Partida Rol por web

El doctor estaba junto a Joe cuando este es alcanzado por un balazo de Jose. Interiormente da gracias a Santa Lupita porque su compatriota haya canalizado su rabia hacia Joe y no hacia el. Pero no podía arriesgarse a que el fuese el siguiente. Tenía que hacer que Jose siguiese concentrado en Joe.

Santa chingada… ¡Este pendejo sigue vivo!- comenta señalando con la cabeza hacia el lugar que había aterrizado Joe, mientras poco a poco se escabulle hacia la pared.

Alfonso intenta aprovechar la confusión que había creado el disparo de Jose, y mientras estos dos andaban cada uno preocupado del otro, el doctor intenta acercarse a la pequeña portezuela trasera que escondía tras el aparataje del quirófano, para escapar de ahí.

Hijo de puta!

Joe entiende perfectamente el español y la jugada que el matasanos quiere hacerle...

Nadie hace caso a Andy. Nunca ha sido demasiado importante, especialmente en entornos en los que hay armas de por medio. Siendo del barrio de donde era, eso significaba que rara vez alguien le prestaba atención.

Sus preguntas sobre su hermana Luisa nunca tuvieron respuesta, y el chico tuvo que asimilar por sí mismo el hecho que estaba ante sus narices. Mientras Jose había dedicado a dispararle a Joe, Andy había mirado a su espalda y, entre muchos bultos y más allá de una puerta entreabierta pudo ver el cuerpo sin vida de su hermana. La presencia de su sobrino apenas servía para suavizar el sabor de lo que sintió bajar por su garganta.

Nadie fue testigo de todo esto porque a nadie le importaba, a nadie le parecía importante, pero para cuando volvieron a mirar a Andy, el jovencito chicano había cobrado de repente importancia.

La mochila que había cargado durante todo el día estaba en el suelo, abierta y tirada, mostrando unos libros. En las manos, el adolescente tiene una pistola semiautomática muy parecida a la que acaba de sacar Jose. Luisa se la había dado antes de salir de viaje y Andy había cargado con ella todo el día. No había sabido qué esperaba su hermana que hiciera con ella, pero ahora empezaba a tenerlo claro.

Apuntando directamente hacia Joe, y luego hacia el "doctor" antes de volver a encañonar al matón, Andy habla.

Luisa está muerta, chingón hijoputa.

Sus palabras se dirigen a Jose.

Por tu culpa está aquí, mamón. La metiste en tu mundo de mierda.

Su rabia verbal se dirige hacia Jose, pero la pistola sigue apuntando al doctor Alfonso que aún está manchado con la sangre de su hermana. Aunque culpe a Jose por lo pasado no es capaz de dirigir hacia él la pistola, y mucho menos apuntarle. Sabe que quería a Luisa. Andy no sería capaz de hacer daño a Jose, igual que él nunca le habría hecho daño intencionado a su hermana.

Respecto a los desconocidos, sin embargo, sabe mucho menos, y cada fibra de su alma comienza a odiar al supuesto cirujano que, sucio y ensangrentado como está, más bien parece un carnicero. El aparentemente inofensivo Andy parece odiar lo suficiente para disparar el arma, si es que sabe hacerlo.

¿Por qué? le pregunta al "médico" ¿por qué está muerta mi hermana?

Andy por fin explota. La presión ha sido excesiva y la violencia desatada le lleva a perder el control que suele tener sobre sus sentimientos.

Y finalmente carga sus tintas sobre todos y cada uno de la sala. En primer lugar sobre el padre de su sobrina recién nacida; después contra el resto de desconocidos y finalmente sobre el doctor.

Y entonces se da cuenta de que el doctor no está ahí. Sin más el doctor ha desaparecido de la vista de todos aprovechando el momento de máxima tensión como si de fuera el mismo Houdini.

Abres la portezuela que hay en la parte trasera del granero. Por suerte para ti, parece que no te ha visto salir absolutamente nada. Ahora mismo estás metido en el hueco que hay entre el exterior y la falsa pared del granero.

Joe está en posición de ve al doctor. Las preguntas formuladas por Andy merecen una respuesta. El chico va armado, y parece dispuesto a todo. La experiencia le dice a Joe que el silencio por parte del matasanos es debido a dos cosas: se ha meado encima de miedo o el hijoputa piensa darse el piro...

La situación se torna compleja. Sin el cirujano en la escena, la violencia de Andy puede acabar centralizada en su persona...

Pero tampoco puedo permitir que ese perro se vaya de rositas...