Partida Rol por web

En busca del Templo del Mono

4~ El Palacio del Tigre

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09/06/2019, 19:20
Rui Wu-San

Mei Ling y Gao no tuvieron tiempo de responderme. El hombre cuervo parecía ir a hacerlo, comenzando por hacer un gesto que parecía querer restar importancia al asunto, pero de pronto se puso alerta. Trataba de escuchar algo, o eso me pareció, mientras mis ojos viajaron de inmediato a la joven preguntándome si ella comprendía qué sucedía.

Pasaron pocos segundos hasta que me dí cuenta de lo que pasaba, oyendo apresurados pasos de lo que debían ser soldados. A pesar de que se acercaban en nuestra dirección, no estaba segura de si se detendrían en la estancia que ocupábamos, pero así fue finalmente por parte de uno de ellos. Tocaron a la puerta sin delicadeza alguna y un hombre pasó dentro antes de que pudiéramos pronunciarnos.

Rauda, giré mi rostro hacia Gao, temiendo cómo reaccionarían los soldados de encontrarle allí; presenciando entonces cómo Mei Ling acariciaba un cuervo que se encontraba posado en su mano. Habla-de-más parecía haberse transformado en animal en un abrir y cerrar de ojos, algo que aún me resultaba impresionante, acabando de llegar a aquel mundo en el que parte de los hombres adquirían cualidades inexplicables.

El soldado detuvo lo que iba a decir al percatarse de la presencia del cuervo, pero a pesar de ella no tardó en tomar la palabra para darnos el mensaje que le había llevado hasta allí; para lo cual primero se inclinó raudo ante nosotras. No dejaba de sorprenderme aquel aparente respeto que nos tenían cuando en realidad estábamos presas en aquel palacio.

El soldado nos pidió que no abandonáramos la habitación bajo ninguna circunstancia, lo que junto a la marcha de soldados que pudimos ver tras él dejaba claro que algo grave estaba sucediendo. Miré a Mei Ling con rapidez, dedicándole una interrogante mirada, tras lo que miré al soldado.

- Así será, pero... ¿Podría decirnos qué está pasando? Por favor, señor... - pedí tratando de infundir lástima en el soldado, creyendo que quizás así sería más sencillo obtener respuestas, aunque puede que los soldados de Bingbing fueran tan despiadados como él.

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10/06/2019, 12:26
Director

La reacción de Mei Ling, la expresión que viste en su rostro, te indicó con sencillez que aquello distaba mucho de ser habitual. De hecho, incluso el cuervo posado en su mano se revolvió inquieto, abriendo y cerrando sus alas y agitando su cabeza antes de soltar un graznido que pareció poner más nervioso al guardia.

Éste, sin embargo, se volvió hacia ti cuando le hablaste, abriendo los labios para decir algo pero enmudeciendo súbitamente, como si meditase la conveniencia de hablar. Frunció el ceño, pensativo, durante unos instantes que te parecieron eternos, pro finalmente echó un rápido vistazo a su espalda y volvió a miraros a ambas.

Mi señor Bingbing ha movilizado a las tropas, mis señoras. -Compartió bajando la voz, temiendo ser descubierto por algún superior y reprendido por su indiscreción- Se ven fuegos en varias aldeas del sur. Parece que estamos bajo ataque, aunque no se sabe por parte de quién. Temo que estemos en estado de... -La palabra se le atragantó, debiendo tragar saliva costosamente antes de poder decirlo- ...guerra.

Tras aquella revelación, el guardia se apresuró a cerrar la puerta, pudiendo oírse desde el interior cómo sus pasos apresurados le llevaban a unirse a sus compañeros de tropa.

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16/06/2019, 17:21
Rui Wu-San

Las actitudes de Mei Ling y Gao dejaban más que claro que lo que allí estaba pasando no era nada normal, ¿podría ser esa una razón para que el soldado no quisiera responder a mi pregunta? Por un momento, pensé que me quedaría sin respuesta, pues el hombre se mostró reticente a hablar, pero finalmente se decidió a ello.

Lo hizo en voz baja, con evidente temor, lo cual ya me pareció una mala señal. Sus primeras palabras no llamaron mi atención, pues aquello era algo que podía deducirse por lo que atisbábamos a través de la puerta, pero cuando comenzó a hablar de distintos ataques me puse muy tensa, tensión que aumentó al oír la palabra “guerra”.

El soldado se fue tras aquello, sin darnos opción a preguntarle nada más, no sabía si porque consideraba haberse arriesgado ya demasiado o simplemente porque tenía que regresar junto al resto cuanto antes. Lo que habíamos descubierto me inquietó, pues a pesar de no haber vivido algo así, eran muchas las historias que había escuchado en la herrería sobre diversos conflictos.

Temía por la gente inocente que pudiera salir perjudicada en aquella guerra que parecía estar desatándose en las tierras que Bingbing había tomado, entre ellos Kippei y mi tío, aunque ellos no eran personas normales y esperaba que eso les ayudara a evitar problemas; pero también temía por mí.

- No voy a quedarme aquí a esperar. - dije con decisión, girándome hacia Mei Ling. - ¿Quieres venir conmigo? - le pregunté antes de mirar brevemente al cuervo, preguntándome qué pensaría al respecto. - No creo que queden muchos soldados para vigilar el palacio, podemos intentar escapar. Los atacantes se acercan por el sur, así que podríamos huir hacia el norte. - le propuse seria, aguardando su respuesta.

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16/06/2019, 18:28
Mei Ling

Mei Ling se sobresaltó ante tus palabras, casi más de lo que lo hizo ante la mención de la guerra. No daba la impresión de que la posibilidad de un conflicto bélico en aquellas tierras le preocupase demasiado, quizás porque confiaba en el gran poder que desplegaba el señor de aquel palacio. ¿De verdad un hombre tigre que atesoraba tamaño poder contaba con rivales capaces de hacerle frente?

N-no, yo no... -Baulbuceó, agachando la mirada- Este es mi hogar, no tendría a dónde ir...

La mujer se sorprendió ligeramente al comprobar que el cuervo en su mano desplegaba bruscamente sus alas y se echaba a volar, y terminó uniendo sus manos sobre su vientre. El cuervo se posó en el suelo a pocos pasos de vosotras, y comenzó lentamente a aumentar de tamaño.

Pero, si ese es tu deseo, puedo indicarte por dónde intentar huir. -Afirmó la mujer, de pronto, mientras el ave crecía hasta convertirse en una enorme bestia emplumada de gran y poderoso pico negro y brazos membranosos como alas de ave, una imagen absolutamente insólita que parecía seguir variando mientras hablábais- Aunque no haya muchos guardias, no será sencillo...

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16/06/2019, 18:35
Gao Habla-de-Más

Finalmente, aquella criatura emplumada comenzó a decrecer, desapareciendo sus plumas y las alas, y tornando su pico en un rostro humano que ya te era conocido. Gao se presentó nuevamente ante tus ojos, sonriendo con expectación, aunque se rascó el hombro con incomodidad y terminó mostrando una pluma negra que se le había quedado enganchada entre la ropa.

¡Guerra! Eso tengo que verlo, el maestro tendrá que esperar, jaja. -Comentó extasiado por las nuevas noticias, antes de mirarte fijamente- Entonces... ¿Pretendes escapar de aquí? Eso sería digno de ver, maldición, no puedo estar a todo al mismo tiempo. Ni siquiera se si debería ayudarte, en caso de que pudiera... ¿El maestro se enfadaría conmigo? -Preguntó llevándose una mano a la barbilla, exageradamente pensativo- En fin, te deseo mucha suerte. Si cuando vuelva sigues aquí, espero que me cuentes qué falló. Y si lo logras... espero verte nuevamente, en el futuro. -Comentó realizando una reverencia- Hasta pronto, damiselas.

Con aquella despedida, Gao sencillamente se giró, y sin que comprendieras cómo había sido eso posible, sencillamente desapareció. Apenas parpadeaste, y fue como si nunca hubiera estado allí, una extraña magia que te dejó totalmente desconcertada.

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19/06/2019, 20:29
Rui Wu-San

Mei Ling no tardó en negarse a venir, sorprendida por mis palabras. La forma en que respondió me hizo pensar en un principio que temía lo que pudiera pasar de intentar escapar, pero en seguida dejó claro que el motivo para no querer irse de allí era que consideraba aquel su hogar.

- Un lugar como este no puede ser un hogar. - dije prácticamente sin pensar, de manera tosca.

Vi entonces cómo Gao echaba a volar, posándose cerca de nosotras y comenzando a convertirse en un ave enorme mientras Mei Ling continuaba hablando. A pesar de atender a sus palabras, mis ojos no se separaban de aquel extraño pájaro gigante en el que se iba convirtiendo Habla-de-más.

- Si puedes ayudarme, te lo agradecería. - le dije a la joven, volviendo a mirarla y empleando un tono de voz más amable. - Que no tengas a dónde ir no es un problema, vendrías conmigo. Si cambias de opinión, sólo dímelo. - añadí de manera firme, volviendo mi mirada a observar al hombre cuervo, quien parecía ir tomando nuevamente forma humana.

Habla-de-más parecía contento, algo que en seguida demostró también con palabras. Fruncí mi ceño con desagrado al mostrarse tan entusiasmado por una guerra, aunque aquel gesto se borró de mi rostro cuando me preguntó por si de verdad quería escapar. Asentí, mientras él continuaba hablando sin parar. Llegué a pensar que quizás podría contar con su ayuda, pero ni él mismo sabía si podría ayudarme, y acabó desechando aquella idea; tras lo que me deseó suerte y se despidió.

Ni siquiera pude despedirme, desapareciendo el joven tras girarse. Así, sin más, estaba allí y de repente ya no estaba. Atónita, miré a Mei ling, preguntándome si ella estaba tan sorprendida como yo, aunque probablemente no fuera así.

- Dicen que yo soy especial, pero eso... Es increíble - dije aún llena de sorpresa, mirando al lugar en el que habíamos visto a Gao por última vez, tras lo que volví a girarme hacia Mei Ling retomando el tema de la huida. - Dime, ¿cuál es el mejor lugar por el que escapar?

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19/09/2019, 12:46
Mei Ling

La reacción de Mei Ling cuando hiciste aquel comentario acerca del hogar fue sumirse en un tenso silencio. Sus mejillas se sonrojaron y bajó la mirada, no siendo capaz de reaccionar ni tan siquiera cuando Gao desapareció súbitamente, algo a lo que la mujer debía ya estar habituada. Sin embargo, asintió ante tu petición de ayuda, sonriendo levemente con cierta ternura y una dosis de ilusión por poder serte de ayuda. Te hizo un gesto para que la siguieras, y se acercó a la puerta de la habitación, abriéndola ligeramente para comprobar el exterior. Desde detrás de ella pudiste vislumbrar que en éste no había actividad, algo que comprobaste cuando la mujer abrió la puerta y sacó medio cuerpo fuera para mirar a ambos lados, haciéndote un gesto para que salieras con ella al pasillo.

Sigue el pasillo en esa dirección, hasta el final. -Te indicó, señalando el camino a tu derecha, un tramo que se extendía una veintena de metros para girar a la derecha, a donde tu vista ya no alcanzaba- Gira a la derecha y toma el segundo pasillo a la izquierda, y luego entra por la tercera puerta a la derecha. Es un salón que casi no se usa, pero tiene un balcón desde donde puedes descolgarte al jardín trasero. Si logras cruzarlo sin que te vea ningún guardia, los jardines dan al bosque y sólo tendrías que llegar hasta el río y seguirlo corriente arriba. No se dónde vive tu tío exactamente, pero se que es la dirección de la que te han traído. -Te explicó apresuradamente, comprobando a ambos lados que no viniera nadie- Trataré de cubrirte todo lo posible, decir que te has acostado y que necesitas reposo. ¿Recuerdas las indicaciones? Hasta el fondo...

A punto de repetir la ruta, Mei Ling señaló nuevamente el pasillo, pero entonces se detuvo bruscamente, al oírse un golpe seco a lo lejos y un grito apenas perceptible. Ambas quedásteis con la vista clavada en el fondo del pasillo, donde un par de piernas aparecieron por la esquina, cayendo desde lo alto y golpeándose violentamente contra el suelo. Allí quedó el cuerpo, al menos la parte que alcanzábais a ver, tendido en el suelo, durante unos instantes. Llevaba las ropas de un guardia de palacio.

Y de repente, el cuerpo desapareció por la esquina, siendo arrastrado por alguien... o algo.

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22/09/2019, 11:35
Rui Wu-San

Mei Ling no dijo nada ante mis palabras, aunque no tardó en mostrarse dispuesta a ayudarme, incluso me dio la impresión de que le agradaba el poder hacerlo. Me preguntaba cómo podía considerar a aquel lugar su hogar aunque no tuviera a donde ir, cuando otra nueva pregunta surgió en mi mente. ¿Cuánto tiempo llevaba la joven allí? Puede que llevara tanto tiempo en aquel lugar que le costara concebir una vida fuera de allí, o que incluso nunca hubiera salido de aquella jaula de oro.

Cuando abrió la puerta, miré por detrás de ella, pareciéndome que no había movimiento en el exterior, algo que se confirmo cuando tras mirar Mei Ling a un lado y otro tras asomarse terminamos por salir al pasillo.

Entonces la joven empezó a darme indicaciones, mientras yo repetía en murmullos las palabras clave para retener aquello en mi memoria. Sonreí a la muchacha cuando además de decirme por donde huir me dijo que me ayudaría a que mi ausencia se notara lo más tarde posible, lo cuál sin duda me ayudaría a ganar tiempo.

Mei Ling parecía ir a repetirme la ruta, pero entonces oí un golpe seco y un grito apenas audible, lo que me hizo mirar a la joven brevemente antes de devolver mi mirada al fondo del pasillo. Ella también lo había oído. Vimos entonces cómo alguien caída desde arriba, aunque sólo se le veían las piernas. Quien parecía ser un guardia había quedado tendido en el suelo, seguramente inconsciente, pues no parecía moverse; pero entonces alguien lo movió, pudiendo ver aquellas piernas desaparecer por la esquina.

Alguien o algo... No tenemos manera de saberlo. ¿Y ahora qué? ¿Cómo han podido llegar tan rápido?

No podía huir por donde la joven me había indicado, ni la podía dejarla allí habiendo sido asaltado el palacio. Tiré de sus ropas y la metí dentro de la habitación, entornando la puerta de esta.

- ¿Hay otro camino? Tenemos que salir de aquí, vendrás conmigo. - le dije convencida de ello, bajando la voz. - Aquí corres peligro.

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23/09/2019, 11:51
Mei Ling

Te apresuraste a apartaros a Mei Ling y a ti misma del camino de aquel posible peligro. Un peligro que se había adentrado incluso en el palacio del gran tigre Bingbing. ¿De qué podría tratarse? Lo cierto es que no te costó esfuerzo alguno arrastrar a la mujer de nuevo a la habitación, ya que el pavor se adueño de la expresión de su rostro. Cuando le preguntaste por otra salida, negó con la cabeza, compungida.

Esta habitación no tiene más salida que esta puerta... -Indicó al borde de las lágrimas, llevándose las manos a la boca bruscamente, antes de señalar la base de la puerta con una mano temblorosa.

Fue cuando lo viste. Un leve resplandor de la luz exterior se filtraba bajo la puerta, algo prácticamente imperceptible, pero que se hizo evidente cuando una sombra cruzó la mitad de la puerta, en absoluto silencio, seguida de otra más. Como dos pies que no emitían sonido alguno al pisar sobre la madera del suelo. Y en ese instante, la puerta crujió ligeramente, comenzando a abrirse...

Notas de juego

A ver qué te da tiempo a hacer :P

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26/09/2019, 09:39
Rui Wu-San

Mei Ling parecía aterrada, y no era para menos. Yo también estaba asustada. Si le habían hecho eso a un guardia del palacio, pocas posibilidades de salir con vida teníamos si nos encontraban. Arrastrarla hasta la habitación fue sencillo, revelándome una vez dentro que no había otra salida salvo esa puerta. No era aquello a lo que me había referido, pero dio igual al darme cuenta de lo que la asustada joven me mostraba.

Miré hacia la rendija bajo la puerta, viendo cómo una sombra cruzaba la tenue luz que se filtraba por esa. Una sombra, y después otra. ¿Unos pies? No hacían ruido alguno, pero parecía tratarse de eso.

Había agarrado nuevamente a Mei Ling cuando escuché aquel leve crujido, guiando a la muchacha hacia uno de los voluminosos ornamentos de la habitación, tratando de escondernos tras él mientras la puerta parecía ir a abrirse.

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26/09/2019, 12:27
Director

Lograste arrastrar contigo a Mei Ling, algo que te resultó sencillo pues la mujer estaba completamente aterrada ante lo que pudiera estar allí afuera. estaba claro que aquella mujer estaba acostumbrada a la vida de palacio, a la falta de libertad y a la seguridad de ese modo de vida. La posibilidad de que el más mínimo peligro pudiera haberse adentrado entre aquellos muros, en aquella jaula de oro, no le era concebible.

Os escondisteis tras una de las exageradas decoraciones, justo a tiempo de oír el ligerísimo crujido de la puerta comenzando a abrirse. No se oía el caminar de nadie, ni una respiración, por encima de tu propio corazón alterado. Pero pronto viste una mano asomando por el borde de la puerta, y las afiladas uñas que mostraba cada uno de sus dedos al aferrarse a la madera. Fue justo antes de percatarte del fino pelo que presentaban esos dedos, un vello entre amarillento y anaranjado bastante peculiar que te hizo pensar.

Pero no te fue necesario pensar mucho en ello, pues el rostro que acompañaba a aquella mano pronto se dejó ver. Un rostro familiar, deformado por unos pómulos hinchados y unas cejas abultadas, cubiertas las mejillas con pelo moteado a rayas, naranjado y negro, tras las que la oreja que llegabas a ver se mostraba terminada en punta. Aquel rostro se detuvo un instante, olisqueó el aire y pudiste ver aquella oreja moverse ligeramente, antes de que el rostro de Kippei se girase bruscamente en vuestra dirección, provocando un ahogado grito por parte de Mei Ling, que no pasó de la expresión de horror de su rostro, y que provocó que el rostro y las manos del japonés regresasen inmediatamente a la normalidad mientras os mostraba sus manos con expresión apurada.

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29/09/2019, 11:52
Rui Wu-San

Me sentía asustada ante lo que pudiera suceder, pero mi instinto de supervivencia era mucho más fuerte que mi miedo, habiendo reaccionado en seguida para alejarnos a Mei Ling y a mi de este en la medida de lo posible. Sin embargo en la joven, el terror que parecía sentir por lo que pasaría a continuación hacía que se quedara bloqueada, lo cual al menos me permitió arrastrarla tras aquel pequeño escondite sin dificultad.

Escondidas tras la decoración, habiéndose comenzado a abrir al puerta, no escuché nada reseñable. Mi desbocado corazón era el sonido más fuerte de la sala en aquellos momentos, y no parecía que su latir fuera a aminorar su ritmo próximamente.

Entonces vi aquella mano asomarse. No era una mano humana, pero aquello no decía mucho en realidad. El nuevo mundo que había descubierto estaba habitado por criaturas que jamás habría pensado que existirían. Sin embargo, en seguida me percaté del vello de aquellos dedos que terminaban en afiladas uñas. Esos colores me eran familiares, parecía tratarse de alguien del pueblo tigre.

Había varias posibilidades en cuanto a quién podría ser, pero ni siquiera me dio tiempo a contemplar estas antes de descubrir de quién se trataba. Aquel rostro no era al que estaba acostumbrada, con claros rasgos felinos que lo deformaban, pero supe de inmediato que era él; como él supo de inmediato dónde me encontraba.

Aguanté el tiempo justo tras aquel ornamento para decirle a una aterrada Mei Ling que no pasaba nada.

- No temas, le conozco. - le dije con mis ojos al borde de las lágrimas, antes de salir corriendo en dirección al joven tigre, al mismo tiempo que este volvía a su forma original.

Me interné entre aquellas manos que mostraba con apuro, abrazándole con fuerza, mucha fuerza; terminando por saltárseme las lágrimas. Estaba bien, Kippei estaba bien, y además había ido a buscarme. Estaba segura de que con él podríamos huir de aquel lugar.

Me separé rápidamente de él, sorprendida por mi propia reacción, no queriendo incomodarle o que pensara que le estaba faltando el respeto.

-  Lo siento, lo siento mucho... - dije deslizando mis dedos por mis mejillas con rapidez, tratando de borrar las pocas lágrimas que había dejado escapar, inclinando mi cabeza en una reverencia acto seguido. - Me alegra mucho ver que estás bien. - manifesté al alzar mi rostro, con un tono que denotaba alegría a pesar de temblarme ligeramente la voz. - Gracias por venir a buscarme. Arigatoo. - le dije tal y como me había enseñado, haciendo una nueva reverencia antes de volver a dirigirme a él. - ¿Y mi tío? ¿Has venido con él?

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04/10/2019, 11:24
Kippei Gennosuke

No te diste cuenta en un principio, al arrojarte en brazos del joven japonés y abrazarte a él con fuerza. Pero, antes de separarte de él, te percataste de que éste no te correspondía al abrazo. No notaste sus brazos rodeando tu espalda, apretándote contra su cuerpo. En lugar de ello, al soltarle y apartarte, viste que dejaba los brazos a ambos lados de su cuerpo, extendidos, y que los unió a su cuerpo en cuanto se sintió libre de hacerlo. Su rostro estaba completamente serio, sonrojado, y mantenía la mirada en el suelo, con un ligero temblor en los labios. Dio un paso atrás y se inclinó, como acostumbraba a hacer, pero no dijo nada hasta que le pediste disculpas, negando apresuradamente con la cabeza, aunque sin alzar sus ojos.

N-no, no siente, tú no siente... -Balbuceó, incómodo, incorporándose e intercalando una mirada entre tu rostro y el de Mei Ling, quien parecía estar recuperándose de la impresión, con una mano en el pecho, pero observaba a Kippei con un cierto aire de... fascinación- Hai, ehm... s-sí, yo viene palacio, busca Rui. Nadie ve, nadie oye. -Indicó el joven, llevándose una mano a los ojos y posteriormente al oído derecho, para asegurarse de que se entendieran sus palabras- Yo hace que maestro dice. Maestro fuera, lejos, hace fuego, fuego pequeño, humo grande. -Explicó de forma expresiva, gesticulando con las manos para mostrar cómo de una hoguera pequeña saldría una gran humareda- Soldados salir de palacio, ver fuego pequeño. Nosotros salir antes que vuelven.

Se notaba que Kippei tenía prisa, y que había estado siguiendo indicaciones precisas por parte de Lu Yan. Sin embargo, daba la impresión de que había algo que no te estaba contando...

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07/10/2019, 01:55
Rui Wu-San

Por mucho que Kippei me dijera que no lo sintiera, ¿cómo no iba a sentirlo? Estaba claro que le había incomodado. No sólo se había mostrado serio y aparentemente avergonzado, sino que ni siquiera me había correspondido aquel abrazo. Mei Ling debía estar pensando que era una auténtica estúpida, pero aquello no era lo importante.

- No debí hacerlo. - dije molesta conmigo misma, apartando la mirada, antes de que el chico empezara a explicarse como podía, ayudándose de gestos.

Al parecer mi tío le había enviado a buscarme mientras él se encargaba de otra cosa.

- Así que has venido porque te ha mandado él... - dije con un ligero todo de decepción que ni yo misma comprendí.

Por lo que entendí, el plan de mi tío consistía en crear una gran humareda a partir de un pequeño fuego, pretendiendo atraer así a los soldados. Al encontrar el fuego estos sabrían que no se trataba de un gran peligro, con lo que regresarían pronto, teniendo que darnos prisa para escapar antes de que volvieran.

- ¿Entonces nada amenaza el palacio? ¿No hay ninguna guerra? - le pregunté en seguida, queriendo cerciorarme de que había entendido todo bien, aunque no pude evitar preguntar algo más ante aquella sensación de que me ocultaba algo. - ¿Hay algo más, Kippei? ¿Qué pasa?

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18/10/2019, 12:27
Kippei Gennosuke

La expresión azorada del joven japonés se turbó unos instantes, como si no hubiera comprendido algo en tus palabras, y no lograse relacionarlas con la expresión de tu rostro y tu voz.

¿Man... dado? -Repitió, lleno de dudas. Sin embargo, no había demasiado tiempo para explicaciones.

Y si las había, eran para explicar el plan que había trazado Lu Yan, motivo por el que el joven hombre tigre se apresuró a explicarse mejor.

No guerra, no amenaza. -Aclaró alzando las manos y agitándolas ante él- Todo, ehm... engaño. -Explicó tras buscar en sus recuerdos la palabra adecuada, aquella que había oído decir al maestro.

Sin embargo, te diste cuenta de que algo no iba bien. Apenas conocías a aquel chico desde hacía poco tiempo, pero ya eras capaz de reconocer pequeños detalles en su expresión, y sabías que algo no iba bien. Por ello, le preguntaste de forma incisiva, sorprendiendo a Kippei, quien mostró una expresión de sorpresa antes de bajar la mirada.

Lu Yan no sólo. -Reconoció- Lu Yan con Shunito. -Shunito Garras-de-Fuego, el despótico y salvaje maestro de Kippei- Shunito ayuda Lu Yan. Pero yo... no sabe por qué. -Y era evidente que eso le preocupaba.

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21/10/2019, 21:46
Rui Wu-San

Al parecer Kippei no me comprendió del todo cuando hablé del motivo que le había llevado a aquel lugar. No había meditado mis palabras, ni el modo en el que las había soltado. Estaba muy agradecida con el japonés por ayudar a mi tío y también a mí, aunque le prefería lejos de todo peligro, pero ya que había ido hasta allí... Una parte de mi deseaba que hubiera venido por mi, y no porque mi tío se lo hubiera pedido.

Cada vez estaba más enfadada conmigo misma, pero traté de dejar eso a un lado, no era momento para ponerme de morros; teníamos que salir de allí. Por ello, no pude explicar mis palabras a Kippei, no era un tema prioritario, ya se lo explicaría cuando tuviéramos algo de paz.

Nos centramos en las explicaciones más relevantes, confirmando Kippei que el ataque que estaba sufriendo el palacio era enteramente parte de la treta que había ideado mi tío. Sin embargo, el japonés parecía esconder algo más, y en seguida pregunté por ello, recibiendo una respuesta más que inesperada.

- ¿Con Shunito? ¿Ayudándole? - dije sorprendida tras la revelación de Kippei, quien parecía preocupado por no saber el motivo de aquella colaboración. - El secreto... - musité pronto, pensativa. - Puede que mi tío haya prometido revelarle a tu maestro ese secreto al que cree tener derecho. ¿Tú...? ¿Tú sabes qué tipo de secreto es?

Aún habían muchas cosas que se me escapaban del pueblo tigre, y lo único que se me ocurría con lo que sabía, era que mi tío conociera alguna técnica de lucha o algo similar. Había sido un gran guerrero Khan, y parecía ser conocido entre los tigres.

El tiempo corría, y terminé volviéndome hacia Mei Ling.

- Como ves, no hay ningún peligro, pero... ¿Estás segura de querer quedarte? - quise preguntarle antes de que nos fuéramos de allí, aunque estaba casi segura de lo que respondería.

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29/10/2019, 14:40
Director

El joven japonés frunció el ceño cuando mencionaste aquella palabra, "secreto". Sus cejas se fueron alzando lentamente, a medida que explicabas a lo que te referías, al secreto que tu tío guardaba, y que Shunito parecía querer descubrir, creyéndose merecedor de él. Incluso, cuando le preguntaste si poséis él alguna idea de en qué consistía ese secreto, tardó unos largos instantes en responder, terminando por negar despacio con la cabeza.

Mí no conoce secreto. Aún no merece conocer secretos. -Afirmó, encogiéndose de hombros- Secretos ser poder. Poder pequeño o grande, trucos o gran magia. Tigres aprenden secretos de espíritus o de tigres más fieros.

Aquello era todo lo que el japonés podía decir, pues él era apenas aún un aprendiz. No en vano, ese era realmente el motivo por el que se debía a Shunito, su maestro. Había muchas cosas que el joven desconocía y debía seguir aprendiendo.

Pero no cabía permanecer más tiempo esperando en aquel lugar. Habría tiempo para tratar de entender los motivos de Shunito, pero antes era necesario abandonar aquel palacio. Mei Ling negó nuevamente desear salir de allí, pero cubrió vuestra salida de la habitación comprobando ella misma que el pasillo estuviera despejado. Kippei salió entonces al corredor en primer lugar, haciéndote gestos para que le siguieras. Sus pasos eran extremadamente silenciosos, hasta el punto de que los tuyos, pese a ser relativamente sigilosos, te parecían toscos y ruidosos al hacer crujir levemente la madera del piso.

Avanzasteis hasta el fondo del pasillo, girando a la derecha tal como había indicado la dama de la corte. Allí te sorprendiste al no esperar cruzarte con un cuerpo tendido, apoyada la espalda en la pared junto a un mueble ornamental. Era el guardia al que habías visto salir por los aires, quien parecía estar únicamente inconsciente. Kippei también se detuvo ante él, cruzando una mirada contigo, como si le avergonzase haber tenido que hacerlo. Sus ojos entonces descendieron por tu cuerpo, y por un momento te dio una errónea impresión, hasta que te diste cuenta de que el joven observaba lo que, sin haberte percatado prácticamente de ello, sostenías en tus manos.

El báculo que te había obsequiado tu tío.

Continuasteis el camino sin encontrar mayores contratiempos, siguiendo la ruta que Mei Ling te había explicado, que coincidía al parecer casi completamente con la ruta que el chico tigre había seguido para acceder. Y es que, si la salida os llevaba a un balcón que descendía hasta los jardines, él había entrado en el palacio por una ventana que debía encontrarse en la estancia contigua. Kippei fue el primero en asomarse el balcón, pasando por encima de la baranda de piedra y ofreciéndote su mano para ayudarte a hacer lo mismo. Entonces se descolgó y descendió grácilmente hasta la planta inferior, sobre un suelo de baldosas de piedra junto al inicio de un sendero que atravesaba los jardines exquisitamente cuidados.

Por desgracia, al descender, ayudada por Kippei, una voz os sorprendió a ambos.

Vaya, vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí...? -Afirmó alguien que surgía desde las sombras, un hombre con una espesa y desordenada cabellera que vestía ropajes resistentes confeccionados al parecer con cuero, y que nos os quitaba ojos de encima, deteniendo su mirada un instante en el báculo entre tus manos- ¿Tan pronto os marcháis, jovencitos? Hay quien podría considerarlo un gesto bastante grosero, ¿no creéis?

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03/11/2019, 20:35
Rui Wu-San

Kippei se mostró algo confuso cuando empecé a hablar de aquel secreto que Shunito quería obtener de mi tío, pero pronto pareció darse cuenta de a qué me refería. A veces olvidaba que mi idioma no era el de Kippei, y que había palabras que podían resultarle más complicadas que otras, pero la mayoría de las veces no hacía falta que se las aclarara; el chico era increíblemente despierto, y solía bastarle el contexto para comprenderme.

Se me escapó una tonta sonrisa durante un segundo, tornándome seria de inmediato, justo antes de que el joven japonés me dijera lo que sabía de aquel secreto; o más bien, lo que no sabía de él. Me preocupó un poco lo que Kippei me dijo sobre la importancia de los secretos. ¿Y si lo que su maestro quería que mi tío le enseñara no era un truco sino una “gran magia”? Shunito no parecía el tipo de hombre al que convenía otorgarle un gran poder, pero veía a Lu Yan muy capaz de haber accedido a su petición con tal de ayudarme.

Parece mentira que nos conozcamos desde hace tan poco.

No dije nada, pero alguien observador podría captar la preocupación en mi rostro. Sin embargo, traté de que esta no nublara mi pensamiento, debíamos irnos de allí cuando antes.

Mei Ling volvió a rechazar mi oferta de escapar de aquel lugar, pero igualmente nos ayudó a salir, avanzando Kippei por delante de mí con un sigilo extremo; que contrastaba mucho con el sonido que era capaz de generar yo a pesar de tener cuidado.

Antes de dejar a Mei Ling definitivamente atrás, agradecí a la muchacha su ayuda en un susurro, acompañándome de un raudo inclinamiento de cabeza. En seguida llegamos al fondo del pasillo, y giramos hacia la derecha siguiendo las indicaciones de la muchacha. Fue allí donde me encontré con un guarda inconsciente, sorprendiéndome ante ello y cruzando una mirada con Kippei. Me dio la impresión de que este me miraba avergonzado, para ser yo acto seguido quien se avergonzaba, al sentir cómo sus ojos descendían por mi cuerpo. Sin embargo, no era yo quien despertaba el interés del muchacho, sino aquel báculo que me había regalado mi tío y al cual continuaba aferrándome con fuerza.

Proseguimos con aquel camino que nos había indicado Mei Ling, y que parecía ser muy similar al seguido por Kippei. Al llegar a la salida, debíamos descolgarnos por un balcón, para lo que el chico pasó al otro lado de la baranda y me ayudó a hacer lo mismo. Estábamos cerca de escapar, tan cerca... Pero todo se complicó de repente.

Kippei bajó en primer lugar, con aquella gracilidad que le caracterizaba, ayudándome después a mi a descender; siendo entonces cuando una voz nos sorprendió. Posé mis pies en el suelo y me giré hacia esta, topándome con un hombre que salía de entre las sombras y me era completamente desconocido. Miré al japonés brevemente, preguntándome si él le conocía, para mirar acto seguido al desconocido que nos hablaba. Sus palabra no contenían nada expresamente hostil, pero dejaban claro que no quería que nos fuéramos de allí. Lo más extraño de todo, era que sus ropajes nada tenían que ver con la guardia del palacio.

- Déjenos marchar, por favor, este no es nuestro lugar. - le pedí al hombre, tratando de sonar amable, aunque me costaba mucho.

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04/11/2019, 16:02
Jian Gota-de-Sangre

El desconocido sonrió con cierta condescendencia ante tus palabras, pero pareció ignorarlas por unos largos instantes. Fue el suyo un movimiento tranquilo, mientras se acercaba ligeramente a vosotros, y sobre todo despreocupado. Elevó la mirada en dirección a la balconada de la que habíais descendido, y permaneció así unos segundos, estrechando su mirada, hasta que hizo un rápido movimiento en vuestra dirección, sonriente.

Bien, parece que nadie os ha seguido. ¿Qué decías, jovencita? Ah, sí... -Hizo un gesto con la mano, restando importancia al asunto. Fue un gesto rápido que sobresaltó a Kippei, haciendo que el japonés adoptase una posición defensiva que, en cualquier caso, no pareció interesar en absoluto a aquel hombre- ...que éste no es tu lugar. ¿Y cuál es, si puede saberse? Es más, ¿cómo sabes cuál es tu lugar en el mundo, cuando la inmensa mayoría de los sabios dedican toda su vida a tratar de averiguarlo? -Preguntó, ampliando su sonrisa con cierto aire de suficiencia. Abrió la solapa izquierda de sus ropajes, dejando al descubierto un gran número de compartimentos cerrados y abiertos, así como cordeles de los que pendían un buen número de cosas. Había armas, entre ellas, pequeñas dagas de diversas formas, pero también viales de vidrio, paquetes cerrados con cordeles, y unas raras esferas compactas similares a huevos pero de aspecto más terroso. El desconocido abrió un compartimento de la chaqueta y sacó un paquete rectangular, como un pergamino doblado sobre sí mismo hasta formar una especie de sobre- Tened. Frotaos las hojas que hay dentro en vuestras manos y rostros, y luego por la ropa, mientras caminamos. Seguidme, estáis invitados a tomar el té. -Indicó antes de ofreceros su espalda tras entregar el sobre, comenzando a caminar- Después decidiremos si podéis iros o no.

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06/11/2019, 17:11
Rui Wu-San

No me gustó nada la manera en la que aquel hombre sonrió ante mis palabras, como si hubiera hecho algún tipo de comentario jocoso. Aquello no era ninguna broma, pero el desconocido parecía demasiado tranquilo y divertido con la situación.

Por un momento temí lo que fuera a hacer cuando se acercó a nosotros, pero tan sólo hacía algún tipo de comprobación, lo cual nos transmitió cuando retomó la palabra. ¿Por qué le interesaba si alguien nos había seguido? Aquello ya me desconcertó, y entonces retomó lo que había dicho como si no tuviera importancia alguna, haciendo un gestito incluso que no sabía a qué venía.

Y luego soy yo la desagradable...

Kippei se puso en alerta ante aquel movimiento, pero había sido una falsa alarma. Aquel tipo tenía ganas de reírse de nosotros al parecer, poniéndose trascendental en un momento como aquel. Quizás realmente no fuera simple aquello de saber cuál era mi lugar, pero que no era aquel, era algo que tan claro como el agua de lluvia.

No respondí a sus palabras, manteniendo un gesto de molestia, hasta que este pasó a ser de sorpresa al ver la cantidad de cosas que el hombre ocultaba. De entre todas ellas, tomó una rectangular que nos tendió, algo que al parecer contenía unas hojas con las que debíamos frotarnos. Miré a Kippei de manera interrogativa y terminé tomando aquella suerte de sobre después de que el desconocido añadiera que estábamos invitados a tomar el té y echara a andar.

- ¿C-cómo que el té? - pregunté confundida, siguiendo a aquel extraño hombre junto a Kippei, comenzando a desenvolver aquel pergamino. - ¿Decidiréis? ¿Quiénes? - añadí en seguida al escuchar aquellas últimas palabras, dando parte de las hojas al joven japonés, y empezando a frotar mis manos y rostro con estas.

No sabía quién demonios era aquel hombre, pero estaba casi segura de que no estaba al servicio de Bingbing.