Partida Rol por web

Aún quedaba algo de tiempo, asi que me arriesgué a usar algo de mi poder contra la criatura, apuntando a su corpachón con mi mano y dejando que el poder divino la quemara.

Tras haber conseguido acabar con la primera criatura, la mediana nos avisó de la llegada de una nueva bestia, ante lo cual únicamente pude fue acercarme a la Kendra para que me sanara, agarrar una de las jabalinas y lanzarla con fuerza contra la nueva adversidad.

Tras diversos conjuros y ataques, la mole sombría llegó hasta donde se encontraba el grupo. Haber acabado tempranamente con la otra le habían dado algo de ventaja sobre la segunda, y ahora que estaba a su altura, la habían dejado gravemente debilitada, y ahora que estaba ya cerca, podrían terminar de destruirla. 

Tras arrojar la jabalina, volví a echar mano de la espada para enfrentar a la criatura, que a pesar de estar debilitada, bien podría ser más dura que la anterior. No me quedaba otra que intentar golpearla con todas mis fuerzas.

Cassandra dejó que la criatura la sobrepasase y surgió entonces a su espalda. La mediana, como siempre sin asomo de miedo, encajó dos golpes seguidos con ambas armas, en una secuencia repleta de acción y violencia.

Tras la llegada de la criatura, Galimatías ahuecó sus plumas, por lo que su cuerpo parecía bastante más grande. Sabía que eso no intimidaría a nadie, pero al menos le daba más confianza en si mismo. Alzó sus alas, y con rápidos movimientos, fue en busca del ser que les amenazaba.
 

Kendra dejó que sus compañeros tomaran posiciones, de momento estaría a la espera por si alguno necesitaba una curación rápida.

Finalmente la mole sombría cayó debilitada contra el suelo. Los aventureros habían liquidado a dos bestias temibles, con tan solo unos rasguños. Pero empezaban a estar considerablemente cansados. Habían logrado investigar bastante, y sabían que a varios metros más atrás se hallaba un peligroso dragón. Volver ya no sería una opción, al menos no de momento. Así que lo mejor sería buscar un sitio donde guarecerse. 

Continuaron el camino por donde se dirigían hasta que llegaron a una cueva sin salida, el lugar parecía ser donde residían aquellas dos bestias muertas. Quizá sería un sitio perfecto donde descansar. Cualquier posible peligro que hubiera por la zona, sabría que ese era el lugar de descanso de las criaturas y muy raro sería que alguien los interrumpiese. No podrían dormir tranquilos, habría que montar guardias, pero al menos podrían descansar y recuperar fuerzas y conjuros.

Cuando llegaron hasta el final, pudieron comprobar que aquellas dos bestias se habían hecho con un interesante botín, 2.000 piezas de oro, algunas estatuillas de bronce y un anillo que al usar el conjuro de detectar magia parecía ser mágico.

Kendra se derrumbó en la cueva, exhausta después del combate con las bestias, muchas cosas habían pasado para asimilar, la pérdida de sus compañeros, la falta de un camino de seguir, los peligros constantes...

- Compañeros, se que no estoy en situación de exigir, pero necesito descansar un tiempo para recuperar mi conexión con San Cuberth, os importa cubrir mi turno de guardía? - mientras se quitaba la armadura y empezaba a entonar sus rezos.

Cass sonrio a la sacerdote.

-Por supuesto, querida! Hoy has sido clave para mantener os con vida. Estamos todos agotados y sera mejor descansar bien para poder estar al cien por cien mañana. Me veo venir muchos mas problemas tras despertar.

Creo que lo mejor será que todos descansemos hasta que estemos al total de nuestras energías. Si os parece, haré el primer turno de guardia, y después dormiré las horas que necesito para recuperar mis escasos conjuros.