Partida Rol por web

Egill no había asistido a las reuniones del consejo. No tenía voto alguno y tras hacerle trabajar de sol a sol estaba tan rendido que no podía ni con su cuerpo. Al parecer la mayoría opinaba que aunque las composiciones del skald eran amenas, no se podían comer y por lo tanto preferían que el poeta dedicase su tiempo a recolectar frutos y raíces como el resto.

Tarugos insensibles...

Pero no estaba todo perdido. Se rumoreaba que Emba, la líder del grupo, partiría en breve para tratar de lograr buenos acuerdos comerciales con los que conseguir alimentos a cambio de madera y piedra. Eso significaba la posibilidad de visitar otros clanes, mercados, noticias frescas, mujeres, mas mujeres y otras mujeres. Sin lugar a dudas era el lugar donde debía estar y no destrozando sus delicadas manos arrancando matojos.

Buscó a la mujer que estaba preparando la partida y se acercó respetuosamente.

Buenos días Embla. Estáis hoy más radiante que este exiguo sol de otoño, que apenas calienta los huesos en plena mañana. Observo que os preparáis para viajar y se dice en el clan que partís para comerciar con otros pueblos. Permitidme ofrecer mis servicios a tan importante empresa. Aunque no soy feroz escolta, mis pies son ligeros para viajar, mis modales refinados y mi desaforada verborrea puede allanaros más de un trato. Creo que seré más útil allí que recolectando alimentos, aún no diferencio los cardillos de la verdolaga, ni los hongos comestibles de los venenosos y no digamos cuando confundo ortigas con matas de fresas...

Por favor... -dijo con una sonrisa-no os decepcionaré.

¿Cómo negarse a semejante poeta?
Palabras más o palabras menos, sabía de parte de las mujeres más laboriosas del clan que tenerlo cerca implicaba perder tiempo, cuidar a las hijas, manos laboriosas haciendo aquello que no necesitaban de momento.

- Pues apresta tu equipaje y calienta tus pies querido skald, partirás pronto de viaje - le respondió la líder, iluminando con una sonrisa, más de alivio que otra cosa.

- Ahora podrán trabajar en paz las muchachas -

Bjorn se encontraba en su tienda, un lugar donde dejaba de ser el segundo al mando del clan, el guerrero incansable, el protector, el único lugar donde podía ser simplemente Bjorn, algo que solo era posible gracias a quien compartía tienda con él, quien le había ayudado a volver a encontrarse cuando ni él mismo recordaba quien era. Embla, esposa y luz de su corazón, la única persona frente a la cual podía permitirse relajarse.

Sonrió al verla, al sentir como se recostaba en su pecho, al notar sus caricias, al escuchar su voz.

Gracias a ti por ocuparte de ir en busca de acuerdos para comerciar, ya sabes que las palabras no son mi punto fuerte, amor mío- le respondió con un tono que nunca usaba fuera de aquella tienda, un tono amable, relajado, cariñoso… un tono que, en definitiva, no casaba con la imagen que daba.

Yo tampoco estoy muy seguro de lo que puede haber en la lagunilla… pero siendo la fuente de agua más importante de estas tierras no podemos ignorarla, y tienes razón, me vendrán bien manos y ojos extras- le dije -También había pensado en ver de dónde obtiene el agua- añadí.

Y tranquila, me ocuparé de cuidar a todos hasta que vuelvas…- le dijo mientras, en respuesta a su abrazo, empezaba a acariciarla bajo la piel con la que se cubría -Pero eso tendrá que esperar a mañana, ahora hay cosas más importantes de las que debo ocuparme- dijo justo antes de besarla y quitarle la piel.

Mikklas no tenía a ser el primero que hablase: no solía serlo normalmente, imagínate en un grupo vinculado al círculo de confianza de la líder del Clan. La única razón por la que estaba ahí era porque era capaz de cazar tres veces más martas zorreras en el mismo tiempo que otros, y tras la muerte de Hrotulf y Varega y las escasas manos con que se podía contar al clan ahora aquello contaba como una especie de superpoder.

-Oh -dijo el cazador, que había esperado tener que regatear para llevarse a dos o tres pero que no iba a discutir cuando el viento le venía a favor- ¡sin problema!

Asintió a las palabras de la jefa cuando dijo que echara un vistazo en las zonas que él ya tenía pensado mirar: a la vereda de los riachuelos, en los pequeños entrevalles de las colinas donde el aire está más atemperado y el musgo tiende a crecer más fresco... y en general toda esa extensión bajo la base de que después de mirar todos los lugares más básicos tendrían que empezar a trabajar las zonas que no tenían ni idea de como funcionaban. En cuanto a los guerreros... Hodur le intimidaba un poco pero al menos era mucho mejor que Gunnar, que le daba la impresión de que le reventaría en su sueño si se atrevía a mirar a su amado siquiera un poco mal.

"Probablemente con un picahielos"

-¡Ea pues!

Asintió con los pulgares metidos por dentro del cinturón a los flancos de su barrigota, asintiendo hacia el plan que esta vez no tuvo que discutir en un todos-contra-uno... ¿como al mender que parecía que no quería ni verle por alguna extraña razón? ¿Pero qué le había hecho él a ese hombre?

-Salimos enseguida: para esta noche tendremos montadas las tiendas, las cebadas, los espantaderos y los sequeros sin problemas, y si todo va bien estaremos aquí para cuando llegue el frío -dijo, menos optimista y más como alguien que sabía lo que podía esperarse del trabajo: la experiencia era un grado- ¿Todo correcto entonces?

"^^"

¡Y esta vez no había habido que discutirlo con nadie! Aunque, tuvo que pensar, Embla también tenía que cazar de vez en cuando. Sabía de lo que se estaba hablando. Tenía que influir. Cuando se dio el visto bueno, empezó a moverse hacia los sacos de vejiga vacía cosida que servirían de mochilas... girándose para unos momentos.

-¡Eh! ¡Que vaya bien vuestra expedición, gente!

Parecía que las cosas se iban moviendo y organizando con celeridad, y eso era algo de agradecer. El bueno tiempo estaba desapareciendo como las hojas de los árboles en otoño, y era necesario ponernos en marcha.

De todas las cosas que se habían planteado, la partida de caza era donde me encontraría más seguro, no por ser capaz de matar animales, que también si eso fuera necesario y más animales salvajes, si no por poder ofrecer protección a Mikklas, quien es el que mejor se desenvolvía en este aspecto.

Una vez reunidos para ultimar los preparativos, asentí a los comentarios del resto Esto de acuerdo con llevarnos a algunos guerreros. Lo suyo sería intentar aprovechar al máximo estos días, y necesitaremos gente para poder cargar con las presas que cacemos, además de evitar cualquier posible confrontación o ataque, al ver un grupo un poco más numeroso.

Debemos de aprovechar las masas de agua, que es donde irán a beber los animales, por lo que esos riachulos podrían ser una buena idea, luego ya nos podemos abrir hacia las fronteras con las montañas y acercarnos con una batida por los páramos.

Bjorn era consciente que, de todo lo que se estaban preparando para hacer, por encima de la exploración, la cacería o cualquier otra cosa, lo principal eran los acuerdos que Embla y quienes la acompañaban pudiesen conseguir, pues era con lo que esperaban conseguir alimentar a todo el clan. Por ello no dudó en intervenir cuando se empezó a planificar la partida.

Entiendo tu premura, esposa mía, pero creo que deberíais esperar un poco antes de partir- le dijo a Embla -Así, podréis contar con más recursos y materiales para intercambiar, y puede que eso os ayude a conseguir un mejor trato- dijo -Tampoco creo que sea necesario llevar tantos hombres con vosotros, con llevar unos pocos guerreros humanos debería bastar- añadió, tras lo cual observó el tosco croquis que había dibujado en el suelo.

Visitar el poblado es una buena idea, no solo por el mercado, también podréis aprovechar para obtener información- dijo asintiendo -Y aunque no tengan demasiados excedentes de alimentos para intercambiar, los Rotesnö son con los que más posibilidades tenemos de obtener ayuda- continuó -Creo que deberíais centrar vuestros esfuerzos en esas dos opciones- concluyó.

- No entiendo tu lógica, esposo - replicó - Si espero un día más para comerciar, tendré más carga que llevar y que traer, por lo cual necesitaré más brazos, o más fuertes como nuestros hermanos varls - lo miró inquisitiva.

- ¿No concuerdas con ello? - preguntó, levantando su ceja partida largo tiempo atrás.

- Además, los varls no solamente proveerán fuerza e intimidación, todos nuestros vecinos tienen varls entre sus filas y en posiciones de poder, los necesito para diplomacia. No es lo mismo ver que solamente humanos van a negociar, varls también... - negó con la cabeza.

Siempre había una charla más desde que estamos en un clan, siempre algo más que aclarar y esperar por la respuesta de otros. Es así como la salida se demora ahora para ver si Fridj tiene algo que opinar acerca de los lugares donde debemos ir a explorar por minerales.

- Hagamos esto rápido hermano, los que más sabemos de como sacar recursos somos los Varls y encima tenemos poco tiempo. Pienso que lo mejor será separarnos, tu has una vuelta de a lo sumo un par de días y yo usaré toda la semana con poca gente. Tu vas por lo seguro y yo por el riesgo. -

Todo estaba en marcha. Como una rueda gigante, todo comenzaba a ponerse en marcha lentamente  la esperanza de aqué clan era que cogiese velocidad para llevarlos a todos a buen destino. Todo era frenética actividad y parecía que todo el mundo se preparaba para hacer algo.

Los Varls no eran menos, afilaban hachas de leñador y hacían acopio de picos, enormes martillos, escoplos y palancas de hierro. Su labor sería la de conseguir buena madera y sillares para el salón. Pero antes los dos hermanos querían buscar un buen lugar.

Asbjörn había ordenado que preparasen las herramientas, pero no las llevarían con ellos aún, las dejarían en el campamento hasta que dieran con una buena zona. Entonces comenzarían a explotar la tierra sin descanso y el varl no quería demoras después. Se acercó a su hermano y como él, estaba ataviado para la batalla. Ninguno dudaba de los peligros que acechaban en las colinas. Lobos, salteadores y cosas que es mejor no nombrar.

¿Te queda mucho Wulfrig o es que estás intentando escurrir el bulto? Nos vendrá bien el ejercicio y tal vez nons encontremos con algo en lo que podamos descargar nuestra ira, aunque sea granito y abetos.

Creo que con que nos llevemos a seis será suficiente, el resto puede ayudar aquí en la construcción, hay que excavar los cimientos y no me fío de los humanos para proteger este lugar.

¿Qué, nos vamos?

Siempre había una charla más desde que estamos en un clan, siempre algo más que aclarar y esperar por la respuesta de otros. Es así como la salida se demora ahora para ver si Fridj tiene algo que opinar acerca de los lugares donde debemos ir a explorar por minerales. Las palabras de mi hermano hacen que tenga más ganas de salir.

- Hagamos esto rápido hermano, los que más sabemos de como sacar recursos somos los Varls y encima tenemos poco tiempo. Pienso que lo mejor será separarnos, tu harás esa vuelta corta de dos días para que no te pierdas y yo me ausentaré toda la semana. Tu vas por lo seguro y yo por el riesgo. Nos llevamos a los seis hermanos más grandes, tres para cada uno - No le menciono que pensó lo mismo que yo, lo tomo como si la idea fuera exclusivamente mía. Miro a Fridj que está parado al lado nuestro como testigo y viendo que seguro algo tendrá para decir a todo esto pero decido ignorarlo y seguir hablando con mi hermano. - Prefiero que tu vayas a recorres primero las colinas centrales un día completo y el otro para ir a los páramos al sur, si te sobra tiempo ve para los límites con los Rotensnö. Por mi parte gastaré tres días en el riachuelo, dos en las colinas y montañas al límite de las cordilleras y los últimos dos días en las montañas más altas de esta tierras. - Se que el también quiere ir a los mismo lugares pero necesitamos cubrir con más detalle esos lugares. - Mira, tu tienes tus ideas y yo las mías. Quiero ir a esas tierras más tiempo del que tu quieres ir porque intuyo algo en ellas. -

Eran muchas las decisiones que tomar y muchas las opiniones que dar. Antes de hablar con Embla, aprovecho que está charlando con Bjorn para acercarme a Wulfrig y Asbsjorn

Parece que en vez de intentar ponerse de acuerdo, optan por cada uno hacer lo que más le parece. Niego con la cabeza ante la idea de que no sean capaces de ponerse de acuerdo ni entre ellos dos.

Lo ideal es que fuerais los dos juntos y agotarías la mayor parte del tiempo. Personalmente me iría toda la semana, de forma que os de tiempo a investigar bien todo el territorio y os de tiempo a extraigáis todos lo que podáis de estas inhóspitas tierras. Para ello, asiento con la cabeza creo que es buena idea que os llevéis a 6 de los vuestros. Con vuestros fuertes brazos podréis acarrear una mayor cantidad de recursos.

Quizás lo mejor fuera ir primero a los puntos más alejados y acercaros poco a poco a los mas inmediatos a nuestro asentamiento. Al fin y al cabo, lo que más prisa es encontrar alimento antes de la llegada del mal tiempo. Los recursos seguirán estando ahí, y lo importante es localizarlos para, posteriormente extraerlos.

Encojo levemente los hombros antes de irme a hablar con Embla de todas formas, confío en vosotros y en vuestro criterio a la hora de tomar la decisión más acertada.

Sabía que los Varl tomarían sus propias decisiones, fuera la que fuera mi opinión, aunque no pude evitar dejar lo que yo pensaba antes de volver a donde estaba Embla, preparando la caravana para ir a comerciar.

Justo al llegar, escuché las últimas palabras de Bjorn

Creo que ya solo queda planificar nuestra ruta. Siento no estar de acuerdo con esperar dos días al salir. comento a Bjorn, bajando un poco la cabeza a la vez que subo los hombros a modo de disculpa pero creo que lo mejor es que, tanto en la búsqueda de recursos como de alimentos, intenten alejarse lo más posible, agotando el máximo de tiempo disponible y el buen tiempo que nos acompaña. De esta forma, si esperamos dos días a partir, estaremos obligados a que los Varl, o alguno de ellos, vuelva en dos días, y sin saber a ciencia cierta lo que traerá.

Por otro lado, creo que esta caravana debe de ser más para entablar relaciones comerciales que para comerciar. Primero tenemos que saber con quién será más beneficioso comerciar, llegar a acuerdos y luego, una vez que dispongamos de más cantidad de recursos, volver a comerciar directamente con los que nos interesan.

Si nos van a acompañar Varl, viajaría primero a la torre Greyhorn, aunque lo cierto es que ellos estarán más cubierto en cuanto a necesidades de recursos.  Conociendo a Jerkin, no creo que consigamos un buen trato. No me gustan las otras opciones, pero igual el clan Økskrig, luego Rotensnö y acabar en el pueblo, mirando lo que hay en el mercado.

Era una buena ocasión para que Gunnar aprendiese a trabajar con otros…- pensó Bjorn al escuchar a Embla, sin poder evitar fruncir el ceño por ello -No había caído en los que la acompañarán a comerciar- se dijo.

No había pensado en eso- admitió.

Tras las primeras importantes decisiones, hubo otras que se tomaron en aquella primera semana, sobre todo en el primer día de la misma, justo cuando los trabajos en el gran salón comenzaban. Estás concernían a las labores importante que podrían llevar a cabo antes de que llegase el invierno, como era buscar zonas de recurso, cazar, explorar, comerciar, etc. Aunque todo ello podría a su vez traerles complicaciones si no conseguían sacarle el suficiente provecho, y es que, invertir gente y esfuerzo en una tarea que no les condujera a nada, estaba íntimamente ligado con el hecho de pasar hambre durante el invierno.

Finamente tras tanta charla ya casi está todo cerrado y nos vamos separando para cada tarea. Veo los grupos partir y que unos cinco compañeros se me acercan. Bueno, falta uno para formar el sexteto y aprovecharé ya que no llegó mi hermano cuales tres me llevaré. Dicho sea de paso. ¿Donde demonios está el cuernos cortos de mi hermano?. Espero un rato y lo veo acercarse con cinco hermanos más listo para partir. - ¿Pero que cuernos te picó? Si nos llevamos a todos nadie juntará recursos, no habrá gente disponible para defender si algo pasa. - Mis manos se crispan por la decisión de mi hermano y piso con fuerza. - Que no, que no vamos a llevar tanta gente. Yo me llevo tres y asunto terminado, tu también deberías llevarte menos y lo sabes. - Miro al quinteto atrás mío ahora entendiendo el porque cinco y no seis, le hago seña a dos para que retrocedan con disgusto casi bufando por el enojo. - A mi no me siguen, se quedan a ayudar. -

Durante el primer día de su salida cazar, Hodur y Mikklas se dirigieron a cazar acompañados por otros seis guerreros humanos. Mikklas al ser el más experimentado iba siempre al frente y daba muestras de saber lo que hacía y lo que había que hacer. Tras una inspección de más de una hora a la zona, concluyeron que allí encontrarían en su mayoría, animales pequeños como grandes roedores, conejos, varias especies de sapos y otros, a su vez, encontraron muchas aves que cazaban allí. Había rastros también de felinos y animales aún más grandes como los osos, los cuales seguramente buscaban atrapar a los peces que se iban quedando atrapados en la corriente o bien a los grandes rebaños de venados. Al menos por el día actual, habrían de intentar cazar allí.

Durante el primer día de su salida a recolectar alimento, Eindride e Islab se dirigieron a recolectar acompañados por seis civiles humanos a la par de los otros tres horseborn restantes. Islab al ser la mas experimentada iba siempre al frente y daba muestras de saber lo que hacia y lo que había que hacer. Tras una inspección de mas de una hora a la zona, concluyeron que allí encontrarían encontrarían pequeñas plantas silvestres y algunos arboles de baja estatura en los pequeños bosques de las laderas de las colinas. Aunque en su recorrido no habían visto mucho que les diera esperanzas por lo que el movimiento sería su mejor arma.