luego qué? Tal vez tengamos que ir a echar un vistazo a la casa de los Öboroak en lugar de escondernos. Por si ha pasado algo, lo digo. Aunque no me gusta nada la idea... De momento quedamos aquí dentro de media hora. Tenéis ese tiempo para pensar en si nos pagan lo suficiente como para exponernos tanto.

Yo tengo ese tiempo para pensármelo. No sé que voy a hacer.

Nos vemos aquí en media hora y discutimos el siguiente paso

digo escurriéndome como puedo, con el aro entre las manos para esconderlo en algún lado

Vais caminando por el pueblo, entre callejones y demás, pero no veis a nadie por ningun lado. Ningun ruido ni nada. La casa de los öboroak se alza, pero no se ven personas a traves de las ventanas ni nada. Hay un extraño silencio. Y lo curioso es que al momento de separaros, los aros empiezan a emitir un ligerisimo zumbido, pero lo podeis notar al llevarlo en la mano, ya que es una pequeña vibración. No hace mucho ruido, pero vosotros podeis percibirlo claramente. Parche comienza a experimentar algo más aparte de todo eso. 

Se suponia que solo uno de los aros era bueno y los otros copias. Por que zumban los tres?. Separemonos. Pero mantened contacto visual aunque sea lejano.

Bien. Si el aro que está en mis manos vibra, es porque es mágico. Yo tengo el original. No me gustaría confiar el éxito de la misión en otra persona que no fuese yo.

Ahora, a encontrar un sitio dónde esconderlo...

Fälkeborg decidió esconderla en el interior de una de las casas. Para asegurarse de que escogía una de las muchas viviendas deshabitadas, el semielfo buscó una construcción en pésimo estado de conservación. Así también habría menos posibilidades de encontrarse con puertas y ventanas cerradas con llave.

Parche comienza a caminar buscando algún sitio tranquilo y escondido donde dejar el vibrador (toma giro inesperado del guión xD) llega a lo que es la plaza del pueblo, la cual bordea aprovechando las sombras que le ofrecen las viviendas.

Todo esta tranquilo y en calma

Kheros  comienza a caminar buscando algún sitio tranquilo y escondido donde dejar el vibrador (toma giro inesperado del guión xD) llega a lo que es la plaza del pueblo, la cual bordea aprovechando las sombras que le ofrecen las viviendas.

Todo esta tranquilo y en calma

Falke  comienza a caminar buscando algún sitio tranquilo y escondido donde dejar el vibrador (toma giro inesperado del guión xD) llega a lo que es la plaza del pueblo, la cual bordea aprovechando las sombras que le ofrecen las viviendas.

Todo esta tranquilo y en calma

Esto es demasiado raro, no me sienta nada bien...

Comienzo a caminar luego de esconder el amuleto en la plaza.

...Debo alejarme del palacio, tal vez le eche una ojeada al caserio a ver si se ve algo de vida...jaja, vida...

pienso mientras camino hacia las viviendas de la gente de Oböroak

Mientras paseaba por la calle sopesó lo terrible que sería ahora que está solo que entrase en una vivienda que en las paredes hubiesen escrito con sangre la palabra Ver... mú. Suerte de tener un padre alcoholico, pudo alejar rápidamente la palabra que se asomaba en su mente.

Miró por un instante a las caballerizas que había junto a la posada. No era un mal lugar para esconder algo en un pueblo que no tiene visitantes. Desechó la idea. Seguro que Parche o Kheros pensarán lo mismo. Lo mejor es buscar otro sitio...

¡Esa casa de allí, por ejemplo!

Lo primero sería acercarse a la casa. Después se escondería en el exterior y dejaría cinco minutos de gracia con las orejas bien atentas. Si en esos cinco minutos no escuchaba nada, probaría a entrar.