Partida Rol por web

En busca de Bennett (Tierra Hueca II)

01. El viaje

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27/09/2022, 03:07
Sarah "Mac" Heatherly

- Cuidado con lo que dice de los rusos en mi presencia, señor Michelson. - Acababa de perder puntos y muchos. - Porque tengamos un puñado de fanáticos aquí delante no quiere decir que todos sean iguales. Es como si dijésemos que todos los irlandeses son unos capullos por el que nos ha tocado conocer. Mi marido y yo estuvimos en la Guerra Civil Rusa, donde nos conocimos y gracias a ellos aprendí ruso, su gastronomía e incluso Rick y yo llegamos a comer mucho mejor que lo que nos ponían en la cantina y eso que yo tenía privilegios dados por el mayor Ar... Coverley, a pesar de ser teniente, para pedir lo que quisiera para comer o cenar siempre que hubiese. Así que no consentiré que se hable mal en mi presencia de un pueblo que cuidó de mi marido y de mí cuando lo necesitamos.

El resto de la conversación que mantuviese con Jack no era de mi incunvencia. Si alguna vez se me pasó traginármelo en el barco de camino a Tierra Hueca por mi propia necesidad, sin duda esa idea se había esfumado. Hablar así de los rusos cuando eran sus líderes y sus fanáticos los que debían ser ejecutados.

- Vamos mi vida, veamos esa pierna y luego me daré una ducha. Estoy empapada en sudor después de la carrera. - Le dije a mi marido agarrándome de su brazo y caminando hacia la cabina tras ver el comportamiento del capitán. Tras pasar junto al señor Roise incliné la cabeza en señal de agradecimiento. - Transmítale mi agradecimiento a su capitán y a su tripulación por su ayuda en el puerto. Espero que no tengamos más problemas en el viaje.

Y con esto me adentré en las entrañas del barco.

En casa era fácil ocultarle a Rick mi "hambre". Si no me aliviaba cuando no estaba en casa, lo hacía cuando me iba a dar una ducha, cuando dormía... una vez para mí no era suficiente y no quería que se sintiese mal por ello. Pero en aquel barco no tendría intimidad ni lugar donde ocultarme. Si no se había dado cuenta ya de mi estado, pronto lo haría y lo último que quisiera y más a nuestras edades, era hacerle daño.

Bastante sufrió con Bennett y le aceptó por su amor por mí.

Pero aunque no quisiera reconocerlo, fueron los años más felices de nuestras vidas. No sabía si porque había nacido Arthur o porque éramos una familia completamente distinta a las demás y feliz. Muy feliz. Recordar aquello me puso nostálgica y me pegué más a Rick, no porque buscase sexo, sino porque necesitaba de sus abrazos y besos, junto con la calidez de su cuerpo.

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27/09/2022, 03:20
Arthur Heartherly

- ¿Negociar? - Pregunté separándome de la barandilla al ver la que se liaba y como la tripulación nos cubría. - Mira la que se está liando... ese tipo quiere pegarnos un tiro, Kyle... hemos matado a cinco personas y a una tía con las tetas más grandes que jamás veré en mi vida... ¿Y quieres negociar como vas a morir? - Le pregunté a Kyle que estaba medio afixiado y miré como los adultos se iban.

Por la forma de comportarse del vaquero, me daba la impresión de que no había pillado que Lucy era un hombre... bueno, ya se daría cuenta... Quizás cuando Lucy optase por meterle algo por detrás. Eso me hizo reír para mí.

- Kyle, ¿qué tal si vamos al comedor? Quizás podamos explorar el barco sin que se den cuenta... estarán pendientes del vaquero y de Lucy. - Le susurré con esas ganas de crío de meterme en líos por la incesante curiosidad que tenía por todo, incluídas las chicas, pero con esas no me atrevía.

Si era ir a por el pan y si no estaba el panadero atendiendo esperaba a que la chica se fuese para ir a por el pan... luego mi madre decía que tardaba mucho, pero no era mi culpa... era ella que se negaba a dejar la maldita barra y dejar que atendiese su rechoncho padre para variar...

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27/09/2022, 19:44
Kyle Blackhorn

Kyle asintió indicando que comprendía lo que decía su primo. Tomo aire una vez más antes de contestar. Poco a poco iba recobrando el aliento. —¿Verdad que las tenía grandes?— Sonrió. —De verdad creía que podía razonar con ellos, porque huir solo nos hacía parecer más culpables. Ha salido bien, aunque si esta noche me falla un pulmón es por esta carrerita. Sin mencionar las agujetas que tendré mañana.

El muchacho sopesó las palabras de Arthur. —Podría ser divertido... Como si no hubieras vivido ya suficientes emociones. ¿Te parece bien?— Dijo fingiendo seriedad y tono de reproche. —Pero vamos a Tierra hueca, nos gustan las emociones. Así que vamos.— Sonrió finalmente abandonando el tono anterior.

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27/09/2022, 21:03
DIRECTORA

Lo cierto era que las amenazas de Roise no eran las primeras que habíais recibido en el barco. Desde el principio se os repitió una y otra vez que había zonas en el barco que no debíais traspasar, ignorabais por qué motivo, pero que en cualquier caso, para vosotros no suponía ningún problema porque al final, lo importante era que os llevase a donde queríais.

Kyle y Arthur se dirigieron hacia el comedor, dejando a Sarah y Rick dirigiéndose hacia su cabina. Smith todavía parecía estar pensando qué hacer, si lanzarse al agua por pura desesperación o ir a refugiarse debajo de la manta de su cabina. Seguramente acabaría por hacer esto último. Mientras eso sucedía, Michelson y Lucy iniciaron su descenso para revisar lo que eran las entrañas del carguero. La primera cubierta inferior era la de los camarotes, pero en la segunda ya se adentraban en lo que constituía el armazón del barco y su funcionamiento, la sala de máquinas y la zona de carga.

De proa a popa el barco tenía bastante metros de eslora y había bastante distancia y los tripulantes parecían estar en sus cosas, por lo que no os cruzasteis con nadie.

El ruido de los motores era mucho más patente allí abajo y también más molesto, por lo que resultaba difícil hablar y no había tampoco muchas ganas de preocuparse por la suciedad del suelo, que era abundante, en parte porque el carguero era viejo y tenía muchas millas a sus espaldas, y también porque la tripulación no parecía muy preocupada por corregirlo. Muchas de las tuberías estaban oxidadas, al igual que una buena cantidad de palancas, lo que no daba demasiada confianza.

Pero por lo que podíais ver todo parecía normal... ¿o no?

Notas de juego

TIRADITA DE PERCEPCIÓN. XD

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27/09/2022, 21:14
DIRECTORA

Kyle y Arthur se dirigieron hacia el comedor, dejando a Michelson y Lucy para explorar el interior del barco y a Sarah y Rick dirigiéndose hacia su cabina. Smith todavía parecía estar pensando qué hacer, si lanzarse al agua por pura desesperación o ir a refugiarse debajo de la manta de su cabina. Seguramente acabaría por hacer esto último.

En el comedor había algunos miembros de la tripulación que comían y hablaban animadamente, en noruego, por supuesto, pero al entrar los dos muchachos todos se callaron y se volvieron para mirarles.

Su aspecto desaliñado y descuidado añadía un matiz de peligrosidad a aquellos hombres que seguramente no tendrían ningún respeto por vosotros, aunque no debía sucederos nada. Después de todo, les estabais pagando para que os llevaran.

Vosotros erais sus jefes.

Pero imponían, así que era complicado no sentirse acomplejado ante tantas barbas de varias semanas, jerseys llenos de grasa y cubriendo cuerpos con un montón de músculos, y miradas que parecían atravesaros de un lado a otro*.

Había café, algo de comida y un silencio que rompía la tranquilidad. Roise entró detrás de vosotros, como si quisiera asegurarse de que estabais bien.

-Bueno, chicos. ¿Qué tal os ha ido por ahí fuera? Parece que habéis armado una buena. Tus padres, hijo -dijo, mirando a Arthur -, parecen tener una especial habilidad para meterse en líos. Seguro que vosotros sois más tranquilos.

Roise se sentó junto a uno de los marineros y dijo algo en noruego, despertando unas cuantas risotadas entre los demás. O era una broma... o una burla, pero no podíais saberlo.

Notas de juego

Es decir, duras y penetrantes. Lo digo para satisfacción de Erawen XD

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27/09/2022, 21:22
DIRECTORA

Kyle y Arthur se dirigieron hacia el comedor, dejando a Michelson y Lucy para explorar el interior del barco, mientras Sarah y Rick se dirigían hacia su cabina. Smith todavía parecía estar pensando qué hacer, si lanzarse al agua por pura desesperación o ir a refugiarse debajo de la manta de su cabina. Seguramente acabaría por hacer esto último.

Pero Sarah y Rick tenían mucho que hacer, como revisar la rodilla de Rick o calmar las ansias de Sarah.

El cuerpo de Rick se balanceaba dolorosamente a un lado y a otro mientras caminaban por la cubierta inferior en dirección hacia su cabina. Mientras corría para huir de los "nativos", no había podido quejarse, porque eso habría significado un problema para todos, pero ahora que se habían detenido... dolía como el infierno.

Habían pasado dos décadas desde su estancia en la Tierra Hueca y el tiempo había dejado unas cuantas facturas pendientes, sobre todo en el caso de Rick, y eso era algo a tener en cuenta. Era la última aventura para ambos, y lo sabían, pero constituía una que no estaban dispuestos a perderse.

Finalmente, llegasteis a vuestra cabina. Rick no se quejó ni una sola vez, aunque su rostro evidenciaba el dolor, y Sarah le ayudó a llegar sin protestar por el peso que debía soportar. Una vez dentro, la cama se transformó en el reposo que necesitaba Rick y la oportunidad para Sarah de volver a desnudar a su hombre, pero no solo para satisfacerse, sino también para sentir su abrazo y que ambos pudieran, de nuevo, demostrarse el amor que sentían el uno por el otro, imperecedero y eterno como el lugar al que se dirigían.

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29/09/2022, 04:48
Sarah "Mac" Heatherly

Lo primero que hice al entrar en la habitación, fue bajarle los pantalones a Rick. O lo hacía levantado o acostado nos costaría más. Una vez sentado en la cama, le descalcé y se los retiré, dejándole que se acomodase en el camastro y tapándole con la manta mientras cogía mi maletín con mis cosas.

Le amaba tanto que me importaba muy poco su físico actual, pero me mataba que ya no pudiésemos hacerlo como antes. Mis necesidades iban en aumento según pensaba en la posibilidad de encontrarnos con Bennett y encima tenía a dos mercenarios, uno de mi lado y otro en el bando equivocado, que me atraían como un imán. Solo que alguno perdía puntos cada vez que abría la boca. Y lo peor era que tenía que aguantarme las ganas y disimular mis miradas hacia ellos.

Tras acercar el maletín a la cama, me senté en ella y como la otra vez, saqué la pierna con la rodilla en mal estado de Rick y del botiquin la crema especial para él y aquel dolor que tenía. Le fui masajeando con cuidado, pues al final no se quejó, pero noté su dolor al sentir el peso de su cuerpo sobre el mío. - Me da igual lo que digas, Rick... te voy a vendar la rodilla y vas a descansar un rato. - Le dije, dejando ver en mi voz la excitación de mi cuerpo al tocar su piel.

Sabía lo que encontraría más arriba y mi imaginación se disparaba. Deseaba tanto poder repetir con él de nuevo que me dolía. Y lo peor es que ahora se daría cuenta de que mi necesidad real era mayor de lo que él pensaba. Solo era por la mañana y ya quería otro... - Y te voy a dar un analgésico a ver si te ayuda con el dolor.

Tenía su propio médico. Lo quiso así desde hacía algún tiempo atrás. Le pregunté porqué quería cambiar si me tenía a mí y me dijo que le resultaba más cómodo hablar con un hombre de su problema en la cama a pesar de ser yo su mujer. - La venda te hará bien, mi amor... el frío es malo para los huesos y tu rodilla no está para estas temperaturas. Cuando lleguemos a la Tierra Hueca podrás librarte de ella si así lo deseas. - Podía estar horas masajeándole, pero sentía cada vez más ese calor en mí. Así pues, cuando la piel absorvió la crema, comencé a vendarle.

- Vas a cojear con la venda, pero así tendrás excusa cuando te pregunten, que la llevas vendada por el frío, que no cojeas por dolor. - Le dije con una cálida sonrisa y el claro deseo en mi mirada. Sabía lo que mi cuerpo ansiaba, me conocía demasiado y también sabía que me quedaría con las ganas.

Una vez terminé con él dejé la crema en el botiquín, lo cerré y lo dejé a un lado. Me levanté del catre y coloqué su pierna en la cama, bajo la sábana. - Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Lo sabes, ¿verdad? - Y con el calentón que tenía me recosté a su lado, buscando su abrazo y la calidez de su cuerpo. Le miré a los ojos y le besé con ternura, conteniendo la pasión en mi cuerpo y dejando salir solo el afecto, el amor que sentía por él para separarme y mirarle a los ojos.

El deseo se reflejaba en ellos y más lo que sentía por él.

- Sigues excitándome con una sola caricia, ¿lo sabes? Necesitaré unas cuantas más y unos besos tuyos... antes de irme a las duchas a terminar deprisa con esto. No quiero que sea una molestia para ti, mi vida... y es que ya en la taberna te hubiese metido en un baño y... - Le volví a besar para callarme, pero esta vez con algo de más pasión.

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02/10/2022, 03:42
Arthur Heartherly

Al entrar en el comedor y ver a todos aquellos marineros que nos podían dar una paliza con solo mirarnos, se me quitaron las ganas de ir a explorar el barco y ver que mercancía era la que no querían que descubriésemos que llevaban a bordo. Porque estaba seguro de eso. Además, mis padres no nos habían dicho como llegaríamos a la Tierra Hueca, porque esto era un barco, no un submarino y según mis cálculos la entrada estaba bajo el mar... y en eso los rusos nos llevaban ventaja.

Incluso quizás nos esperasen unos cuantos al llegar. Tenía que hablar con mis padres de ello.

Pero las palabras de aquel hombre me hicieron en que pensar y miré a aquellos rudos hombres, grandes, musculados y miré a Kyle y me miré a mi mismo. Vale, tenía abdominales, pero... era casi un tirillas. Estaba seguro que cualquiera de ellos podría levantarme con una mano y seguir desayunando con la otra.

Intimidado por aquellas miradas y luego por las risas, que no me gustaron nada, le di cuerda al hombre, quien parecía un buen tipo, pero cuando no estaba con todos sus amigos delante y hablaba nuestro idioma.

- Fueron militares y los rusos que nos encontramos les tocaron... la moral. Además nos tendieron una trampa. De no ser por la señorita Lucy que añadió el factor sorpresa, quizás ya no tendrían pasajeros que llevar. Por cierto, creí que iría con ella... yo es que sé que no tengo nada que hacer frente a cualquiera de la tripulación, siempre que se presenten aseados frente a ella. ¿Cómo hacen para tener esos cuerpos? Llamo mucho la atención por tener un ojo de cada color, pero nada más... no sé que hacer para entrenar y sacar esos brazos y esas espaldas... quizás eso me diese más seguridad y sería más útil para mi familia... aunque me da que en tan poco tiempo no llegue a notarse nada de lo que haga. - Miré al suelo, desanimado. Una parte de mí admiraba esos cuerpos, por supuesto, por otra tenía la sensación de que siempre sería un tirillas o acabaría siendo una bola, no tendría término medio. Así eran Aloyssius y Rick.

- Déjelo, no hace falta que me responda. Dígales a todos que buen provecho. - Le dije al noruego y me acerqué a coger algunas galletas para dejarlas en el camarote por si me daba hambre y a beber agua. La carrera me había dejado seco.

- Primo, vamos al camarote primero, quiero dejar el abrigo allí antes de ir a ver a mis padres y preguntarles como vamos a seguir... con todo esto. Lo de los rusos es una mierda enorme. Casi nos matan y solo vamos a buscar a nuestros padres... No sé que irán a buscar ellos, pero dudo que vayan a lo mismo que nosotros... vámonos. - Añadí tras beberme dos vasos de agua fresca. - Está claro que aquí sobramos.

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06/10/2022, 18:15
Lucy Walzosky

Los aviones eran lo mío, pero un barco no difería gran cosa. Solo era más grande, con más espacio para distribuir los conductos y tubos que conducían la fuerza que lo impulsaba. No me importaba ensuciarme las manos, y el resto del cuerpo tampoco, aunque por la apariencia que tenía, dudaba que los demás pensaran eso de mío.

Michelson caminaba a mi lado como el auténtico rey de la selva, y no es porque no lo fuese sino todo lo contrario. Imponía respeto y se hacía temer, porque no parecía que hablase por que sí.

Vamos, que tenerlo al lado era lo más inteligente que podía hacer.

Mientras tanto, por allí había mucha mierda, tanto que parecía como si aquel cascarón se hubiera hundido y vuelto a la superficie a base de tirones y un buen montón de sudor.

Al mirar hacia sus paredes hasta dudaba de que en realidad no se hundiese, aunque supuse que sería más resistente de lo que pensábamos.

Y mientras continuábamos mirando, el sonido del motor se hacía más fuerte y se asemejaba cada vez más al rugido o gemido lastimoso de un león a punto de palmarla... o eso suponía yo, porque jamás había estado tan cerca como para escuchar uno.

-Pues todo esto parece que está bien, ¿no? Quiero decir que está un poco sucio de más... pero no creo que los rusos esos hayan hecho nada. Creo que van de sobrados. ¿Qué opina usted, Michelson? -le pregunté, mientras continuaba mirando... sin ver gran cosa.

Además, estaba más preocupado intentando no romperme un tacón que en otra cosa. Como lo perdiese, la había hecho. En aquel suelo no pensaba ir descalzo ni loco, y ya no tenía tampoco otro par de medias adicionales así que eso también tenía que cuidarlo.

- Tiradas (1)
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07/10/2022, 17:33
Kyle Blackhorn

Kyle se sintió pequeño en cuanto entro allí. Aquellos tipos enormes y peludos como osos los miraban si fueran superiores.

Aunque Roise entro tras ellos, dirigiéndoles palabras amables, las risas generadas por su comentario en noruego daban a entender que quizá se estaba burlando de ellos, o eso supuso Kyle. El niño rico no llevaba muy bien ese tipo de risitas a sus espaldas, los cometarios en los que era excluido y ese tipo de miradas.

El muchacho miró a su primo mientras se servía un poco de café. Él estaba enfadado y mordiéndose la lengua, en cambio, Arthur no parecía estar afectado. A veces no se enteraba de nada, o quizá es que le daba igual

Le dio un largo trago al café y siguiendo a su primo soltó por lo bajo. —Vámonos de aquí, no vayan a pegarnos algo.

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07/10/2022, 20:21
Rick "Jester" Heatherly

La rodilla era solo la punta del iceberg, aunque estaba claro que la punta que le interesaba a Sarah era otra y para mi desgracia, hasta que el dolor no disminuyese un poco, no sería capaz de hacer nada con ella. De no ser por su ayuda, no habría podido llegar dignamente al camarote, pero lo conseguimos, y una vez cerrada la puerta, Sarah no perdió tiempo y empezó a bajarme los pantalones.

-Como en los viejos tiempos, ¿eh? -le dije, manteniendo el dolor a raya y bromeando para aliviar la tensión, aunque evidentemente, no era exactamente como en los viejos tiempos.

Más bien no se parecía en nada.

Sin ellos, y con un aspecto ridículo, me senté en el borde de la cama mientras dejaba que Sarah me ayudaba a acomodarme y me tapaba.

-Es lamentable en lo que me he convertido. Soy un maldito viejo inútil mientras que tú...

Ella seguía siendo igual de hermosa, sino más, que cuando la había conocido. La observé mientras iba en busca de su maletín y el amor que sentía por ella me llenó como si no hubiese nada más. Lamentaba no tener algo más que ofrecerle y la perspectiva de encontrar a Bennet se me hacía cada vez más deseable, porque la quería de tal manera que sentía auténtico dolor al ver su necesidad insatisfecha, algo que intentaba no demostrar... pero que estaba ahí, para ser visto por cualquiera que la quisiera tanto como yo.

Sus masajes me sentaron de maravilla, lo suficiente como para que pensara en volver a ser útil otra vez, aunque ella parecía resignada e insistió en que no hiciese nada.

-Si te da igual lo que diga supongo que puedo decirlo. No necesito la rodilla para lo que quiero hacerte y me parece que no necesitaré tampoco esforzarme demasiado para conseguirlo -le dije, acariciando su rostro y descendiendo la mano para introducirla por debajo de su camisa y acariciar levente la piel de su costado.

Por supuesto, supe que tendría que luchar con ella, porque además del masaje, quería darme un analgésico. Cuando acercó su mano de nuevo a mi muslo, después de frotarme la rodilla, se la detuve y conduje hacia mi miembro, que estaba adquiriendo una fuerte erección, quizás no tanta como en el pasado, ni tan deprisa o sostenida, pero aún lo suficientemente poderosa como para utilizar mi miembro y aliviarla de múltiples maneras.

-Sí, el frío es malo y mi rodilla está en las últimas, y puedes vendarme lo que quieras, pero creo que todavía hay algo de hombre en mí para calmar esa ansiedad que puedo leer en tus ojos y también en tus manos cada vez que me tocan, aunque solo sea para ponerme esa crema.

Ella debió ver mi sufrimiento por no poder ser mejor para ella y se recostó a mi lado mientras me recordaba lo mucho que me amaba.

-Lo sé, mi vida. Y tú también lo has sido para mí. Y no tendrás que preocuparte porque te daré todas las caricias que necesites, y juntos podremos ayudarnos mutuamente, tú a aliviarte y yo a facilitarte las cosas.

Y sin más dilación, introduje mi mano por debajo de su pantalón, sintiendo la humedad en su ropa interior, y una urgencia que no aceptaba más dilación. Sin perder tiempo, empecé a desnudarla, bajándole los pantalones tras aflojarlos y dejando que me ayudase a retirarse las botas y después a terminar de quitárselos. 

Sin ellos, todo fue mucho más sencillo. Su sexo estaba ahí, pidiendo auxilio, así que la besé con pasión mientras me apretaba a ella y mi mano lo buscaba sin molestarse en quitarle lo poco que le quedaba. Era excitante sentir aquel pequeño pedazo de tela por encima de nosotros, aumentando la desesperación por unos instantes, y dejarme empujar para acariciarla unos segundos, antes de terminar por acabar de quitárselo y lanzarme hacia sus pliegues carnosos y hambrientos, besando su piel mientras mi lengua se deleitaba con sus fluidos y movimientos. 

No me había hecho falta ponerme de rodillas, porque la cama, aun siendo pequeña y ruidosa, me permitió girarme sobre ella y llegar entre sus piernas colocándole al revés. Era un sesenta y nueve en toda regla, pero no buscaba tanto mi propio placer como el suyo y conseguir que alcanzase al menos un orgasmo conmigo, de la manera que fuese, antes de que ella misma se produjese otros por su cuenta.

Con mi lengua separé sus pliegues en busca de tierras más llenas de deseo y su clítoris hinchado y suplicante apareció gritando en silencio una atención que durante demasiado tiempo no le había dado. Mis labios lo buscaron, envolviéndolo con suavidad, mientras mis manos acariciaban el cuerpo de mi amada, y sin perder tiempo, succioné y lamí rítmicamente, esperando empujarla hacia el abismo de la desesperación.

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08/10/2022, 09:11
Sarah "Mac" Heatherly

Sabía que me iba a doler la espalda después de aquel paseo hasta el camarote. A pesar de que sabía disimular, la edad también me afectaba y el sobrepeso de Rick no me ayudaba con las lumbares. Pero comparándome con él, yo no tenía nada de nada.

Tras bajarle los pantalones le miré a los ojos al escuchar sus palabras y me puse en pie para besarle primero. - Mientras sigas a mi lado jamás tendremos viejos tiempos, sino hermosos recuerdos. - Le dije con calidez para dejarle sentarse en la cama y ayudarle con la ropa.

Era perfectamente capáz de vestirse y desvestirse él solito, pero cuando le dolía la rodilla todo le costaba más. De hecho me costó muchísimo que aceptase mi ayuda cuando le doliese... claro que ayudo mucho la amenaza de dejarle sin masaje en la rodilla y que no me viniese quejándose después de que le dolía.

Y como era tan reacio a tomar medicamentos, lo que él no sabía era que aquella pomada que me preparaban en la farmacia para él, llevaba antinflamatorio, para reforzarle siempre que se negase a tomarse un mísera pastilla... a veces pensaba que le gustaba más el pinchazo en el trasero.

- No hables así. No éres un viejo inútil. Eres mi viejo inútil. Ese que amo y que amaré siempre. - Le dije con una dulce sonrisa, tratando de aliviar su pesar. Entendía sus quejas, pero debía ser más positivo. Mucho a su edad estaban peor o no habían llegado si quiera. - Tú eres quien me da la vida, eres mi motor para levantarme por las mañanas y preparte el desayuno, para vestirme para ir a trabajar al hospital y mirar la hora cada segundo deseando volver a casa para  antes que tú y tratar de tener la comida lista. Sin ti no habrían paseos por el parque cogidos de la mano, ni películas que ver acurrucados el uno con el otro en el sofá. - Acaricié su rostro. - Sin ti no tendría sentido mi vida. - Mi voz se entristeció. - Sin ti ya no tendría por quien luchar ni ponerme celosa de una puta rusa y menos aún tendría el mejor sexo del que puedo disfrutar... ni tus caricias, ni tus abrazos, ni tus besos, ni tu compresión... ni tu amor...

Guardé silencio mirándole a los ojos, con los míos humedecidos pensando en qué sería de mí sin él. - Te amo más que a mí misma, Rick. Para mí jamás serás inútil, mis ojos nunca te verán así, ni como un viejo, pues yo también he envejecido a tu lado. Para mí eres el mayor tesoro que pude encontrar en mi vida, ese que no quiero perder jamás porque moriría sin él. - Y le arropé para besarle en los labios con suavidad y ternura antes de ir a por el maletín.

Lo que no me esperaba era que tras darle la crema, antes de retirar su pierna de mi cuerpo para poder volver a moverme, la sujetase y la pusiese sobre su miembro, el cual iba cogiendo dureza poco a poco. Le miré a los ojos sorprendida, puesto que hacía mucho que no repetíamos y me mantenía con un encuentro al día con él, mientras que  yo aún parecía una adolescente y peleaba contra mí misma en muchas ocasiones pues veía que lo mío era un no parar.

En esos momentos de soledad donde me aliviaba, le extrañaba como si no estuviese a mi lado desde hacía mucho tiempo y quizás en ese momento estaba en la habitación de al lado. - Rick... ¿Estás seguro? Me sorprende que quieras repetir tan pronto. - Traducción: con veinticuatro horas de antelación. Ya me había recostado a su lado tratando de apaciguarle, porque si él había determinado que solamente sería uno al día era por algo.

- Cielo, quizás deberíamos hablar sobre esa parteee... - Y un gemido de placer me interrumpió cuando sentí su mano en mi sexo. En mi húmedo y excitado sexo. Salvo el tiempo de la menopausia, que sí tuve una pequeña crisis con el tema del sexo y la lubricación, pensando que me quedaría inútil para siempre, me renové y volví a ser la de siempre. Por eso sabía como se sentía mi amor y por eso no le hablaba nunca de Bennett. Él sabía que le extrañaba y que ahora en la cama más. Pero mi intención no era dejar a Rick de lado, sino que, simplemente no se sintiese como ese viejo inútil que había reconocido ser.

- Creo que... mejor lo... hablamos después... - Jadeé sintiendo como mi cuerpo reaccionaba a sus estímulos con intensidad. Estímulos que cesaron en el momento que determinó que mi ropa sobraba, al menos la inferior y no tardé en ponerme en ello yo también. No solo le deseaba a él, sino que tenía aquella maldita necesidad de hacerlo a casi todas horas. Era como si el tiempo que perdí de joven me reclamase ahora el sexo que no tuve a su lado durante aquellos 15 largos años.

Y mientras acaricaba mi sexo sobre mi ropa íntima yo ya iba lanzada a retirarle la suya, sin rodeos. Le amaba a él y en consecuencia a su enorme y generoso miembro que tanto placer me había dado durante años y que se alzaba nuevamente para mi deleite. Y mi ropa interior voló también y de golpe me encontré a Rick con su cabeza entre mis piernas y su miembro, reclamando mi atención frente a mí.

Eran demasiados años juntos como para que él ya no supiera lo que me gustaba o no y como atajar un orgasmo cuando quería o hacerme durar y sufrir durante más tiempo, rebosándome de placer sin hacerme llegar al climax hasta que él mismo quería. Yo le conocía igual, solo que en aquel momento realmente no sabía que iba a pasar. Tanto tiempo con uno solo... quizás no alcanzase la erección que deseaba y eso le molestase... pero su lengua no me dejó pensar en mucho más, pues enseguida alcanzó mi punto más débil y atacó sin clemencia.

Yo hice lo propio, solo que jamás logré y sabía que nunca conseguiría lograr acabar con todo el miembro de Rick dentro de mi boca y no sería por las veces que lo intenté. Pero la práctica y la experiencia me enseñaron a cubrir lo que faltaba con mi humedecida mano, generándole esa sensación de que realmente estaba todo en mi boca, siempre que no mirase, claro.

Y  mientras él atacaba sin tregua por un lado, yo iba dándole lo mejor de mí por otro, demostrándole incluso cuánto le amaba mientras le trataba a su propio miembro con ternura y dulzura y separándome de él cuando Rick hacía de las suyas para oírme gemir con más fuerza. No quería gritar mucho, porque los chicos estaban en el barco y no sabía donde. De ser como ocurrió en la vuelta a casa tras salir de la Tierra Hueca y quedarme encerrada con Rick y Aloy en el camarote... mis gritos los hubiesen escuchado los noruegos igual que los nazis en su día.

Pero todo eso había pasado ya y de hecho, temía que Aloyssius quisiera algo conmigo, pues para él había pasado un mes, solo un mes. Para nosotros veinte años y temía su rechazo. De hecho estaba segura de que sí volvería a casa, a la cilivización, que mantendría contacto con nosotros por quienes fuimos y por su hijo, pero que ya no volvería a tenerle entre mis brazos... como estos últimos veinte años.

Y recordando a Bennett y aquel primer día donde disfrutamos en mayor o menos medida los tres en la cama, el esfuerzo de Rick y aquellos recuerdos me hicieron jadear con tanta fuerza que no tuve que decirle nada a mi amado y menos cuando sintió mi cuerpo tensarse mientras seguía con su miembro en la boca, apurando hasta el último momento donde no pudiese más y tuviese que dejarle libre para evitar morderle.

- Mi amor... - Fue lo único que pude susurrar antes de que aquella tensión del cuerpo se disparase hasta los dedos de los pies y mis jadeos de placer inundasen el camarote entero. Mi sexo palpitaba con fuerza, como si fuese el primer orgasmo del día y ya era el segundo. Recosté mi cabeza sobre el muslo de Rick al tiempo que mi mano seguía masturbando el miembro de mi amado por la base, retrasando así su orgasmo pero sin dejar de generarle placer y es que no sabía como quería terminar ni donde, pero sabía que lo más cómodo para los dos era que me subiese encima suya y le cabalgase hasta que terminase dentro de mí, puesto que la ducha tendría que dármela me gustase o no, sobre todo después de aquella segunda sudada y de como había quedado mi sexo de empapado.

Así pues, sin preguntar, cuando recuperé el aliento, me moví sobre él y me giré, besándole con pasión mientras me colocaba a horcajadas sobre su cadera y sentía la fuerza de su miembro, aún más útil de lo que él decía, entre mis piernas. Mientras le besaba, sacando mi cariño y amor hacia él en aquel beso, mi mano se encargó de hacerle entrar en mí y comenzar a moverme sobre él.

Que lejos habían quedado esos días donde debía pedir que me enseñaran a bailar sobre ellos... ¡Cuántas veces lo hice sobre Rick y cuántas más repetiría siempre que él me dejara hacerlo! Me separé de sus labios y pegué los míos a su oído. - Marca tú el ritmo, hace demasiado que no repetimos y quiero que lo disfrutes como desees. No tengo prisa y no llegaremos a Tierra Hueca en unas horas... por mí como si quieres que estemos días así.

Y besé su oído, siguiendo su mandíbula con mis labios, para volver a su boca, donde nuestras lenguas se reencontraron al tiempo que sentía como me excitaba de nuevo y mis manos se aferraron a mis pechos, sintiendo la fricción del miembro de mi amado esposo en mi interior y el placer que me generaba y como volvía a hacer que mi cuerpo pidiese más de nuevo.

- Como en los viejos tiempos...

Notas de juego

Ojo, que este es el segundo, quedó uno inconcluso antes de salir del barco para ser roleado de manera posterior XD.

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08/10/2022, 16:13
DIRECTORA

La seguridad de Roise y las risas de todos aquellos hombres que os sacaban varios centímetros de altura y músculo intimidaba bastante. Los ojos de de Arthur fueron de aquellos hombres a Kyle y de nuevo a él mismo, y sus cálculos seguramente no pasaron desapercibidos.

Quizás solo estaban bromeando con ellos de una forma amistosa, o a lo mejor eran las típicas burlas que siempre hacían los que eran más fuertes a los más débiles.

Sin embargo, y a pesar del miedo, Arthur les respondió, añadiendo unos cuantos detalles que parecieron despertar el interés de los noruegos. Roise enseñó sus no completamente estropeados dientes al escuchar lo de que podían no tener pasajeros qué llevar y se lo tomó como un intento de devolver el golpe.

-Uh, tranquilo, chico, tranquilo. Solo estamos hablando amigablemente. Por supuesto que nos alegramos de llevaros a donde nos digáis. Después de todo, el dinero nunca viene mal -dijo Roise, invitando a los jóvenes a sentarse.

Roise desde luego sí que lo hizo, mientras sacaba un cigarrillo y se lo encendía, aumentando así el aspecto rudo que ya de por sí tenía. Arthur contrarrestó entonces sus palabras al elogiarlos por sus músculos.

-Estos músculos no surgen de la nada. Son el fruto de años de trabajo y buenas peleas de bar. Llevo trabajando desde los catorce años, chico, y te aseguro que me he ganado cada moneda que he conseguido, y cada músculo que tengo en estos brazos. Y al igual que yo, todos nosotros. Quizás si dejases por un tiempo la vida fácil y te unieras a nosotros podrías fortificar ese cuerpo tuyo, y el de tu amigo, pero eh, tener dos ojos de color diferente también está bien. Impresiona a las chicas, tenlo por seguro -le dijo a Arthur, guiñándole un ojo y mirándole divertido.

Pero Arthur se sentía lo suficientemente pequeño como para no permanecer allí más tiempo del necesario, así que le sugirió a Kyle marcharse al camarote e ir a ver a sus padres, bebiéndose dos vasos de agua del tirón, más que nada para aliviar su garganta seca que tanto había sufrido al tener que hablar delante de todos aquellos "armarios".

Kyle no tardó en responderle, totalmente de acuerdo con su primo, por lo que ambos se retiraron finalmente en dirección hacia los camarotes, entrando en el suyo, tal y como había dicho Arthur, para dejar el abrigo. Sus padres estaban en el de al lado, y oyeron unos golpes en la pared que no lograron identificar con claridad. No terminaban de ser rítmicos, pero cada vez eran más frecuentes.

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10/10/2022, 11:17
Arthur Heartherly

- No he llevado una vida fácil, señor y Kyle menos que yo. Recuerde que mis padres fueron militares, Mayor y Capitanes... y eso se lleva dentro. A parte que llevan toda mi vida preparándome para este viaje, solo que... en Nueva York no se ven cuerpos así. No en la ciudad al menos. - Otra cosa era el puerto o las pistas de Rugby, pero allí no pisaba nunca. Tenía mi vida, mis estudios y mis cálculos. - Y no es eso... ya se que mis ojos atraen a las chicas... pero... no importa... gracias por la conversación.

Ante todo era un chico educado y correcto, aunque se estuviesen riendo de él y de su primo, no iba a perder las formas y más aún cuando no les entendía. Así que lo mejor era largarse al barracón y comer allí tranquilos, dejando algo para no tener que volver sin sus padres.

Al llegar al camarote me quité el abrigo. Sudaba más por el rato pasado en el comedor que por la carrera. Dejé la comida sobre mi cama con cuidado. La verdad era que no había nada que se derramase, pero no quería migas entre las sábanas. No me había metido una galleta en la boca cuando empecé a escuchar esos golpes que venían del cuarto de mis padres. Asustado miré a Kyle.

- ¡Mierda! ¡¿Y si le está pasando algo a uno de mis padres?! - Dejé caer la galleta al suelo, pensando en que mi padre sufría un ataque al corazón o mi madre convulsionaba por algo y salí corriendo al pasillo para ir directo a la cabina de mis padres y poner la mano en el tirador de la puerta.

Esperaba que estuviese abierto, porque de lo contrario... quien iba a enfermar era yo por no poder pasar a ayudar. ¿Y si uno estaba solo allí dentro? Los nervios hacían que no acertase a abrir la puerta y miré si venía Kyle detrás mía para que me ayudase a abrir antes de que acabase yo malo.

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10/10/2022, 16:59
Nathan Michelson
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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10/10/2022, 17:32
Nathan Michelson

Las tripas del barco en sus niveles más bajos eran puta basura. Desde luego si los rusos no habrían tenido los huevos de bajar aquí, sobre todo porque no sabrían ni que existía, recorríamos esos pasillos metálicos y angostos y todo lo que conseguíamos ver a parte de una mezcla de mierda, óxido y otros restos que no quería saber ni que eran, no encontramos nada de interés.

-Opino que esos bastardos y esa serpiente son unos fanáticos y no se cortaran un pelo a la hora de liquidarnos, ya pudiste verlo en la taberna, que gracias por salvarnos el culo por cierto-dije torciendo media sonrisa como agradecimiento-Y llámame Nathan, que no soy ningún Lord inglés, que yo sepa- solté un pequeña risotada, oyendo como su eco rebotaba contra las paredes de metal fundido. Entonces me percaté de cómo Lucy intentaba no caerse, desde luego aquel no era el mejor lugar para andar con ese calzado-Meh... aquí no parece haber nada y tú necesitas algo mejor para tus pies...tiene que haber un calzado mejor que tus tacones en éste barco, seguro que la jefa tiene algún par de botas de más que te valgan, volvamos a las cubiertas superiores, aquí no parece que haya nada- chasqueé con la lengua en señal de fastidio y decepción.

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12/10/2022, 18:00
DIRECTORA

Lucy parecía demasiado preocupada por sus zapatos como para ver u oír algo que llamase su atención o le pareciese extraño de alguna manera. Michelson, por su parte, era un hombre de acción, acostumbrado a meterse en todas partes y reaccionar deprisa, porque la diferencia entre la vida y la muerte estaba en los detalles, sobre todo en el de moverse antes de que algo malo sucediese.

Por eso a pesar de hablar y seguir la conversación de Lucy, iba mirando y estaba pendiente de cuanto había a su alrededor, e incluso se lamentaba de no haber hallado nada que mereciese la pena, así que oyó algo que no se parecía o tenía nada que ver con lo que esperaban.

Sonaban como llantos ahogados, apenas perceptibles y por consiguiente, difícilmente identificables, pero Michelson estaba convencido de que se trataba de alguien llorando que o bien estaba lejos o más bien encerrado en algún lugar de los alrededores, cerca pero a la vez, oculto.

Desde luego, eso no parecía tener nada que ver con un barco de aquellas características ni tampoco con lo que estaban buscando. No había ni rastro de que los rusos le hubiesen hecho algún desperfecto al barco.

Pero esos llantos... ¿de dónde venían... si es que se trataba efectivamente de eso?

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12/10/2022, 18:33
Kyle Blackhorn

—Menudos capullos, ¿viste como se rían? Si este fuera mi barco los tiraba por la borda.— Protestaba Kyle entre dientes al entrar en la habitación.

En cuanto escucho los ruidos se quedó inmóvil, pero luego pego su oído en la pared, imaginándose a su tía en plena faena.

—Si, eso parece... aunque no tiene por qué ser algo malo...

Ni siquiera se dio cuanta de que Arthur salía del camarote hasta que se vio solo. ¿Dónde ha ido?

Salió al pasillo, donde se encontró a su primo con su mano en el pomo del camarote continuo, el de sus padres.

Se movió hacia él y le detuvo en su intento de gira el tirador. —Espera, no quiero perdérmelo.— Se posicionó junto a su primo para lo que fueran a ver tras aquella puerta, en caso de abrirse, preparado para grabar* en su retina el momento.

Notas de juego

*¿Dónde está el cámara cuando se le necesita? xD

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12/10/2022, 19:21
Rick "Jester" Heatherly

No me hacía falta acariciarla y esperar a ver la reacción de Sarah para saber que estaba necesitada, que a pesar de su buena disposición a pasar sin que yo pudiera satisfacerla, su cuerpo ansiaba sentir el placer del mismo modo que respiraba o dormía. Era otra clase de alimento, pero igual de necesario que el resto.

Su mano se movió con la misma habilidad que siempre, recorriendo mi miembro con delicadeza pero empujada por su propio deseo, moviéndola de manera irregular debido al recorrido que mi lengua estaba haciendo, pero sabiendo que yo también la necesitaba, que acabara donde acabase, lo importante era poder estar con ella.

Ella supo adaptarse bien al cambio de postura y mi miembro parecía mantener bien el nivel, a pesar de haber repetido y de que la edad era un hándicap que nunca me abandonaba. Pero Sarah era pura magia para mí, la única mujer capaz de excitarme en cualquier momento y situación, y no tardó en girarse para colocarse sobre mí sin dejar de besarme y guiarme para entrar en ella.

La humedad y la calidez de su interior me envolvieron e hicieron lanzar un gemido involuntario, entre beso y beso, mientras ambos empezábamos a movernos para lograr un ritmo adecuado. Había esperado que ni tan siquiera hubiese podido entrar pero no solo eso, sino que no me molestaba en absoluto y disfrutaba como si hiciese una semana que no hiciésemos nada.

-Si pudiera estar horas así, ten la seguridad de que lo haría, pero esto no es para mí sino para ti, así que necesito que te aproveches de todo cuanto tengo porque puede que pase mucho tiempo hasta el siguiente. Necesito verte bien, mi vida. Hoy soy solo para ti.

Mis manos se colocaron en sus caderas para asegurar el ritmo e incrementarlo, mientras ella se tocaba a sí misma y procuraba aumentar su excitación, dejándose llevar por mis movimientos, que cada vez eran más potentes y rápidos. 

Y es que por mucho que le dijese que estaba para ella, mi cuerpo no olvidaba lo que sentía y muy pronto comencé a ser arrastrado por una necesidad que no creí que volvería a experimentar. Quería moverme más, adentrarme en ella todo lo que pudiera y sentir su calidez entorno a mi miembro con mucha más intensidad, así que seguía delante, moviendo mis manos para acompañar las suyas, atrayéndola un instante hacia mí para besarla pero solo como preludio de lo que en pocos segundos iba a suceder, porque sin poder evitarlo, estaba ya cerca del orgasmo.

-Creo... que aunque quisiera... no podría aguantar... más -conseguí decir, incrementando todavía más mis movimientos, hasta que finalmente, sentí como salía de mí y emitía un fuerte gemido, justo al mismo tiempo que se abría la puerta.... y aparecían los dos mocosos, Arthur y su amigo, y nos pillaban infraganti mientras yo todavía estaba terminando de expulsarlo todo.

En ese momento no hubiera podido quedarme quieto aunque quisiera, pero la visión de mi hijo y su amigo pillándonos in fraganti me hizo girar la cabeza hacia ellos con la boca entreabierta y aún extasiado por el orgasmo.

Mierda.

Notas de juego

Creo que la escena quedará mucho mejor si dejo este post para que lo vean los chicos. XD

Pues habría estado bien lo de la cámara jajajajaja

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13/10/2022, 23:34
Sarah "Mac" Heatherly

Rick no era consciente de lo que significaba para mí tenerle ya no solo entre mis brazos, sino en esos momentos de intimidad y deseo, donde la pasión se desataba y la mayor muestra de amor que podíamos tener era seguir acostándonos juntos siempre que pudíesemos. Por eso repetir es día fue algo maravilloso para mí, aunque más volver a sentirle dentro, como cuando éramos jóvenes y lo hacíamos a todas horas.

Pero lo que no me gustó fue escucharle decir que podría pasar mucho tiempo hasta el siguiente. Ya estaba acostumbrada a tenerle solamente una vez al día, pero esperaba que sus palabras se refiriesen a eso solamente y no a que no pudiésemos estar juntos como en aquel momento varios días, porque acabaría volviéndome loca y seguramente usaría el palo de una escoba para aliviarme y sentir algo duro dentro. Pues mastrubarme a escondidas suya no me valía de mucho.

El calor de nuestros cuerpos, el generado por la excitación y los movimientos hicieron que me despojase por completo de la parte de arriba de mi ropa, dejándole a mi amado mi pecho al descubierto, el cual se movía al son de nuestros movimientos. La verdad era que podía estar orgullosa de mi pecho pues casi permanecía a la misma altura que cuando era joven. La ley de la gravedad no parecía afectarle demasiado.

Las manos de Rick en mis caderas aseguraban un buen ritmo, al tiempo que con una mano jugaba con mis pechos y la otra con mi sexo, esperando alcanzar mi segundo orgasmo a la vez que él... como solíamos hacer siempre.

Y mientras gemía de placer, sentí como Rick me cogía de las manos y me besaba al tiempo que notaba como su miembro se endurecía por completo. Antaño me costaba diferenciar aquello, pero ahora con la edad, sabía que cuando se ponía como una roca es que le quedaba poca cuerda... esta vez yo no iba a llegar con él. - Pues no aguantes... mi vida... termina... yo lo haré luego... - Le respondí a sus palabras, mientras me dedicaba a moverme para él de nuevo, con más intensidad y dejando caer mi cuerpo hacia atrás, sosteniéndome sobre sus muslos al tiempo que le sentía empujar con fuerza sabiendo que estaba completamente dentro de mí.

Eso fue suficiente como para que le escuchase soltar aquel fuerte gemido y sintiese dentro el calor de su semilla que ya no daría fruto en mi cuerpo. Lo que no me esperaba era que la puerta se abriese y asomasen mi hijo y mi sobrino. Yo me quedé helada, mirándoles con los ojos como platos, mientras que Rick pegaba aún empujones debajo de mí, haciendo que mi cuerpo se moviese por ello.

Arthur jamás había entrado así y cuando de alguna manera recuperé el sentido, cogí la ropa de cama y me tapé, recostándome sobre Rick para que no viesen más de lo que debían, aunque ya habían visto suficiente... solo les quedaba por ver el bate de béisbol que gastaba mi amado entre las piernas y ver como salía de mi cuerpo.

Me sonrojé y me abracé a él, sintiéndole aún dentro, al tiempo que su miembro iba menguando y saliendo despacio de mi interior, miraba a los chicos preocupada. Bajo la ropa de cama, acariciaba a Rick para que no gritase mucho y mis ojos se clavaron en mi hijo. - ¿Ha... ha pasado algo... urgente? - Pregunté avergonzada por la pillada y preocupada por si había ocurrido algo y habían venido a avisarnos.

Sin duda habían estropeado y bien aquello, pues ahora venía la sesión de besos y caricias hasta que terminase yo... y me iba a tocar irme a la ducha a acabar con aquello tras ver que querían los chicos, vendar la rodilla de Rick y dejarle descansando después de aquello, porque una vez que había parado del todo, ya no le podía volver a arrancar.

Mi cabeza seguía pegada al pecho de mi amado, bajo su protección, al tiempo que las sábanas nos protegían a ambos de las miradas de los chicos y del frío que pronto empezaríamos a notar, esperando una respuesta por parte de alguno de los dos.