Partida Rol por web

El pequeño scald, intentando recuperar el resuello atraviesa el pueblo tras sus compañeros, mientras, sujeta su martillo al cinturón y coloca una flecha en su pequeño arco, sus manos tiemblan por el cansancio y a duras penas consigue colocar correctamente la flecha en la posición adecuada.

Brunhild asiente a las palabras de Olaf...

El traidor se ha preparado con tiempo, su maldad ha germinado... conservad vuestras fuerzas, y prevenid una emboscada... 

... mas no demoremos la marcha. Quizá aún podamos minimizar las desgracias.

Mi lanza tiene sed!! Sigamos...

No se adelanta a Tornbjorg y Guntar

Jadeando de cansancio y con las múltiples quemaduras todavía con un doloroso rojizo, me detengo a escuchar las palabras del bueno de Kelbein, sin hacer demasiado caso al lacerante dolor que ataca mis piernas. Según habla, miro en derredor, buscando alguna mirada furtiva, o a algún ciudadano curioso.

Lo cierto es que parece que todos estamos agotados, y como bien ha dicho Olaf, sería un suicidio llegar muertos de cansancio para que nos puedan masacrar a su gusto, pero Gyda, la pequeña Gyda. No podemos dejar que se la lleven esos malnacidos hijos de una ramera.

Alzando la espada con un solo brazo y el escudo con el emblema de nuestro pueblo en el otro, intento reforzar las palabras de mi padre

¡¡PUEBLO DE UPPLAND, REUNÍOS ALREDEDOR DEL CUERNO DE BATALLA Y LUCHAD POR VUESTRAS VIDAS. VUESTRAS ALMAS ESTÁN PROTEGIDAS GRACIAS A SVALA Y OLAF. SALID Y COMBATID JUNTO A VUESTRO JARL Y SUS VALIENTES HOUSCARL.

GANAOS UN LUGAR EN EL VALHALLA, SENTADOS JUNTO A ODIN

En tanto Tornbjog habla, Olaf se coloca a su espalda, murmurando sin parar. Mete la mano izquierda bajo su taparrabo y hace unas innominadas manipulaciones con algo... que se está poniendo gordo. Ya están todos a punto de hacerle una desgracia ante tamaña falta de respeto, cuando una luz azulada brota de su izquierda, recorre casi imperceptiblemente el brazo, pasa por los hombros y termina llegando a su mano derecha extendida. Esta mano acaricia levemente las robustas piernas, tan requemadas de la jefa, que no puede evitar un ligero vahído, y un gemido de placer cuando, en gran medida, el dolor desaparece.

- Graaaaak, ¿de dónde brota la fuerza, Odín, que, apropiadamente controlada, mueve los mundos?, pregunto, si, pregunto. Graaaak.

- ¡Brota de donde le sale, cuervo, ¿no lo has visto?, jaaajajajajaja!

Dice tras acabar sus extrañas manipulaciones, esaltado por la corriente de magia que lo ha recorrido. Bien se ve una de las razones por las que el hombre sabio no estaba muy considerado en el pueblo, todo el mundo ha podido comprobar que extrae sus magias de zonas de su cuerpo, de sus tatuajes. Y, en el caso de los hechizos de sanación, todos han podido comprobar que manipula un pene profusamente tatuado, bien tieso, y bastante hermoso, por los dioses.

 Brunhild trata de ayudar a movilizar al pueblo, con un discurso enardecedor...

¡¡¡HIJOS DE PUTAAAA!!!

¡¿ASÍ PAGÁIS LOS AÑOS  DE GUÍA, DE PROTECCIÓN Y CUIDADO QUE OS HAN DADO?!

¡¡¡SALID FUERA A LUCHAD POR VUESTRAS VIDAS Y VUESTRO HONOR, AUNQUE MURAMOS TODOS HOY AQUI!!!

JURO ANTE LOS DIOSES QUE SI NO MOVEIS EL CULO AHORA MISMO OS CONDENARÉ A VAGAR ETERNAMENTE POR LAS TIERRAS DE LOS ALFAR Y LOS TROLLS...

¡NO DESCANSARÉIS AÚN DESPUÉS DE MUERTOS, MALDITOS, PORQUE OS EXCOMULGARÉ!

¡¡¡A TODOOOOOS...!!!

¡SENTIRÉIS EL PODER QUE EL DIOS TUERTO ME HA OTORGADO!

¡¡¡A LAS ARMAS!!! 

¡¡¡A LAS ARMAS!!!

¡¡¡A LAS ARMAAAAAAAS!!!

Al notar el contacto húmedo y viscoso de la mano de Olaf, doy un respingo antes de un pequeño ¿¿gemido?? de alivio mientras el lacerante dolor de las quemaduras comienza a disminuir, antes de girarme y, con una mirada mezcla de furia y de sorpresa, plasma sus ojos azul claro, casi blancos, gélidos, sobre la enjuta figura de Olaf. Gracias, Olaf, aunque ya hablaremos más tarde de esto, chamán, ahora no es el momento le susurra antes de volver la mirada hacia las casas del pueblo, esperando que salgan por las puertas en cualquier momento, prestos a luchar por su pueblo.

Mientras espero, Arqueros, mientras esperamos, preparad vuestras flechas para prenderles fuego. Si esos bastardos han zarpado, quizás podamos destruir sus velas.

Sveim mira a Ottar, y encogiéndose de hombros le hace una señal para que se acerque, se arrodilla y mientras masculla algo en voz muy baja sobrechicas con ideas de apagafuegos, hurga en su mochila hasta sacar unas vendas con las que comienza a preparar unas improvisadas flechas incendiarias. Amigo, consigue algo de acite, si no se apagarán en mitad del vuelo.

Ottar hace una mueca de disgusto, frunciendo sus labios entre la aprtada barba pelirroja.

No es tan sencillo scald, una flecha es puro equilibrio. Su cabeza esta equilibrada y se debe guardar una proporción entre el peso de la punta y la longitud de la flecha. Si lastras la flecha con paño y aceite serán erráticas y tenderá a quedarse cortas en su vuelo.

Mirando a Tornbjorg con la cabeza levemente inclinada hacia abajo en señal de respeto.

Señora, no quiero ser irrespetuoso, pero hacer esas flechas es una mala idea, ese es mi consejo. Necesitamos un artesano que las haga especialmente con ese fin, aunque si finalmente esas son vuestras órdenes, que Urll me libre de no acatarlas, lastraremos esas flechas como sugiere Sveim.

El gran guerrero se apresta a seguir corriendo y grita:

Salid ya a defender al Jarl, babosas cobardes! Os ha dado todo, se lo debeis,  vamos, salid YAAAAAAAAAAAAAA !

Os materé a todos!

Mirando a Ottar, Tú hazlas y tenlas preparadas

-Veo que no tenéis un profundo conocimiento de las sutilezas del caracter femenino, y en particular de nuestra bella jefa- susurra el scald guiñando un ojo al cazador y sin mirar a Tornb -ya se que las flechas van a ser una mierda, pero ha dado una orden de forma directa y en un estado... digamos que combativo, no me interesa discutir- y añade con una sonrisa -y a mi me viene bien descansar unos momentos-

Veo que valorais mis consejos. Aunque por supuesto llevais razón, no se en quién andaría yo pensandoque soy para asesoraros sobre flechas.

Ottar se encoge de hombros meneando la cabeza, toma las vendas que le ofrece el scald y comienza a enrrollar pliegues en las puntas.

Espero que este valioso tiempo y estas inútiles flechas no le cuesten la vida a la pequeña. Parece como si Tornbjorg quisiera perder tiempo adrede para que no rescatemos a su hermana.