Partida Rol por web

Si runas consultas, aquellas de origen divino, las que altos poderes hicieron y el thul supremo tiñó, mucho se gana callando, eso dice la tradición - recita el Jarl, meditabundo - Sin embargo, es sorprendente... - añade, como dudando si continuar hablando o no.

Así que, tras tantos años, Gunnar ha conservado el cetro... - dice, decidido por lo que parece a hablar, contemplando con asombro el objeto que sostiene la sacerdotisa - Y ahora eres tú su portadora, Godí. Del mismo extraño material y factura es al bastón que me sirve de apoyo.

De un rico cofre las recogimos, oculto entre las pertenencias de aquel hechicero. Son poderosos, o eso dijo Gunnar, aunque no sé de la utilidad del pequeño - añade, señalando la vara que porta Brunhild - Tras llevarlo en mis manos tantos años, he aprendido que en ocasiones puedo invocar vientos si lo levanto y dirijo hacia las velas. Luego ese viento vuelve a mis manos. Nunca he confiado en nadie lo suficiente para dejar que lo investigaran, excepto en Gunnar, pero él nunca se interesó...

Quizá Aralla hubiera podido decirnos algo más, pero tu madre falleció demasiado pronto, Svala... - termina, pensativo - Tal vez ese fue el inicio de todo.

Olaf ha estado respirando ansiosamente, en cuanto puede, en cuanto tiene siquiera un hilo de aire, comienza a hablar. Al principio casi no se le escucha, porque su voz es un extraño graznido. Luego, según se aclara la garganta, su voz se aclara.

- Escuchad mi historia, oh gente. Combatí contra Su Oscura Majestad, el ente oscuro que poseía a Sirbanandan, acicateado por las recomendaciónes de Brunhild, nuestra godi y sobre todo por las imperiosas ordenes de Thornbjorg. Pocas fuerzas tenía. Ya tuve algún encuentro en mi búsqueda del templo, al otro lado, ahí donde pude ser testigo de la llegada de las Walkirias, ahí donde se llevaron el alma de Gunnar al Valhala.

- He aquí: estábamos débiles, Graaaak, ya os lo advertí, el joven Olaf es fogoso como un cachorro, no tenía ninguna posibilidad de vencer.

- Pero he vencido, pues estoy aqui. Y logré sacar al ente de la víctima del sacrificio... sacrificándome yo mismo. Esas eran, pues, mis intenciones. Obré bien, pues bien ha salido el lance, por Odín.

- Ya veremos...

- Déjame seguir el relato, pajarraco inmundo... Bien, pues hete aquí que, influenciado por su Oscura Majestad, hice algunas niñerías en la fiesta de la explanada. Bien lo sabe el pobre Oktel, que comió cucarachas en vez de mejillones, y se refrescó con lo que menos se esperaba encontrar, - dice Olaf, con una risita maliciosa -. Luego estuve revisando los haces de leña que miraba Brunhild, añadiendo ingredientes más que perniciosos para la salud espiritual del pueblo. Una ofensa a los dioses, si arde mañana. ¡Volvedlos a revisar! Ni se os ocurra prender fuego a lo que hay ahí. Veríais cosas para las que no estais preparados.

Luego fui convocado a la casa de Rumhird. Uno de los daneses me llevó.

En el enorme salón, tapizado con pieles, con las ventanas selladas para que no se viera nada desde el exterior, estaba la Estrella Oscura, Zahira. Iluminada por doce extrañas velas y sentada en el interior de un extraño dibujo, pintado en el suelo. Así habló:

"Muchos problemas me has causado. Si tuviera más tiempo, te aseguro que el dolor te traspasaría hasta cotas inimaginables durante las largas noches de invierno, antes de que comerme tus entrañas mientras aún estuvieras con vida..." dijo con una voz de ultratumba, escalofriante, que parece provenir de las profundidades del mundo, "Pero espero que aún me resultes útil...

Tu tarea es sencilla, hasta una aberración como tú podría cumplirla", me espetó, con desprecio. "Quiero a Gyda, esa miserable cría. La quiero viva. Para qué no es asunto tuyo, aunque por hacerte sufrir te diré que la sangre del Jarl me es grata..., y necesaria para lo que vendrá...

Te harás con ella y la llevarás al barco. Y hazlo ya. Será fácil, supongo que esos infelices aún confían en ti. Cuando vuelvas veremos qué hacer contigo."

De vuelta a la explanada, encontré que estaba emboscado aquel al que llaman "el picto". Cuidado pues. Ahora estarán sobre aviso, porque he conseguido llegar a la cueva de la que puede ver, y Gida está aún con nosotros.

- No paraba de decirlo: ¡malas noticias! ¡malas noticias! pero, necios, no me hicisteis caso y terminé por enmudecer. Graaaak.

- ¿Cómo te van a hacer caso, cuervo idiota, si no haces más que repetirlo? Yo hice lo que pude para avisaros sin que el ente oscuro se enterara. Sveim, tú que tienes memoria para las canciones, debiste comprenderlo, pero no pudo ser. Uniendo la primera letra de cada verso que improvisaba, todos llenos de insensateces estúpidas, había un mensaje.

- Jaaajajajajaja, Graaaak, ¡para lo que valió! ¡vaya ripios!

Mira alrededor. - ¿No está la niña con nosotros? ¡¡Por los Trolls, hay que traerla inmediatamente!!

Mucho cuidado ahora... un movimiento impulsivo puede ser fatal.

Gracias a los Dioses que hemos podido celebrar la ceremonia... sólo por eso ya merece grandes honores el chamán. Nuestro Padre ha tenido a bien concederme grandes poderes... ahora tengo la segunda vista, y puedo actuar con verdadero conocimiento.

De esto también hay que dar las gracias a Olaf...

Sacude la cabeza apesadumbrada...

Lástima que fuera ciega junto a Sibadarnán, ciega a lo que de verdad ocurría...

... hemos de ser sabios ahora. Que nos guíe nuestro jarl, con el consejo de su hija que ya es grande en voluntad...

Los que caminamos entre los mundos daremos nuestro consejo y bendiciones...

Mira a todos preocupada:

La malevolencia del eslavo ya está desvelada, las runas han hablado...

Antes de dar a ese traidor lo que se merece y tomar cumplida venganza de la hechicera que mató al Godi...

De pronto le puede la rabia:

¡Feudo de sangre contra Rumhird!

Debe pagar vida con vida

Dolor con dolor...

Le acerca la vara a Svala...

Pero antes..

¿Puedes decirme cuál es el propósito de este artefacto de las artes mágicas...? Porque fue construido con fuertes motivos, no hay duda

Y mientras tanto, ya estáis tardando en verificar la seguridad de la hija del jarl...  ha pasado el hálito justo para una traición, y no hay duda de que habrán aprovechado el momento en que todos teníamos la atención en la Sabia...

Negando con la cabeza Olaf, no sé si darte las gracias o romperte tu miserable cuello. Todo esto no hubiera pasado si hubieras pedido ayuda y no andaras a hurtadillas investigando por ahí. O tal vez si dejaras de hablar como lo haces, mezclando la locura con el misticismo y tus visiones. Has puesto en peligro la vida de Gyda, pero a la vez la has salvado. Pero ahora tenemos una nueva preocupación.

Girándome hacia el resto ¡Vosotros, Houscarl de Uppland! ¡Aquellos que habeís hecho el juramente de proteger este pueblo y a sus gobernantes!. ¡A llegado la hora de cumplir esa promesa y arrancar la mala hierba que ha crecido y amenaza con invadir toda nuestra tierra! Desenvainando el espadón Sveim, que los dioses te den aire y fuerzas para soplar tu cuerno. Que nos lleve en volandas a la batalla y que nuestros enemigos tiemblen al oirlo.

Seguidme y ganaros el derecho a sentaros junto a Odín, Thor y sus hermanos en el mismísimo Valhalla.

Sveim se gira con rapidez y corre hacia el exterior, preocupado por la suerte de Gyda.

- Cierto, vamos allá, - dice Olaf valientemente, adelantandose al los aguerridos...

Debemos darnos prisa!!!

Brunilda sale corriendo por el pasillo de piedra...

Tu confianza me honra, Godí - responde Svala - Pero necesitaré examinarla con cuidado, familiarizarme con ella, hacer algunas pruebas. Si me la dejas, tal vez pueda estudiarla. Podría hacer las preguntas adecuadas a los seres apropiados, pero llevará tiempo...

Eso no es seguro... incluso para ti, Svala, la que puede Ver... no ahora , al menos...

Si algo tengo claro es que el mismo destino ha puesto esta vara en mis manos... y el Destino puede estar esperándonos fuera.

De pronto rompe a reir, con la risa con la que retan a la muerte de los vikingos:

AAAAAAH HA HA HA HA HAHHH.....

Estaría bueno que le aguaras la broma al padrecito Odínn... no creo que se lo tomara muy bien... se ha tomado muchas molestias y ha movido muchos hilos para traernos a todos aquí hoy

Veamos cuál es su juego... que la vara misma diga lo que quiera, y cuando quiera

Se mueve rápidamente para unirse a los otros...

Pero si después de la batalla estamos aquí para contarlo, si disponemos de paz, mal sea por unos días... entonces volveré a traerla para que la veas, y yo aqui contigo.

¡Adios ahora, los labios deben callar!, ¡alzad las armas!

Apartaré al guardián de la puerta, para que podáis salir, tiene orden de no dejar que nadie nos moleste... - dice Svala - Yo misma os acompañaré, demasiado he aguardado oculta tras la seguridad de mi caverna, pero la gravedad de los acontecimientos exige acción inmediata.