Partida Rol por web

Viajar en un trasportín nunca es agradable, pero si no fuese de este modo tardaríais meses en llegar a Derry, destino de, para algunos de vosotros, vuestra primera misión.

En el interior de las pequeñas cárceles cada uno de vosotros ha ido rememorando vuestro encuentro con Trooper.

Si hubiera habido alguna vez una guerra abierta entre gatos y ratas, con sus trincheras y sus morteros, Trooper habría estado en primera línea de batalla, y su ascenso a Coordinagato se debe a un buen montón de misiones bien completadas, lo cual lo hace alguien de fiar y que cuida a los suyos. Rememoráis su despacho, con varias pantallas de plasma de tamaño adaptado, que mostraban noticias del mundo en diferentes cadenas internacionales. En una de las pantallas podía verse un mapa mundial con una serie de puntos rojos que obviamente os distrajeron durante un buen rato. Novatos... Finalmente y tras una pequeña bronca por parte de Trooper esto fue lo que recordáis que os dijo.

“Está bien señores, les he mandado llamar porque necesito de sus habilidades para una misión de infiltración. Vuestra primera misión no será en la ciudad, tendrán que salir al campo y contactar con el agente Fritz, un hombre destacado que trabaja como espía tratando de obtener información del Hundenblock. Llevamos tiempo sin recibir información de él por lo que no dejamos de tener en cuenta la posibilidad de que se haya convertido en un agente doble, aunque a saber que le habrán ofrecido esos pulgosos.

El pueblo al que se dirigen se llama Derry, y es un pueblo bastante pequeño, con una comunidad de gatos no adheridos a nuestra causa pero receptivos y hospitalarios. Irán con una simpatizante de "Cats Unite!" y su pareja, que planean pasar allí unos días en una pequeña casa rural alquilada. Dispondrán de una conexión a Internet para transmitir por una vía cifrada. Averigüen que ha sucedido con Fritz, sáquenlo de allí su está en peligro, o si realmente se ha aliado con el Hundenblock... Confirmen si ha cedido información al enemigo y acaben con él.”

A continuación Trooper os entregó la dirección del piso franco de Fritz, una casita a las afueras de Derry.

El viaje en coche os está resultando más largo de lo deseable, pero no os queda más remedio que aguantar.

Era la primera vez que salía de viaje tan lejos, Zoug estaba excitado y no paraba quieto. Había estado preparando el viaje las dos últimas semanas. Se había aprendido un montón de canciones de viaje y juegos para que a ningún agente se le hiciera largo el viaje, sabía que era una tarea muy importante y se había propuesto estar perfectamente preparado para ese momento.

- En el cocheee de papaaaaaaaa nos iremooooos a paseaaaaaaaaaaar. Vamooos de paseoooo ... Ahora todos juntos! Piiiiiiiiiiii Piiiiiiii Piiiiiiiiiiiii.

Zoug miró a los demás arrugó el morro y miró al techo.

- Ayer, me caí de la mesa del salón mientras prácticaba un doble mortal con tirabuzón. - dijo esto mirando a Medianoche de reojo, era a la única que conocía antes de entrar en el despacho de Trooper aquel día. - ¿Creéis que gasté una vida en ello? Es que no se cuántas vidas he gastado ¿sabéis? ¿Duele cuando gastas una vida? ¿te hacen pagar más impuestos? ¿Hacienda se queda una?

Zoug miró a sus compañeros de nuevo y luego volvió a mirar a Medianoche, por enésima vez en los últimos diez minutos le preguntó:

- ¿Falta mucho? ¿El segundo desayuno a qué hora nos lo dan?

Derry?? en serio?? Derry?? un pueblo de mala muerte lleno de granjeros y gatos de campo?? Es increible a lo que me tengo que ver expuesta...

Y mirale... él tan contento... sin parar de hablar y preguntar... ¿Que se supone que he hecho para que me lo hayan asignado de compañero? Alguien arriba... alguien... alguien se ha equivocado y quien paga los errrores? las buenas agentes... pero bueno, es lo que hay; llevaremos la misión a cabo y listo.

En apariencia, esos dos parecen capaces y fuertes... Zoug podría completar el grupo y ella... bueno, ya veremos de que está hecha. No es que me parezca un equipo maravilloso, pero habrá que esperar a verles en acción.

Trooper parece que sabe lo que dice, pero no es que me fie mucho de él; ya veremos cuando lleguemos que nos encontramos...

Isis acababa de ser enrolada en la organización. Aún era una gata inexperta y joven. Apenas había conocido a un par de gatos más, y ninguno de ellos pertenecía a ninguna organización como ella.

Desde que Cats Unite! le salvó la vida, había decidido ir a una familia de adopción. Allí esperaría a que la avisasen para encargarse de su primera misión. Y el día había llegado. No conocía a nadie de los allí presentes. Se sentía sola sin quien jugar. Porque ella solo pensaba en eso. ¡Jugar, jugar y jugar! Bueno, vale, también pensaba en escapar de aquel transportín y también cazar.

Lo que no entendía es cómo había llegado hasta ese pequeño compartimento. No sabía si el Ratiperio andaba detrás de ello, o si era el Hundenblock quien lo había hecho. Pero se sorprendió al escuchar que, en aquel coche, aún había más gatos igual de encerrados que ella.

Por si acaso dio un maullido lastimero y triste. Tratando de llamar la atención de quien pudiera escucharle. ¡Debía averiguar todo lo posible antes de... ¿de llegar a dónde?

¡Miiiiiiiiiiauurda! ¿Quién narices nos ha encerrado aquí? ¿Quiénes sois vosotros y de dónde habéis salido? ¿Trabajais también para...? ¡No podía desvelar la organización o podría ponerlo todo en peligro! ... para.... ¿Trabajais?

Si había algo que Freyr odiaba más que los perros y los servicios humanoides cazadores de animales callejeros para meterlos en jaulas, era tener que librarse de su caparazón. A diferencia de muchos gatos, él no andaba lamiéndose a cada rato, limpiando cada manchita de su pelaje ni tratando de ir de gato bonito; no, él se metía en barro, en aguas estancadas, se frotaba contra las farolas recién pintadas y cualquier cosa que le hiciera que su pelaje se convirtiera en una costra dura y bastante maloliente. Pero para su primera visita a Trooper le habían obligado a asearse, haciendo que pareciera un minino blando cualquiera, de pelambrera esponjosa, solo le faltaba monóculo y podría hacerse pasar por uno de esos gatos pedantes que tanto abundaban en Londres.

Y por esa misma razón, seguía medianamente limpio dentro del transportín. Nunca había estado dentro de uno y lo que más le molestaba era no tener nada con qué formarse un nuevo caparazón. Si iba para una misión necesitaría la protección adicional. Estaba tumbado, notando como el movimiento del coche pasaba directamente a su cabeza y después al estómago. Arghh, se lamentaba. Llevaba mareado casi desde el principio, y si no vomitaba era porque tenía el estómago bastante vacío. Además, no ayudaba nada la voz cantarina que le llegaba y parecía retumbar por todas partes antes de impactar en sus oídos, acrecentando su malestar. ¿Callaros, sí?, fue lo único que consiguió decir. Su forma de hablar era bastante extraña, como si nunca hubiera tenido nadie con quien practicar y por eso solo juntaba palabras para expresar sus pensamientos.

Rasputín ronroneaba satisfecho. El sonido de la combustión del coche, explosiones en el motor, era como música en sus oídos. Y todo porque él creía que ese fuego motriz era causa de su inmenso poder piroquinético. Estaba convencido que todos ellos viajaban porque él así lo deseaba en su mente. Solo la cantinela continua de uno de sus acompañantes gatunos le fastidiaba su momento de grandiosa autosuficiencia.

¡Tú serrrás el segundo desayuno de algún perrrro pulgoso como no te calles!

Reinició su ronroneo sin esperar la respuesta. La autoridad y el aplomo lo era todo para ser un gran soldado.  Miró a la jaula que había a su lado, con la gata blanca y gris.

¡Joven hembrrra! Mi nombrre es Rrrasputín. Yo rrecibo sueldo en forrma de comida húmeda de grran calidad por liquidar a miembrrros de nuestros enemigos. Y provengo de la grran y hermosa Rrusia. Eso rresponde a tus preguntas. Crreo que en esta parrte del mundo es de corrrecta educación rresponder de igual forma.

Lo suyo no eran las sutilezas.  Ronroneó más fuerte al notar que el coche aceleraba y miró al resto de jaulas esperando respuestas.

Lina es la simpatizante de Cats Unite! Que os comentó Trooper, va de copiloto y quien conduce es Jim, su novio, de él sabéis que es informático y que lleva su portátil aunque no es muy amigo de los animales, aun así está loco por Lina y haría cualquier cosa por ella. Lina es estudiante de veterinaria y amante de los gatos, ambos mantienen una animada conversación acerca de lo que van a hacer en sus mini vacaciones, algo que no os interesa en absoluto.

El viaje se os está haciendo un poco pesado, hay bastantes curvas y tenéis ganas de salir de vuestras jaulas, os preguntáis que ha podido pasar con Fritz aunque no le conocéis sabéis que es un agente bastante destacado y Derry no parece un lugar demasiado peligroso, aunque eso no lo sabréis hasta que no hayáis llegado, algo que parece que no va a ocurrir nunca.

Extendido cuan largo era en su transportín, el estómago de Freyr se movía de un lado a otro según las curvas se encadenaban. Si llegaba a saber lo que era unirse a las milicias gatunas, se hubiera quedado en las alcantarillas con sus padres y sus cientos de primos tortuga.

Morirme, balbució, girándose para apoyarse sobre su espalda y levantando así las patas al aire. Misión difícil, arggg, gimió.

Zoug miró a su alrededor y al no obtener ninguna reacción en los demás decidió tumbarse. Rugió su estomágo. Miró de reojo por la ventana, se sentía nervioso, era la primera misión como agente, temía meter la pata y necesitaba caer bien a los demás agentes para sentirse más seguro.

Estaba preocupado y sobretodo echaba de menos a su humana, ella sabía calmarle, cuando se acurrucaba en su regazo ella le daba la seguridad que a él le faltaba. Era la primera vez que se separaba de sus humanos y empezaba a arrepentirse.

Siempre le habían tratado bien, muchos gatos detestan a sus humanos, Medianoche a veces se mostraba arisca con ellos, aunque Zoug pensaba que tan solo era una pose, sabía que los adoraba pues la habían rescatado de una vida penosa, él los adoraba y no tenía reparos en hacerselo saber.

Ya veo... el matón, el dejado... la mimosa... y Zoug...

Medianoche suspira levemente mirando a todos y cada uno de sus compañeros.

Soy Medianoche... y no se la razón de la formación de este... equipo. Sea lo que sea que tenemos que hacer, hagámoslo bien y rápido... y luego adios.

Mientras habla recorre cada uno de los transportines con la mirada y todo lo que los rodea dentro del transporte. Fija su mirada en el transportín de Zoug y parpadea por un momento. Levanta las orejas y ladea su cabeza mirando hacia la ventanilla.

Isis escuchó las respuestas que solo algunos habían decidido darle. Ella estaba tan confusa como algunos de los allí presentes. Pues mi nombre es Isis, es lo único que sé. Y que me salvaron la vida cuando era muy pequeña. Por eso los humanos que lo hicieron siempre me tratan bien, pero... ahora no sé dónde están. ¡Y tampoco sé de donde soy! Confesó la pequeña gata blanquinegra. Pero estoy contigo, Andrómeda, dijo respondiendo a otro de los que se habían presentado. Hagamos esto y hagámoslo ya. Concluyó mientras trataba de hacer un enorme agujero en su trasportín, pero por mucho que arañaba y arañaba una de las esquinas que había junto a la puerta, ni ésta se habría, ni parecía cavar un hoyo. ¡Miau! Gritó molesta la benjamina.

¡Bien! Cumplirr objetivo con el señorr náuseas, pelosucio, cantarrín, la rremilgada y la señorrita Isis. Alzó las cejas seductoramente al terminar la frase. Y después cada uno a su cálida casa, comprrrendido.

Ahora solo queda llegarr de una vez a ese pueblucho. Aplastó su cara bien fuerte contra la puerta de rejilla e intentó mirar por las ventanas para ver si atisbaba algún cartel en la carretera. Cualquiera que le viese pensaría que un gofre peludo quería salir de aquel trasportín.

Justo cuando empezáis a pensar que aquello ya no puede ser más insoportable y que necesitáis salir de vuestras jaulas el coche aminora bastante la velocidad y entra en lo que parece un pequeño aparcamiento fuera de la casa.

Lina y Jim van sacando los trasportines del coche y los van metiendo en la casa, que huele un poco rara. Os dejan (por fin) las jaulitas abiertas y os sirven agua en varios bebederos, así como pienso y también escucháis que os han dejado listos algunos areneros. Lina parece saber qué necesita un gato nada más llegar a un nuevo sitio pero Jim parece bastante enfurruñado.

Zoug salió a toda prisa del transportín se arrimó a Lina para mostrarle su gratitud por la comida que tanto deseaba. Comió hasta saciarse después de un largo rato, fue al arenero y se tumbó en el suelo maullando dulcemente mientras observaba a los demás.

Se mantuvo a la espectativa y cuando vió el momento oportuno se acercó a Medianoche, le lamió la cabeza, aún sabiendo que ella no lo soportaba y mientras lo hacía le preguntó:

- ¿Viste todos esos bichos negros? ¡Qué tirria daban! ¡¡¡CRAAA CRAAAA SOY UN CUERVO!!!  - empezó a correr alrededor de Medianoche. - CRAAAAAAAAAAA CRAAAAAAAAAA - Se tumbó en el suelo bocarriba y empezó a juguetear con la cola de Medianoche.

Isis fue corriendo al comedero y se puso a olisquear aquello. Cuando comprobó que era comida de verdad, dio un cabezazo a quien estuviera al lado, y otro más para que se terminase de quitar de en medio. Cuando ella comía, nadie más lo hacía. Para ello era la reina de aquella casa, y el resto eran unos simples súbditos.

En cuanto terminó vio a uno de los gatos con Lina. Isis pasó de ella, igual que pasó del otro que parecía estar molesto. Le daba todo igual, pero en cuanto vio a Zoug cazar el rabo de Medianoche, decidió que eso sería para ella. Y se lanzó rápidamente para incordiar a ambos. ¡Ella también quería jugar a eso!

Al fin, tras salir de la jaula, Medianoche pudo estirarse con tranquilidad. Todos corrían hacia los comederos... como si no hubiese un mañana; es todo tan previsible... La elegante gata tan solo bebió un poco de agua mirando al mismo tiempo a un grupo de cuervos sobre un tejado cercano.

Miró a Zoug que se acercó y comenzó a lamerle la cabeza. - Como esto termine en mordisco en mi oreja... terminarás mal Zoug. Si, si los he visto... y si ellos no nos habían visto a nosotros ahora con tus gañidos seguro que si...

Medianoche movía su cola con energía cada vez más inquieta, no ayudaba que Zoug se pusiera ahora precisamente con sus juegos... cuando la sombra blanca y negra llegó como un rayo intentando atrapar su cola, Medianoche bufó enseñando los colmillos a ambos.

Fue abrir la puerta de su transportín y que Freyr fuera el único que no saliera al momento. Mareado, trató de ponerse a cuatro patas, y tras unos cuantos intentos al fin pudo salir dando tumbos. Se acercó con complicaciones al bebedero y tras dar unos lametones, metió la cabeza para despejarse. A las tortugas les gustaban el agua, y él no era un excepción.

Con la cara mojada y los pelos pegados haciéndole parecer un siamés, fue al comedero. Empujó aquellas cosas tan feas y con pinta de saber a cagarrutas de rata. Ahg, ¿comer esto?, preguntó mirando a los tres gatos que jugueteaban.

Finalmente se acercó al arenero. ¿Arena en cajas? Qué gatos más raros, decidió. Se tumbó esperando que los humanos le indicaran el lodazal más cercano para prepararse para el combate.

Solo veía la comida. Seca, gustosa, deliciosa pasta entre los dientes. Un vez saciado, lo que le costó tiempo y un par de comederos, se quedó embobado mirando a los cuervos que se movían entre los tejados. ¿Arderán bien, como carbón? ¿Tendrán buen gusto después?.

Sacudió su cabeza y miró al resto del grupo. Camarradas, en cuanto se distrraigan estos humanos debrriamos ponernos en camino. Miró a su alrededor buscando una ventana o puerta abierta.

Una salida discreta tal vez. Esos pajarrracos negros no parecen de fiarr.

Lina y Jim se encuentran en el piso de arriba deshaciendo el equipaje mientras vosotros os tomáis un respiro después de un viaje tan largo.

Rasputín observa a su alrededor, hay varias ventanas abiertas que los humanos han dejado así para airear la casa y que desaparezca el olor a cerrado, también puede que lo hayan hecho adrede, para no dificultar lo que los agentes gatunos han venido a hacer allí.

Hay una ventana sobre la encimera de la cocina que parece perfecta, da a un parterre de flores, por lo que os podéis escabullir de allí con la máxima discreción.

Debéis encontrar a Fritz.