Partida Rol por web

¿5 de nivel 0, 3 de nivel 1, 1 dominio curación y 1 dominio magia?

Si es asi entonces mi lista sería:

Nivel 0

1 - crear agua
2 - curar heridas leves
1- fuego oscuro
1- purificar comida, agua

Nivel 1

1- bendición
XXXX 1- comprensión idiomática XXXXX
1- piedra mágica

(Usado el de comprensión idiomática y el de dominio como curar heridas ligeras)

Ya escondido en un matorral lo suficientemente cerca para intervenir en caso de conflicto, el joven Fosco escucha algo en la lejanía, no sabe bien si es un grillo o que diantres es, pues escuchar nunca fue su fuerte. Arremete el dedo bien hondo de la oreja y saca un par de tropezones de cerumen el cual mira pasmoso, pero sigue sin saber de que hablan. ¿Qué viajeros? ¿Pero de qué hablan?. Fuerza un poco la vista para ver si ve algo en las brumas, sólo sombras, bien podrían ser una persona o un árbol que diantres sabría el bueno de Fosco. De todas parecía que el hombre iba a cooperar con Nikeras, que buen pico tenía, su honradez y educación parecían ganarse al hombre. Ya podría aprender ese comerciante. Para ser un comerciante es un poco rudo. Igual ya le atracaron tantas veces que ha escarmentado y sabe distinguir un ladrón de una persona honrada. ¿Y bien será ladrón u honrado? Demasiadas dudas para una mente como la de Fosco quien saca el estoque y guarda la daga. Ya preparado ve a Onfale apuntar a su entrepierna... Si Posco lo viera lo guardaría con el resto de serpientes. Sin duda Rufus me ha guiado a dos hombres tremendamente peculiares...

Los golpes de la criatura hacen que me tambalee pero consigo mantenerme en pie. Es el momento de buscar una curación pero tan cerca de la criatura es un suicidio, me flagelará de nuevo con ese tentáculo si descuido la guardia. Por lo tanto decido alejarme para tratar de estar fuera del alcance de su ataque.

Ruedo hacia atrás sobre mi espalda con destreza y cuando me levanto a unos pocos pies de la bestia, activo el cinturón de curación para sanar mis heridas.

 Viendo como Fosco desaparece dando un rodeo, supuestamente en alguna parte tras el tipo ese del estoque, y a Onfale con la ballesta entrelas manos, Nikeras deja la niña en el suelo, dispuesto a dejar a Zicko custodiándola, pues al parecer esta niña parece la única fuente de información fiable.

 A fin de cuentas dicen que los niños y los borrachos nunca mienten... ¿no?

 El entrecano Nikeras se incorpora rebuscando ya con la mirada alguna fuente de alimento desde donde están cuando, de repente, una voz femenina se escucha.

Por un momento, Alice no escucha respuesta. Finalmente, es el esgrimista el que decide elevar la voz.

¡AQUÍ! ¿ME OYE? ¡ES POR AQUÍ!

Ha guardado su estoque, y sigue hablando durante varios minutos para que la pelirroja le pueda localizar. El resto de aventureros que se hallan por allí empiezan a escuchar el sonido de cascos galopando.

Alice emerge de la niebla, a lomos de su caballo, y con una rubia desnuda en brazos. Como dos mundos distintos, aquí hay luz del sol y los árboles se ven a simple vista: pinos y más pinos que se ubican en una pendiente de tierra que desciende hacia algún valle que aún no está a la vista. La niebla desde fuera se asemeja a una muralla de brumas, una pared blanca truncada abruptamente en esta frontera.

Allí encuentra un grupo de tres hombres y dos perros (uno con armadura y otro con silla de montar y riendas como si fuera un caballo). Estos últimos comienzan a ladrar al cuervo de Alice. En el suelo yace una pequeña niñita inmóvil, lo que no da muy buena primera impresión de qué moralidad rige a estos extraños. No son personas a las que confiarías el cuerpo desnudo de una mujer inconsciente como la de Flame.

El hombre medio desnudo de la derecha lleva una ballesta cargada en las manos, lo que pone más en sobreaviso a Alice.

Alice se desabrocha la capa y cubre con ella el cuerpo denudo de la chica que lleva en brazos en actitud protectora. Tres hombres y una niña en el suelo, ¿Qué habrá pasado? Esto no me da buena espina Mira detenidamente a cada uno de los hombres con desconfianza, y en particular al de la ballesta cargada. Hola, soy una viajera en apuros, no quiero problemas. Comienza a decir mientras se mantiene apartada con las riendas en la mano, preparada para picar espuelas al mínimo atisbo de peligro. Pero parce que ustedes también están en apuros ¿puedo ayudaros en algo?

El gran cuervo negro se mueve inquieto pasado de un hombro a otro ante la mirada de los perros, finalmente se para en uno de los hombros y empieza a ahuecarse las plumas.

Azaron logra con gran maestría propinar un corte profundo y severo, y a su vez la criatura contraataca con otro mordisco, esta vez al brazo que sujeta el espadón.

Leiath se acerca a las espaldas de su protector, y con otro pergamino se ocupa de curar mágicamente las heridas de Azaron.

Mientras tanto Klasius se mueve heróicamente esquivando los tentáculos que ondulan en el aire... hasta huir lo suficiente como para poder recordar con calma la palabra de mando que activaba su cinturón. Desde su posición en la retaguardia, sus heridas también se curan por arte de magia, aunque en un contexto menos valiente que lo que hizo la humana.

 El barbudo canoso, un hombre entrado en años, quien está junto a la niña, y totalmente desarmado, saludo a la mujer que se presenta.

 - Saludos, viajera, celebro que no busques problemas.- Dice con su voz grave serena y calmosa.

 - Mi nombre es Nikeras. Parece ser que se conocen ustedes dos.- Dice haciendo referencia al hombre que ha envainado el estoque y la mujer.- ... y ciertamente estamos en apuros. Si me escuchan, gustosamente les contaré que ha sucedido.

 El hombre hace una pausa llevándose la mano al estómago.

 - Hace días que he estado perdido en medio de una densa niebla que me ha impedido lograr sustento suficiente. Pero el azar hizo que me topara con este hombre.- Dice haciendo referencia a un perfumado aunque sucio hombre de largo pelo negro que sostiene una ballesta.- Juntos logramos avanzar y encontrar algo de comida, aunque insuficiente, cuando encontramos a esta chiquilla también perdida. Cuando nos reunimos con ella creímos que estábamos cerca de alguna granja u otro lugar civilizado, pero al acercarnos a ella, vimos que estaba en peor estado que nosotros, cerca de la muerte por inanición. 

 Haciendo una pausa, reanuda cambiando la entonación de su voz.

 - Cuando de repente, en nuestro mar de bruma blanca, distintos sonidos nos asaltaron, caballos al galope, un gran felino... y la voz de un hombre que repetía la palabra Iov. Creyendo que tal vez sería un padre buscando a la niña inconsciente, la recogimos y nos guiamos por el sonido de esa voz... hasta que os encontramos a vos.

 Dice centrando su atención con el espadachín.

 - Quien no dudó en alzar su estoque amenazando y ordenando que dejáramos a la pequeña en el suelo. Por suerte dimos paso a las palabras en lugar de a las estocadas y creo que llegamos a un acuerdo.- Mirando a la joven jinete, y a la figura que cubre con su capa, añade.- Me gustaría que se sumara al acuerdo. Hacer un alto a cualquier intento de hostilidad, hasta que podamos comer, intentar recuperar a la pequeña, y aclarar todo este feo asunto.

 Finalmente, como quien no quiere la cosa, termina diciendo. Con voz calma.

- Aunque mi aspecto no lo sugiera, tengo ciertas aptitudes sanadoras, si me lo permitiera, pudiera dar un vistazo al estado de la mujer que lleva en la grupa del caballo.

Cuando Fosco vio al hombre bajar el estoque el hizo lo propio, guardó su estoque, el mediano estuvo apunto de hace visible su presencia y salir de su escondrijo. La buena voluntad de Nikeras al depositar a la muchacha como le habían ordenado parecía tranquilizar al hombre, hasta que se puso a alertar a una mujer...que apareció encima de su caballo. ¿Sería acaso aliada del hombre? Bien podría ser su esposa y llevaba una mujer desnuda a lomos del caballo. Esto se ponía bien feo. Había muchas preguntas e incógnitas que responder y para colmo Rufus estaba empecinado en coger al loro aquel que llevaba la muchacha. Con lo educado que era Rufus... Bien obediente que era con Posco, en tan sólo unos días se había vuelto medio salvaje y desobediente...tenía que meter en vereda a ese perro Pero no era momento de desvariar. Nikeras presentó muy bien los acontecimientos y además era sincero y convincente. Esa chica no le gustaba al intrépido mediano, que sacó una de sus dagas por si el asunto se volvía a enturbiar. Ahora eran dos más y quien sabe que teatro estaban interpretando.
Un segundo! ¿Nikeras ha dicho que hay por aquí un tigre? Fosco perdió un segundo de vista al grupo para ojear el entorno y concentrarse en cualquier sonido ajeno al grupo para saber si había algo acechando en las sombras.
Su posición era privilegiada y el grupo les serviría de carnaza en caso de amenaza para asestar un golpe mortal a lo que se acercase...pero tampoco podía descuidar a Nikeras y a su bien preciado comerciante...

La bestia se tambaleaba, debía faltarle poco para caer. Azaron se había llevado un buen golpe pero aguantaría. El enano... los enanos son resistentes cual rocas, también resistiría otro embate de aquel ser antes de desfallecer.

Leiath se retira prudentemente para evitar un posible ataque de esos feos tentáculos y espera pacientemente su oportunidad para sanar a sus compañeros.

Todavía aturdido por el fuerte golpe de aquella cosa, el viejo enano seguía sin acertar con la cadena armada.

-¡Me cago en los siete reinos!--se le escucha lamentarse desde el lado opuesto de la feroz criatura.

Un poco recuperado de las heridas y motivado por la gran criatura sangrando profusamente me lanzo de nuevo hacia ella, esquivo con maestría la embestida de uno de los tentáculos y clavo de nuevo la daga en el vientre de la bestia.

Flame respiraba lentamente, como si le costase sobrevivir. Su cuerpo estaba delgado, demasiado delgado hasta para una belleza como ella. Se notaba que parte de su estado era debido a la inanición. Algo similar a la chica que había encontrado el grupo.

Aunque también tenía heridas en su cuerpo, algunas aún estaban sangrantes y tenían todas la misma forma. Parecía como si algo la hubiese embestido y la hubiese pasado por encima.

Cuando la chica salió de las brumas para dar lugar al sol, abrió los ojos por unos segundos y movió sus manos buscando algo, o a alguien. Solo se pudo entender una breve palabra: ...ayash... aunque nadie entendiese el significado de esta.

La mujer a caballo usa su capa para tapar el cuerpo desnudo de la mujer. Vaya novedad- Pensó Onfale con hartazgo- Una mujer desnuda...Al ver que el hombre guarda el estoque el mago deja de apuntar con la ballesta a sus partes más íntimas, pasando ya a una posición relajada, colgándola a su espalda. Escucha las palabras de Nikeras, asintiendo cuando lo cree necesario. Una medio sonrisa sarcástica se dibujó en su rostro al ver la actitud de la chica a caballo. ¿Acaso ella daba mejor impresión llevando a una mujer desnuda en su caballo? Incluso podría ser virgen y querer usarla para algún tipo de sacrificio... aunque no se lo parecía, tenía buen ojo para esas cosas. Recordó que había oido un galope de caballo en la niebla.Quizás la joven la hubiera arrollado y ahora trataba de ayudarla. ¿Pero por qué entonces estaría desnuda?

Cuando el olor del cuervo llegó hasta Onfale, algo se revolvió en uno de sus bolsillos. Él llevó la mano instintivamente al bulto acariciandolo con sus manos de dedos largos y delicados.

-Mi nombre es Onfale. - Le dice a la mujer a caballo-  Bueno pues explicado todo, ¿nos vamos a quedar así todo el día? Yo me alejaría un poco más de esa maldita niebla. Tenemos que cuidar de nosotros mismos, de la niña y la mujer. Nikeras, ¿porqué no buscar un sitio donde podamos guarecernos? Un claro o lo que sea. Ya me ocupo yo de llevar a la niña, tú ocúpate de sacarnos de aquí y de encontranos algo de sustento- Los ojos felinos del mago no dejaban de observar al hombre del estoque mientras se acercaba a recoger el cuerpo inerte de la pequeña. -¿Os parece bien? - Mientras el hombre no explicara quien era no iba a dejar que se llevara a la niña.

Viendo el combate desenfrenado de los ahora nuevos compañeros, al menos, unidos ante aquella inesperada amenaza. Suelto el Arco en el suelo después de meditarlo durante un breve espacio temporal. Al ver la herida de algunos de ellos desenfundo mi juego de espadas y le intento asestar al dañado ser por la parte lateral. La celeridad con la que emprendo el ataque hace que no sea todo lo letal que esperaba, pero al menos intentaría contribuir con la derrota de tamaña alimaña... Por el Sur.- grito espoleando mis brazos.

La historia del hombre barbudo parecía demasiado enrevesada para ser mentira, pero nunca se sabía. Podía ser una ingeniosa estratagema para guiarla a una trapa, después de todo ellas eran dos mujeres y ellos tres hombres, y los hombres siempre daban prioridad a su “segundo cerebro”. Pero si estaba dando prioridad a su “segundo cerebro”, no hubieran utilizado ninguna estratagema.

Mi nombre es Alice, la chica pelirroja suspiro profundamente, soy una viajera descarriada, una artista se podría decir, pensaba cruzar las montañas en busca de nuevos pueblos donde ganar dinero cuando me ha asaltado esta niebla.

Volvió a acomodar mejor a la mujer inocente entre sus brazos. Podríamos ir a ese sitio tranquilo creo que mi… Alice titubeo unos momentos antes de pronunciar la palabra, amiga necesita cuidados médicos, tuvo un accidente. La chica volvió a titubear antes de continuar. Mejor dicho tuve un accidente con ella, iba por mitad del camino…. pero ahora eso no es lo importante. Cuando estemos entorno a un fuego podremos seguir hablando.

Alice se fijó en el perro con la silla de montar ¿la niña montaba al perro?