Partida Rol por web

Sir Alexander Hellingew de Roghteainen du Alastur Weschenfeller lanza su antorcha a la carreta y luego se dirije a su buen compañero.

-Venga Ot, ya lo hemos ablandado lo suficiente, dejemos que el fuego haga el resto.- Acto seguida empieza a retirarse cautelosamente del ogro.

Sin decir nada, asiento a las palabras de Sir Alexander Hellingew de Roghteainen du Alastur Weschenfeller con un firme gesto de cabeza y manteniendo esa sonrisa que suena como un; Todo sale según el plan.

Retrocedo un par de metros con cautela, esperando la próxima acción del ogro. Posiblemente un nuevo mazazo y a falta del enano desaparecido, espero que hacia a mi. Pero después de este combate tendremos que hablar con el. Le le contratamos precisamente para situaciones como esta! y ... ¿ donde puñetas se ha metido ?

Apenas la antorcha toca la carreta cubierta de aceite, se prende fuego inmediatamente. Lo unico que separa al fuego del aceite en los barriles, es una fina capa de madera!

- Mierda, se escapa - echo a correr detrás del goblin hasta quedarme a una distancia prudente para volver a disparar un rayo escarcha (24R)

Llevo corriendo un rato y empiezo a estar cansado y todo el humo y el fuego al rededor casi provoca cierto mareo.

El enano corre detras del goblin, moviéndose lo que pueden mover sus piernas

De repente, uno de los barriles en llamas estalla, cubriendo al ogro y al resto de la carreta en llamas. Unos pedazos de barril en llamas impactan también contra el mediano que tiro la antorcha, y no logro alejarse lo suficiente a tiempo. El ogro entra en pánico e intenta romper sus agarres que lo mantiene unido a la carreta, liberándose un poco, pero todavía atado a esta.

Al ver la explosión de la carreta y que el fuego cubre a su ocupante y tiro, una sonrisa aflora en mi piel -"Ha llegado la hora del héroe"- digo por lo bajo.

Al ver al ogro en llamas, que forcejea con sus agarres abro los ojos sorprendido -"Apartaos, que el grandullón todavia puede arrollaros"- digo a los dos pequeños compañeros que estan cerca de ese infierno, mientras lanzo mi siguiente ataque contra el Ogro, para ver si lo puedo fulminar de forma rápida y me muevo simultáneamente unos pasos hacia atrás, para alejarme yo también del calor que abrasa mi rostro.

El proyectil arcano impacta contra el hombro del gigante, dejandole una herida profunda en el hombro, pero entre el fuego que lo empieza a envolver, no parece mucho.

-Maldita sea se me va a quemar la pluma del sombrero.- Maldice en voz baja el mediano mientras se pone a correr para alejarse de la carreta.

A lo lejos, se escucho una fuerte explosión y una gran llamarada de fuego se asomo por los edificios.
Estarran usando algún tipo de magia? Estarra presente un poderoso mago
Movida por ese impulso decidió que seria mejor acudir a esa zona. Delante de ella se encontraba un goblin y a su lado un enano enfermo, debilucho, que intentaba sostener su arma con las dos manos.Solo había una forma de pasar, y no creía que fuera con la ayuda del enano.
- FUERRA DE MI CAMINO, INFECTA CRRIATURRA!!
Avanza rápidamente hacia el goblin mientras su mano se transforma en una garra de algún tipo de bestia de las lejas tierras nevada, y de un zarpazo desplaza volando al goblin hasta caer a los pies del enano.

El enano ve como el goblin que estaba delante de él sale disparado hacia atrás, quedándose a merced de su hacha. No se iba a preguntar a cerca de las capacidades de la hembra que había obrado semejante acción - ¡A nadie le gustan los goblins! - Acto seguido Thoradin descarga con fuerza su arma sobre la patética criatura, poniendo todo el peso de su cuerpo en el movimiento.

Después de semejante explosión, los medianos deciden que alejarse seria algo recomendable, y se alejan del ogro, con el mejor vestido teniendo que pasar entre las llamas de la carreta y la taberna, quemándose un poco de ambos lados. Y justo a tiempo, ya que otro de los barriles decidió explotar en ese momento, inmolando al ogro en otra ola de aceite en llamas, y clavando esquirlas de madera alrededor.
En pánico, la criatura logra por fin romper los lazos que lo atan a la carreta, y sale corriendo, moviendo los brazos por el aire, hasta que por fin, unos metros mas adelante, cae muerta.

Mas abajo de la carretera, ven a al enano corriendo por la calle, y dándole un golpe final a un goblin. Al lado de este, se encuentra una mujer alta, encapuchada con un sobretodo azul con capa.

Cuando ninguna criatura mas salta a atacarlos, deciden reagruparse y averiguar que demonios paso.

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El resto de la noche en la ciudad fue increíblemente agitada, trabajando con los habitantes de la ciudad a apagar las casas y peleando en escaramuzas separadas con los golins y hobgoblins que no se retiraron a tiempo. A pesar de todo, el daño no fue tan grandes, mientras muchas casas se quemaron, la destrucción fue limitada a la parte oeste de la ciudad, y al día siguiente, la cifra de muertos no supera los 30. Una de las razones por la que el daño no fue menor, es porque un grupo de guerreros desconocidos salieron de la nada y lograron detener a la punta del ataque, un ogro con una gran cantidad de munición explosiva. Entra las varias escaramuzas de la noche, se topan a un orco llamado Kaorgul, que los empieza a seguir.

A al madrugada, consiguen poder descansar un poco, en la casa de uno de los hombres que los reconoció como los que lo salvaron en el bar. Después de un buen desayuno, se encuentran devuelta en la calle.

A pesar de ser mediodía, la ciudad se ve oscura, con algunas chimeneas de humo todavía levantándose de la zona oeste, la que recibió la peor parte del ataque. La sombra también se nota en la cara de la gente. En casi todos lados pueden ver gente tristes o heridas. Aquí y aya, mujeres llorando, o niños preguntando por sus padres. Si bien cada tanto alguno los reconocen por la hazaña del día anterior, la mayoría los saluda sin mucho entusiasmo.

Deciden parar en una plaza, a comer un desayuno/almuerzo, y ver que van a hacer, y resolver otros asuntos internos.

Con ogro abatido, rápidamente me pongo a dirigir las tareas para apagar el incendio. Mi padre siempre decía que era la mejor forma de parecer que trabajas duro pero sin cansarte.

Cita:

¡Recordad afables pueblerinos! - Proclamo con voz firme y llena de convicción - Son Sir Alexander Hellingew de Roghteainen du Alastur Weschenfeller y Ot ... con la ayuda de sus fieles compañeros, bla, bla, bla. Los medianos mas astutos, fuertes valientes, aguerridos, gentiles, guapos y trrremendamente seductores que jamás ha habido, hay y habrá. - Acompaño la frase levantando un par de veces las cejas mientras miro a una joven muchacha de generoso escote.

Ya por la noche me fijo en ese semi-orco, y doy un toque de atención a Sir Alexander Hellingew de Roghteainen du Alastur Weschenfeller - ¿ Le conoces ? ... ¿ Otra de tus amantes, fruto de otra noche con leche de cabra demasiado especiada ?

Hola comp.... - Al fin me acerco a Korgul, pero en último instante veo un par de pechos por el rabillo del ojo - ¡ Por DIOS ! - Me doy la vuelta inmediatamente hacia Gelida, ignorando por completo a ese semi-orco.
Buenos días señorita. - Me presento usando un tono de voz mas grave y varoníl del que tengo normalmente. Me acerco hasta ella levantando la mirada.

...

Sir Alexander estaba ligeramente preocupado por el ataque al pueblo. Treinta personas muertas le parecía bastante devastador y le costó un poco mas que a Ot levantar sus animaos mientras ayudaba a la gente a buscar heridos.

Al fin y al cabo el ataque le recordaba demasiado a su pasado y un deje de tristeza corría por su mirada.

Para la noche ya había recuperado su actitud jovial de siempre y mientras Ot se iba a preguntar a ese orco, Sir Alexander Hellingew de Roghteainen du Alastur Weschenfeller había visto a la dama de hielo y sus dos compañeras.

Tomó un buen trago de leche mientras miraba como Ot se desenvolvía.