Partida Rol por web

En las Sombras

El Newcastle

Cargando editor
23/07/2008, 15:35
Gloria Peacock

El vendaval comienza a provocar algunas víctimas y algunos paraguas caen al mar. Observo a la gente apiñada, todos con las manos ocupadas sujetando sombreros y faldas, y algunos ilusos intentando fumar un cigarrillo.
Trato de captar las palabras de Sir Flinders entre el ruido que me rodea, mientras vigilo de reojo los flecos de abalorios de mi falda, que se sacuden amenazando con romperse y salir volando.

Cargando editor
25/07/2008, 17:14
Director

El viento continuó su crescendo a medida que la tempestad se acercaba al muelle en el que se arremolinaba la multitud. Con una inusitada furia, la lluvia comenzó a caer sobre Londres, ocultando la ciudad en un manto de sombras. En el muelle, algunas de las mujeres perdieron pie tratando de mantener en su lugar los elaborados vestidos y, en poco tiempo, todo el orden establecido se desdibujó en una amalgama de sombrillas desgarradas y elegantes sombreros que volaban entre los invitados. La policía formó un pequeño perímetro de seguridad en torno al representante de la realeza mientras unos cuantos jóvenes se afanaban en sujetar los cabos que mantenían la estructura de la carpa en pie. En dos ocasiones el cielo se rasgó con el resplandor de los rayos, mostrando a los asistentes como el caos se adueñaba de todo. Las gentes que momentos antes se arracimaban en el exterior de la carpa entraron en tropel empujando a todos los presentes hacia el borde del muelle. Los gritos, advertencias y quejidos comenzaron a hacerse dueños de todo. ¿Dónde estaban los guardias que antes evitaban que las gentes del pueblo bajo se mezclaran con la más selecta sociedad?.

Entre los gritos una voz sonó entre las demás -¡ El Newcastle se esta escorando!. ¡Viene directo hacia el muelle!- dijo mientras su dueño trataba de escapar contracorriente entre el muro de cuerpos. El barco, con todo el trapo desplegado, había cubierto la distancia en apenas unos minutos. Las olas chocaban contra su casco que, como si de una enorme cuchilla se tratara, cortaba el agua levantando la espuma de la mar. El viento, gimiendo entre los cabos como un alma condenada, era todo el sonido que llegaba hasta los asustados asistentes. La cubierta se veía abandonada, con parte del material acumulado sobre la cubierta, nadie guiaba la embarcación hacia la orilla. Finalmente, casi como si de un caballo desbocado que tratara de saltar fuera de las aguas, el asustado rostro de mujer que conformaba el mascaron se estrelló con un crujido de madera contra las rocas del muelle, arrojando astillas y maderos a todos los que allí se encontraban.

El viento aumentó de tono su monótona cacofonía.

Cargando editor
25/07/2008, 17:15
Director

El viento continuó su crescendo a medida que la tempestad se acercaba al muelle en el que se arremolinaba la multitud. Con una inusitada furia, la lluvia comenzó a caer sobre Londres, ocultando la ciudad en un manto de sombras. En el muelle, algunas de las mujeres perdieron pie tratando de mantener en su lugar los elaborados vestidos y, en poco tiempo, todo el orden establecido se desdibujó en una amalgama de sombrillas desgarradas y elegantes sombreros que volaban entre los invitados. La policía formó un pequeño perímetro de seguridad en torno al representante de la realeza mientras unos cuantos jóvenes se afanaban en sujetar los cabos que mantenían la estructura de la carpa en pie. En dos ocasiones el cielo se rasgó con el resplandor de los rayos, mostrando a los asistentes como el caos se adueñaba de todo. Las gentes que momentos antes se arracimaban en el exterior de la carpa entraron en tropel empujando a todos los presentes hacia el borde del muelle. Los gritos, advertencias y quejidos comenzaron a hacerse dueños de todo. ¿Dónde estaban los guardias que antes evitaban que las gentes del pueblo bajo se mezclaran con la más selecta sociedad?.

Entre los gritos una voz sonó entre las demás -¡ El Newcastle se esta escorando!. ¡Viene directo hacia el muelle!- dijo mientras su dueño trataba de escapar contracorriente entre el muro de cuerpos. El barco, con todo el trapo desplegado, había cubierto la distancia en apenas unos minutos. Las olas chocaban contra su casco que, como si de una enorme cuchilla se tratara, cortaba el agua levantando la espuma de la mar. El viento, gimiendo entre los cabos como un alma condenada, era todo el sonido que llegaba hasta los asustados asistentes. La cubierta se veía abandonada, con parte del material acumulado sobre la cubierta, nadie guiaba la embarcación hacia la orilla. Finalmente, casi como si de un caballo desbocado que tratara de saltar fuera de las aguas, el asustado rostro de mujer que conformaba el mascaron se estrelló con un crujido de madera contra las rocas del muelle, arrojando astillas y maderos a todos los que allí se encontraban.

El viento aumentó de tono su monótona cacofonía.

Cargando editor
25/07/2008, 17:15
Director

El viento continuó su crescendo a medida que la tempestad se acercaba al muelle en el que se arremolinaba la multitud. Con una inusitada furia, la lluvia comenzó a caer sobre Londres, ocultando la ciudad en un manto de sombras. En el muelle, algunas de las mujeres perdieron pie tratando de mantener en su lugar los elaborados vestidos y, en poco tiempo, todo el orden establecido se desdibujó en una amalgama de sombrillas desgarradas y elegantes sombreros que volaban entre los invitados. La policía formó un pequeño perímetro de seguridad en torno al representante de la realeza mientras unos cuantos jóvenes se afanaban en sujetar los cabos que mantenían la estructura de la carpa en pie. En dos ocasiones el cielo se rasgó con el resplandor de los rayos, mostrando a los asistentes como el caos se adueñaba de todo. Las gentes que momentos antes se arracimaban en el exterior de la carpa entraron en tropel empujando a todos los presentes hacia el borde del muelle. Los gritos, advertencias y quejidos comenzaron a hacerse dueños de todo. ¿Dónde estaban los guardias que antes evitaban que las gentes del pueblo bajo se mezclaran con la más selecta sociedad?.

Entre los gritos una voz sonó entre las demás -¡ El Newcastle se esta escorando!. ¡Viene directo hacia el muelle!- dijo mientras su dueño trataba de escapar contracorriente entre el muro de cuerpos. El barco, con todo el trapo desplegado, había cubierto la distancia en apenas unos minutos. Las olas chocaban contra su casco que, como si de una enorme cuchilla se tratara, cortaba el agua levantando la espuma de la mar. El viento, gimiendo entre los cabos como un alma condenada, era todo el sonido que llegaba hasta los asustados asistentes. La cubierta se veía abandonada, con parte del material acumulado sobre la cubierta, nadie guiaba la embarcación hacia la orilla. Finalmente, casi como si de un caballo desbocado que tratara de saltar fuera de las aguas, el asustado rostro de mujer que conformaba el mascaron se estrelló con un crujido de madera contra las rocas del muelle, arrojando astillas y maderos a todos los que allí se encontraban.

El viento aumentó de tono su monótona cacofonía.

Cargando editor
25/07/2008, 17:23
Sir Flinders Petrie

El eminente científico miró a sus acompañantes y se giró hacia Gloria para responder a su pregunta - La verdad es que en tiendo poco del arte de la navegación pero sospecho que no deben de estar pasándolo nada bien los tripulantes del navío- dijo mientras observaba cómo la embarcación se aproximaba cada vez más rápido - Me alegra ver que están interesadas en algo tan excelso como el libro de los muertos pues puede que en esta expedición hayan encontrado algún nuevo retazo del mismo-. Despacio, el hombre se aproximó un poco mas a sus acompañantes para evitar que el frío viento diera directamente sobre todos ellos - Respecto a las joyas supongo que algún escarabajo del alma, o escarabeo, estará presente entre las piezas rescatadas. Son muy comunes en este tipo de excavaciones- dijo mientras se descubría para poner a salvo su sombrero de la tempestad que amenazaba con desatarse sobre ellos aproximénomos un poco más al muelle pues subiremos al barco según realice su atraque-

Cargando editor
25/07/2008, 17:24
Director

El viento continuó su crescendo a medida que la tempestad se acercaba al muelle en el que se arremolinaba la multitud. Con una inusitada furia, la lluvia comenzó a caer sobre Londres, ocultando la ciudad en un manto de sombras. En el muelle, algunas de las mujeres perdieron pie tratando de mantener en su lugar los elaborados vestidos y, en poco tiempo, todo el orden establecido se desdibujó en una amalgama de sombrillas desgarradas y elegantes sombreros que volaban entre los invitados. La policía formó un pequeño perímetro de seguridad en torno al representante de la realeza mientras unos cuantos jóvenes se afanaban en sujetar los cabos que mantenían la estructura de la carpa en pie. En dos ocasiones el cielo se rasgó con el resplandor de los rayos, mostrando a los asistentes como el caos se adueñaba de todo. Las gentes que momentos antes se arracimaban en el exterior de la carpa entraron en tropel empujando a todos los presentes hacia el borde del muelle. Los gritos, advertencias y quejidos comenzaron a hacerse dueños de todo. ¿Dónde estaban los guardias que antes evitaban que las gentes del pueblo bajo se mezclaran con la más selecta sociedad?.

Entre los gritos una voz sonó entre las demás -¡ El Newcastle se esta escorando!. ¡Viene directo hacia el muelle!- dijo mientras su dueño trataba de escapar contracorriente entre el muro de cuerpos. El barco, con todo el trapo desplegado, había cubierto la distancia en apenas unos minutos. Las olas chocaban contra su casco que, como si de una enorme cuchilla se tratara, cortaba el agua levantando la espuma de la mar. El viento, gimiendo entre los cabos como un alma condenada, era todo el sonido que llegaba hasta los asustados asistentes. La cubierta se veía abandonada, con parte del material acumulado sobre la cubierta, nadie guiaba la embarcación hacia la orilla. Finalmente, casi como si de un caballo desbocado que tratara de saltar fuera de las aguas, el asustado rostro de mujer que conformaba el mascaron se estrelló con un crujido de madera contra las rocas del muelle, arrojando astillas y maderos a todos los que allí se encontraban.

El viento aumentó de tono su monótona cacofonía.

Cargando editor
25/07/2008, 18:14
Daniel Jackson

Cuando el vendaval arreció y los cielos de Londres se abrieron sobre la ciudad para descargar su furia, el joven estudioso miró preocupado a su alrededor, observando con expresión sorprendida cómo el caos se extendía entre el grupo selecto de personalidades que habían acudido a recibir el barco.

-¡Profesor Pitrie...creo que quizás no sea buena idea el permanecer aquí!-comentó a voz en grito para hacerse oír mientras luchaba porque su gorra no saliese volando e intentaba proteger lo máximo posible a las mujeres que les acompañaban. Daniel estaba ansioso por ver las maravillas que seguramente traía el velero en sus bodegas pero desde luego aquellas no eran las mejores condiciones para estar en un muelle. El grito del hombre alertando sobre el peligro hizo que se volviese. Con expresión horrorizada observó cómo el velero se precipitaba en dirección a ellos y apenas tuvo tiempo de darse la vuelta-¡Cuidado!- y lanzarse en dirección a sus acompañantes al tiempo que abría los brazos y les intentaba proteger tirando de ellos hacia el suelo. Con un gemido y un chasquido el mascarón del velero se rompió y las astillas y maderos salieron volando y cayeron a su alrededor-¡Profesor Pitrie, tenemos que salir de aqui!-gritó por encima del viento mientras con su escaso cuerpo intentaba proteger a sus acompañantes.

Cargando editor
27/07/2008, 01:34
Lord Oliver Honeybourne Jr.

Lord Oliver había permanecido inmovil, expectante, durante toda la escena. Pese a que en su fuero interno ardía el deseo de investigar aquel extraño suceso, las normas de decoro exigían a un caballero de su condición permanecer sereno e impasible.

Tras el choque, y al ver la cubierta desierta, finalmente reaccionó, dirigiéndose al señor Wellington.

- ¿Se ha fijado en eso? La cubierta está desolada... El barco parece haber entrado guiado solo por la mano del viento... - Y luego mirando a su alrededor, la tormenta y al barco, añadió - Esto podría ponerse feo, será mejor que llevemos a las damas a un lugar mas resguardado.

Cargando editor
27/07/2008, 21:58
Director

El señor Wellington se giró hacia Oliver cuando este le señaló la ausencia de tripulación sobre la cubierta. Justo cuando iba a responder ante la evidencia una nube de astillas salió despedida desde los restos del mascarón y roció a todo el grupo. Los gritos de las jóvenes se mezclaron con el aviso del señor wellington. Oliver, que comenzó a ver todo como si el tiempo se hubiera detenido, esquivó por los pelos un enorme trozo de madera que fué a golpear el torso del hombre. Las jóvenes comenzaron a gritar al ver a su padre en el suelo, inconsciente.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Tirada: 1d100
Motivo: Suerte
Dificultad: 55-
Resultado: 27 (Éxito)

Tirada oculta

Tirada: 1d100
Motivo: Suerte Sr. Wellington
Dificultad: 40-
Resultado: 10 (Éxito)

Cargando editor
28/07/2008, 11:13
Dr. Edwin C. Lowell

Lowell observó con una sonrisa como las señoritas ponían a Daniel en una incómoda situación. Se nota que el chico tiene poco mundo. Debería enseñarle un par de cosas. Con uno de sus acostumbrados gestos académicos el hombre movió los labios para comentar algo en el mismo instante en el que el barco se estrellaba contra el muelle, perdiéndose sus palabras en el ensordecedor chasquido.

El Doctor apenas tuvo tiempo para reaccionar ante lo que se les venía encima. Con un rápido movimiento se abalanzó sobre su gran amigo Pitrie y la dama que le acompañaba. -¡Cuidado!, ¡El barco viene contra nosotros!- dijo mientras caía al suelo.

Notas de juego

Bueno, el Doctor esta siendo PNjotizado porque Arlas no podía hacerse cargo de él. EN breve tendré un sustituto para hacerse cargo de él.

Cargando editor
28/07/2008, 11:48
Joss Nieman

Estupefacto y sorprendido por la maniobra del Newcastle Joss apenas fue consciente de la marabunta de gente que se debatía inútilmente por alejarse del muelle, al replegarse los guardias que custodiaban la carpa, la gentes menos favorecidas habían visto su oportunidad de acercarse y acceder a las mejores zonas, ajenos totalmente al desastre que estaba sobreviniendo, y originando así un caos absoluto donde unos trataban de alejarse y otros de acercarse.

La presión de la plebe era mayor debido al número lo que hizo que muchos se vieran empujados contra su voluntad hacia la barandilla del muelle y con ello al encuentro del barco ingobernable que se cernía junto con la tormenta sobre ellos, el sonido del crujir de la madera al impactar este contra la dura roca silenció a las masas apenas unos instantes antes de que las astillas volasen sobre la muchedumbre y nuevamente los gritos de pánico entraran en escena.

El anticuario trató de reaccionar en el instante que oyó la voz de alarma, lo que parecía un extraño sueño se volvió realidad y atemorizado descubrió que difícilmente podría alejarse de allí, notaba como la gente les empujaba buscando salvarse pero apenas lograban avanzar unos pasos antes de verse sometidos al movimiento de la masa, recurriendo a toda su disciplina buscó la forma de salir airosos de aquel desastre, dejarse llevar por la muchedumbre sería un error, correrían el riesgo de ser empujados y si caían serían pisoteados sin remedio, observó rápidamente a su alrededor no tenían mucho tiempo antes de que les arrollaran, los empujones resultaban cada vez mayores así como los gritos, entonces lo vio, no muy lejos de ello se encontraba una de las columnas que sostenían la carpa, al menos allí podrían aferrarse y evitar ser arrollados hasta que las cosas se calmasen. - ¡Arthur trate de seguirme con las damas!- Gritó el anticuario tratando de hacerse oír, tras esto aferró las manos de la señora Whittaker y la señorita Staunton.- ¡Anne agárrate fuerte a Elisabeth y no te sueltes!.

Sin tiempo para cercionarse de que le habían escuchado comenzó a moverse a empujones, apenas eran tres metros los que les separaban de su destino pero cada paso era una lucha de empujones y codazos, apretó con fuerza las manos de sus acompañantes sin pensar en que probablemente pudiera hacerlas algo de daño, y continuó resuelto a llegar, cuando sólo les restaban unos centímetros el muelle se estremeció anticipando el crujir de la madera del Newcastle al partir contra las piedras. Instintivamente Joss atrajo hacia si a las damas y se giró agachándose para protegerlas de lo que viniera sin atreverse a moverse.

Cargando editor
28/07/2008, 18:17
Gloria Peacock

Escucho con interés la respuesta de Sir Flinders recordando los escarabajos que también en su día me llamaron la atención en el Museo Louvre.
El grito del Señor Jackson me produce un tremendo sobresalto que me hace olvidar la precaria situación de mi sombrero sobre la cabeza y al girarme hacia el barco sale volando irremisiblemente. No tengo tiempo de apenarme por ello, porque el Señor Jackson se abalanza sobre mí precipitadamente. Agarro instintivamente la mano de Rachel con fuerza y tiro de ella. Entre el tumulto y la confusión general no distingo bien lo que ocurre, estoy más asustada de la gente que de lo que sea que está pasando en el muelle. Abrazo a Rachel y me acurruco tras el Señor Jackson cubriéndome la cabeza con el otro brazo. - Señor Jackson ¡intentaremos salir detrás de usted! -

Cargando editor
28/07/2008, 19:47
Cathelin Bennet

Escuchaba las respuestas como en un auditorio mal construido con un terrible y molesto eco. El viento que se había levantado aumentaba a cada segundo haciendo mas complejo el intento de mantener el sombrero en su lugar y el vano interés de escuchar a los demás hablar de sus trabajos. La gente comenzó a revolverse y por fin la silueta del que había sido el esperado barco apareció entre las brumas.

Un grito estremecedor nos puso en guardia confirmando las sospechas de los asistentes, el barco no hacia una entrada triunfal sino mas bien una entrada demoledora arrasando con las maderas del muelle al reventarlas a su paso. El pañuelo blanco que llevaba al cuello salió volando y desapareció entre el gentío mientras estiraba un brazo en un intento por agarrarlo, pero la suave seda se escapó entre mis dedos con un fuerte tirón del viento. ¡oh! en ese momento el Dr Lowell se precipitó sobre Sir Petrie y sobre mi persona arrastrándonos al suelo en una lluvia fina de astillas y gotas de agua saladas procedentes del choque. Mi cuerpo cayó al suelo con un golpe sordo mientras seguía agarrada al caballero y notaba el cuerpo del Doctor cubriendo parte del mio y del de mi acompañante en un intento de protección. Por todos los santos ¿están bien? desde mi precaria situación en el suelo chille todo lo fuerte que me lo permitieron mis pulmones y el viento en un intento de conocer el estado de mis dos acompañantes.

Cargando editor
28/07/2008, 21:40
Elisabeth Staunton

Elisabeth contempló fascinada el espectáculo a la vez y terrible y soberbio del barco avanzando sin control impulsado por la tormenta. Abstraída como estaba apenas se percataba de la crisis que se estaba desatando a su alrededor. Con el pelo totalmente suelto y azotado por el viento y una mano en su bolsillo apretando fuertemente el escarabeo, no podía apartar la mirada del mascarón de proa del barco de tal forma que ella misma también parecía una figura tallada en madera desafiando a los elementos. Sólo la voz del señor Nieman y el contacto de su mano consiguieron devolverla al mundo real.

Instintivamente agarró la mano de Anne y se dejó guiar por el anticuario prestándole toda la ayuda posible en su avance entre la muchedumbre, aunque su débil constitución poco podía contra la marabunta descontrolada. Cuando el crujido de madera indicó que el buque había encallado se agachó tras Joss y se abrazó a Anne para compartir el pequeño espacio de seguridad creado por el hombre.

Cargando editor
30/07/2008, 14:34
Lord Oliver Honeybourne Jr.

- ¡Señor Wellington! - exclamó lord Oliver al ver caer al hombre, golpeado por el fragmento del barco. Se agacho para ayudarle, al tiempo que se volvía hacia la señora Wellington y sus dos jóvenes acompañantes:

- ¡Este lugar se ha vuelto peligroso! ¡Sean tan amables de retirarse a un lugar mas seguro! - su voz sonaba firme, tratando de aparentar seguridad en si mismo y transmitir tranquilidad a las mujeres - Yo me ocuparé del señor Wellington...

Cargando editor
01/08/2008, 22:34
Director
Sólo para el director
- Tiradas (5)

Tirada oculta

Tirada: 1d100
Motivo: Suerte Cathelin
Dificultad: 65-
Resultado: 64 (Éxito)

Tirada oculta

Tirada: 1d100
Motivo: Suerte Daniel
Dificultad: 45-
Resultado: 75 (Fracaso)

Tirada oculta

Tirada: 1d100
Motivo: Suerte Lowell
Dificultad: 50-
Resultado: 54 (Fracaso)

Tirada oculta

Tirada: 1d100
Motivo: Suerte Gloria
Dificultad: 85-
Resultado: 39 (Éxito)

Tirada oculta

Tirada: 1d100(+10)
Motivo: Suerte Petrie
Dificultad: 60-
Resultado: 64(+10)=74 (Fracaso)

Notas de juego

Modificadores:
+10 si alguien te cubre
-10 si estas cobriendo

Cargando editor
01/08/2008, 22:44
Director

La asombrosa aparición del Newcastle había convertido el atracadero en una masa de gente que se movía sin rumbo claro hacia la seguridad de las calles adyacentes. Aquellos que hacía unos minutos se sentían desgraciados por la mala posición ahora habían resultado ser los mas afortunados. Las personalidades, casi todas dispuestas cerca de la orilla, se habían librado del desorden que reinaba entre sus semejantes, pero numerosas piezas del barco se habían proyectado contra ellos. Cathelin, Gloria, Rachel y Pitrie apenas pudieron reaccionar a tiempo para ponerse donde sus amigos les habían indicado. Justo en el momento en el que se ponían a cubierto, un enorme madero golpeó la espalda de Lowell y del joven Daniel proyectándolos contra el suelo. A su alrededor, todo era una nube de gritos y carreras.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d4
Motivo: Daño Daniel
Resultado: 2

Tirada: 1d4
Motivo: Daño Pitrie
Resultado: 2

Cargando editor
01/08/2008, 22:46
Director
Sólo para el director

Repasando la tirada de Joss se observa que el signo debía ser positivo y no negativo. Aun asi salva la tirada.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Tirada: 1d100(-5)
Motivo: Suerte Joss
Dificultad: 60-
Resultado: 29(-5)=24 (Éxito)

Tirada oculta

Tirada: 1d100(-15)
Motivo: Suerte Anne
Dificultad: 60-
Resultado: 39(-15)=24 (Éxito)

Tirada oculta

Tirada: 1d100(-15)
Motivo: Suerte Elisabeth
Dificultad: 70-
Resultado: 5(-15)=-10 (Éxito)

Notas de juego

Modificadores:
+10 si alguien te cubre
-10 si estas cubriendo
+5 de bonus extra por haber iniciado un movimiento hacia la seguridad de la carpa

Cargando editor
01/08/2008, 22:51
Director

La asombrosa aparición del Newcastle había convertido el atracadero en una masa de gente que se movía sin rumbo claro hacia la seguridad de las calles adyacentes. Aquellos que hacía unos minutos se sentían desgraciados por la mala posición ahora habían resultado ser los mas afortunados. Las personalidades, casi todas dispuestas cerca de la orilla, se habían librado del desorden que reinaba entre sus semejantes, pero numerosas piezas del barco se habían proyectado contra ellos. Joss, en un rápido movimiento logró situaros en un punto resguardado de la furia desatada en el muelle. Apenas lograbais manteneros en pie con todas aquellas personas corriendo y empujándoos en todas direcciones, pero lograsteis que desde el barco apenas os llegaran unas astillas. A vuestro alrededor todo eran gritos y carreras.

Cargando editor
01/08/2008, 22:52
Director

La asombrosa aparición del Newcastle había convertido el atracadero en una masa de gente que se movía sin rumbo claro hacia la seguridad de las calles adyacentes. Aquellos que hacía unos minutos se sentían desgraciados por la mala posición ahora habían resultado ser los mas afortunados. Las personalidades, casi todas dispuestas cerca de la orilla, se habían librado del desorden que reinaba entre sus semejantes, pero numerosas piezas del barco se habían proyectado contra ellos. Tus acompañantes asintieron en un mudo gesto y se perdieron con celeridad entre la gente que os rodeaba A vuestro alrededor todo eran gritos y carreras.