Partida Rol por web

Se trata de un Jaebrín, una fata de los bosques cuyo mordisco drena temporalmente la voluntad, el valor y la determinación de sus víctimas. Quizás por eso se transformó en hidra (aunque los Jaebrines no tienen ese poder), para tratar de reducir las defensas mentales de sus oponentes. Pero al final no tuvo tiempo de desplegar su táctica.

¡Auch! -exclamó la bruja cuando cayó de culo al arrastrar a Ulmo. Si tuviese el culo tan generoso como su madre seguro que no la habría dolido en absoluto. ¡Perdoname Hala por pensar mal de mi bendita Madre!- pensó arrepentida al instante.

Necesitaban luz para poder poner las cosas en orden cuanto antes.

La jóven Leiath rezó para que el pequeño guijarro que solía usar se iluminase.

Y se hizo la luz. Onfale a pareció apoyando todo su peso en la puerta, junto al Barón Fortich. Recogió la ballesta y la cargó antes de colgarla a su espalda. Asombrosamente  seguía intacto. Su cuerpo delgado y sin olor, o eso pensaba él, debía resultar poco apetitoso al olfato desarrollado de los lobos. Se quitó el pañuelo que cubría su boca.

-¡Alabada sea Hala por habernos bendecido con la compañía de  Leiath!.- Se sorprendió con sus propios pensamientos, pero es que la Bruja, en sus últimos días como humana, estaba siendo de gran ayuda. El enorme y pesado cuerpo de la hidra se había visto reducido al de un  simple humanoide.  Su aspecto, sin embargo , le era familiar. Tenía algo que le recordaba a Nightshade. Caminó raudo hasta el cuerpo sin vida del extraño y lo examinó de arriba a abajo, buscando similitudes con los tatuajes del tal Nightshade. Le dio un buen repaso, rebuscando entre sus ropas en busca de cualquier pista que clarificara lo que había pasado.

- Hay que moverse rápido.- El perfumista rebuscó entre sus cosas y sacó una botella de Andaas que había guardado previendo situaciones como aquella. Se la tendió a la Bruja de Hala- Leiath, repártelo como consideres oportuno. Lo guardaba para una ocasión especial como esta.- Una media sonrisa se dibujó en su rostro. La mujer sabría mejor que él quien debía tener prioridad.- Brindad por que seguimos vivos...¿Por cuánto tiempo?¿Qué significa todo esto?.- Había demasiadas variables, incluso para que la mente preclara del mago sacara conclusiones. Esperaba que Víctor pudiese aclararles alguna cosa.

- Víctor Watcher.-¡Por fin! Estaba furioso, nervioso y ansioso por lo que no pudo controlar el tono de su voz, que  salió demasiado aguda por la falta de testosterona. ¡Maldita feminidad forzada! - Más te vale darnos una..ejem... buena explicación.

Fosco no descuida nada y se dirige hacia el cadáver del pelirrojo. Es más rápido que ninguno*. Lo primero que hace es quitarle el cinturón y rebuscar en sus pertenencias. Ve que el mago intenta acercarse antes que él, pero sin duda el mediano se mueve a un ritmo acelerado. Y palpa por cosas que le puedan interesar a un mediano con sus dones. Todo se lo guarda y si puede que nada lo veo Onfale, el muy avaricioso lo querrá para sí!. Tras coger todo lo que puede se va y coge un pico. Esto me sera útil... jijiji. Luego se posa junto a Rufus y mira sus heridas, mira de reojo y ve como Onfale sólo miraba en busca de tatuajes... El mediano se siente un poco avergonzado de su actitud, que hasta ahora era ejemplar. Lo mejor será disimular...

Todo lo que sea de valor. Fosco se lo queda. Armas que tenga la cojo, todo lo que lleve que parezca de forma inusual lo coge. Si lleva dinero... Cojo el cinturón y me lo pongo e intento memorizar el comando que dijo anteriormente el muerto. Luego más tarde lo examinaré de nuevo...

-¿Pero qué coñ...?--iba a exclamar el enano cuando la mortífera bestia se transformó en aquel... en aquel... en aquel mindundi--¿Otro cambia formas? Estamos apañaos con tanto disfraz. Y mira que era feo.

Después de ponerse en pie, el valiente guerrero de la cadena armada ayudó a la afligida bruja de Hala a hacer lo propio. 

-Una vez más: gracias, mi señora. Os debo lo que me resta de vida, sin duda.

Apoyado en la puerta recién cerrada que nos separaba frágilmente de la marabunta de lobos, de la niebla y de las extrañas criaturas que moraban en ella, recupero el aliento mientras me examino las heridas temiendo ser el siguiente que reciba la luna llena aullando en la noche.

Activo el poder curativo del cinturón pero parece que su poder no es suficiente y solo evita que los mordiscos dejen de sangrar pero sin lograr que los profundos agujeros se cierren y el tejido dañado se regenere.

Al comprobar que el peligro había desaparecido, al menos momentaneamente, se acercó al almacén en busca de algo de utilidad. Principalmente necesitaba tomar algo de comida, pues ya había sabido lo que era moverse a través de esas brumas y no tener nada que llevarse a la boca. Buscó algo de pescado seco o en salmuera, o de embutidos para poder llevar consigo. No podía volver a verse en una situación igual a la de algunos días atrás. La bruma estaba demasiado cerca y parecía que la persiguiese allá donde fuera. ¿Acaso esa sería su maldición? Trató de quitarse esos pensamientos de la cabeza, no ayudaban a nadie y mucho menos a ella.

Así que simplemente se limitó a esperar a ver cuál era la decisión que tomaban sus compañeros.

A Onfale, el cinto le pasa desapercibido. Parece un cinto normal y corriente. Sin embargo encuentra en un bolsillo interior de la camisa algo que a Fosco se le pasó: unas ramitas de acebo y muérdago. Por lo demás, el tipo no tenía ningún otro objeto. Ni armas, ni pociones, ni dinero. Solo la ropa que llevaba encima.

Fosco se pone el cinturón, utilizando el último agujero. Aún así le queda un poco grande, con lo que lo deja oblicuo, colgando de la cintura a la cadera. Así lo llevan las furcias hechiceras, pensando que es muy chic. Pero Fosco nunca ha visto a una furcia hechicera, y no tiene mucha idea de moda. Sin embargo, los cintos así puestos se volverán a llevar. Seguro.

Flame pulula por el almacen, metiendo algo de comida en su mochila, mientras sus heridas se curan. Hay más de lo que pueda necesitar, pero ella no cogió alimentos en la posada.

Leiath mira la etiqueta de la botella de Andaas. Un buen vino. ¿Pero haber llegado hasta aquí, haber simplemente sobrevivido, merece un brindis? La vida es un sinsentido. No hay esperanza, ni futuro.

Fortich gira el carro para encarrilarlo hacia la puerta. Vanator saca el primer caballo del establo para acoplarlo al carro. En el otro lado, Wachter vuelve con su hija en brazos. También vuelve a tener su estoque al cinto.

Onfale... amigo... Os dejé una nota explicándolo. Oh, culpa mía. Uno se piensa que todos han recibido la misma educación que tú. A veces olvido que algunos plebeyos no saben leer. Haré un resumen, así por encima. Creo que os encomendaba a reunirnos aquí. Cogí el caballo de Lady Alice para poner a mi hija a salvo. Al final me encontré con que el pueblo estaba plagado de lobos y no era tan seguro como pensaba... pero en su momento, con la información que tenía a mi disposición, está claro que tomé la decisión adecuada.

Por cierto... ese extraño "elfo", por llamarle de algún modo... dijo que su nombre era Foxglove.

Fosco acaricia su cinto, es lo único que tenía ese desgraciado pelirrojo aparte de flores del campo, algo q no sé para que iba a necesitar. Al escuchar a Watcher Fosco se acerca a él y creyendo que nadie le escucha le susurra Recuerde quien vino a ayudarle. Nunca olvide! y se vuelve a Onfale con quien tiene una disputa o eso cree el mediano Peor bueno. ¿¿Tú no eras mago?? ¿Qué te pasa? Cuando ese hombre se convirtió en esa cosa dice Fosco con numerosos gestos con las manos como si estuviera absorviendo mucho aire con las dos manos. Y yo pensaba pues decía ONFALEEE y tu no aparecías! Bellaco... y antes me enseñastes que podías hacer otro como yo. Por cierto... para su peculiar regañina para verificar que Ulmo es de verdad ¿Este es el verdadero o la copia? ¿Es cierto que estaba aquí mi hermano? susurra a Ulmo Yo ya no sé que pensar de ti Onfale. Primero que si traficas con perfumes y ahora que si eres mago, que escuchas la mente y convocas a gente con espejos. Además tiene un ojo muy feo que le sale de la frente. Da grimita, ¿sabes? Le dice al enano. ¡Tienes mucho que explicarme, porque no entiendo nada!

La jóven bruja llamó la atención de la enigmática Flame, parecía la más herida y por tanto la que requería de curación más inmediata.

También el pobre Rufus...

Ven aqui bonito- llamó al can con toda la buena intención del mundo.

Se acercó a su amigo Trompicón y le dio un par de golpes en cuello a modo de saludo, tranquilo, ya estamos de nuevo juntos. Pero ahora que se había juntado de nuevo parecía haber otro problema, no había monturas ni espacio para todos en el carromato.

Escucho la explicación de Victor y la sangre le llego a los mofletes que se coloraron como dos manzanas maduras. ¿Cómo que no sabemos leer? Dijo la maga indignada. Lo que pasa es que tus explicaciones son insuficientes, poner a salvo a tu hija…. Vah dijo con un gesto de desde, sabes de siete sobras que estabas más seguro con todos nosotras que viajando solo por los caminos. Sabemos que hay algo más, algo relacionado con todo esto, con los lobos y con la niebla que es lo que sabes Victor…. Relacionado con estos “elfos”.

Mientras tanto la maga ajusto los apeos de Trompicón a su altura, la herida de la muñeca le sangraba abundante mente pero la maga estaba tan llena de odio que no le prestó atención.

El mago pasó las ramitas de acebo y muérdago por debajo de su nariz.

-Mmmm interesante...- Ahora echaba  de menos a Nikeras más que nunca.- ...Ejem...- Carraspeó el perfumista para aclararse la voz.- Druidas.- Mostró a todos la ramita de muérdago. Estaba claro que un grupo de druidas eran los responsables de todo este jaleo. Guardaría lo encontrado por si alguna vez volvían a encontrarse a Nikeras.

Onfale agitó la mano como espantando moscas cuando Fosco se dirigió a él con sus tonterías. Era tan zoquete que aún no había  entendido nada de lo que le había explicado.- Fosco, cuando tenga tiempo te lo explicaré. ¿Por que no te quedas con Lov un rato?.- Ella cuidará de ti, que parece más avispada. Asintió a las palabras de Alice que recriminaba a Victor su estúpida explicación.

Flame miró a Fosco y después a Onfale. Sabía que el mediano no sabía lo que veía, pues lo que no veía se lo inventaba y lo que veía se lo inventaba también, así que no le quedó muy claro que es lo que decía del perfumista. Que era mago ya le había quedado bastante claro hacía unos días. Pero todo lo que dijo Fosco demás, eso era lo que realmente le había llamado la atención.

Pero Flame no despertaría más interés por él, al menos no de momento y rodeados de tanta gente, quizá esa misma noche, o cuando tuviesen un par de minutos a solar. Allí hablaría con él.

Luego vio como la bruja curandera se acercaba a ella. Mi brillo regenera nuestras heridas, al menos las más graves. Espera a que mi escama termine de brillar, y entonces será el momento de que uses tu magia conmigo y con los demás. Por último dedicó una mirada de desagrado al enano Ulmo. Por alguna razón él no estaba recubierto con ese brillo pálido que brotaba de su escama y sus heridas no parecían cerrarse como los demás.

Después de dar el vino a Ulmo, la exótica mujer- araña destapó otra de sus asombrsas habilidades.

Leiath esperó , como le habia sugerido Flame, a que el efecto de su escama terminase antes de precipitarse con sus curaciones.

Se acercó a la pequeña Lov y se sentó junto a ella para intentar animarla en lo posible. ¿Qué tal estás pequeña? No te asustes todo esto pasará pronto, tu padre se encargará de ello...

Mientras el grupo se tomaba un instante para recuperarse a instancias de los sobrenaturales poderes de la enigmática mujer de la gema en la frente, el viejo enano ingirió la botella entera de Andaas en un par de tragos.

-¡Ah! Mira que ya empiezo a pillarle el gusto al vino rancio éste--afirmó después de limpiarse la boca con el antebrazo.

Fosco después de ser ignorado por Onfale se fue con su cara de reproche al lado de Flame y Leiath, Rufus iba a su lado. ¿Quién sería el que más supiera de objetos ricos? Empezó a observar con detenimiento el cinturón que se había agenciado. Buscaba un mecanismo para activarlo, algo que le diese una pista de como usarlo. Investigó y miró, pero no veía nada claro. ¿Quien podía saber si era común ese cinturón? Parecía que quería preguntar algo, pero no sabía el que ni a quien, se veía claramente que no sabía a quien.