Partida Rol por web

Y al escuchar a la maga Fosco fue a la habitación del zombi a ponerla patas arribas. A ver que encontraba, siempre teniendo cuidado de las trampas que aquel tipo tan simpático seguro que había puesto alguna trampa...

Al ver que habíamos llegado tarde me derrumbo en el suelo a descansar. El momentáneo alivio por dejar de estar encerrado entre esas paredes se transforma en desesperanza al saber que la gitana ya no volvería a por nosotros y que probablemente tendríamos que volver a bajar por la maldita torre e internarnos en la esa misteriosa niebla.

Las palabras de la maga hacen brotar una semilla de esperanza en mis ojos. No está claro si será prudente, pero al menos es una alternativa. Asiento a la proposición de descansar, esperando recuperar fuerzas.

Onfale se dejó caer al suelo desesperado. Habían llegado tarde y tendrían que pasar la noche en aquella tenebrosa y escalofriante torre. No tenía fuerzas ni para regañar a Fosco así que no dijo ni una palabra ante el plan de la maga asesina. Reflexionaba sobre quién podría ser el jefe del no muerto. Seguramente sería el culpable de que las malditas brumas se extendiesen.

Tanto esfuerzo y al final para nada. Si es que tenían que haber hecho caso al enano y salir de ahí cuando tuvieron la oportunidad. Ahora debían descansar allí y a esperar o bien que la gitana volviese o morir por la maldición.

Yo haré la primera guardia- se ofreció el guerrero. 

De pronto, Fosco empieza a escuchar los ladridos de Rufus en la planta superior. El mediano deja de buscar y vuelve a subir las escaleras. No se ve nada. Un montón de brumas se han formado en lo alto, y cuando por fin se difumina, ahí está de nuevo la gitana.

Espero que no llevéis demasiado tiempo esperando. Veo que tenéis los Tres Colmillos-las lanzas sobresalen tras la espalda de los que las portan-. Es hora de volver.

La niebla se vuelve a levantar, y todo el grupo es teletransportado hasta el campamento de supervivientes. Los alrededores han cambiado levemente, signo de que han estado recorriendo el camino hacia el norte. Pero a la izquierda, donde antes había río, las Brumas han avanzado bastante más rápido, con lo que el actual sendero discurre encajado entre la niebla y la montaña. En el saliente del techo del carromato gitano, ahora una pequeña jaula vacía cuelga cuando esta mañana no había nada. Rufus y Perezoso siguen con su peculiar transformación.

Listo. Ahora, entregadme las lanzas para cumplir con vuestra parte del trato.

De mala gana, y todavía molesto con Eva por la maldición que les ha impuesto, Babras se adelanta el primero para hacer entrega del arma que porta.

-Y no olvides quitarnos el mal de ojo, bruja.

Y los ladridos de Rufus desconcertaban una y otra vez al mediano así no hay quien encuentre nada... y al encuentro de Rufus fue. Al subir la bruja hizo aparición y al poco sus amigos le acompañaban ¡Buen chico Rufus! le dice a su fiel amigo. Tras aparecer en el campamento la gitana va en busca de sus queridas lanzas y parece que el enano acepta demasiado pronto. Si, pues estamos bien... ¡Gracias por preguntar! comienza a decir el mediano, mientras se quita la lanza de la espalda y lo mira todo. Bueno, a mi casi me come un cofre horrendo, si... También una bicha casi me come vivo. Ah y un huargo mecánico casi me come la cabeza, pero por todo lo demás estoy genial. Cosas que tiene la torre, por suerte nos advertiste de los peligros ironiza el mediano. Parecía que sólo intentaba ganar tiempo. Yo no te voy a dar tan rápido la lanza suelta sin más. ¡Primero mi tesoro! Se me prometió una recompensa, pero no la veo. Si te entrego ahora la lanza, luego me tendré que conformar con lo que me ofrezcas. Y me fiaría de ti, pero hasta ahora sólo has hecho que aumenten mi desconfianza hacia ti. Eso de maldecirnos para garantizar el trato... ¡No me gustó. ¿sabes? En su verborrea se acercó al mago, esperando que este le apoyara. ¿Asi que donde está mi recompensa? Quiero algo útil, ¿sabe? luego hecha un vistazo a Rufus y añade. Por cierto. Rufus también quiere algo para él... ya que el también ayudó ha conseguir las lanzas, es lo justo. Que tenga su recompensa...

La aparición de la gitana hace que mis esperanzas se renueven, aunque me cuido mucho de no demostrarlo antes sus ojos para no parecer desesperado.

Al llegar por obra de magia al campamento miro alrededor y observo con curiosidad la jaula que ha aparecido en el carromato. Me mantengo en silencio, esperando que se acabe de resolver el intercambio de una vez.

Alabada sea Hala! Por fín podrían librarse de esa nefasta torre y de la maldición de adivina. Leiath respiró aliviada cuando se encontró de nuevo en el campamento.

Solo había que devolverle esas condedas lanzas y...

Fosco? Por qué demonios no le daba la lanza, es que quería matarlos a todos?!

Esta vez no pudo contener su genio ni su mano. Le fue a dar una colleja a Fosco para ver si le conseguia espabilar de una vez. Una cosa es que les pusiese en peligro por mera curiosidad, pero por avaricia, eso no lo iba a consentir.

-Dale la lanza a Lady Eva de una vez, y no acabes con nuestra paciencia! - le reprendió.

El perfumista respiró aliviado al verse fuera de la torre de sus pesadillas. Tan aliviado que a punto estuvo de dar un beso a la gitana en los labios. Su visión de ella había cambiado completamente y se mostró sumiso, como no podía ser de otra manera ante alguien que ostentaba un poder semejante. Lo que hiciera la gitana con aquellas lanzas, si éstas eran poderosas o no, le daba igual. Enfrentarse a ella sólo les traería la muerte, como habían podido comprobar con anterioridad. Cuando el mediano empezó de nuevo a soltar la lengua, el mago expulsó el aire con resignación. Leiath se le adelantó en la reprimenda.

- Te meterá en esa jaula si no cierras el pico.- Le dijo al mediano con tranquilidad. No iba a mostrarle su apoyo en sus sinsentidos. Mantuvo la calma, sin exasperarse, pues no quería que la gitana le viera en ese estado.

Tras el comentario de Onfale, la jaula se agita sola en el aire, haciendo sonar la cadena que la une al techo como si estuviese embrujada.

Gracias, enano de la memoria perdida. Pero no es una maldición, es una cláusula. No está bajo mi control ni fue mi intención incluirla. El malestar cesará cuando me entreguéis todas las armas.

Rufus también se adelanta y entrega su lanza a la gitana.

Buen chico. Buen chico-repitió, acariciando a Rufus tras la oreja.

Ya tenía dos de las lanzas. Mira a Flame, la portadora del tercer colmillo.

En cuanto a la recompensa... Sí, esa fue mi oferta: lanzas a cambio de objetos mágicos y curar a la Bruja de Hala de sus aflicciones. Pero recuerdo que la mujer de la Espada Gemela me lanzó una contraoferta con la que todos estuvisteis de acuerdo... las lanzas a cambio de sanar a vuestra amiga ANTES de la aventura. Y la curé. Como prometí. Mi parte del trato ya está cumplido.

Por supuesto, estoy dispuesta a comerciar con vosotros al margen de este trato. Las lanzas son mías, cualquier otro tesoro que tengáis puede ser intercambiado por poderosos objetos mágicos.

NO! RUFUS MALO!!! Trae acá esa lanza... maldito!! Grrrr... y tras oír a la gitana Fosco se llevo tres dedos a la sien. Se sentó unos segundos en una butaca que había por ahí, con los brazos cruzados. Asimilaba la noticia. Al rato ya rojo de estar congestionado comenzó con su verborrea... Intentando ser todo lo fino que le daba su mal genio se puso en pos de rebatir a la gitana. Disculpe, gitana. Srita gitana chabolera... Incurre usted en un pequeño error, ese fue su trato con la "mujer de sus gemelos", no el mío. Si usted hace tratos con otras persona, oiga...esos son sus tratos. Nuestro trato se firmo ANTES, de esa contraoferta por parte de la mujer y por ello aquella mañana me desperté con ese malestar. NUESTRO trato ya estaba cerrado. Como usted dice la cláusula ya hizo su efecto. Yo no rechacé el tesoro. Usted no dijo de modificar mi trato con usted, usted lo estaba modificando "con la mujer de sus gemelos"... ¿Entiende? Ergo... me debe un tesoro. dice con un semblante serio y amenazador.

Al escuchar a la gitana desdecirse de su oferta tuerzo el gesto mostrando mi malestar. Con los brazos en jarras, intentando parecer serio y peligroso a pesar de que mi tamaño y deplorable estado no ayuden mucho, la planto cara.

- El trato no fue ese y lo sabe. Nos corresponde la recompensa que nos prometió.

Sabía que se estaba metiendo en un terreno pantanoso, ya que la gitana bien podría entregarles objetos malditos o maldecirles directamente a ellos, pero me sentía estafado y no iba a permitir que la gitana se saliese con la suya.

Comprendo... Vosotros dais por hecho que si no hubiese curado a la muchacha del vestido verde, ella igualmente hubiese sobrevivido a la expedición de Stabcrow. No sois conscientes de que con la primera propuesta de trato habría muerto. Por eso solo veis el pago de una deuda, y no la vida salvada, y por tanto para vosotros hay una pérdida y no una ganancia.

No tiene mucho sentido discutir los pormenores del contrato, pregunté explícitamente si había alguien en desacuerdo.

Os diré lo que va a pasar si no me dais todas las lanzas. El dolor y el malestar se mantendrán. Y cuando la enfermedad os haya consumido, solo tendré que recoger los Colmillos de entre vuestros cadáveres. Pero antes de que eso ocurra habrá disensión. Algunos querrán darme las lanzas para cumplir con el trato y librarse de la aflicción, por la fuerza o sutilmente, robándolas a sus guardianes custodios. Otros no podrán dormir ni confiar, aferrados a una lanza sin pegar ojo por las noches, aguardando la traición de sus propios compañeros.

Sí. Yo puedo esperar...

Una sonrisa brotó de la cara del mediano. y querías esas lanzas por que tu vida estaba en juego, no? Igual amenazas demasiado rápido y sólo eres una niña asustaba. Debiste haber cumplido tu palabra... dice el mediano antes de salir por la puerta. Vamos Rufus...