Partida Rol por web

Fosco que estaba apunto de bajar se vuelve ante las palabras de Onfale al que responde cual niño tonto ¿A ver y porque no va a estar el tesoro?, sin duda aquel mago tenía delirios de grandeza. Todo apuntaba que había ahí un tesoro y no se iba a ir a gatas. Bueno, aunque después de que uno de los cofres casi se lo traga vivo, sí que podía irse a gatas. ¿Acaso insinuaría eso el mago?
Azaron el mudo planteó la poisbilidad de hacer una estrategia y como si Fosco fuese un gran estratega recurrió a todos sus conocimientos en el combate. Y dado que estaban en la Torre Stabcrow, ¿qué mejor plan que el que acabo con el perro gigante de dos patas? Se me ocurre hacer el mismo plan que ya propuse con anterioridad y tanto éxito nos dio aunque fue Onfale el que lo propuso, claro Yo me escondó ahí y otro más ahí dice señalando algún sitio al lado de la puerta y entonces uno baja. Tú mismo. señalando a Azaron ¡y al subir ZASCA que te Trasca! acompañado de un movimiento de Estoque ¡Y ese bicho se arrepiente de meterse con Fosco! termina narrando el mediano. Claro, que la última vez que usaron ese plan era un monstruo horrendo el que bajó las escaleras, estaría muy bien que esta vez no fuera otro monstruo, pero eso nunca se sabe.

Como ya os he dicho, al menos hay un bicho ahí abajo. El vómito animado. No, no -dijo la jóven bruja al ver que sus compañeros la miraban como si estuviese loca - juro por Hala que es lo que había. Recibía ordenes del Engendro Mohoso, el cual le dijo que no me atacase. Quizás deberia bajar yo sola y probar suerte. Vosotros podríais quedaros justo en la entrada por si necesitase ayuda.

La maga sopeso el plan de la bruja, como quieras si esas dispuesta a correr ese riesgo yo no pondré ningún impedimento. Si quieres podría lanzarte un conjuro de armadura mágica¹ o de agilidad², pero puede que eso haga desconfiar al “ser”. Un escalofrió recorrió el cuerpo al imaginarse el extraño ser, gracias que de normal eso no ocurre, no quiero pensar que pasaría en las posadas si todos los vómitos cobraran vida.

Uhmm...el deseo por sentir "la gracia felina" hacía a Fosco estremecerse cual gatito. Esa sensación chispeante que invadía su cuerpo y le hacía sentirse tan vivo. El mediano haría casi cualquier cosa por sentir esa sensación, pero nunca debería confesarlo a la maga roja... Mmm... Leiath, igual podías tocarme a mi con gracia* tanteó Fosco.

Lo pero había pasado. La serpiente había acabado consigo misma debido a su torpeza pero ahora nos quedaba continua la misión. Atendiendo a las explicaciones de Leiath sobre lo que se encontró ahí abajo.

Quizás sea lo mejor, que baje ella y así quizás no la ataque.

- Si crees que es posible que no te ataque lo mejor será que vayas sola, pero no dudes en gritar si algo extraño sucede.

A mí no me interesaba demasiado el tesoro si no salir de esa torre maldita cuanto antes.

-Como queráis, mi señora. Pero yo os acompañaré hasta el final de las escaleras por si tuviera que intervenir--afirmó el enano sin dejar lugar a réplicas.

Fosco se esconde y toma posiciones en un lugar ventajoso para atacar furtivamente al que siga a la bruja de hala.

No dejaba de sorprenderle el valor de la Bruja de Hala. Había pasado por muchas penurias en su viaje y aún así pretendía enfrentarse al vómito de Klasius. Se frotó la barbilla con la delicada mano de largos dedos.

- Quizás a Klasius no le haga daño. Después de todo es algo que salió de sus entrañas.- Pero claro, ¿cómo asegurarse de ello?- Al menos déjame que estemos en comunicación permanente. No hará falta que grites cual verdulera, con un simple susurro podré oír lo que dices.- Apuntó a Leiath con el dedo mientras con la otra mano se untaba los dedos con una crema que contenía virutas de cobre. Chasqueó los dedos y se dejó penetrar por las esencias metálicas mientras una flor azul de 16 pétalos se dibujó en su garganta.

- Hammm, ¡Vishuddha mouna!- Posteriormente apunto al enano.- Ahora podréis oírme en vuestra mente, y cualquier susurro que pronunciéis será oído por mi. Si solicitas ayuda sin gritar, quizá el enano o Fosco puedan pillar al engendro por sorpresa.- Respiró hondo para recomponerse del conjuro.- Aún puedo conjurar las luces danzantes que usé en el campamento el día del ataque del murciélago. No duran mucho pero lo suficiente para bajar por las escaleras y hacer un último esfuerzo.- El plan podía salir bien si el vómito descerebrado entendía que Leiath iba a por la lanza que les quedaba bajo las órdenes de Olisk.- No sé que sentidos tendrá esa cosa, pero espero que no sea muy inteligente. Quizás sea conveniente que te lleves las ropas de Olisk, o que alguno de nosotros se las ponga. - Onfale sabía lo importante que era el olor para algunas criaturas, y quizás así pudieran engañarlo. Pero en su mente se formaba un plan. Dejó que sus pensamientos salieran por su boca.-El enano llevando en hombros a Fosco cubiertos con las ropas del zombi. Ambos alcanzarían la altura de Olisk, y Fosco era un mentiroso compulsivo que engañaría a su propia madre. Si algo saliera mal, podrían ayudar a la Bruja en un santiamén, mientras los demás bajaban a ayudar también.- Cuando se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta se tapó la boca con la mano, como si hubiera eructado.

Le paso la moneda de cobre con el hechizo de Luz a la bruja, yo tengo otro conjuro de Luces danzantes pos si las moscas. Ten cuidado. 

Preparo un cetro solar en una mano y una daga en la otra y me acerco a la escalera para estar listo por si las cosas se tuercen.

Babras y Fosco esperan al pie de las escaleras, mientras ven a Leiath avanzar cautelosa con la luz entregada por Alice. El pasillo es oscuro y tenebroso. Los destellos de la moneda se reflejan en los barrotes de negro esmalte basalto, dando la sensación de una cruenta soledad.

Leiath vigila recelosa las celdas de la derecha, en las que estaba la vomitona llamada Chloe. Sin embargo, Chloe ha cambiado de lugar en este tiempo, y Chloe surge de una de las celdas de la izquierda. Su cuerpo gelatinoso atraviesa el espacio entre los barrotes y avanza amenazadoramente hacia Leiath.

Klasssiiiiusssss, soy tu hiiiiiija... Yo salí de tiiiiii...

Y confundiendo a Leiath con su padre putativo, se avalanza a darle un mortal abrazo.

Fosco desde la lejanía intenta que la hija de Klasius no sea herida. Noooo! ¡Vuestro padre está bien! Yo lo conozco, es amigo mío. Es un mediano como yo dice bastante convincente el singular feriante a la vomitona, Chole Tu padre está arriba, ven que te lo presento! VOSOTROS DOS DEJARLA! Vergüenza debería darte, Babras! Tan viejo y queriendo golpear a una chica indefensa... ¡Y tu sierva de Hala! OHJ! dice indignado el mediano en lo que parece una gran actuación por sacar a la vomitona de allí ¡Ahora podrás jugar con tu padre en el exterior! dice en tono alegre para que Chloe tenga un nuevo propósito en su miserable vida. ¿De qué parte del cuerpo saldría de Klasius? pensó el mediano

Leiath se esperaba algo por el estilo.

Rápidamente se apartó de la criatura gritándola:

-¡No soy tu padre Chloe! ¿No te acuerdas de mí? Tu amo dijo 'DEJAR EN PAZ'.

No dejó de moverse a toda prisa mientras hablaba a la criatura para calmarla. La jóven bruja sólo quería coger la lanza y salir de ahí lo más deprisa posible.

Leiath sale corriendo y llega al final del pasillo. Allí la lanza ilumina los barrotes doblados por la fuerza de Babras días atrás, y también la última lanza. Y deslizándose por la pared, la sombra de Beljan cree que si Olisk no ha venido en este viaje es que algo raro ocurre. Toca a Leiath y le drena su vitalidad y sus energías. Quizás ahora si que la sacerdotisa no sea lo suficientemente fuerte como para cargar con la lanza a cuestas...

En el centro, Chloe se queda a oscuras mientras alza una ceja de puro vómito sólido, incrédula ante las mentiras de Fosco.

Nnnooo... Lengua mentiiiirossssa... No ser verdad...

De pronto, Babras y solo Babras ve a un lobo cargar desde la oscuridad, entrando en su campo de visión y abalanzándose contra él. Los otros empiezan a bajar las escaleras, pero hay un problema... ¡Un gordo enano obstruye el paso! Hasta que Babras pase por encima del lobo, no hay posibilidad de ayudar a Leiath.

Sorprendido por la cantidad de cosas que acaban de ocurrir, el viejo enano se movió con lentitud para dejar caer al suelo la lanza, sacar la cadena armada y desplegarla contra el lupino. Desafortunadamente, Babras parecía más preocupado por Leiath que por golpear al lobo.