Partida Rol por web

Después de unos días descansando en Hommlet, recuperándose de las heridas, yendo y viniendo al templo para tratar de vender todo lo posible, al final el nuevo grupo de aventureros decidió tomar el mapa que habían encontrado y dirigirse hacia el lugar que habían descubierto.

El mapa era algo confuso, pero tras esos días estudiéndolo, lograron encontrar la ubicación. Tras varias horas andando, descubrieron que la aldea de Rastor estaba mucho más cerca y que para hacer una alto en el camino estaría bien hospedarse allí y no tener que volver hasta Hommlet.

Tras unas cuantas horas y un largo camino llegaron a lo que parecía ser un sinuoso camino que subía por un gran valle y terminaba en una cueva formada en la ladera de un abrupto desnivel. La cueva era suficientemente grande para que todos cupiern sin problema y su entrada tenía un suelo liso y nivelado que conducía a un par de puertas de madera reforzadas con hierro. Sin duda una interesante construcción en un lugar tan aparentemente natural. Aquella construcción era digna de los mejores arquitectos enanos.

Un enorma picaporte de hierro cuelga de la puerta de la izquierda y una calavera está clavada en la de la derecha. Lo que sin duda indicaba que ya no eran precisamente enanos los que habitarían ese lugar.

Tisha no estaba de buen humor. La jóven mediana había salido de Aguas Profundas en busca de aventuras y de objetos curiosos que llevar a la tienda de su padre, pero lo único que había conseguido era perder las valiosas posesiones con la que habían equipado a su pequeña antes del viaje. Tenía que encontrar la forma de recuperar lo perdido y hacerse con algo más. Vió una oportunidad de oro en aquel mapa que Cristal guadaba con celo. Asi que hizo todo lo posible por unirse al grupo de expedición.

Por fín habían decidido ponerse en marcha y eso era un alivio. El grupo no era muy hablador cosa que ella agradecía pues por lo general era un tanto arisca y le costaba parecer amable. No tuvo que esforzarse mucho y el camino se hizo rápido.

Y allí estaban frente unas enormes y tenebrosas puertas. Tisha las miró con curiosidad, estarían abiertas? Tendrían trampas? Lo mejor era echar un vistazo antes de intentar abrirlas.

Cassandra me ayudas?- pidió a la habilidosa mediana que la acompañaba. Dos pares de ojos mejor que uno.

Después de varios días en Hommlet recuperándose de las penurias pasadas el grupo decidió ponerse en movimiento, por suerte Kendra ya había dado su reporte al templo y había conseguido equiparse decentemente para lo que ocurriera, por suerte ahora contaba con un grupo, que aunque no los conociera muy bien, de momento parecían gente preparada.

El camino fue un tranquila sucesión de curvas por el valle hasta llegar a la misteriosa cueva cerrada, mientras intentaban ver como entrar, Kendra intentó recordar algo sobre el lugar.

Galimatías había ayudado a los demás en todo lo que pudo, pero se mantenía al margen. Tenía que hablar con su Dios y meditar sobre sus siguientes acciones. El mal no estaba erradicado, lo sabía, y quizá aquel templo o construcción del mapa de Cristal le ayudase a solucionar el problema.

Sólo quizá susurró en pleno de su meditación en lo alto de un árbol de Hommlet, que ya había decidido que era su árbol preferido.

En cuanto el grupo estuvo listo, encabezó la marcha. Quizá no era tan fuerte como un guerrero, tan hábil como ún pícaro ni tenía tanta mágia como un hechicero... Pero tenía un poco de todo eso, así que podía ser de gran utilidad.

La construcción era maravillosa, pero seguro que ocultaba un gran mal. Meditó sobre si había leído algo de ese lugar, algo en algún tipo de libro, o sobre si sus detalles arquitectónicos le revelaban algo más de lo que se veía a simple vista.

Tened cuidado, si hay alguien aquí puede que nos haya visto llegar y nos esté esperando.

Cassandra casi dió un saltito y aplaudió cuando Tisha le pidió su colaboración.

-Pues claro que sí, hermana!

Galimatías les contó a todos el origen del Monte Stalagos que era el lugar donde se dirigían. Aquel monte era antiguamente un volcán que entró en erupción hace diez mil años y los expertos lo consideran un volcán dormido, o más bien muerto. No hay noticia de actividad volcánica en la zona desde que el área fue habitada por primera vez.

El cráter principal se creó al explotar el Mote Stalagos y derrumbarse la cima de la montaña. El cráter resultante se llenó de agua de lluvia y entonces el cono central, más pequeño, conocido ahora como los Atrios Interior y Exterior, se formó debido a una segunda erupción surgida en el centro del cráter.

Ahora ese conducto está inactivo, aunque las fisuras y grietas que llevan a un lecho de magma subterráneo impiden que su pequeño cráter se llene de agua.

Hace más de 100 años, los diamantes que la antigua lava elevó fueron descubiertos por enanos en los campos circundantes. Siguieron su rastro hasta el cráter y se inició una extensa actividad minera. Pocas operaciones mineras pudieron hacer, pues para cuando quisieron darse cuenta los enanos fueron masacrados por conjuros y criaturas convocadas, como si el propio monte se defendiese así mismo. Desde entonces se cree que el Monte está maldito, hechizado o al menos habitado por horribles monstruos; eso claro, los pocos que se lo han planteado.

Cass se levantó y, con los brazos en jarras y toda la seguridad del mundo dijo:

-Ni rastro de trampas!

Una historia fascinante y que revelaba que quizás aquí dentro se encontraba lo que andaba buscando desde hacía tanto tiempo. Sin embargo, no debíamos bajar la guardia, pues si el volcán se había protegido entonces, seguramente también lo hiciera ahora que nosotros intentábamos revelar sus secretos.

Al menos ahora vamos equipados y en grupo.

Considero al comparar la situación con el templo, lo cual siempre era una mejoría.

- Adelante entonces.

Anuncié y respiré hondo antes de dirigirme a la puerta de la izquierda.

Elvar se detuvo de golpe. Había estado distraído casi todo el camino observando las sinuosas curvas de aquella mujer. Alzo la mirada algo sonrojado y cargando su peso sobre una pierna y sus manos sobre ambas armas sonrió.

Veamos qué aventuras nos depara este lugar.

Tisha se hizo a un lado para dejar pasar a los más grandes. Ella ya había hecho su trabajo junto a su nueva amiga Cassandra.

- Ale, quien entra primero?

Tras su charla, Galimatías alzó la garra para detener a los jóvenes ansiosos de tesores y aventuras. El hombre-pájaro había vivido suficiente tiempo como para sentir que tenía que llenar esas cabezas de algo de precaución.

Un volcán dado por muerto no significa que lo sea, pues todo lo que se lo he leído o me lo han contado. Así que hay que tener cuidado con lo que se hace o se toca, pues puede despertar el poder de la lava.

Y además... señaló a las paredes y a las puertas está lleno de aspilleras. Si hay alguien o algo aquí, podría habernos atravesado ya con miles de flechas. Así que atención: O esto está, de momento, vacío, o todavía no nos consideran ningún tipo de amenaza.

Ambas cosas eran peligrosas, o al menos así lo veía Galimatías.

Caminaré delante, estad preparados para cualquier cosa.

- Supongo que tener alas viene bien contra las trampas, pero tenemos que ir despacio, cualquier cosa puede suceder ahí dentro.

Kendra se mantendrá cerca por si hay que curar a alguien.

-Lamento no haber podido alzar a ese esqueleto aún.-Digo avanzando con los demás.-De haberlo tenido, podría haberlo enviado por delante para usarlo como parapeto. 

En fin. Estaré alerta.

Galimatías fue el primero en dirigirse hacia el gran portal y dado que sus compañeras le avisaron de la ausencia de trampas se aventuró a agarrar el picaporte y tirar para poder pasar. Efectivamente el camino estaba despejado, y aquellas aspilleras de las que había hablado parecían ser un mecanismo de defensa, siempre y cuando el recinto estuviera en alerta. Pero por el momento nadie parecía estar allí, así que no había nada por lo que preocuparse... de momento...

Tras Galimatías el resto le siguen y se encuentran con un hermoso vestíbulo cuyas paredes son de color gris oscuro y decoradas con murales de demonios sacrificios humanos, fieras diabólicas, monstruos despedazando y devorando humanos y gente siendo destrozada por el poder del viento, torbellinos, llamas abrasadoras y avalanchas. Estas perturbadoras escenas siguen a lo largo de la totalidad de la avenida subterránea. 

Tras avanzar unos pocos metros más, encuentran la primera bifurcación de caminos, pudiendo dirigirse de frente, a la izquierda o a la derecha, e incluso dividirse para poder abarcar más rápidamente aquel lugar tan gargantuesco.