Partida Rol por web

 Nikeras, sin tenerlo muy claro, tomó una piedra de su bolsa y la puso en su honda y tras dar unos giros con ella se dispuso a proyectarla contra el horripilante ser.

 Entonces vio como la criatura lanzó una nueva ascua ardiente contra el guerrero malherido. Los alaridos de este le desconcertaron en el último momento, haciendo que la piedra saliera muy desviado.

 No obstante cargó una nueva piedra.

Saeta despedida del fuerte brazo del medioelfo surcaban la noche, aunque la oscuridad reinante le impedía apuntar de forma certera, no pudo ver el impacto, seguramente había errado...

Viendo que su atacante no muestra interés alguno por bajar a suelo firme, el anciano decide saltar un pelín para ver si lo puede alcanzar con la generosa longitud de la cadena armada. Sin embargo, un leve traspiés en el último momento a punto está de terminar con el viejo en la hoguera.

La joven pelirroja notaba el pecho dolorido y las piernas entumecidas, todo estaba en penumbras  iluminado solo por los pocos rayos de luna que atravesaban las densas copas de los arboles. ¿Qué era eso? El pelo mojado por el sudor se le pegaba a la cara, tenía el vestido desgarrado en varios sitios por culpa de las ramas y los brazos llenos de rasguños. Desenvaino la daga y miro con temor hacia el camino recorrido esperando encontrar las alas membranosas del murciélago. No sabía cuánto tiempo había estado corriendo puede que solo fueran un par de minutos o puede que fueran un par de horas, entre más tiempo hubiera estado corriendo mas distancia habría puesto entre ella y ese ser.

Espero unos minutos con la daga en alto, no podía correr más si “eso” le había perseguido solo le quedaba luchar, aunque estaba segura que si aparecería  de nuevo el ser se quedaría paralizada mientras le arrancaba trozos de carne y ni siquiera gritaría de dolor.

Finalmente agotado se dejo caer sobre el tronco de un árbol, no veía a más de un par de arboles a su alrededor.  Oyó ruido a su lado, una voz conocida, era uno de los niños concretamente  el que hacía guardia con ella, parecía decir algo pero no le entendía bien. Volver…. fue lo único que le entendió. ¿Seguro que quieres volver? Dijo casi histérica, has visto lo mismo que yo. Crees que alguien habrá sobrevivido. Envaino la daga. Tenemos suerte de que no haya perseguido y se este  entreteniendo con el resto del grupo. Se acurruco formado un ovillo con la capa.  Hollín estaba con el resto del grupo y sabía que el cuervo estaba vivo, tendría que volver a buscarlo, pero si se encontraba con el ser. Hollín es un cuervo muy listo seguro que me encuentra solo tengo que esperar.

La pregunta de Alice era más que traicionera, pues no tenía fácil respuesta. No quería volver, de hecho por Fosco todos los que estaban en el campamento bien podrían servir de aperitivo al monstruo alado... ¿todos? No, todos no... Aunque Rufus tuviera mil motivos para ser abandonado, había uno que le empujaba a volver. Ese perro es lo único vivo que le quedaba de una vida preciosa. Una vida que jamás volvería a ver. Además Rufus solía ser uno de los mejores perros de Posco, el cual siempre se preguntaba por que seguía a Fosco.
Debemos volver... yo...yo no tengo miedo a esa criatura mintió descaradamente el mediano. Hemos dejado atrás a amigos en su breve tiempo Onfale y Nikeras habían conquistado su corazón, pero sin duda se refería a su perro Rufus... y si ella había dejado atrás algo.
Fosco se acercó a ella le extendió la mano esperando que la cogiese, pareció que Alice no reaccionaba.
Dama con cabellos rojos, no tiene que tener miedo. Pr-prometo no dejar que nada le pase Sus palabras parecían sinceras. El miedo de Alice le hacía sentirse obligado a sentir valor, pero era fácil estando acompañado de ella y sin ese bicho revoloteando.
Su mano seguía extendida esperando respuesta.

Klasius golpea el cuerpo volador con un pepinazo de honda, pero no parece hacerle suficiente daño como para hacerle desistir. Por otra parte, el enano hace un amago de saltar, pero solo logra ponerse de puntillas. La verdad es que el de la dichosa cadenita está resultando ser un inútil total: era incapaz de acertarle a un felino que le doblaba en tamaño, mayor blanco no podía haber, y no tiene una mísera ballesta con la que enfrentarse a un murciélago gigante.

Cuando Leiath está mitigando las heridas de su guardaespaldas con un texto sagrado, el murciélago lo vuelve a hacer... Una última onda de energía sale de sus alas, que se apagan como una vela. Esta vez el fuego no va contra Azaron. Cae sobre Victor, cuya nueva herida se suma al perjuicio del hambre, conspirando para dejarle agotado y desmayado. Pero si Victor no se hubiese arrastrado hasta allí y cubierto a su hija, lo más probable es que las llamas hubiesen matado a la pequeña Lov.

Con su "munición" ya agotada, el murciélago asciende. Sus alas negras se confunden con la negrura de esta noche sin luna, haciéndolo un blanco inescrutable. Una de las luces de Onfale inicia la persecución. El murciélago vuelve a verse por un instante. Es cuestión de tiempo que culmine su huída y se funda con la oscuridad.

De nuevo el murciélago escupe una bala de fuego mientras Onfale carga a la desesperada la ballesta. Al echar un vistazo ve como ha herido ahora al caballero Victor, lo cual no le produce ningún tipo de emocíon más que la de pensar que cada vez llevan más lastre.

Necesitamos una mano dura que no le importe soltar lastre cuando sea necesario

Cuando se asomó para apuntar de nuevo al murciélago, observó como ya no estaba prendido en llamas y  como, cual cobarde alimaña, huía cada vez más alto. Era ahora o nunca, apuntó y disparó, pero el virote ni siquiera rozó un poco al monstruo. La rabia inundó al perfumista, había fallado todos los tiros, y alguien acabaría pagando los platos rotos.

-¡Bien hecho, señores! Ya huye como pájaro de mal agüero. ¡Ja, ja, ja! ¡Síííííííí!

El enano estaba eufórico aunque tampoco es que él hubiera hecho nada para merecerlo. No obstante, al cabo de unos segundos, más calmado, volvió a tumbarse tranquilamente en el mismo sitio en el que antes dormitaba.

-Voy a ver si descanso un poco hasta que me toque hacer guardia. Si vuelve, me avisáis. 

Y sin cortarse un pelo, el viejo trató de conciliar el sueño (cosa que desafortunadamente logró a los pocos minutos por la intensidad de los ronquidos).

Parece que huye, pero no podemos dejar que escape. La próxima gente con la que se encuentre quizás no tenga la oportunidad de defenderse como nosotros.

A pesar de que la criatura se escapa decido atacarla. Se trata de un extraño engendro, sin duda maligno, y no quiero permitir que continúe atacando. A pesar de la voluntad en acabar con ella el extraño ser parece adivinar la trayectoria del proyectil en la noche y esquiva con facilidad el ataque.

El guerrero se dispone a disparar... pero desiste en el último momento. Si el murciélago estaba huyendo era absurdo gastar mas munición que podría servirles para mas adelante. Aún así no guarda el arco, simplemente espera por si la criatura decide volver.

Un leve aletear entre las ramas os pone los pelos de punta y os giráis bien alerta para que el murciélago de las alas de fuego no os vuelva a sorprender... pero solo era el idiota de Hollín.

¡CRAAAACK! ¡Nunca más! Erhm... perdón... Hollín querer decir: rata voladora huir de campamento. Rata voladora... Rata voladora... Craaaaack-craaaack.

Con los ánimos más encumbrados o más alicaídos según cada cual, se restaura la normalidad en el campamento de refugiados. Hollín, el cuervo de Alice, no está. Pero el pájaro pronto vuelve volando, seguido de Alice y un tembloroso Fosco. ¡Valientes vigilantes han resultado ser!

Victor Watcher está inconsciente, pero solo necesitará dormir bien lo que queda de noche y mañana podrá andar por su propio pie.

Mañana será un día muy duro. Habrá que descender la falda de la montaña para alejarse lo máximo posible de las Brumas en las que habitan los felinos con tentáculos.

Cuando el loro de Alice se acercó, el mediano lanzó un resoplido y masculló Vaya que alegría...tu loro...está vivoya se lo podía haber comido. Le lanza un par de miradas de odio al pajarraco y sigue su camino. Fosco entra en el campamento tembloroso, pero al ver a sus compañeros raudo saca el estoque y lo agita en el aire. Fuera murciélagos! Bichos de la naturaleza!A -HA Fosco ya está aquí... Saca pecho y actúa como un héroe Esta joven casi se pierde en la espesura del bosque, por suerte estaba yo cerca...pude encontrarla y devolverla al campamento. Como veis sana y salva Dice el mediano, guarda el estoque y dice Ya-ya mañana si eso buscamos a esa criatura... Fosco no tenía ni la menor intención de buscarla, pero cuanto más tiempos pasase, más fácil sería convencerles de que ese bicho ya estaría muy lejos ya estaría muy lejos. Ni preguntó si estaban bien ni nada. Se acercó a Nikeras, Onfale y a su perrito Rufus.

Amigos ... ¿qué-qué ha pasado? ¿Dónde esta el demonio ese volador? ¿Está vivo? ¿Lo matásteis, verdad? ¿Es eso, no? Claro, que si! Queréis hablar de una vez! El mediano estaba insoportablemente nervioso esa criatura le aterraba y la idea de que siguiese por allí no el agradaba en lo más absoluto. Pensar que estuviese vivo sería aterrador. Lo bueno es que su turno había acabado y podía dormir de nuevo. De hecho tras la respuesta de ambos. Fosco se buscó un lugar tranquilo junto a Rufus y durmió.

Onfale sale de detrás de la covertura tras la cual se había protegido de los ataques "al rojo vivo" del murciélago. Como un aotómata vuelve a cargar la ballesta, estaba claro que estaban en peligro y era mejor llevarla preparada. Mantuvo un poco más las luces danzantes hasta que ya estuvo seguro de que el murciélago no volvería. Entonces, hastiado, con un delicado gesto de la mano deshizo el conjuro.

Vio llegar a Alice y Fosco y les echó encima una mirada torva. Al menos el mediano daba explicaciones. Al parecer no es que hubieran huido, sino que la mujer se había metido en el bosque a vete tú saber qué y él, como un buen caballero que era, había ido a su rescate. Quizá fuera una bruja que  bailaba desnuda bañada por la luz de la luna y Fosco había la había seguido para ver si pillaba algo. El caso es que los habían dejado totalmente abandonados y ahora el campamento olía a carne quemada, afortunadamente no la suya.

-Yo no soy quien para juzgar los gustos de cada cual, pero al menos, cuando no podáis reprimir vuestros..."apetitos", avisad para que alguien más dispuesto haga vuestro trabajo.

Adoptó la postura del loto con las manos formando el mudra correspondiente y meditó antes de recostarse junto a Nikeras, intercambiar algunas palabras  y tratar de dormir algo.

No es que le apeteciera demasiado dirigir la palabra a Fosco después de su deshonrosa actuación, pero parecía que iba a cagarse encima del miedo, y eso era precisamente lo que le faltaba al mediano para que su olor fuera igual que el de un puerco.

- Ya pasó todo.¿Acaso lo ves aquí?- Mintió el perfumista.-  Me ocupé de él como me ocuparé de ti si no cierras esa bocaza. Necesitamos dormir.- Meditar le había servido para deshacerse de parte de la rabia que había en su interior. Había disparado tres veces y las tres había fallado. Ahora el murciélago revoloteaba por los alrededores, pero Onfale necesitaba descansar bien y no quería que Fosco les importunara con sus miedos y preguntas indiscretas durante toda la noche.

- Buenas noches...Nikeras.