Sí, tiene razón, lo mejor será ir a descansar. Si me lo permite, iré a avisar a las mujeres
Adelante, señor Anderson - asintiendo levemente con la cabeza - pero le sugiero que apure antes su copa, así les concedemos unos minutos más de intimidad a las damas.
Sí, tiene razón. Así podrán hablar de sus cosas dije dando otro trago a la copa
Continué apurando la copa mientras me encendía el último pitillo del día. El puro que nos había ofrecido había llenado suficientemente mis pulmones de humo, pero eso no quitaba que sintiera la necesidad de mi deseado tabaco. Así que me fumé el último mientras le daba los últimos tragos a mi bebida. No sería yo el que avisase a las mujeres de que entrase, realmente se estaba bien a gusto sin su presencia.
-La verdad es que no se ve demasiado bien a estas horas de la noche. Lo cierto es que el lugar es realmente tétrico. ¿Por qué habrá querido este matrimonio venirse a vivir a semejante pila de ruinas? ¿No te parece que es desolador, Emily? Cuidado con el suelo, está resbaladizo. Habrá que cambiarse de calzado a la vuelta.
La mujer se detiene y vuelve la mirada a la mansión:
-Deberíamos decirles que nos vamos a dar un paseo. Podríamos perdernos. No sé. Hay algo en este lugar que no me gusta.
¿Podemos intentar escuchar o percibir algo anómalo conforme vamos avanzando? ¿Qué tipo de animales pueden rondar por el paraje en estos momentos? ¿Tienen perros en la mansión?
Lástima que la llave a tanta información, este destinada a aquel que le es imposible otorgarla...- reflexionó el profesor sobre la mudez de Gullah. Aunque alguna manera habrá de poder exprimir ese alarcón de imagenes...- este último pensamiento ilusiono al antropólogo a pesar del cansancio.
Poco escucho de las demás conversaciones sobre las mujeres sumido en sus pensamientos.
Te respondo en orden:
- Sí, la verdad es que este lugar tiene aspecto de no estar pasando por su mejor momento, y es capaz de ponerle el vello de punta a cualquiera. - digo, en respuesta a la pregunta formulada por la detective. - Aunque he de reconocer que para una anticuaria, como yo, tiene cierto encanto.
Después, tras un breve momento de silencio, en el cual añoro el poder estar en mi casa de Arkham, continuo diciendo:
- Tienes razón, será mejor que avisemos a nuestros compañeros sobre nuestras intenciones, por si acaso nos ocurriese alguna cosa. Por favor, espérame aquí, enseguida regreso. Aprovecharé, también, para ver si puedo encontrar algo con lo que poder alumbrarnos. -
Al finalizar la última frase, vuelto a entrar en la mansión.
Véis como se abre la puerta de nuevo y entra Emily, seguida por Sheila
El Dr. Sinclair siguió fumando como si nada hubiese ocurrido.
Sheila imita a su burlesco acompañante, pero sin necesidad de tragar humo.
La tensión se palpaba en el ambiente, pero al menos ambos estaban dispuestos a ignorar la desagradable situación... Algo es algo.
Bueno dije intentando romper ese ambiente tan tenso Creo que lo mejor es que nos vayamos a dormir. Todos estamos cansados por el viaje, y mañana será un nuevo día
Toda la razón, Sr. Anderson. Es absurdo que continuemos aquí. Lo mejor será ir a dormir algo. Mañana nos espera un largo y agotador viaje.
Sheila mira a Richard directamente y le comenta:
-Ibamos a salir Emily y yo a investigar un rato.
¿Salir? ¿A estas horas? Dos mujeres solas por un pueblo desconocido para ellas. Me temo que no es algo muy aconsejable. Lo mejor es que descansemos. Dije guiñando un ojo a Sheila para indicarle que aquello lo haríamos más tarde.
No pude disimular una sonrisa al escuchar eso. De noche, en un lugar desconocido y luego de semejante tormenta, con todo embarrado. Lo que no esperaba era que Emily se sumara a esa ridiculez. Sin embargo simplemente me quedé mirando el líquido en mi copa en silencio, ya no quería volver a discutir con nadie esa noche.
No se el porqué con total claridad, pero rápidamente reaccione...
No seran dos damas sólas en la noche, yo las acompañaré, siempre y cuando ellas me lo permitan.- supongo que el instinto de protección fustrado después de lo que aconteció a mi bien amada Aiko, resurgia en estas situaciones. Además, todos actuaban como si allí no pasara nada y él prefería ser sincero mostrando su preocupación sin dejar para mañana lo que se podía hacer hoy.
Miro primero a Emily, y despues a Sheila buscando su aprobación; que en aquellos precisos momentos era la única que me importaba de aquella sala.
Sonreí ante las palabras de Sheila.
Siempre me sale con algo nuevo. Esta vez, ¿qué será?
Bueno, querida, si insistes... Yo también os acompañaré
¿Y usted qué es lo que hará Dr. Sinclair?