Avanzáis hasta el siguiente torreón a través de los muros del castillo. Desde allí se puede ver el patio interior entre la densa lluvia que cae sin piedad sobre vosotros. El castillo va recobrando lo que una vez fue a cada paso que dais, los ahora derruidos y desmoronados muros se recomponen lentamente, las almenaras vuelven a echar chispas como antaño y el desgastado grabado de la plaza central parece ahora recién tallado.
Antes de llegar al norte después del siguiente torreón una gran piedra arrolla parte del muro a vuestro paso, esto coge desprevenido a Behar que resbala por el saliente, por suerte Guiraud logra atrapar su antebrazo antes de la dura caída. Entre todos lográis subir al guerrero con gran esfuerzo.
Tras recuperar el aliento, empapados por la lluvia llegáis a este extenso salón que parece ajeno al caos de fuera. Dos grandes escaleras bajan desde ambos extremos de la estancia, adyacentes a los muros. Una gran lámpara de cirios amarillentos cuelga del techo en la parte central.
Al frente, hay unas enormes puertas con el grabado en sobrerelieve de un hermoso rostro de mujer que muestra una muy enigmática sonrisa. A la derecha, junto al muro circular del torreón este, un anciano decrépito con un extraño gorro se sienta tras una pequeña mesita. Sobre ella, un enorme libro se abre ante él. Lo ilumina una enorme vela que no parece consumirse jamás.
El anciano os observa desde la mesita, no parece extrañado ante vuestra presencia mientras pasa una a una las páginas del libro y os pregunta sin más.
- Saludos viajeros, veo que habéis alborotado bastante a los inquilinos de este castillo. Nuestra señora, ELLA, os esta esperando, pero antes de que continuéis debo preguntaros.
- ¿A quién debo este placer? ¿Cuáles son vuestro nombres?
Motivo: Fuerza Behar
Tirada: 1d20
Resultado: 6
Tirada oculta
Motivo: Fuerza Guiraud
Tirada: 1d20
Resultado: 6
Tirada oculta
Motivo: Fuerza Kaysa
Tirada: 1d20
Resultado: 12
Tirada oculta
Motivo: Fuerza Celingandir
Tirada: 1d20
Resultado: 8
Kaysa estaba harta. Harta de la magia, harta de aquel castillo, harta del dolor del hombro, harta de los pellejudos y de sus inmundas enfermedades. Corría por el castillo con la furia del oso en los ojos, y su hacha brillaba a la luz de los rayos y mojada por la lluvia, y sus pies levantaban corrientes de agua al pisar los charcos sobre la piedra. Cuando Behar estuvo a punto de caer, su brazo lo arrancó del precipicio casi con violencia, y siguió corriendo, buscando como un depredador busca su presa.
Por fin, entraron en una habitación que parecía ajena al caos de fuera, y allí, todo parecía en calma. Un anciano leía un libro, como si nada, y todo estaba decorado como en un castillo de verdad. El anciano no parecía sorprendido, solo les dijo que habían alborotado a sus inquilinos, y les preguntó quiénes eran.
Aquello ya fue demasiado para Kaysa. Aquel capullo estaba ahí, sentado como si nada, mientras sus "inquilinos" les atacaban, les herían y casi les mataban, mientras Ella hacía y deshacía a su antojo, mientras Kaysa se iba convirtiendo en lobo cada vez más y más. Y hablaba de "a qué debía ese placer". Bien, para ella no era ningún placer, y se iba a asegurar de que dejara de serlo para él.
Sin detenerse, corrió hacia la mesa del hombre, y de una poderosa patada golpeó el mueble con todas sus fuerzas, haciendo que saliera despedido por el aire y chocara contra la pared, tirando la vela y el libro por el suelo. Ahora sin la mesa de por medio, blandió el hacha delante de la nariz del anciano.
-No tengo tiempo para gilipolleces-bramó-Estoy buscando a un pellejudo. A un hombre lobo. Seguro que sabes dónde está. Vas a llevarme con él, o te clavaré este hacha tan profundamente en el pecho que tendrán que enterrarte con ella.
Motivo: Intimidar
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+3)=8
Haz una tirada de Intimidar. xD
Basura de tirada xD
El anciano sorprendido no reaccionó a las violentas palabras de la bárbara, se tomó un segundo y respondió pausadamente.
- A pesar de los años que he vivido siempre existen "seres" que me sorprenden. Lamento querida no poder ayudarte con ese "problemilla" no tengo ni idea de donde encontrar a un canis lupus si a eso te refieres con "pellejudo". Y creo que esa impaciencia que desprendes será tu final.
- Yo sólo soy un mero guardián de palabras, espero que os hayáis preparado, mi señora está casi lista y no tendrá piedad con los que se interponen en su camino, nunca la ha tenido...
Al observarlo más de cerca, este se muestra su rostro a la luz tenue de la estancia, sus ojos son grises y ancianos. Es evidente que no puede ver lo que está delante de el pues hace ademán de tocar el rostro de la bárbara.
Observando el colgante que comenzó a iluminarse minutos atrás trato de examinarlo ahora que estamos en calma para determinar si esconde algún secreto. Por los años que llevaban juntos como compañeros, la reacción de Kaysa a las palabras del anciano no le sorprendió en absoluto.
Escuchó pacientemente la respuesta del anciano y apartó con cuidado el hacha de doble filo de la bárbara.
- Hasta ahora me temo que tu método para encontrar al "cambiaformas" no está sirviendo de mucho. De nada nos servirá dar sepultura a este hombre, no parece peligroso.
Después se acercó a los restos de la mesa y recogió del suelo el libro sobre el que estaba escribiendo el anciano hace escasos momentos para examinarlo con más detenimiento. Después chasqueó los dedos acompañado de unas palabras para volver a colocar la mesa donde había estado.
Acto seguido puso el libro encima de la mesa para que todos lo pudieran ver y colocó el colgante a su lado.
- Sería conveniente que examinemos este libro, el anciano podría ser testigo de muchas cosas, aunque parezca que no pueda ver nada, existen otras vías para ver...
Uso predisdigitación para colocar la mesa. Observo el libro para que todos puedan ver que encuentro.
Celingandir apoya el colgante que continúa brillando sobre la mesa junto al libro que sostenía el anciano. Algo ha cambiado en el antiguo tomo, al abrirlo por la página que sostenía el marcador se encuentra una enorme mancha de tinta, sospecháis que el tintero con el que trabajaba se ha derramado sobre las páginas manchando gran parte de su contenido.
Únicamente se pueden leer las últimas palabras, que parecen nombres femeninos; Mitra, Araela, Dahliah, Inma, Nathalia, Sonja y por último Fara, lográis deducir que ese último nombre es de la pequeña a la que buscáis aunque la "a" que termina está arrastrada sobre el papel como si aún no se hubiera terminado de escribir. De pronto el anciano continúa su discurso tratando de levantarse, pero apenas puede y vuelve a caer en el suelo.
- Sólo yo tengo el honor de acceder al contenido de tan majestuosa escritura, mirad lo que habéis logrado, ese tomo ha vivido innumerables años, espero que la Furia de mi señora caiga sobre vosotros.
Leer el penúltimo nombre de la lista "Sonja" hace que resuene en tu cabeza sin parar, resulta que así decidiste llamar a tu única hija ya fallecida. Podría ser una mera coincidencia pero el día que la viste marchar es un recuerdo demasiado doloroso para ser olvidado...
La carrera estaba siendo frenética pero revitalizante. El estado de Kaysa no hacía más que empeorar, y las prisas casi hacen que perdamos a Behar. Aun así el guerrero pudo evitar la muerte una vez y más y, en apenas un suspiro, nos encontramos en un extenso salón en el que un anciano al parecer nos esperaba.
Kaysa, en unos de sus arrebatos de ira, se abalanzó de tal manera sobre el hombre que pensé que iba a matarlo en el acto. El hombre habló con una calma digna de admirar, contando con el hecho de que tiene el hacha de la bárbara a escasos centímetros de su pecho, y al hacerlo pregunta por nuestros nombres. ¿Nombres? ¿Para qué demonios quiere nuestros nombres? Además, Ella debería saberlos ya, teniendo tantos espías como tiene por todo el pueblo. Extrañado ante tales palabras recuerdo de repente la última frase que dijo el centauro antes de morir:
Sobreviviréis si conocéis su verdadera debilidad, su nombre...
-Si quieres saber nuestros nombres, primero deberías decirnos el tuyo. Por lo que a mi respecta, ni siquiera sabemos el nombre de tu señora.
Cuando Celingadir se acercó a la mesa me fijé en el colgante, todavía brillante, que habíamos encontrado en el pueblo.
-Ese colgante me tiene inquieto. Parece que ha reaccionado a toda esta vorágine que se ha formado. ¿Has podido examinarlo bien, mago? Por como brilla, parece un objeto mágico.
Sin embargo, antes de que el mago pueda contestar, el libro se abrió, dejando entrever una lista de nombres. El nombre de Fara estaba allí, sin embargo, no fue aquel nombre en el que me fijé. Sonja, el nombre de mi hija, figuraba en la lista justo antes que el de Fara. Mi pobre niña, raptada tantos años atrás estaba allí.
Abandonado toda la calma que había mantenido en el momento me abalancé sobre el viejo, furioso, y lo levanté en peso hasta que nuestros ojos se encontraron.
-Donde están las niñas de esa lista. Dime donde puedo encontrarlas o lo que te ha prometido la bárbara te van a parecer cosquillas al lado de lo que te voy a hacer yo.
Mi tono era frío, cruel. Me daría la información que quería, y me la daría en ese momento.
Motivo: Intimidar
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+1)=9
Pruebo yo a tirar intimidación con no muy buenos resultados tampoco.
En respuesta a la pregunta del monje y habiendo examinado con calma el colgante, Celingandir está en posición de dar una respuesta:
- Según mis investigaciones y después de estudiar este extraño colgante desde que lo encontramos puedo determinar que se trata de algún tipo de "recipiente" no sabiendo exactamente cuál es su contenido o para qué fue creado.
Levantado en el aire el anciano agita sus pies levemente, cara a cara con el monje trata de tocar el rostro con sus manos, después su cara cambia con una expresión de sorpresa.
- Así que resulta que no moriste aquel día en el bosque...esas "niñas" como tu las llamas, han sido lo que ha permitido a nuestra señora perpetuarse en vida y si me lo permites son un "pequeño precio a pagar" por el servicio que hace nuestra reina en Atwater. Los paletos de este pueblo nunca han sido tan afortunados...
- !!Mi señora ha protegido estas tierra durante siglos!! ni los orcos ni las invasiones bárbaras pudieron acabar con su poder y los plebeyos del pueblo no han padecido sequías ni hambrunas. A cambio ella sólo ha pedido UNA cosa y es algo que ha de pagarse por su favor...
Kaysa odiaba ser tan pequeña, lo había odiado desde que tenía uso de razón. Era tan fuerte y valerosa, o más, como cualquier guerrero de su clan, pero la verdad, la cruda verdad, es que no lo parecía. Por mucho que gritase y blandiese el hacha, lo cierto es que no imponía nada con su estatura casi de enana, y la intimidación no era su fuerte. El anciano, que, para colmo de males, era ciego, no dio muestras de parecer impresionado por su intento de intimidación, y continuó tranquilo.
Tampoco pareció muy impresionado por Guiraud y su intento de asustarle levantándole en el aire, pero Kaysa estaba pensando sobre una frase que había dicho.
- Sólo yo tengo el honor de acceder al contenido de tan majestuosa escritura, mirad lo que habéis logrado, ese tomo ha vivido innumerables años, espero que la Furia de mi señora caiga sobre vosotros.
Miró el libro, y vio que había sido una lista, una enumeración de nombres. La ira del oso se asomó a sus ojos al comprender el horror que tenía delante. Se lanzó hacia el viejo, clavando en él sus ojos ardientes, en los que, como cuando usaba la furia, había comenzado a dilatarse la pupila desmesuradamente.
-¿Qué sabrás tú de la furia? ¡Qué sabrás de la ira! Aquí, sentado en una mesa en un castillo en ruinas, escribiendo una lista de niñas muertas en tu libro. ¡Majestuoso, eso crees que es! ¡Un compendio de vuestros asesinatos! ¡Una lista de todas las vidas inocentes que habéis tomado! ¡Tú y todos los habitantes de este castillo merecéis la peor de las muertes y arder para siempre en los campos malditos de Baator! Asesinos de niñas, brujos, pellejudos, monstruosidades. Dime, ¿también habéis hecho las cubiertas del libro de piel humana? ¿Has escrito sobre páginas hechas de la piel de niñas asesinadas? ¿Es sangre y no tinta eso que mancha la página?
-Preguntadle lo que queráis, yo no quiero ni dirigirle la palabra a este monstruo, este demonio. Cuando hayáis terminado con él, dejad que haga lo que hay que hacer. Si respondes, viejo, tu muerte será rápida: más de lo que te mereces. Si nos das problemas... no habrá lugar para la misericordia.
En anciano se queda en silencio durante un minuto ante las palabras de la bárbara, su rostro cambia a una cara de sorpresa:
- ¿¿Castillo en Ruinas?? ¡No sé de lo que me hablas niña! hablas de esa forma del majestuoso palacio de mi señora, nunca ha habido bastión igual en toda la humanidad.
De pronto, se queda mirando al infinito mientras comienza una sonora carcajada:
- ¡¿Te crees que acaso me importa dejar este mundo niña?! He vivido plenamente al servicio de mi señora durante siglos y no puedo ser más feliz (gritando a pleno pulmón) HAHAHAHAHAHA.
Parece que el escriba haya perdido la cabeza, ríe como si fuera la última vez y después saca una daga del interior de la túnica polvorienta con alguna intención.
Tirada oculta
Motivo: Iniciativa anciano
Tirada: 1d20
Resultado: 18
Guiraud al ser el que está más cerca tienes derecho a una reaación, tira iniciativa a ver si puedes y si ganas al escriba puedes hacer una acción.
Asentí a las palabras del elfo, sin terminar de comprender del todo para qué servía entonces el aparato.
Fue en ese momento cuando el viejo que sujetaba habló, y el impacto de aquella revelación me dejó sin fuerza. Si lo que decía aquel hombrecillo era cierto, mi Sonja, mi pequeña Sonja había... Impactado, solté a aquella persona mientras dos solitarias lágrimas salían de mis ojos. Sí, lo sabía hacía mucho tiempo, pero hasta ese momento me había negado a aceptarlo. Mi hija se había ido hacía mucho y no había manera de volver a recuperarla.
No podría salvarla, pues no había nada que salvar.
Pero si Sonja no podía ser salvada, al menos sí podía ser vengada.
En el momento en el que había soltado al anciano aprovechó para sacar una daga que, rápido como el viento, se disponía a usar contra nosotros. Casi por acto reflejo reaccioné y, haciéndole una llave, intenté inmovilizarlo.
-¡¿Que le estemos agradecidos, dices?! ¡Diselo a todas esas familias que habéis roto! ¡Díselo a todas las personas sin cosecha, sin animales por capricho de la bruja! Vives en un engaño, viejo, pero ten por seguro que todo esto acabará pronto.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+3)=8
Motivo: Presa
Tirada: 1d20
Resultado: 13
Si saco más en iniciativa (que no creo xD), intento hacerle una presa para inmovilizarlo. Tiene que hacer una tirada de Atletismo (Fuerza) o Acrobacias (Destreza) superior a la mía o quedar inmovilizado.
Sin tener más que decir y sin temor a la muerte el escriba reacciona sacando una daga de su túnica siendo más veloz que su opresor, quizás aun recuerda sus años de lucha junto a la bruja o ha sido un acto reflejo consiguiendo zafarse del monje a pesar de su avanzada edad.
- ¡¡Claro que acabará pronto...para vosotros!! ¡¡Espero que la Reina no tenga piedad contigo y acabe lo que nosotros no pudimos malnacidos!! después atónitos observáis como clava el arma en su cuello y se raja de lado a lado hasta que empieza a brotar sangre sin parar...
El cuerpo cae sin vida desplomado ante vosotros y un charco de sangre cubre el suelo ante la puerta del gran salón.
Lo siento pero sacó un 18 el anciano veloz!
El camino dentro de las instalaciones de este castillo no fue nada sencillo, por poco muero al caer cuando un derrumbe comenzo bajo mis pies, afortunadamente mis compañeros lograron ayudarme para seguir adelante.
Al llegar a la habitacion, encontramos a un anciano que pidio nuestros nombres, Kaysa perdio el control pero el anciano no se inmuto, Guiraud al ver el nombre de su hija en la libreta tambien perdio el control y nuevamente el anciano no se veia afectado, personalmente estaba muy cansado de este maldito lugar, motivo por el cual deje a mis compañeros actuar, era posible que de esa manera pudieramos termiar ya con esta cruzada, solo cuando Kaysa insulto la construccion del castillo el anciano reacciono de una manera muy extraña, y rapidamente saco una daga para atacar a Guiraud que era el mas cercano creo yo.
Fue tan rapido su actuar que ni si quiera la velocidad del monje fue suficiente para poder reaccionar, es logico pensar que igualmente fui tomado por sorpresa con ese veloz ataque.
Cuando el anciano sacó la daga, Kaysa trató de llegar hasta él antes de que la usara, pensando que pretendía llevarse a Guiraud por delante antes de morir, pero no fue así: cobarde hasta el final, tan solo se rajó el cuello, en la muerte más deshonrosa que pueda tener un hombre: viejo, loco, negando sus crímenes y suicidándose. No se le ocurría destino más impropio de un verdadero hombre, y no le cupo duda de que iría directo al infierno, a arder para siempre bajo el palacio de Asmodeo.
-Íbamos a matar a ese monstruo de todas maneras. Ha sido tan cobarde de ahorrarnos el trabajo.
Kaysa se adelantó y blandió el hacha.
-En nombre de todos los padres, de todas las madres, de todos los crímenes sin vengar, yo te castigo. Que tu alma se consuma y arda como el aceite de una vela y nunca alcance las estancias de tu dios.
Y, bajando el arma, le decapitó.
-Bueno, seguimos con el mismo problema. Mi herida no va a mejor, todo lo contrario. Hay que encontrar a ese puto hombre lobo o tendréis un problema grave. Habrá tiempo de encargarse de Ella, ahora tenemos que curarme.
Y echó a correr, fuera de aquella sala. A ninguna hija del Clan del Oso le daban miedo las tormentas.
Registro toda este ala del castillo, es decir, del 19 al 24, y si no encuentro nada salgo al patio.
Antes de que Kaysa saliera de la estancia el sacerdote trató de detenerla. Puso la mano sobre su hombro intentando convencerla de hacer lo más sensato
- Kaysa quizás podamos sacar información a la Reina antes de seguir perdiendo el tiempo en este maldito lugar. No creo que enfrentarte sola a los peligros que aún se alojan en el castillo sea lo más sensato.
Observando el libro del escriba y habiendo presenciado su triste final trata de obtener alguna pista en los nombres que se detallaban.
Únicamente se pueden leer las últimas palabras, que parecen nombres femeninos; Mitra, Araela, Dahliah, Inma, Nathalia, Sonja y por último Fara, lográis deducir que ese último nombre es de la pequeña a la que buscáis aunque la "a" que termina está arrastrada sobre el papel como si aún no se hubiera terminado de escribir
- ¿Os habéis parado a pensar que el nombre de "Farah" no está escrito completamente? (mirando a Guiraud) Quizás aun haya oportunidad de salvar a esta joven al contrario que con tu hija. Lamento su pérdida, pero debemos ir aprisa si queremos salvar a Farah.
Por mi entramos ya a enfrentarnos a la reina, lo más probable es que la maldición desaparezca al acabar con su origen digo yo no se...
Por desgracia, antes de poder partir, Tristant la detuvo. Estaba tentada de apartarle y seguir, pero finalmente se paró. Parecía que ella era la única a la que le preocupaba convertirse en hombre lobo.
Rezongó y maldijo, y finalmente respondió.
-Muy bien, pero os aviso de que no estoy en mi mejor momento. Es probable que el primero de los conjuros de esa maga me mande a ver a Obad Hai en su reino. Si te queda curación, Tristant, sería buen momento.
Como queráis, pero para mí sin curación es un suicidio, estoy a 11 de vida.
Kaysa en el descanso recuperaste todos tus puntos de vida hasta la mitad (redondeando hacia arriba), eso me da 19 ptos de vida, no 11.
Recordad que cada uno tiene 2 pociones de curar heridas leves y una contra veneno (recuerdo de Samantha)
Vale, no había contado lo de la noche. ¿Cuánto curan las pociones? Que ahora es el momento de tomarlas xD (¿O estoy capado a la mitad de vida?)
Exacto, estás capado.
Las pociones curan 2D4 +2. consumen una acción estándar.