Partida Rol por web

Levantó la mirada del libro, al fin, convencido de que no iba a encontrar de momento nada en él más que papel gastado del uso. Cerró los ojos con fuerza, recobrando la energía, y se levantó de un pequeño salto. Estiró los brazos, crujió su nudillos e hizo chascar su espalda con un sonido parecido al de una carraca estropeada. Giró la cabeza, moviendo en círculos su cuello, sintiendo un alivio inmediato después de tanto rato leyendo, y sólo entonces, después de todo eso, abrió los ojos mirando directamente a Antoine. 

Era difícil explicar el gesto que puso a continuación, una mezcla de turbación, incredulidad y fascinación ante la escena que tenía frente así, cuanto menos ridícula. Intentó evitarlo, pero lentamente, de manera inexorable, la risa acudió primero a su garganta y luego se extendió por toda la habitación. Tardó casi cinco minutos en recobrarse, incapaz de controlarse bajo la atenta mirada de los demás en la sala, que no entendían nada, y luego, cuando pudo, aún afloraba una sonrisa burlona a su rostro surcado por lágrimas provocadas por la hilarante escena. 

- ¿Qué te parece Black? ¿Encuentras algo interesante? - El deje de sarcasmo era totalmente perceptible, casi palpable. - Si quieres, cuando acabes, me puedes decir de dónde proviene el papel, así después podré dibujarte YO algo más, no sé, parece de buena calidad y te ha gustado. 

Al parecer, su querido compañero, hábil interrogador e inteligente en muchos sentidos, no había pillado que el dibujo lo había hecho él, y no había sido dejado por el asesino. Una vez más, se descubrió pensando que hacían teniendo el mismo rango y nivel. 

Rió por lo bajo, mientras negaba sutilmente, y dejó a Antoine ahí, con cara de perro, observando el papel como si este le hubiera ofendido, para después llevar su atención a Livingtone. 

- Creo que tengo una explicación para eso. - Dejó unos segundos, esperando captar la atención de los presentes. - Me temo que perseguimos a un hombre con habilidades... extraordinarias. Aquí no vamos a poder hacer mucho más. Debemos informar al capitán e investigar lo que nuestro amigo Antoine tiene en las manos. Tal vez en ese símbolo encontremos alguna pista a través de eso.

Volvió a girarse para mirar a Black, dio dos zancadas y le quito el papel de las manos antes de que pudiera evitarlo. Al fin y al cabo, era su dibujo, estaría más seguro con él que sobre una vela.  

¡Dios! Como odiaba a ese hombre*, y su maldita fachada de perfeccionismo... Al menos había podido conectar algunos puntos y el dibujo de Le Noir aunque no fuera obra del asesino, era una pista.

No dijo ni una palabra mientras recogía sus bártulos y los depositaba con cuidado en su maletín. Coincidía con su compañero, allí no había más que rascar.

-Efectivamente- comezó a decir -el asesino tiene habilidades especiales, ¿puede que mentalismo? Recuerde esa cara Le Noir- dijo señalando al cadáver -quizás el capitán trató de burlarse de un mentalista...- intentó que su voz no denotara ninguna emoción, pero en el fondo había un tono de rencor en sus palabras.

Sonrió, de nuevo burlón. Sentaba bien dar un golpe de vez en cuando a aquél hombre que tanto disfrutaba haciéndole sufrir. Había sido ridiculizado delante no sólo de otro Casaca, sino también de los guardias e incluso una sirvienta. Cuando todo esto acabara, seguro que empezarían a correr rumores y gracias por la ciudad, sólo harían falta un par de cervezas y ya habría un nuevo chisme para amenizar las noches de taberna. 

Se le escapó una nueva risa, suave y en bajo, apenas perceptible más que por su propio rostro, que se apresuró a controlar mientras miraba como Black recogía sus cosas y le amenazaba de una manera cuanto menos sutil. 

- Tienes razón, amigo, creo que nos enfrentamos a un mentalista - Le guiñó un ojo mientras se daba la vuelta y se dirigía a la puerta -. Uno de verdad me temo... 

Allí, detenido en el marco de la entrada, volvió a mirar hacia atrás sin darse la vuelta por entero. 

- Explicaré todo lo que he descubierto junto al capitán Von Breth. Estoy seguro de que querrá saber de todo esto de primera mano... - Luego, otra vez mirando al frente, habló sin dirigirse a nadie en especial -. Vosotros los habéis interrogado, ¿veis necesario que nos acompañe algún testigo? 

cuando Le Noir giró su cabeza para hablar de espaldas a sus compañeros chocó con algo o con alguien. El golpe le hizo retroceder hasta hacerle entrar a dentro del despacho de nuevo, más que por la fuerza imprimida por pillar desprevenido al inspector.

Entre sus manos ahora había un un maletín de investigación como el que llevaba Black o Livingtone.

Pasado un segundo de desconcierto alguien entra en la sala.

Aquí tienes el maletín que enviaste recoger...

vestido como un paisano cualquiera entró Merlin, el que había sido el tutor del peculiar trío de inspectores hasta hace bien poco.

Con ciertos aires de superioridad y algo de sorna en sus palabras comentó:

De verdad, aun no me acabo de creer que el capitán haya enviado para cubrir una investigación de tal importancia a tres patanes como vosotros. He venido para verlo con mis propios ojos... e incluso antes de entrar aquí y escuchar lo que he escuchado ya he visto lo poco aptos que estáis resultando.

Tan solo su presencia crispaba a todo aquel que había tenido trato con él, jamás había hecho un solo cumplido y siempre intentaba pisotear a todos intelectualmente hablando. Era un cerdo condescendiente y lo peor era que nunca se equivocaba.

A ver, lo primero, porque demonios no llevabas tu maletín? y por que diablos mandas a un guardia cualquiera al cuartel de los casacas a buscarlo? no te haces la idea de lo mal que lo ha pasado ese pobre infeliz con solo presentarse en la puerta. no no no, eso está mal, muy mal. Regañó a Le Noir como si lo hiciese a un niño

Mientras avanzaba por la habitación todos veían como se pavoneaba, pero los inspectores podían intuir que de reojo estaba analizando todo lo que se encontraba a su alrededor.

Que más, ah si, por que en vez de colaborar os dedicáis a ir cada uno por vuestro lado compartiendo a medias la información... aix que poco supisteis aprender de lo que os enseñé del trabajo en equipo suspiró en voz alta. Por no hablar de lo descuidados que os habéis vuelto a la hora de usar... ya sabéis, las actitudes que poseéis...

De repente como por sorpresa sacó una carta del bolsillo de su casaca no oficial y se la entregó a Livingtone Toma, casi se me olvida, es urgente.  El inspector la abrió y la leyó con toda la premura que le fue posible y sin chistar salió corriendo de allí.*

Una vez el inspector Livingtone se había ido Merlin chasqueó los dedos y entró otro inspector embozado en el cuello de la casaca y su sombrero de tal forma que no pudo ser reconocido. Este nuevo personaje metió a guardias, criada y sargento en la sala contigua al despacho y allí se quedaron.

Bueno, de que olviden lo que han escuchado lo hará el inspector Wells... espero que no repitáis semejante error.

En ese momento los miró muy serio y les dijo

El capitán os ha enviado aquí para que lo resolváis vosotros, no vayáis a verle con las manos vacías nunca si no queréis aparecer flotando en algún muelle del puerto.. es solo un consejo.

y ahora decidme, que habéis averiguado?

Merlin, ese maldito engreido con cara de idiota... Aún no entendía como un tipo así podría ser considerado siquiera para el puesto de tutor... y se quejaba de que lo hiciesen mal, como si su instrucción hubiese sido digna de los manuales de la académia...

Y lo peor de todo eran esos rumores que decían que eran hermanos... -¡Hermanos! ¿De ese patán prepotente y estirado? ¡Ja!- Es cierto que tenían ciertos rasgos faciales similares, pero nada más lejos de la verdad*. Con todo, era su superior, de momento... y, le gustara o no debía rendirle cuentas, aunque en este caso poco podía aportar.

-Señor, la criada tiene información sensible que no he podido conseguir... del todo. Parece ser que el capitán pasaba muchas noches en su despacho, recibiendo visitas... visitas que, por lo que he podido interpretar de las palabras de la joven, no deberían ser completamente "oficiales". El resto han sido balbuceos sin sentido, fruto del shock de encontar el cadáver, supongo...- cogió aire y continuó.

-Por otro lado, un analisis de la escena del crimen, ponen como principal sospechoso a un usuario de habilidades, posiblemente un mentalista, y de los buenos a juzgar por la cara del fallecido- dijo haciendose a un lado para dejar bien a la vista el rostro de Von Fray.

-Hasta aquí lo que he podido descubrir, señor, no sé si mi compañero dispondrá de más información...- se quedó mirando a Le Noir con cara de pocos amigos, pero sin hacer ni una mueca ni añadir ninguna puya. No delante de Merlin.

- Si sé que ibas a venir tú con el maletín, seguro que no habría mandado a buscarlo... - Masculló entre dientes cuando volvió a mantener la compostura después del "fortuito" choque con el engreído de Merlín.

Aguantó con la cabeza gacha el sermón, ignorando como tantas otras veces las palabras de aquél miserable que, si era posible, le hacía rabiar más que el propio Antoine. Desde pequeño había aprendido a parecer arrepentido ante los que se creían por encima de él, pareciendo arrepentido, ignorante, servicial, y lo que hiciera falta. Con ese hombre era más de lo mismo, era la clase de persona que odiaba y que guardaría en su corazón hasta el momento que pudiera vengarse y hacerle pagar por cualquier humillación y vejación a la que le hubiera sometido.

Por degracia, en una cosa tenía razón, que era lo peor. Habían sido descuidados, se habían dejado llevar por sus odios personales en vez de trabajar en equipo, y lo más peligroso, habían estado a punto de ir a ver al capitán a pavonearse delante de él, para ver quien había descubierto más cosas. 

A veces somos como niños... Pensó para sí mismo mientras suspiraba, resignado, y volvía a mirar a Merlín a los ojos, escuchando lo que Black tenía que decir a la espera de su turno. Cuando su compañero acabó, asintió. No agregaba nada a su información, pero eran datos que, aunque nada que ver, podrían llegar a ser de utilidad sin encontraban una conexión. 

- Me temo que si. No he encontrado nada extraño en la escena del crimen más allá de que el asesino desordenó todo esto, aunque no sé muy bien con que intención. Puede que sólo quisiera parecer un simple asesinato, pues no parece faltar nada, pero algo me dice que no es así -. Sacó entonces el papel en el que había dibujado el símbolo egipcio que había visto a través de sus habilidad, y se lo tendió a su tutor -. Por otro lado, nuestro objetivo es a todas luces un mentalista poderoso que se usa de un colgante con esta forma para canalizar sus poderes. En capaz de, con una simple orden, conseguir matar a alguien... - Dejó un breve instante para que pudiera analizar el dibujo, y luego continuo -. Todo apunta a que ese es el motivo por el que ninguno de los guardias recuerda nada, y es por eso también que Von Frey no pudo ni defenderse.

Una vez acabó de dar su informe se dirigió a la estantería, donde recogió el libro que hacía poco estaba leyendo, el Cantar de Roldán, escrito en su lengua original y de aspecto deteriorado. 

- Mis visiones también me llevaron hasta este libro - Se lo tendió también a Merlín -. Lo he leído e inspeccionado y no encuentro nada raro en él, pero parece que Von Fray hacía un uso excesivamente notable de él. 

Esperó así, atento a cualquier gesto por parte de Merlín. Tal vez él sabría algo más, o podría guiarles en alguna dirección. Si no era así, ya empezaba a tener en mente el siguiente paso.

mmmm meditó un par de segundos. Elemental queridos, elemental. Dijo al fin creo que el Capitán se veía con alguien que prácticamente solo hablaba francés, de ahí ese libro, es un pilar básico de la gramática y lengua escrita de su país de origen... lo leen aquellas personas que quieren cultivarse en ese idioma... y Von Fray aun siendo muy culto apenas dominaba el francés. En resumen, tenía tratos o esperaba tenerlos en un futuro con alguien de relevancia para el capitán, esta persona sin duda era francesa.

Por otro lado continuó el asesino conocía muy bien las rutinas de la guardia portuaria y fue capaz de saber cuando y donde actuar... sobre el medallón sonrió mirando a Black creo que es una pista ambigua, ya que por la descripción diría que el inspector Black aun posee uno así, no es verdad? sonrió con maléfica soberbia lo que vengo a decir es que la adivinación se dice que es en muchas ocasiones algo encriptada, que muestra ambigüedades que el vidente puede relacionar de alguna manera con lo que sabe... vamos, que cuando es imposible que conozcas algo tu mente se lo inventa y pone en su lugar algo relacionado. 

y cuando parecía que su despliegue de hedonismo iba a acabar concluyó Pero claro sabemos algo sobre el asesino, algo sobre un contacto de Von Fray que sin duda debe estar relacionado de alguna manera con todo esto... pero aun no sabemos nada. Quizás deberíais pensar el porqué para llegar a saber quien. 

y de forma tajante e imperativa ordenó Buscar al francés

Si no fuera por que se suponía que ese engreído estaba de su lado, pensaría que estaba intentando poner a Le Noir en su contra.

-Si, claro que tengo un medallón igual, muchos mentalistas poseemos uno, de ahí mi interés y mi recelo en el dibujo de mi compañero.- dijo, lanzando chispas por los ojos.

-En cuanto al asesino francés, si es que es francés, claro. Sacar esas conclusiones tan prematuras parece impropio de usted, señor. Aunque seguramente sepa más cosas de las que nostros hayamos visto por aquí, por algo es el jefe. En fín, no me voy por las ramas, evidentemente conoce y se codea con gente importante si estaba haciendo negocios con Von Frey, habrá que hacer las pesquisas oportunas en la clase alta o comerciantes ricos-.

Asintió ante las palabras de ambos, sin mirar a ninguno de ellos a la cara. Volvía a estar perdido en sus pensamientos, abochornado al descubrir que sus habilidades habían podido engañarle de una manera tan fuerte. Si no hubiera sido por esa misma afirmación, pronto habría acabado incluso por sospechar de su compañero. Negó con la cabeza, incrédulo. Había faltado poco.

- Buscar a alguien con la única premisa de provenir de Francia puede ser una locura - Supiró -. Me temo que podría ser cualquiera. Un informador, algún espía, una mujer...

Cerró los ojos, pensativo, intentando descubrir si se le escapaba algo, cualquier cosa. 

- Tal vez si hubieras descubierto algo más de la Madame... - Sonrió -. Pero eso es agua pasada. Propongo que nos separemos. Tú te sientes más cómodo con la alta sociedad. Ir yo... bueno, sería meternos en problemas. Tal vez deba intentar buscar en los bajos fondos. Tal vez alguien sepa algo, rumores, cualquier cosa que pueda sernos de utilidad. - Luego miró a Merlín, recordando la bronca que acababa de echarles, y se lo replanteó -. O podríamos ir juntos. Las ratas saben más de lo que parece, a lo mejor podemos unir nuestras... habilidades... para sacar algo en claro.  

Ir al puerto y preguntar en los muelles y archivos... debe de tratarse de alguien pomposo si era atendido por el propio Von Fray. Averiguar los días que pudo reunirse el Capitán con un francés y cotejarlo con las llegadas de barcos diplomáticos o de grandes comerciantes franceses... vosotros mismos, yo no voy a sacaros las castañas del fuego, el trabajo es vuestro. sonrió sarcásticamente yo solo he venido a traerle nueva ordenes al patán de Livingtone y ver con mis propios ojos lo lerdos que podéis resultar.

saludó dando un toque con dos de sus dedos en la frente y se dio media vuelta para salir.

Si me necesitáis buscarme, no creo que os ayude más, pero no perdéis nada por intentarlo... siempre es un placer ver como os arrastraáis en busca de mi sabiduría.

y con estas palabras se fue sin dar opción a réplica.

En unos pocos segundo el inspector Wells abandonó la sala contigua al despacho y comentó

los testigos ya han sido borrados, seguramente no os reconocerán y con certeza no recordarán la herejía cometida en sus narices... id con más cuidado la próxima vez compañeros... a todo esto, donde se ha metido el gusano de Merlin? menudo hijo de mil fulanas, siempre me deja en la estacada

y renegando salió en busca de vuestro ex tutor

-Mira Le Noir, te voy a ser sincero: no me gustas. No me gustas tú, no me gustan tus maneras y no me gusta tu bigote- dijo con la mirada puesta en la espalda de Wells. -Pero lo que odio a Merlin... No lo vas a lograr ni en mil años. Solo por eso te propongo una tregua- las palabras se le atragantaban en la garganta antes de salir.

-Resolvamos este maldito caso y demosle en las narices a ese presuntuoso charlatán. Después podremos volver a insultarnos como es debido- se volvió hacía su compañero.

-¿Hay trato?- preguntó.

Con los nudillos blancos de apretar los puños, los ojos cerrados y controlando la respiración, dejó pasar unos minutos después de que Merlín se despidiera de ellos, siempre tan cordial. 

Verle era como recibir una patada al orgullo. Era insoportable, cruel, mezquino, miserable y, por desgracia, demasiado inteligente. Tenía razón en casi todo lo que importaba, y eso le desquiciaba aún más que su actual compañero, el cual, ahora que se daba cuenta, le estaba hablando mientras temblaba como un chiguagua con espasmos. 

No había escuchado más que palabras sueltas y el final, pero había captado el fondo del asunto. Le parecía bien, al menos, por el simple gusto de dar una lección a su antiguo tutor, así que tendió la mano hacia Black, dando a entender que aceptaría el trato tras ese simple gesto de cordialidad y camaradería. 

Una vez se apretaran las manos, llegaría lo complicado: hacer honor al pacto y, sobre todo, cazar al asesino. ¿Por dónde deberían empezar?

Al ver la mano extendida de Le Noir frente a él, el inquisidor dió un paso hacia atrás.

-¿Tocarnos? ¿En serio?- dijo horrorizado. Luego lo pensó de nuevo y haciendo un gran esfuerzo apretó durante un instante casi imperceptible la mano de su compañero. Acto seguido sacó su pañuelo del bolsillo y se frotó ambas manos.

-En fín, mon amie, creo que deberíamos ir a hacer unas cuantas preguntas en el puerto- y sin más salió de la habitación con paso vivo.

Sonrió al ver el espantado gesto de Antoine cuando le dio la mano y una pequeña risa se le escapó cuando se apartó de él y rápidamente se limpió las manos. Cosas como aquella hacían su vida un poco más placentera, así que se guardó la escena en su mente y decidió que más adelante le haría sentir obligado a algo parecido. 

Luego, una vez más, ese acento francés para dirigirse a él, y su idea de hacerle sufrir de alguna manera se afianzó en su cabeza como una serpiente enroscada a su presa. Sin embargo, no tenía mucho tiempo para pensar. Black salió disparado por la puerta hacia el puerto, presumiblemente siguiendo las indicaciones de Merlín, y él no pretendía quedarse atrás. 

Se aseguró de que no le faltaba nada y de que llevaba bien cerrado y en su sitio todo, y salió corriendo detrás de su compañero. Seguramente el primer sitio al que deberían ir era los archivos, así que allí encaminaron sus pasos.

- ¡Espera! - Le había venido de repente a la cabeza, como si se tratara de una inspiración divina, un aviso de algún ente superior. Estaban siendo puestos a prueba, y seguramente sus movimientos y avances eran de cerca vigilados por sus superiores. Algo tan grande, estaba seguro de ello, no lo habrían dejado en sus manos sin asegurarse, sin un respaldo. Ir por el muelle haciendo preguntas sin sentido, como pollos sin cabeza, no sería su mejor publicidad ante el capitán y el cuerpo de Casacas. No, debían pensar, actuar con más calma -. Creo que deberíamos terminar aquí primero. Hay muchos barcos de Francia que llegarán a este puerto, tal vez podamos sacar algo más en claro de Madame o algún intendente. Sabemos que tenía visitas... personales - Sonrió, dejando que su gesto diera a entender casi cualquier cosa -. Sin embargo, a lo mejor se relacionan con alguna de carácter más oficial. Deberíamos preguntar y ver los registros. Busquemos a quien se encargara de ello.