Partida Rol por web

En una fosa poco profunda

Jueves, 10 de junio de 2004. Oficina del sheriff del condado de Harrison

Cargando editor
27/12/2020, 03:33
Director

El sheriff Taylor condujo a los dos rangers al interior del modesto edificio destinado a la oficina del Sheriff del condado. A los agentes no se les escapó que la ventanilla de recepción estaba vacía en ese momento y que al jefe Taylor no pareció extrañarle. También pudieron percatarse que, entre el caos de papeles pegados en las paredes del recibidor, los nombres de los seis menores que constaban en el informe del caso aparecían, entre los de otras personas adolescentes y adultas, en sendos carteles de "DESAPARECIDO", junto a su fotografía, las mismas de su expediente.

El tiempo que habían pasado allí colgados podía conocerse por el color desvaído de la tinta impresa y porque algunos estaban semiocultos por anuncios más recientes. Particularmente sangrante era la situación de Samuel Tillman, el primer niño desaparecido cuatro años atrás, cuyo rostro risueño había sido cubierto en su mayoría por un póster del servicio de desatascos y limpieza de fosas sépticas de una empresa local.

Jason Taylor les cedió el paso amablemente y con sonrisa bobalicona para entrar en la sala principal. Aunque estaba vacía de alguaciles excepto uno sentado al fondo y con cara de muy pocos amigos, parecía ser testigo de una peculiar reunión. Sentados en el centro de la misma estaban una mujer afroamericana y un hombre blanco de considerable altura, ambos trajeados de negro a pesa del calor. Enfrente había una mujer blanca entrada en los sesenta, de figura voluminosa y cara compungida que, al ver aparecer al sheriff Taylor, se iluminó de alegría.

¿Qué demonios está pasando aquí? —inquirió el sheriff más sorprendido que enfadado—. ¿Quiénes son ustedes? ¡Señora Basset!, ¿qué cree que está haciendo ahí sentada?

Notas de juego

Son ustedes libres de intervenir desde ya.

Cargando editor
27/12/2020, 04:13
Adele Lewis

Adele fue consciente de haber cometido un error, sin embargo estuvo dispuesta a asumir las consecuencias del resultado. La secretaria podía ser muy escandalosa, pero la agente consideró que sería alguien que disfrutaba de los cotilleos del pueblo y podría ser útil para averiguar más información sobre la familia de la niña. Le había quedado una extraña sensación cuando la mujer había mencionado al padre de la chica desaparecida.

Mientras Max se encargaba de calmar los ánimos y que la conversación retomara al inicio, tres figuras entraban en el recinto. La agente se puso en pie, dirigiéndose a quien había hablado. -¿Sheriff Taylor? Soy la agente especial Adele Lewis, y él es el agente especial Maximiliam Jordan, de la Oficina Federal de Investigación.- Nuevamente volvió a mostrar su placa.

-Se nos envió para hablar con usted respecto a un caso que podría estar relacionado con una joven menor desaparecida este condado. ¿Podemos hablar?- Dijo, deteniendo un momento la mirada en los dos que acompañaban al hombre.

Notas de juego

Nota del director: Te he corregido lo de joven porque Theresa es una niña de 6 años. Llámame puntilloso, pero quería dejar claro que no es una joven.

Cargando editor
27/12/2020, 04:36
Maximiliam "Max" Jr. Jordan

Y las preguntas de Max no obtuvieron respuesta. De golpe vio como la cara de la mujer cambiaba por una de alegría al ver entrar a alguien por la puerta. El agente guardó los papeles y se puso en pie, dejando la taza de café de nuevo en la mesa que estaba a su lado y mantuvo la documentación en sus manos. Cuando el hombre que entró se puso a gritar, ya creyó estar en una casa de locos.

Max miró a Quentin, quiso preguntarle si esto era normal allí, pero visto que le estaba costando empatizar con el novato, optó por guardar silencio y caminar hacia su compañera y jefa. Cuando esta les presentó, sacó su placa identificativa y se la mostró al sheriff y depaso a quienes iban con él. Quizás los rangers de los que les habían hablado anteriormente.

Esta vez el rostro de Max se había vuelto serio. La sonrisa amable se había esfumado por completo al sentirse ahora de lleno en el caso. Las bromas ya quedarían para el petit comité que se formase. Ahora tocaba ver y tantear a todos. Ya habían tocado varios palos con la mujer mayor y el novato. Ahora tenían que vérselas con el sheriff y a ver si sabía algo de su visita.

Aunque de ser así, no se hubiese ido a buscar a los rangers. Se hubiese quedado en su oficina para lamerle los zapatos al FBI en cuanto llegasen y se hubiese encargado el novato de ir a recoger a la pareja. Max pasó su mirada por el agente de los ranger. Un repaso rápido para ver reacciones. Luego hizo lo mismo con la mujer. - Mierda, pelirroja... de esta charla no saldrá nada bueno.

Conocía el ímpetu y la soberbia de su ex y esperaba lo mismo de aquella mujer, quien trataría de interponerse ante la urgencia de quienes, con un par de llamadas por parte de Adele, podrían convertirse en sus superiores y quitarles el caso solo porque podían hacerlo. Fuese el que fuese.

- A ser posible a solas. - Añadió a las palabras de Adele. - Cuanto antes confirmemos esto, antes les dejaremos con sus asuntos. - Dijo con voz solemne al sheriff para que luego se le escapase una nueva mirada hacia la pelirroja que a penas duró unos segundos y miró a su compañero, para disimular un poco aquella acción.

Cargando editor
27/12/2020, 06:04
Director

Notas de juego

Moira y Scott pueden intervenir ahora (si quieren, claro), antes de proseguir el turno con la respuesta del sheriff Taylor.

Cargando editor
27/12/2020, 10:39
Moira Greenwrim

Teniendo en cuenta que Moira venía de un ambiente donde no dejaban de mirarla en el trabajo y murmurar a sus espaldas, ya fuera con una connotación positiva o negativa, a pesar de sentir la discreta mirada sobre ella o, una vez llegó al edificio, la del hombre que allí se encontraba, no correspondió a ninguna ni pareció importarle. Se dedicó a otear el interior, analizando brevemente a los allí presentes e intentando averiguar la escena que se hubiera dado antes de su llegada, aunque rápidamente dejó esa imagen de lado cuando pasaron al lado de los carteles de desaparecidos.

Contrastó los nombres que venían en los informes y averiguó que había más desapariciones aparte, obviando las de los adultos para centrarse en los adolescentes, un campo que, aunque dudara que tuviera que ver con los niños, sí que podría estar relacionado con la alumna y el profesor.

Sin embargo, una vez la extraña pareja se presentó como agentes del FBI, Moira arrugó el entrecejo en una aparente confusión mientras echaba una rápida mirada a su compañero Scott, preguntándose si él estaba al tanto de la situación.

Le hubiera gustado preguntar qué les traía en el lugar y el caso con el que estaban, pero imaginaba que habría una investigación detrás y un secreto de sumario que no podrían revelar, mismo código que tenían ellos en estos casos. Aun así el hecho de saber que podrían interponerse en las desapariciones que les habían asignado le hizo adelantarse, queriendo calmar esa duda.

Moira Greenwrim y Scott Bennet, Rangers de Texas.- Presentó de la firma forma la placa que llevaba en el bolsillo trasero de su pantalón, al menos la suya, antes de guardarla y girarse hacia el Sheriff.- ¿Habéis llamado a ambos departamentos para el mismo caso? - Le ofendía pensar que así fuera porque supondría la poca confianza que tendrían sobre ellos, pero sobre todo le molestaba que no hubieran dicho nada en todo el trayecto.

Cargando editor
27/12/2020, 11:47
Scott Bennet

Scott levantó la mano, no creyó necesario hacer más presentaciones. Se sentó en una silla y observó: el ambiente estaba tenso, no solo porque era obvio que la presencia de los del federales inesperada, algo había pasado antes en el despacho, la cara del agente del fondo lo decía todo. Repasó a los agentes del FBI. Se presentaron. Adele y Maximiliam. Ella parecía directa, franca. Él, asertivo, quizás un poco agresivo, quizás soberbio. Scott advirtió la segunda mirada de Max sobre Moira. Había en ella algo más que evaluación o análisis pero no supo detectar el qué. 

Ella, Adele, habló del caso que les había traído hasta aquí. Algo relacionado con la desaparición de una menor. ¿Una solo? Era raro pero apostaba diez dólares a que esa menor estaba en su lista de desaparecidas. Recordó los nombres. Si no se equivocaba, tenía que ser Theresa O’Hara o Ellenore Smith.  

Scott sabía que algo debía haber sucedido para que los federales hubieran ido hasta aquel agujero a meter las narices pero tenía pocos datos con los que trabajar una hipótesis así que cruzó las piernas, giró la cabeza, dio un repaso al resto del despacho fijándose en los detalles y esperó. 

Pronto lo averiguaría.

Cargando editor
28/12/2020, 04:39
Jason Taylor

El jefe Taylor aspiró una gran bocanada de aire y, aunque pareció por un momento que iba a explotar con algún exabrupto, la dejó escapar antes de contestar a la sargento Greenwrim:

Solamente solicité la ayuda de la policía estatal, ustedes —señaló con el dedo a los Rangers—. No obstante, debe ser que la Divina Providencia ha decidido apiadarse de este condado —ironizó sin mucho estilo.

Inició la marcha hacia su despacho expresando en su gesto aquella mueca de dolor que Moira y Scott habían descubierto como habitual en el veterano policía. 

Por favor, síganme a mi despacho —invitó a los cuatro agentes de la Ley. Una vez que estuvieron dentro cerró la puerta ante las narices del alguacil Reeves, que se había levantado y pretendía entrar con ellos.

La secretaria Basset se limitó a ponerse de pie y a agarrar el crucifijo con fuerza mientras los cuatro policías pasaban delante de ella.

Van a estar un poco apretados, les ruego que me disculpen. Somos una oficina del Sheriff bastante modesta, ¿saben? Marshall cuenta con su propio cuerpo de policía municipal y nosotros nos encargamos solamente de las áreas rurales del condado —se dejó caer en su silla y ofreció con un gesto de la mano el estrecho sofá y las dos sillas para que se sentaran los agentes. Continuaba manteniendo aquella expresión bovina y atormentada, pero el hombre trataba de mantener el control de la situación—. Como habrán podido comprobar no esperábamos su visita, agentes —se dirigió a los federales—. Han hablado de la desaparición de una menor —su vista se clavó en Moira Greenwrim mientras continuaba hablando con Adele y Max—. Bien, estos dos sargentos de los Rangers están aquí por un caso similar de modo que, si les parece bien, pueden explicarme ahora con más detalle qué les trae hasta mi jurisdicción o esperar fuera a que termine de atender a la policía de Texas.

Cargando editor
28/12/2020, 12:32
Adele Lewis

Al comentario de que estarían algo apretados Adele alzó una ceja, sabiendo que en comparación a los presentes su figura ocupaba un poco más de espacio. Volvió a mirar a los dos Rangers, y luego a Max, entendiendo con una mirada de que no estaría muy cómodo con exponer el tema con aquellos dos miembros de otro departamento presente. La agente Lewis en cambio era más pragmática, y lo cierto era que mientras más pronto discutieran la razón por la que estaban allí, más pronto podrían continuar con su trabajo.

-Agente Jordan, la carpeta, por favor.- Pidió a Max, y luego se dirigió hacia el Seriff Taylor. -Hace nueve días fueron encontrados los restos de una persona en la Isla de Tar. Según los análisis, los restos corresponden a un individuo de sexo femenino, posiblemente caucásica, y de edad aproximada entre cinco y siete años. También se concluyó que el cuerpo llevaba en ese lugar al menos dos años, aproximadamente.- Fue sacando los papeles de la carpeta y exponiéndolos ordenadamente sobre la mesa. -Por medio de la base de datos de personas desaparecidas se dio la coincidencia con el caso de la niña Theresa O'Hara. Se nos ha enviado con la intención de comparar datos y poder confirmar si, en efecto, se tratan de la misma persona.-

Era un resumen del caso, y de momento se contuvo de hacer comentarios sobre el pésimo trabajo que se había realizado para la recuperación del cuerpo y su análisis. Miró a Max por si quería agregar alguna cosa a lo expuesto.

Cargando editor
28/12/2020, 13:01
Maximiliam "Max" Jr. Jordan

Max entró en el despacho y cuando escuchó la proposición del sheriff apretó el puño con fuerza. - Por capullos como este Rachel jamás volvió a casa. - Fue lo primero que le vino a la cabeza. Además, un tema federal no era para hablarlo con los rangers delante, pero estaban claras las preferencias de aquel hombre. Prefería a los vaqueros antes que al FBI. - Como en todos lados, no les gusta que les dejemos con el culo al aire como pasa siempre. - Se dijo a sí mismo.

Iba a invitar a que hablase con los rangers con ellos delante, puesto que si los federales podían hablar, según él, de un caso delante de los rangers, se podía hacer a la contra sin problemas. De hecho, Max estaba tan tenso que ni se sentó cuando se le invitó tras aquellas palabras del capullo del sheriff. Porque eso era. Ni más ni menos. Pero no le correspondía a él decir nada y fue Adele quien se encargó, mirándola con sorpresa al ver que hablaba sin tapujos sobre el caso.

- Pues nada, información clasificada regalada a los rangers. Ahora nos mandarán a tomar café  mientras hablan de lo suyo. - Pensó visiblemente enfadado y no se resistió a entregarle la carpeta a Adele. Era más, estaba dispuesto a marcharse por la puerta. Aquel caso no era más que cagada tras cagada y para comprobar el ADN no les hacía falta nada ni nadie. Debieron mandar a Summers y a Smith para esto.

Cuando Adele le miró, se dio cuenta de que no estaba para nada de acuerdo con ella. Pero no iba a soltar prenda ni a decir nada al respecto ni sobre el caso. Era asunto federal, los rangers sobraban y punto.

De hecho, Max tenía cada vez más claro que aquel caso les sobraba. Si no eran capaces de entenderse con sus vecinos que llamasen a un consejero no al FBI. Más aún cuando en un lado tenían el posible cuerpo de la niña desaparecida del condado vecino y ambos querrían cerrar el caso.

Max, con cara de pocos amigos, se apoyó al fondo de la sala, en la pared y cruzó los brazos, esperando la reacción de aquel sheriff que no entendía como había llegado hasta ese puesto. Aunque viendo como iban las cosas por allí, tampoco era tan sorprendente.

Cargando editor
28/12/2020, 18:46
Scott Bennet

Scott miró a Moira, esperaba que ella tomara la iniciativa en la conversación. Cuando trataba con desconocidos, él se sentía mucho más cómodo estando a la expectativa, observando, analizando.

Sin embargo, Moira no dijo nada.

-Ejem- carraspeó, las miradas se centraron en él, Scott lo notó. Eso le perturbó. Tragó saliva, intentó recomponerse.

-La agente Greenwrim y yo estamos aquí para resolver una serie de desapariciones. Seis menores, todos desaparecidos entre las localidades de  Karnack y Uncertain, entre octubre del año 2000 y marzo del 2003.-

Scott sacó una libreta del bolsillo de la chaqueta, la abrió, continuó hablando

-Theresa O'Hara está en nuestra lista. Fecha de desaparición, 17 de junio de 2002. Hace dos años.-

-Si los restos coinciden, me temo que no tardarán en aparecer más cadáveres.-

-Todos sabemos lo que eso implica. El caso saltará a las portadas de periódicos, puede que a la televisión. La gente se asustará, cundirá el pánico. Cientos de llamadas colapsando la centralita de la oficina del sheriif con nombres de sospechosos, con matrículas de coches sospechosos... 

Hizo una pausa, se mojó los labios

-Los políticos querrán pescar votos, aparecer en la foto, querrán resultados, un culpable. Para obtenerlo presionarán a nuestros superiores y ellos a nosotros.-

Scott se recostó sobre la pared

-Dejémonos de cháchara y bravatas. Todos aquí somos profesionales. Hagamos nuestro trabajo: Comprobemos los hechos, veamos si los restos aparecidos en la isla de Tar son los de Theresa O'Hara, luego informemos a los superiores y que ellos decidan-

Cargando editor
28/12/2020, 19:38
Moira Greenwrim

Teniendo en cuenta que habían hecho un viaje en avión y pasó casi todo el tiempo sentada en el cómodo sillón, una vez entró en el despacho prefería optar por la opción de quedarse de pie estirando las piernas aunque, una vez todos estuvieron colocados, disimuladamente se quitó la chaqueta que bien podría simbolizar una forma de ponerse seria aunque, en realidad, era porque estaba muriéndose de calor. Dejó la chaqueta sobre una de las sillas vacías mientras escuchaba a la mujer de tez oscura tomar la iniciativa, arrugando el entrecejo una vez escuchó uno de los nombres de la lista.

¿Puedo? – Preguntó por cortesía, aunque teniendo en cuenta que ella misma los estaba desplegando sobre la mesa, se acercó para ojear los papeles, comprobando así todo lo que decían. Sin embargo, una vez escuchó la voz de su compañero, fue la propia Moira quien corroboró sus palabras extendiendo ella también el informe que el Sheriff les había escrito, señalando el nombre de Theresa O’Hara.- Si la prensa tuviera noticia, nos hubieran recibido ellos en vez del Sheriff. Pero sí, no tenemos demasiado tiempo hasta que eso ocurra.- Se volteó para mirar la puerta del despacho, cerrándola si estaba abierta para tener un poco de intimidad. No conocía a las personas que estaban allí fuera esperando y, por supuesto, no conocía a ninguno de los presentes, pero las filtraciones estaban en la orden del día.- Comencemos con asegurarnos de que se trata de O’hara. Mientras tanto para no perder tiempo, ¿sería posible tener una copia de todas las desapariciones de menores de 18 desde 1999 hasta día de hoy? Sospechosos, últimos lugares donde se vieron, cualquier cosa. Sobre todo me interesa saber si se hicieron batidas de búsqueda y quienes participaron si tienen esos datos.– Se adelantó para pedirlo ya que llevaría un buen tiempo de recolección de datos antes de mirar a su compañero Scott. No hacía falta ser un lince ni preguntar para saber que ambos tenían la misma sincronía que el aceite y el agua.- No hay nada que decidir. Aunque encontremos a Theresa O’Hara seguimos teniendo una lista de desaparecidos que atender.- Si creía que iba a dejar el caso en manos del FBI es que no la conocían lo suficiente. Podían tener la “custodia” de ese punto, pero ellos tenían el cómputo global del caso y se aseguraría de hacer su trabajo, al fin y al cabo era el único pase que le quedaba para dejar de ser la “hija de papá”.

Cargando editor
28/12/2020, 20:04
Maximiliam "Max" Jr. Jordan

Las cosas tomaron otro color cuando el ranger habló y mencionó más niños desaparecidos. Si Theresa estaba muerta y había desaparecido en el 2002, seguramente los previos a ella también lo estuvieran. Pero claro, había que confirmar que era esa niña y no otra pues después de tantas cagadas en el caso, hasta podía ser otra niña y Theresa seguir viva. Pero quizás lo más importante para Max era dar con todos ellos, vivos o no y que sus padres tuviesen la paz que el no tenía desde que Rachel desapareció. Ese fue el motivo que le impulsó moverse hacia el frente y ver como la pelirroja manoseaba los papeles que se suponía que no debía ver, lo que hizo el resto.

- ¿Podría ver el listado de los chicos desaparecidos y sus fechas? - Preguntó serio al hombre y miró al sheriff. Uno u otro, le daban igual... Esperaba ver el nombre de otra niña que hubiese desaparecido antes que Theresa y que pudiese coincidir también con los restos encontrados. Eso daría más posibilidades de encontrar a los chicos vivos que hubiesen desaparecido antes del 2002.

Evitó entrar en el tema de la prensa. Lo conocía demasiado bien y que se metiesen en ello solo perjudicaría todo. Ya no por las llamadas con los intentos de colaboración, sino porque el sujeto podría querer buscar más fama y reconocimento y actuar más amenudo. Nunca se sabía que buscaban hasta que se le atrapaba. Algunos simplemente recuperar a su hijo perdido, secuestrando a otro... otros... prefería no pensar en esos monstruos ahora.

- No se preocupe. En cuanto tengamos los datos del ADN del cuerpo y sepamos de quien se trata, se lo haremos saber. - Respondió Max a la mujer pelirroja con una leve sonrisa. Pelirroja... no se fiaba de ella. Era una estupidez, pero después de Lisa, para Max las pelirrojas no eran de fiar y veía en ella demasiada ambición. - E insisto, me gustaría ver esa lista. Quienes llevaron el caso antes que nosotros no hiceron las cosas como debieron y me gustaría asegurarme que en ella no hay más niñas que pudiesen coincidir con los datos, de los cuales no me fío, del cuerpo de la pequeña... o más bien su esqueleto.

En ese momento Max se giró hacia Adele. - ¿Ya estaba todo tramitado para que llevasen las pruebas del caso a la oficina de Shreveport y repetir el análisis forense y todo lo demás en nuestras instalaciones, verdad jefa?

La mirada de Jordan hacia Adele se lo decía todo. Diez años juntos daban para mucho. Si ellos no colaboraban por las buenas, Max estaba dispuesto a recoger todos los papeles de la mesa y esperar fuera para seguir con su caso sin la interferencia de los Rangers, puesto que la pelirroja ya había toquiteado y mirado demasiado.

Ahora que sabía que podían ser los restos de otra niña y que quizás podrían encontrar más en aquella isla, si aquella pareja no colaboraba, trabajaría como siempre: el caso ya no de Theresa O'Hara, sino de todas las niñas secuestras estaban bajo su custodia hasta que se determinase quien era ese cuerpo. Tenía suficiente potestad como para ir en busca de más restos a la isla de Tar y si aparecía un solo cuerpo de un niño... pelear por el caso, porque ahora si se harían las cosas bien y dejar fuera a los rangers por no tener jurisdicción fuera de Texas.

Eso lo sabía Adele y se lo debían imaginar los Rangers también. Decir en la oficina que no era solo un caso de una menor, sino que eran de varias, podría equilibrar perfectamente la balanza a favor del FBI, sobre todo si el caso era lo suficientemente mediático al final para el chupatintas de turno. Y un loco que secuestra niños llamaría demasiado a los medios.

A malas, podían incautar todos los expedientes de las niñas desaparecidas y no devolverlos hasta terminar con la investigación, frenando por completo la investigación de los Rangers. Y como no querían compartir información, pues no se sentiría mal por no compartir la que obtuvise con ellos hasta acabar con el caso.

Cargando editor
29/12/2020, 06:37
Scott Bennet

Scott asintió, cogió su bolígrafo de la chaqueta y rodeó con un círculo el nombre de Theresa O’Hara en su libreta. Luego se levantó y se la pasó a Max. En la hoja había una relación de nombres, todos ellos escritos a mano, la letra era neutra, imitaba la impresión y forma de una máquina de escribir. Demasiado mecánica para sacar conclusiones caligráficas sobre la personalidad de Scott.  

   - Samuel Tillman (varón, blanco, 6 años, natural de Uncertain, condado de Harrison). Desaparecido de su domicilio el miércoles 18 de octubre de 2000 a las 15:45 aprox.

   - David Blansky (varón, blanco, 5 años, natural de Karnack, condado de Harrison). Desaparecido en un centro comercial el miércoles 20 de diciembre de 2000 a las 18:00 aprox.

   - Trisha Windwood (mujer, negra, 8 años, natural de Karnack, condado de Harrison). Desaparecida tras la salida del colegio el sábado 16 de diciembre de 2001 a las 14:30 aprox.

   - Olegario Fuentes (varón, hispano, 4 años, natural de Uncertain, condado de Harrison). Desaparecido el 18 de marzo de 2002.

   - Theresa O’Hara (mujer, blanca, 6 años, natural de Uncertain, condado de Harrison). Desaparecida el 17 de junio de 2002.

   - Ellenore Smith (mujer, blanca, 2 años, natural de Karnack, condado de Harrison). Desaparecida el 22 de marzo de 2003.

La agente Greenwrim y yo nos percatamos que en la lista que nos facilitaron nuestros superiores faltan datos. Faltan los lugares en los que desaparecieron los tres ultimos menores.

Entre ellos, Theresa O´Hara Scott se giró ahora hacia el sheriff. 

Supongo que usted puede ayudarnos en eso

Cargando editor
29/12/2020, 11:46
Jason Taylor

El jefe Taylor se cubrió la cara y los ojos con ambas manos que luego subió hasta su cabeza calva, como si toda aquella información le hubiera producido de repente un intenso dolor de cabeza. Miraba a los cuatro agentes de la Ley valorando a quién de ellos dirigirse. Finalmente se detuvo en Scott Bennet que mostraba aparentemente un aire menos hostil que el resto.

Pueden consultar nuestros archivos. Los seis casos que figuran en su expediente están aquí —sin levantarse de su silla, Taylor abrió el mueble archivador que quedaba a su derecha y extrajo seis carpetas lastimosamente delgadas—. Me he encargado personalmente de ellos y puedo adelantarles mis conclusiones: no hubo testigos en ninguna desaparición; no son los únicos casos de similares características, pues me consta que el condado de Marion también figuran denuncias sobre desapariciones de niños y es vital detener e interrogar al profesor Richard Matteis de la escuela de enseñanza primaria de Jefferson en el condado vecino, porque ese tipo tiene antecedentes de conducta violenta y una denuncia por posible intento de agresión sexual a una menor. ¿Quieren investigar todas las desapariciones de este condado? —prosiguió dirigiéndose a la sargento Greenwrim—. Adelante, la señora Basset les acompañará a nuestro archivo.

Se puso en pie trabajosamente y torciendo el gesto como acostumbraba. Se pasó un dedo por el cuello cerrado de la camisa notando que le faltaba el aire. Agarró el informe del FBI con la otra mano y leyó en diagonal para centrarse en la parte final. Levantó la vista hacia la agente Lewis sin poder ocultar su disgusto por lo que juzgaba como la prepotencia natural de los federales.

En cuanto a ustedes, veo que tienen orden de tomar muestra de ADN de los padres de la pequeña Theresa y de registrar su domicilio. No me opongo a ello, al contrario: si lo estiman oportuno yo mismo les acompañaré hasta su vivienda.

Cargando editor
29/12/2020, 17:50
Adele Lewis

Adele podía ver que Max no se sentía cómodo teniendo que hablar frente a los otros dos agentes, pero agradeció que no dejara la habitación. En momentos así era cuando más unidos debían mostrarse, pues por la mirada que le dedicaba el Sheriff entendía que no eran precisamente bienvenidos en el lugar, posiblemente no sólo por el departamento al que representaban. Al menos a diferencia de la secretaria, el hombre se había dirigido a la agente, más no de manera agradable. Cuando la Ranger pidió poder ver los papeles, Adele le hizo una seña en dirección a la mesa, y prestó atención a los datos que los otros dos tenían respecto a su caso. Tomó aire profundamente: si el caso de los restos coincidían efectivamente con los de la niña, significaba que sus casos estaban conectados.

Pero un paso a la vez. Dejó que revisara las listas proporcionadas por el agente Bennet, y asintió hacia su compañero, señalando los papeles que volvió a recoger de la mesa. -Efectivamente.- La manera en que el Sheriff Taylor los despachaba con poco más que "pueden ir a hacer lo que vinieron a hacer" hizo que Adele levantara una ceja en su dirección. Lo lamentaba por Max, que había querido evitar dar falsas esperanzas a la familia O'Hara, pero tal como había dicho la agente en la carretera, era algo que iban a tener que hacer, y viendo la actitud del Sheriff, casi hubiera preferido ir directamente al hogar de la familia en vez de presentarse allí. Pero había que cumplir con las formalidades. -Un rostro familiar puede ayudar a que la familia esté más dispuesta a colaborar, por tanto sí considero oportuno que nos acompañe, Sheriff.- Dijo finalmente. Max también era bueno para tratar con desconocidos y lograr una conexión empática con ellos, pero ya que el hombre se estaba ofreciendo a llevarles, no estaría mal que ayudara a allanarles el camino.

Cargando editor
30/12/2020, 07:13
Scott Bennet

-Disculpen, disculpen.- Se atuso el pelo con la mano derecha. Scott se sentía incómodo, abrumado. Demasiadas cosas se sucedían a su alrededor. No tenía tiempo para analizar todo. Se centro en un hecho. Era evidente que: Adele cedía para contrarrestar la hostilidad de Max. No solo llevaban tiempo trabajando juntos, se llevaban bien.

-No pueden hacer un registro en el domicilio de los O´Hara sin estar nosotros presentes. Hasta que se confirme que los restos son los de la pequeña Theresa , este no es su caso.-

-Es el nuestro.-

-Se me ocurren dos opciones: una, vamos con ustedes. Nos centramos en la desaparición. No es necesario dar malas noticias a los padres hasta que se confirme la muerte de la pequeña, hacemos el registro del domicilio y ustedes toman sus muestras de ADN.-

-O, dos, van ustedes con el sheriff y toman la muestra por su cuenta y luego nos informan de los resultados-

-Pero no hay registro sin estar nosotros presentes.-  

Cargando editor
30/12/2020, 07:46
Moira Greenwrim

No fue hasta que el Sheriff mostró en público su exasperación que Moira se dio cuenta de que cada uno de los presentes estaba tirando de un lado distinto, posiblemente cargando sobre sus hombros el peso de un caso complicado con distintas vertientes y que todos querían adjudicarse. Por eso, cuando se dirigió a ella, intentó relajar los hombros y la actitud al haber estado demasiado “agresiva”, pagando con el pobre hombre parte del trayecto, para dedicarle una pequeña sonrisa.

Nosotros nos encargamos, no se preocupe. Gracias.- Sin duda le tocaría largas noches de lectura entre archivos antiguos y expedientes, algo que agradecía ya que, los primeros días después de separarse de su hijo, lo más seguro es que le costaría conciliar el sueño.

Justamente cuando pensaba en él, los agentes del FBI hablaban de registrar el hogar de los O’Hara, sorprendiéndose siquiera de que fueran a asustar a unos padres que habían perdido a su hija con unos restos que no eran seguros que fueran suyos. El pensarlo le provocó un nudo en la garganta que, por suerte, Scott supo responder, estando completamente de acuerdo en cada una de sus palabras.

“Dado el carácter interestatal del caso si se confirmara que se tratan de los restos óseos de Theresa O’Hara, se requiere la intervención de la División del FBI de Nueva Orleans” – Leyó en voz alta el principio de uno de los párrafos del expediente del FBI, queriendo apoyar las palabras de su compañero.- Estamos hablando de una niña desaparecida hace dos años y unos padres posiblemente destrozados que, a día de hoy, apuesto a que siguen esperando a que Theresa O’Hara cruce la puerta de casa.- Pensar en ello le provocaba un amasijo de sensaciones desagradables por dentro, no queriendo estar nunca en esa posición. Es más, Scott podía percatarse de que ya no hablaba como una Ranger, sino como una madre, aunque eso mostrara parte de su inexperiencia en los casos al ser más joven que el resto.- Es cruel quitarles toda esperanza sin estar seguros, nadie merece recibir esa noticia.

La primera opción es la más adecuada para todos.- Y con “todos” no se refería solo a ambos departamentos, sino también a los O’Hara.

Cargando editor
30/12/2020, 14:22
Maximiliam "Max" Jr. Jordan

Mientras el sheriff hablaba, haciéndose el interesante y el preocupado, Max revisó el listado que el Ranger le había pasado. Lo miró una y otra vez para luego alzar la cabeza y mirar a la pelirroja. - Felicidades. Ha hecho usted muy bien pidiendo el resto de desapariones. - Le indicó a la mujer con sinceridad, dejando por los suelos la estúpida actitud del sheriff.

- Este sujeto sigue un patron. - Puso el papel sobre la mesa y fue señalando las fechas de los secuestros. - Supuesto primer desaparecido, 18 de octubre de 2000, casi tres meses después desaparece el segundo niño. Luego hay un vacío de cerca de un año, o bien estuvo acechando por otra zona, o en la cárcel, ingresado en un hospital... el caso es que el 16 de diciembre del 2001 vuelve a las andadas, tres meses después, desaparece Olegario Fuentes y aquí ya sale otro dato relevante. Se hace invisible... porque a partir de este niño ya no salen los lugares donde se les ve por última vez ni las horas de las desapariciones. - Miró a Greenwrim y le guiñó un ojo cómplice dejando una leve sonrisa en sus labios para continuar hablando a continuación.

- Tres meses después, se repite con Theresa y nuevamente desaparece, seguramente cogiendo niños en otros lugares para reaparecer algo más de 10 meses después y llevarse a Ellenore Smith. - Al ver la edad de la niña, el rostro de Max se descompuso y aquella especie de entusiasmo que demostró en su exposición se esfumó de golpe. Ver que podía ser su hija le afectó anímicamente y a pesar de querer ocultarlo quedó claro que no pudo hacerlo con su nuevo tono de voz más apagado.

- Para desaparecer durante 16 meses. Dudo que ninguno de esos niños esté vivo. Con suerte, Ellenore si lo siga estando. Al ser la más pequeña de todos, se habrá podido hacer al secuestrador como si fuese su padre y crear lazos afectivos entre ambos. Es demasiado tiempo para que no haya vuelto a actuar por la zona... si la tiene sumisa en casa, no necesitará a ningún otro niño hasta que empiece a desarollarse...

Entonces miró los papeles del profesor de primaria evitando así mirar a nadie a los ojos. No quería que viesen que se le habían saltado las lágrimas al recordar a su hija desaparecida y continuó con la exposición. - Si la adolescente puso una denuncia, no se porqué no se ha tramitado ya y se ha investigado. Este no es el hombre que buscamos... perdón... buscan. El sujeto que buscan quiere a niños y niñas sin desarrollar aún. A partir de los 14 años de media, los cuerpos ya han cambiado y no son de niños. Además, de ser él, se la hubiese llevado, hubiera abusado de ella y no se encontraría el cuerpo, como el del resto de niños. No. El profesor podrá o no abusar de una menor, pero no es quien está haciendo esto. - Dijo señalando la foto del esqueleto de la supuesta Theresa.

- Así que esa denuncia y ese hombre no van con este caso. Además, es fácil comprobar desde que año lleva ese hombre viviendo y dando clases en la zona y compararlo con las desapariciones de los niños. Y si el colegio lleva un buen registro de las entradas y salidas de los profesores, se podrá comprobar por los primeros niños si tuvo coartada firme o no en esos días donde tenemos lugar y hora... perdón... tienen. Me resulta demasiado fácil involucrarme en casos de niños tan pequeños desaparecidos. Lo lamento, se que no es nuestro caso. - Se disculpó ante los Rangers. - Se que solo nos concierne Theresa O'Hara, pero es que... - Los ojos de Max brillaron con odio. Había mucho personal en aquello y su cuerpo se tensó de nuevo. Adele sabía lo que Max estaba sufriendo en aquel momento.

Las palabras de Bennett sobre el caso hicieron que Max le mirase con un extraño gesto en su rostro. - ¿Sabe? Es curioso. Sobre la mesa está toda la documentación donde dice que el caso de Theresa O'Hara es nuestro y esos papeles quedan por encima de los suyos y lo sabe perfectamente, así que déjese de quejas de niño pequeño. Por ahora nadie ha dicho que se vaya a registrar nada a pesar de que nosotros, el FBI somos los únicos que tenemos esa orden de registro, no los rangers. - Los ojos de Max se clavaron en Adele.

- Antes de entrar así y crear más dolor, prefiero que confirmemos que es Theresa O'Hara. Luego si consideraré que será necesario invadir su intimidad y levantar la costra de sus heridas. Pero hasta entonces... no quiero hacer más daño del prescindible. Ya sabe como soy, jefa.

Luego se giró hacia los rangers. Miró primero a Bennett, pero tras su actitud y su impertinencia, prefirió mirar a la pelirroja. Además, era más agradable a la vista que su compañero. - Y si se confirma que es Theresa O'Hara y si mi superior aquí presente lo considera correcto y oportuno, no me opondré a que, por un acto de cordialidad hacia los Rangers y colaboración con su caso, nos acompañen no solo a preguntar a la familia por el día de la desaparición y así no tener que hacerles pasar dos veces seguidas por lo mismo, sino que podrán venir al registro domiciliario, siempre que entiendan que es nuestra juristricción y nuestra orden, lo que quiere decir que podrán ver, pero no tocar y cuatro ojos más siempre vienen mejor.

» Pero que quede claro que esto último es como favor, pues me gustaría que se atrapase a ese malnacido. No por la diplomática petición de su compañero. Si fuese por ella, no les permitiría ni cruzar el umbral de la puerta. Aunque la última palabra la tiene la agente Lewis, que para eso es mi superior. - Max se giró hacia su superiora. - ¿Cree que podrá conseguir que una partida de perros examine la isla de Tar en busca de más cuerpos? Quizás no sea el de Theresa el que se encuentre allí... si encontró un lugar tranquilo y cómodo donde dejarlos, al otro lado de la frontera, puede que podamos más descanso a algún padre más. - Le dijo con tono calmado a Adele. Ella sabía perfectamente por donde iba Max. Quería para esos padres lo que él no tuvo ni tenía.

La seguridad y certeza de donde estaba su hija y que fue de ella.

Cargando editor
30/12/2020, 15:03
Adele Lewis

La mirada de Adele cayó primero en el Ranger Bennet, alzando ambas cejas ante sus palabras. Luego escuchó tanto a la Ranger Greenwrim y finalmente a Max, quién parecía haber hecho una conexión entre los niños desaparecidos. La agente suspiró por lo bajo, Max estaba ya involucrándose en el caso que había traído a los Rangers hasta aquí, era como un perro sabueso que una vez identificaba una pista no se soltaba de ella, incluso si tenía que usar uñas y garras. La mujer afrodecendiente decidió tomar la palabra.

-Agente Bennet, la única razón por la cual aceptaría que tanto usted como su compañera nos acompañaran sería para evitar tener que hacer pasar a la familia O'Hara por dos interrogaciones distintas en tan poco tiempo. Ahora bien, aunque el caso de Theresa O'Hara se encuentra entre las víctimas de su investigación, ella no es su prioridad. En cambio, si es la nuestra. De ustedes queda decidir si aprovecharán venir con nosotros o si en cambio deciden continuar su investigación de las otras víctimas antes de centrarse en Theresa.- Luego miró tanto a la Ranger como a Max, pero en especial se detuvo en el último. -Entiendo que quieran evitarle molestias a la familia, o no quieran darles falsas esperanzas. Pero el único modo que tenemos de confirmar si la víctima es en efecto Theresa es recolectando las muestras de ADN, y para ello tendremos que explicar a la familia el por qué de este paso. Si hubiera otro modo de obtener confirmación de que es la misma niña sin hacer esta visita, pueden creerme, tomaría esa opción.-

A la última pregunta de Max, se dirigió específicamente a él. -Una vez que sepamos si se trata de Theresa O'Hara, se puede llevar a cabo los papeleos pertinentes para investigar la isla y aledaños. Pero de momento centrémonos en lo que tenemos a la mano.-

Volvió a mirar a todos los allí presentes, incluso al Sheriff que de algún modo había quedado apartado en esa conversación. -¿Algo más que quieran aclarar? Porque me gustaría tomar las muestras para descartar o confirmar si se trata de Theresa O'Hara lo más pronto posible. Además, alguien me debe una hamburguesa grasienta esta noche.- Sonrió levemente de lado.

Cargando editor
31/12/2020, 07:33
Scott Bennet

-Sí. Hay algo más que aclarar -

Scott ignoró a propósito a Adele. Sabía que ella era la entropía, el orden, en aquella pareja. El contramaestre de aquel barco. Buscó con la mirada a Max. Él era quien le interesaba: Era el caos, la hostilidad, el rencor. Él era el mismísimo capitán Ahab, quien dirigía el timón pero ¿Cuál era su obsesión? ¿Su Moby Dick personal?  

Scott repitió de memoria

-"Dado el carácter interestatal del caso si se confirmara que se tratan de los restos óseos de Theresa O’Hara, se requiere la intervención de la División del FBI de Nueva Orleans"-

- Insisto.- añadió

-Hasta que no se confirme que los restos encontrados en la isla de Tar son los de Theresa O´Hara, su desaparición no le concierne. No es su caso. Es el nuestro.- Scott siguió con la provocación y habló en singular, refiriéndose solo a Max. Al capitán. Como si Adele no estuviera allí

-No necesitamos su permiso para para entrevistarnos con sus padres, ni para registrar el domicilio de una menor cuya desaparición se nos ha asignado oficialmente.-