Partida Rol por web

Flame jugaba con su dedo en la tierra mientras escuchaba las conversaciones de las que hablaba el grupo. Cuando Fosco le acercó el cuenco con el estofado que habían hecho, sus labios dibujaron el matiz de una leve sonrisa. La verdad que estaba totalmente hambrienta, y no se había dado cuenta hasta que no tenía el cuenco caliente entre sus manos.

Sentada en el suelo como estaba, abrió sus piernas y colocó el tazón entre ellas, mientras soplaba para no quemarse. Lentamente iba contando quien y a dónde se dirigiría cada uno. Ella ya había dejado bien claro su objetivo, pero ahora su mayor temor es que tuviera que compartir viaje con el repugnante enano. Quizá Nikeras prefiriese cambiar, y que fuera él el que se marchase al aserradero. O, a las muy malas, quizá el explorador se lo podría llevar a modo de carnaza, mula de carga, y si ya de paso, se llevaba al bufón del mediano, mucho mejor. Cuantos menos fueran, más rápido se avanzaría.

 Nikeras asintió cuando Fosco sirvió el cuenco a Leiath y a Azaron. Dejando el suyo, ya vacío a un lado. Luego miró a Septow cuando este notificó sus decisiones a los presentes. El grupo se dividiría, unos al aserradero y los otros a Vor Ziyden, así como cuales serían los participantes en uno y otro grupo. Una vez el joven Andaas se pronunció y parecía que se dirigiría a Vor Ziyden, el barbudo montaraz comentó.

 - Si no les parece mal, les acompañaré. No tengo motivos para ir a Vot Ziyden, mis habilidades no tienen mucho que ver con el sigilo o la rapidez.- Tocándose el pecho añade.- Los años no perdonan. Pero sí que podría ayudarles a buscar comida en la zona del aserradero, encontrar comida es algo que se me da bien. De esta forma podrían dar raciones completas al grupo que va a Vor Ziyden y así ese grupo no debería tener que forrajear e invertir tiempo en eso.

 Finalmente añadió.

 - Si aceptan mi compañía, gustosamente les acompañaré.     

El enano hizo caso omiso de la afrenta de la joven que lucía una gema en el rostro, pero tapó el salivazo moviendo algo de tierra con un pie. Luego agradeció sonriendo el maravilloso cuenco que le ofreció el bueno de Fosco.

-¡Tú! Tú, sí que sabes cómo ganarte la... la... la amistad de un viejo guerrero.

Cuando el grupo comenzó a pronunciarse sobre cuál sería su nuevo destino, el tipo de la cadena armada permaneció en silencio, pensativo hasta que habló Nikeras.

-Yo prefiero ir al aserradero. Ya os dije que cuanto más lejos del horror, mejor. Y no sé por qué motivo, pero Vor Ziyden parece estar en el mismo ojo del huracán de todos los males del mundo.

-¿Para qué ir a ese maldito pueblo? ¿Para vengarnos de un ladrón? ¿Por un mísero caballo? Nah, no tiene sentido.

-Dicho esto--concluyó antes de girar con esfuerzo su dolorido cuerpo hacia la bruja de Hala--, un servidor irá donde lo vaya la dama Leiath. Alguien tiene que cuidar de ella para que siga haciendo el bien de una manera tan altruista.

 Había tenido que hacerlo. Huir hacia adelante. A lo largo de los últimos días, había notado como varios de los compañeros buscaban en su figura a un líder. Tal vez fuera la edad y eso les despertara un sentimiento como paternalista. Pero Nikeras tenía un trabajo por hacer, o así lo creía, y para poder actuar libremente lo último que necesitaba era tener a gente de la que cuidar. Nadie sabía si tendría que meterse en el interior del bosque donde un guerrero o una sacerdotisa o un perfumista estuvieran fuera de lugar.

 Fue por ese motivo que se ofreció voluntario a si mismo, hablado en singular, apartándose de la responsabilidad del liderazgo hacia otras personas.

 Una vez llegue a la zona del aserradero los podré dejar con provisiones y partir solo, con Zicko, hacia el bosque en busca de respuestas.

La jóven bruja intentaba disimularlo, pero estaba visiblemente conmovida por la muestra de afecto de sus compañeros. Aceptó con una sonrisa en la boca el guiso de las manos del pequeño Fosco y se sentó pensativa a comerlo.

Cada día se sentía más débil. Las continuas pesadillas sobre el troll y los lobos estaban mermando su salud tanto física como mental y no parecía haber solución a su problema a corto plazo. Asi que parecía solo haber una salida según su própio código del deber; ayudar a cuanta más gente pudiese antes de irse a dónde Hala quisiera llevarsela. Eso significaba ir a Vor Ziyden. Intentar rescatar a los que quedasen y , si los lobos no se la habían comido para entonces, averiguar cómo acabar con el creciente mal que acechaba el valle.

Levantó la cabeza del cuenco y proclamó su decisión final.

Iré a la ciudad. Ayudaré a poner a salvo a cuantos podamos.

La generosidad de Nikeras hacía más difícil aún la decisión del mago, cuyo corazón estaba oprimido por la angustia de la inminente despedida. Lo iban a pasar mal sin la habilidad del hombre barbudo para encontrar comida y cobijo. Tampoco ayudaba a que se sintiera mejor la compañía del Barón Fortich y la Capitana Vanator. Por si eso fuera poco, harían de niñeras del joven Lord Andaas. Pero no dijo nada, pues ya se conocía y sabía que muchas veces erraba en juzgar a la gente por la primera impresión, que con esos tres, desde luego no había sido buena.

- Yo iré con el grupo que vaya a Von Ziyden.- Le costó decir la corta frase y, mientras la dejaba salir léntamente de su boca, observaba los rostros de sus compañeros.  Se detuvo más en los rostros de Leiath, Fosco y Alice. La bruja de Hala ya no era la misma desde el incidente del puente del Colgado. Aún así, el guardaespaldas y el enano harían lo que ella hiciera. Por otro lado estaba Alice. La mujer y él habían hecho un trato que, si querían cumplir, obligaba a viajar juntos. En último lugar estaba el "bueno" de Fosco. Al igual que a Nikeras lo relacionaba con la salida de las brumas y, a pesar de que a veces le incomodaba, le había tomado cierto aprecio. ¿Cómo quedarían dispuestos los grupos? ¿Volverían a encontrarse?

Fosco escuchaba a unos y otros decidirse. Escuchó atento las palabras de Nikeras, sabía lo que él era capaz y que ninguno sabía. Sólo Nikeras había confiado en él, cuando ninguno lo hizo, sólo él había visto y creído cuando los demás no lo hicieron. Sus palabras resonaban en su pecho, parecían calar bien hondo. El deber parecía anteponerse al querer, cosa no muy común en el mediano. El bueno de Fosco se acercó a Nikeras Perdóneme, pero sus palabras me obligan ir a Vor Ziyden, aunque mi corazón me pida ir con usted. Además siempre vendría el comerciante de perfumes, cuya astucia hacía reir al pequeño.
Aún había una cosa que al pequeño le faltaba, una última payasada Pero ahora que hemos comido empezó Fosco acercándose al duelista Barón Septow Su afrenta no quedará sin recompensa! Ha mancillado el honor de Flame. Yo pedí que negase su duelo, pero quiero aceptarlo en su lugar. El joven Fosco continuó tramando de las suyas Y no un duelo como de espadas, pues sus hechuras le darían ventaja. Si un duelo de habilidad. Rápidamente echa un ojo a Roko El barón Fortich estará conmigo en que usted ha desafiado a Flame dejando caer que es mujer, pero sin llegar a decirlo por no morir en el acto y ahora yo acepto su desafío dejando caer que es un mediano y que no sería un digno rival Pero el barón Fortich y yo estaremos de acuerdo en que sería usted muy cobarde en no aceptar este duelo. Su familia no podría ser tan honorable después... Un duelo de habilidad. En el que demostraríamos quien tiene mejor puntería. Me apuesto su estoque a que usted no es tan diestro como yo... Un mediano... "Un feriante" pensaba con una sonrisa

 Cuando el menudo Fosco habla acerca de su destino el barbudo montaraz asiente.

 - Creo que el sitio donde debes ir es junto con el resto, estoy convencido que tus habilidades pueden llegar a ser determinantes.- Y tras otra de sus habituales pausas el hombre asiente.- Haces bien en dejar que sea tu pensamiento quien te guíe en esta ocasión, veo que la razón que acompaña a Onfale se va impregnando en ti.

 Mirando al resto de los compañeros asiente satisfecho.

 - Creo que esta distribución es la más sensata.

 Luego, para su sorpresa el mediano se planta ante Septow y de Fortich, metiéndose complicaciones totalmente innecesarias.

 ¿Qué esperas lograr Fosco, ganarte la enemistad de las gente influyente de los residentes del valle? Por un estoque? ¿Par ver quién la tiene más larga? Hay lecciones que cada cual tiene que aprender, no basta con que se enseñen...

La maga tenía la decisión ya tomada iría hacia el pueblo, tenía que recuperar a Trompicón no era un simple caballo como habían comentado el enano, era una cuestión de honor. Maese enano no es solo un caballo es lo que representa. Nadie me robaba y sale de rositas, más vale que Victor tenga una bolsa de oro bien grande para satisfacer este agravio. Además estaba el otro mago, el de la torre, que presumiblemente había ido hacia el oeste también, ese hombre había empezado a despertar la curiosidad de Alice. Finamente tenía el pacto con el perfumista, y aunque podía romperlo, era un pacto bastante beneficioso para ella. Creo que todos conocéis que decisión voy a tomar, iré al pueblo.

La maga pelirroja miro al barbudo Nikeras, ha sido un placer compartir este viaje contigo, espero volver a verte, cuando pueda mandare al Hollín a encontrarte y así mantenernos informados. Le desagradaba separarse de Nikeras, había demostrado ser un verdadero guía y la piedra angular que unía el grupo, sin él se perdería el equilibrio.

Y como siempre Fosco había empezado a tramar alguna de las suyas, espero que no decida utilizar la tactica del duelo de habilidades con los licántropos…. Sería muy interesante ver el resultado.

Lord Septow nota el claro intento de manipulación de Fosco, y ante sus difamaciones en presencia de otro Barón, trata de destaparlas...

El duelo está zanjado, mediano. Lancé el reto y la Escama no lo aceptó. Además, yo no he faltado al honor de la Escama, pues ella rechazó el duelo y aceptó su condición de persona sin honor. Y sin honor, no hay ofensa posible. Además, un duelo de habilidad no es un duelo... Solo un juego de niños.

La ceja enarcada de Lord Fortich indicaba desaprovación.

Está bien, acepto el duelo. Pero para que yo me juegue mi estoque parthiano tú deberías ver la apuesta con un objeto de igual valor, y no creo que alguien que pretende dormir dentro de un saco de hortalizas disponga de un objeto así. Lo único que tiene un hombre es su honor. ¿Vale eso también para un mediano? Entonces me apuesto mi honor contra el tuyo.

Sandansola seguía indecisa. Todos los tipos duros se iban al oeste. Por otro lado, el este parecía más seguro. ¿Era mejor ir al aserradero con malos guardaespaldas o acompañar a un ejercito que se dirigía contra una manada de lobos? Sin embargo, Roko Fortich no era de su agrado. Trataba de ubicarlo en su juventud, cuando era soldado de Strahd. Pero por mucho que se esforzara en buscar entre sus viejos recuerdos, aún no lo daba identificado. Finalmente optó por tenerlo cuanto más lejos mejor.

Yo iré al este, al aserradero. Aunque a nadie le importe. No soy una persona de armas, no pinto nada en Vor Ziyden.

Una mueca asoma por la cara del mediano Sé que no aceptó, yo se lo pedí y no será una señora sin honor! Bien, pues nos jugamos nuestro honor. Esta prueba de habilidad tratará de rapidez y de puntería.Y como acepto mi duelo, también debería aceptar mis normas. A una distancia de 20 pies del objetivo con las armas enfundadas, estaremos ambos contrincantes en paralelo. Ambos nos fiamos del Barón Fortich Dice el mediano acompañado de un gesto con la mano. Por lo que será juez en esta prueba. El primero que lance su proyectil y de en el blanco gana la prueba. Al ser un duelo de caballeros le dejaré proponer nuevas reglas o modificar estas, con el consentimiento de nuestro juez dice asintiendo con la mirada a Roko Por supuesto podrá elegir su arma a distancia y proyectil. Teniendo en cuenta donde nos encontramos ahora.
Yo elijo esta daga dice sacando una daga de su cinto. Si ganas te llamaré Fortuna susurra a la daga "Esperemos que el barón no sea tan diestro a distancia, como bien lo parece cuerpo a cuerpo."

Había ya acabado de exponer toda sus reglas cuando vio a Rufus, sin duda tenía un valor incalculable y sin pensarlo dijo algo de lo que siempre se arrepentiría Y por hacerlo más interesante... Mi Rufus tiene un valor incalculable, es un perro de circo, sabe hacer numerosos trucos. Aunque a mi no me haga ni caso. Me juego su estoque contra mi Rufus!

Solo tengo un estoque, pero en mi finca dispongo de varios perros. No tiene un valor equivalente. De todas formas... A ver... Echémosle un vistazo a ese perro...

Nikola Septow inspecciona la dentadura del animal. El perro no pone ninguna traba. Simplemente está ahí parado, con cara de ido, mientras es toqueteado por un extraño.

Está sano. Es grande. Y tiene esa chispa de inteligencia en los ojos que muy pocos perros tiene.

Hollín se tiene que morder la lengua ante semejante afirmación.

¡De acuerdo! ¡Mi estoque contra tu perro!

Ahora, en cuanto al duelo tengo algunos peros. Por ejemplo, lo tradicional es que ambos contendientes tengan el mismo tipo de arma. Así que propongo que los dos usemos tomates. Hay algunos que están pasados y nadie llegará a comer. ¿Qué te parece si nos lanzamos tomates el uno al otro? Es todo lo en serio que me puedo tomar este duelo. Un tomate en cada mano. Eso son dos intentos. Gana quien más veces acierte al oponente, o en caso de empate el que golpease antes a su objetivo. Veinte pies me parece una buena distancia. Cada uno se pondrá a diez pies de la pequeña hoguera y lanzará sus tomates en cuanto el juez de la orden. Tenía pensado que Lord Fortich fuese mi padrino, y no el juez, pero dado lo informal del duelo...

Una sonrisa volvió a brotar en el rostro de Fosco. Como cuando era pequeño... tenía el mismo juego, pero en vez de tomates, era maíz, que duele más. Que grato sería que estuviera aquí uno de mis hermanos... Acepto, si quiere que Lord Fortich sea su padrino adelante. Yo... se giró para mirar a quien elegiría de sus compañeros. Sus ojos se posaron en Nikeras. Toda su confianza brotaba de él, pero no. No seria él quien le aguantase. Onfale... Onfale le daría buenos consejos, pero no creo que esta competición absurda fuera de su agrado. Si había alguien a quien quería molestar ...Yo elijo a la dama de la Escama como mi madrina! Está bien pues. Veinte pies, dos tomates. Veamos quien es más rápido y acierta más...

Cuando todo estaba sellado y se dirigía a coger los tomates miro una vez más a Rufus. Se acercó a él "Confía en mí..."

Septow se coloca en posición, con dos tomates pochos recién seleccionados del saco. Se le pide a Sandansola, como persona neutral a ambos grupos, que sea la que dé la señal de comienzo.

Porqué siempre termino participando en estas estupideces.

Roko Fortich, como padrino, examina sin tocarlos la munición escogida por Fosco. Todo correcto.

Preparados... Listos... ¡Ya!

Al escuchar ya, Fosco con toda su malicia, lanza rápidamente el primer tomate, el de su zurda. Cuando va a tirar el segundo lanzamiento ve el tomate como explota en Septow, pese a parecerle cómica la escena un flash se le cruza. Sangre cayendo a borbotones. Una daga que volaba. Gritos a su alrededor. Y mucha sangre. Un poco pálido lanza el segundo tomate a desgana, sin ninguna intención de darle. Como si el primero ya le hubiese matado. Parecía que el juego había perdido toda la gracia Fue un error. Yo...no quería gime para sus adentros. Fue la diestra, la maldita! 

Plorch. Un tomate alcanza la cara de Fosco mientras su mente divagaba. Pero ha sido un solo tomate, y bastante después de que el Barón recibiese su ración. Lord Septow ha intentado por todos los medios rebajar la seriedad y oficialidad del duelo. En estos momentos se pone a reír con risa forzada. Pero le duele más que un puñal en el corazón tener que pagar su prenda.

Jojojo... Bueno... en fin... No ha sido muy oficial, pero una apuesta es una apuesta. Aquí tienes mediano... Mi... mi estoque parthiano. Guárdalo como trofeo, porque es demasiado grande como para que lo manejes¹.

Al coger el arma, Fosco se da cuenta de que el estoque está pésimamente balanceado para un arma de su calidad. Examinándola más de cerca, encuentra un gatillo oculto bajo la empuñadura.

Onfale se acercó a Alice y a Leiath para discutir con ellas los asuntos relacionados con la magia.

Onfale se acercó para ver el insólito duelo. Cuando Fosco estaba empezando a parecer medio normal de repente volvió a las andadas.  Lo del mediano era demasiado. Primero se ajenciaba un saco de patatas para dormir dentro y luego se atrevía a desafiara un duelo  por un asunto que ni le iba ni le venía. Afortunadamente el Barón Septow no se lo había tomado demasiado mal. Se acercó al mediano y le alborotó el cobrizo pelo de su cabezota.

- No puedes perder, pequeño Fosco ...Fosquito, Fosquito... Sin Nikeras con nosotros, Rufus puede ser la clave que nos permita sobrevivir. - Sabía perfectamente que el perro de Fosco era más inútil que otra cosa, pero siempre podían comérselo llegado el momento.

Aunque era un duelo estúpido Onfale jugueteaba con la trenza nervioso. Cuando el mediano impactó con cu tomate el mago pegó un saltito y dió unas palmadas comedidas. El segundo disparo fue algo decepcionante. ¿Quién había ganado? Fosco se había llevado un buen tomatazo pero parecía haber ganado la apuesta. Se acercó al pequeño para limpiarle con un pañuelo el líquido rojizo que le empapaba el pelo y le chorreaba por la cara.

- No hay mal que por bien no venga , se suele decir. - El perfumista cogió un trozo de tomate y se lo metió juguetón en la boca al mediano. - Aprovecha para comer un poco de esta fruta. Dicen que comerla cruda aumenta la hombría y hace que la semilla sea más abundante.- Cogió otro trozo y se lo metió él mismo en la boca, con una sonrisa socarrona....como si pudiera funcionar, no se puede sacar de donde no hay...

Cuando Onfale se le acerca ya todo ha pasado y sale de su estado. Se limpia la cara, sonríe y abraza a Rufus. Corre hacia Lord Septow y le tiende la mano. Ha sido un verdadero honor combatir con un barón del Valle! Cuando el narón le tiende su premio este agita los dedos en el aire antes de coger suculento manjar. Echa varios vistazos fugaces y se guarda el objeto, pero antes de guardarlo.
Barón Nikola si le es muy querido este objeto siempre se lo puedo cambiar por otra cosa. No quiero llevarme un objeto importante para usted... o útil.  le dice mirando el objeto. Ya que bien podría ser una reliquia de la familia y como bien dijo Lord Septow sólo tenía uno.