Partida Rol por web

Llevaros a los hombres a las minas.- dice Paulus mirandote con fijeza.- Yo me hare cargo de las exclavas. Traer los cajones.- pide y sus hombre meten una especie de ataudes donde obligan a entrar a Erick y Bardas. Como si fueran paquetes se les pone un sello sobre la tapa y se los llevan mientras Bardas les llama de todo y amenaza con cosas horribles si os tocan.

Luego ves que levanta a la niña sobre un cajon mas pequeña y esta comienza a gritar.- ¿Sabes que tu pequeña es claustrofobica?.- te pregunta metiendola dentro con un empujon y cerrando la tapa.

Escuchas a May gritar y llorar llamandote desesperada. Parece que ahora mismo solo quiere disfrutar torturandote.

Apreté mis mandíbulas con todo aquello y tardé un poco en reaccionar, no podía creerme lo que estaba sucediendo y ahora sí que no habría luz al final del túnel.

- Por favor.. - dije doblegándome al fin ante él. - Te suplico que no hagas esto..

A situaciones desesperadas tan sólo se podían tomar decisiones deseperadas y sabiendo que lo que perdía a ese hombre era su orgullo me puse de rodillas en el suelo, tragándome todo el mío, que no era poco y él lo sabía.

- No te los lleves. La niña necesita que investiguen para poder curarla y Erick se estaba encargando de ello. Morirá si no logramos dar con la cura. No me importa lo que hagas conmigo, pero déjalos a ellos, por favor.

Apenas podía contener las lágrimas.

No seas tan melogramatica.- te pide Paulus.- Dentro de la caja la niña esta bien, segura, piensa que nadie puede tocarla mientras este dentro...a que ahora te gusta mas la idea... aunque si quieres puedo sacarla y pedirles a mis hombres que la lleven "en brazos".- te dice dejando entrever en su voz el peligro que esto supondria para la pequeña. No pienso hacerle daño a la cria, mientras sepas que la tengo yo tu no te escaparas.- dice acariciando un mechon de tu pelo para despues tirar fuertemente de el.

Me mentiste, me engañaste, me hiciste quedar como un idiota y me las pagaras, tenlo por seguro.- te dice gritandotelo dolorosamente en el oido.- A partir de ahora seras mi exclava, depende de como te portes tendras privilegios, como ver a tu hija, o castigos, como obligarte a ver como le hago daño ¿Comprendes?

Y en ese preciso momento supe que era cuando se terminaba todo, cuando no volvería a ver ni a Erick ni a Bardas y como tendría que ver como mi hija iba enfermando hasta que muriera sin que nadie hiciera nada por ella. Al menos ellos sabrían que les quería y que permanecería con la pequeña hasta que ella no aguantase más.

No respondí a sus palabras ni me moví del sitio que estaba ocupando, simplemente asentí con la cabeza y esperé a que fuera él quien me dijera que me levantara.

Tranquila, ella estara bien mientras tu seas buena.- te dice pasandote la mano por el pelo.- Llevaos la caja, a mi residencia.- dice con un gesto saboreando tu angustia cuando la apartan de ti.- Cloe, no soy tan malo, con el tiempo llegaras a quererme o aprenderas a fingirlo, a mi me da lo mismo.- dice con una sonrisa malefica mientras te lleva a fuera a empujones y te mete en otra caja. Es una caja infantil y vas encogida. La sensacion de angustia es horrible, no ves luz ni forma de que el aire entre alli.

Pierdes la nocion de cuanto tiempo llevas alli, en algun momento la caja dejo de moverse y fue como si te castigaran en un rincon. Tienes ambre, sed, ganas de ir al baño y un miedo a que te olvidaran alli dentro enorme.

La tapa se abre de pronto y ves un tipo enorme ante ti.

- Venga sal de hay, tengo que prepararte para Paulus, te quiere lista en una hora.- te espeta "ayudandote" a salir clavando los dedos en tu brazo.

Tus piernas no te responden bien por la mala posicion que has tenido durante horas.

- No te enteras de nada. Ella está enferma de verdad.. - Terminé diciendo antes de que me sacara de la casa a empujones y me metiera en aquella caja.

Perdí la noción del tiempo allí metida y notaba los calambres de tener que estar en aquella postura, lo que era realmente horrible, pero aún así no me alegré nada cuando abrieron la jaula. Apenas pude ponerme derecha y casi me caigo al suelo al no poder ni estirar los músculos de las piernas, pero parecía que aquel hombre me haría levantarte a patadas si era necesario así que simplemente intenté ir donde me llavaba, intentando no carme por el camino pero sin decir nada.

El tipo te saca te quita lo poco que llevas encima y te mete en una bañera de malos modos. Con una esponja comienza a frotarte como si fueras un animal.

Paulus me a pedido que te frote bien, que estas muy sucia. ¿Tus partes te la limpias tu o prefieres lo haga yo?- te pregunta tras meterte la cabeza en el agua para mojarte el pelo.

No opuse ninguna resistencia y aunque hubiera querido hacerlo había varias razones que me lo impedían. La primera y más important era mi pequeña y la segunda, era que llevaba tanto tiempo encerrada en aquella " caja " que cada intento de moverme me proporcionaba el suficiente dolor como para que ni se me pasase por la cabeza intentar moverme rápido o hacer fuerza.

- Malditos hijos de puta.. - Fue lo que se me pasaba una y otra vez por mi cabeza. - Has firmado la sentencia de muerte de mi hija, pero pienso asegurarme de que no jodas más a nadie, tan sólo esperaré mi oportunidad para sacarte las tripas con mis propias manos..

Me mantenía en silencio mientras aquel animal pretendía frotarme tan fuerte que me arrancara la piel.

- Eso lo sé hacer sola, pedazo de animal! - Respondí a aquel hombre.

El tipo te deja la esponja al alcance de la mano y se rie.- Hablas igual que la cria, antes que a ti trajeron a una mocosa y me obligo a darme la vuelta mientras se quitaba la ropa JAJAJAJA  y ademas me dijo que era mayorcita y que lavaba sola.

El tipo se acerca a ti agachandose para hablarte al oido.- Tu niña Cloe, tu pequeña May. ¿Creias que eras la unica que ve injusto esto? Aguanta.- te susurra y te mete la cabeza en el agua justo cuando se abre la puerta, sabes que se a quedado con ganas de contarte algo.

¿Esta lista?.- pregunta entrando sin llamar.

Le falta el pelo señor.- Contesta con voz firme el tipo, mostrandose desalmado delante de el.

Cuando aquel animal habló de May me dieron ganas de saltar y arrancarle los ojos, pero no entendía una mierda de lo que me estaba diciendo y cuando quise darme cuenta estaba conteniendo la respiración porque estaba hundiéndome la cabeza en el agua.

Apenas salí, respirando de forma sonora porque había tragado algo de agua, escuché como ya estaban preguntando por mí, y no sentí miedo, había dejado de sentir nada que no fuera odio, y quitando a mi niña odiaba a todo el mundo que estaba en aquel maldito lugar.

No levanté la cabeza, ni miré a la puerta, simplemente me quedé en la misma postura respirando fuertemente tras el trago de agua.

No entendía apenas nada pero asentí a sus palabras con la sorpresa dibujada en el rostro, de todas formas ahora tenía un montón de preguntas, aunque sabía que quizás no podría responderlas en aquel momento.

Me eché champú en el pelo y comencé a enjabonármelo, pues veía que lo que debía hacer era seguir el rollo a todo el mundo, lo que incluía a Paulus para que no le pasara nada a la niña, que era lo único que importaba.

- ¿ Quienes sois? - Pregunté de forma escueta.

- Se que suena muy tipico pero somos la resistencia Cloe, nos infiltramos en los altos mandos para poder liberar a los nuestros, a nuestras mujeres, hijos... - Cuando dice mujer e hijos notas en su mirada que hay algo personal en el, y que provablment este alli por eso.

Volví a asentir mirándole, entendiendo perfectamente lo que podría estar sintiendo si le habían separado de su familia, aunque eso no hacía falta que se lo dijera si ya había visto a May.

- Cuidad bien de ella por favor. Está muy enferma y no la deben de quedar más de cuatro años de vida. Paulus se llevó a su padre que era quien estaba tratando de curarla.. bueno y a su padre de verdad también se lo ha llevado. Sólo la quedo yo y no puedo hacer que mi pequeña se cure..

Mi voz se quebró con aquellas palabras pero necesitaba saber que la cuidarían si yo no podía hacerlo.

- Si ese malnacido de Paulus termina matándome de una paliza cuidad de ella por favor..

Respiré hondo y sin tardar más miré la ropa.

- Si quiere verme en pelotas no sé para que coño me va a hacer vestirme.. - Dije usando la agresividad para volver a escudar mis sentimientos. - Cualquier cosa porque no la haga daño a  ella..

Busqué ni vestirme como una puta ni vestirme como una mojigata. Así que elegí un vestido entre aquella ropa, uno que dejara bien remarcada mi figura y que le hiciera sonreir al ver su trofeo.

Tienes pelotas.- murmura el hombre impresionado por tu actitud y añade a modo de disculpa.- Estoy obligado a esto.

Te toma por el brazo y te lleva hasta la habitacion donde esta el. Es un comedor con una mesa bien sustida que hace gruñir tus tripas. El esta presidiendo la mesa. El hombre se retira a un gesto de la mano de Paulus y te quedas sola con el.

- Bienvenida a tu nueva casa, Cloe.- dice con aire majestuoso.- ¿has disfrutado de tu baño?

Dejé que me llevara hasta el comedor sin ninguna protesta, a fin de cuentas, nada de lo que me pudieran hacer me podría dañar tanto como lo que ya me habían hecho sin tan siquiera tocarme, los dolores físicos cicatrizan, los otros no.

Esperé de pie mirando a Paulus hasta que el hombre salió por la puerta y luego respondí a sus palabras, sin sonreir, pero a fin de cuentas respondí.

- El agua estaba buena, aunque había demasiadas manos en la bañera para mi gusto. - Respondí pues el mismo había dado la orden de que me lavaran. - ¿ Dónde he de sentarme? - No me moví del sitio, esperando que él mismo me lo indicara.

En la cabecera - dice Paulus divertido.- Veras Cloe, voy a explicarte las reglas del juego. Yo no voy a obligarte a nada, tu seras la que tenga que pensar cosas para satisfacerme porque depende de lo contento que me tengas sere bueno o malo con la niña. Es muy sencillo, tu me haces feliz y yo te hago feliz.

Puedes comer si quieres.- te dice señalandote la mesa.- A tu niñita no le gustaria que su mami se muriera de hambre.

Veras, Cloe. Yo quiero una familia.- te dice con sinceridad.- Quiero una mujer complaciente que se desviva por hacerme feliz, quiero hijos perfectos. Listos y fuertes que lleven mi apellido por cada rincon de este planeta. Tu puedes darme eso y si no puedes me guscare a otra. ¿Que me dices?¿Comprendes ya tu mision?

- Si eso es lo que quieres lo tendrás. - Dije tras hacer que pensaba unos instantes ya que no lo había hecho. Podría vivir en una mentira mientras supiera que mi hija estaba bien. Podría convertirme en la esposa mujer perfecta para un cerco y darle todo lo que quería si eso era necesario para que no la pasara nada.

- Eso sí, tendrás que darme unos días para que me adapte a mi nueva casa y apenas conozco el funcionamiento de este lugar aún.

Dichas estas palabras y esperando que le jodiera no verme sufrir por lo que había dicho me puse a comer, como bien había dicho, tenía una hija que necesitaba a su madre con vida.

Eso esta mejor...mucho mejor.- Afirma Paulus acercandose a ti y besandote. - No esperaba que lo entendieras tan rapido, debes querrer mucho a esa niña moribunda. Ahora, sin Erick al frente de los proyectos, la investigacion se parara y tu pequeña no llegara a ser una mujer, asi intenta ganarte el mayor tiempo posible a su lado.

- Está provocándote Cloe, busca la manera de que sepas que no bromea y pretende que le pegue tras sus palabras para demostrármelo.. - Cogí aire haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad, pues si saltaba en aquel momento sobre él le arrancaría la piel con mis propias uñas, pero no podía hacerlo e intenté relajarme. A mi mente vinieron las imágenes de la mañana que ella y Erick me trajeron el desayuno a la cama por primera vez y me sentí dichosa por haber podido sentirme tan feliz alguna vez.

- Lo que haga falta por ella.

Me puse en pie y esta vez fui yo la que se acercó a ese animal para besarle, pegando más que de sobra mi cuerpo al suyo y metiendo mi lengua en su boca como si de verdad me apeteciera hacerlo.

- Ya te he dicho que tendrás lo que quieres.