Partida Rol por web

Entre el conocimiento y la fe (HLCN)

Un rincón en el Cielo

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08/04/2013, 20:16
Muerta 11: Isabel "La rubita" Tormes

quien os ha asesinado...

 

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08/04/2013, 20:34
Muerto 25: “Ocho dedos” Jack el Galeno inglés

Notas de juego

Gracias por la bienvenida a los que nos habeis escrito luego (entre hoy y mañana) os posteo XDDDDD

Rubita homicida:
quien os ha asesinado...

Eso... ¿es una broma? =____o'

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08/04/2013, 22:30
Máster

Algo ocurre y el Hermano Leovigildo es llamado nuevamente con los vivos. Extrañamente desaparece de la escena.

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10/04/2013, 15:21
Muerto 25: “Ocho dedos” Jack el Galeno inglés

El Galeno y su bella y joven amada habían trazado un plan para huir del pueblo, de su padre, de aleatorias votaciones, de inimaginables torturas. Un plan para alejarse de la locura y vivir felices para siempre. No era un mal plan, pero por desgracia el destino tenía otro.

Desconociendo e ignorando lo que en el pueblo sucedía y la sombra creciente que lo ensombrecía se habían alejado colina arriba antes que el sol asomase el primer rayo rojo del día. Apurando sus energías habían cruzado raudos el río y se habían camuflado entre la espesura, esperando que cada paso más les acercase a su salvación. No podían estar más equivocados pues tras horas de prisas y obstáculos en que la joven casi le fallaron las fuerzas, (pues no olvidemos que Jack era un antiguo corsario y ella una noble de buena cuna) y solo azuzada por los ánimos y las prisas de su devoto y enamorado, consiguieron al fin encontrarse en aquellas invisibles fronteras donde ya había llegado sus verdugos.

Aquél ejército, como habían esperado se movía lentamente, tardarían aún jornadas en llegar a San Palmaquio pues era un buen grueso y ellos en cambio habían sido solo dos que avanzaron en línea recta en vez de por el camino además de cargar apenas equipaje alguno. A pesar de ello, estaban más cercanos de lo que habían permitido sus cálculos y esperanzas.

Al salir bruscamente en un claro descubrieron con sorpresa y un grito ahogado que los guardias eran más y cubrían mayor terreno de lo que habían imaginado, así fue como les avistaron en la distancia antes que de poder hacerlo ellos, incluso antes de poder esconderse de nuevo.
Para aquellos instruidos hombres lo que les mostraban sus ojos era claro: Alguien huía con visible agitación de la región asediada, y, dadas las circunstancias, no había nada más sospechoso.

Así que no se lo plantearon dos veces.

Una orden y una salva de balas. Un trueno en plena luz diurna.

Casi les alcanzaron. Eleanor, cuya vista era mejor, empujó al médico a un lado. Se salvaron del plomo pero no de la caída, la colina era abrupta y rodaron violentamente por la empinada pendiente hasta que se abrió el vacío. Luego... Un golpe seco y todo se volvió oscuro. La suerte había sido echada.

***

El antiguo corsario “Ocho dedos”, al abrir con dolor los ojos, seguía al mundo de los vivos pero le aguardaba la muerte en vida.
A escasos metros de allí se encontraba el frágil y blanco cadáver de su amada. Se había desnucado y el calor había marchado para siempre de sus labios y del tacto de sus delicados dedos.

Su profunda desesperación y pena fueron sordas. No lloró, pero las tinieblas lo rodearon y el color, el sabor, el tiempo y las distancias ya no existieron para él.

La vuelta al pueblo fue un borrón irrecuperable, un camino en la niebla y en las entrañas de la oscuridad, unos pasos erráticos y sin interés. Por tres veces cayó de rodillas al suelo tropezando con alguna piedra, raíz o rama. Ninguna soltó de sus brazos a quién aún quería más que a nada en el mundo.

En su regreso pretendía aliviar de la responsabilidad y del encargo a su deudor y a su hija. Pero más horror y desgracia le aguardaban. Llegaba tarde incluso para eso. Los villanos habían ajusticiado a la joven hija, y el padre, quién había perdido su razón, se suicidó tras dar voz a su relato. Y Jack... el desdichado galeno, solo halló energías para dar sepultura a aquellos inocentes que cumplieron y pagaron sus caprichos. Poco más quedaba por hacerse, cambió los cadáveres de las chicas. Los del pueblo, no habían notado el truco más que por una capucha, pero para él eran tan distintas las dos mujeres… quizás a nosotros solo nos serían crisálidas rotas de quienes habían sido jóvenes, bellas y llenas de vida, y ahora no más que dos inertes cuerpos. Elevadas esculturas marmóreas de carne.
Pero para él eran tan distintas como la indiferencia y el TODO.

Despidió a su amada con un frío beso, la envolvió en aquella capa, la refugió dentro de su capucha y la ocultó bajo aquella blanca sábana.
Quizás su padre, hiciera al fin algo por ella y le diera sagrada sepultura.

Lo que pasó luego, ya es parte de historia sabida. Se fue a su cuchitril que llamaba casa y se tomó un veneno más rápido que su tristeza.

Notas de juego

Este lo dejo solo para la directora, pero, ¿podría pedir un favor?

Agradecería que lo pudiera leer Eleanor en escena. Gracias. ^_____^

Tengo otro post a medias que sigue a este y enlaza la presente escena ya para todxs. Luego cuando recupere la pc me pongo a ello. (cuento en que sea hoy)

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10/04/2013, 20:34
Muerto 25: “Ocho dedos” Jack el Galeno inglés

 

Siempre imaginó que sería más dolorosa la transición de la muerte al vacío.  Nada más lejos de su percepción. No fue así, no había tenido el final violento que cabría esperar en alguien como él. “Mueres como has vivido”, solían decir sus hermanos de batallas cuando se encontraba en el barco acunados por la marea. Morir en combate solía ser el final de un corsario al servicio de la corona de Inglaterra. La gran patria. Jack, sin embargo no era un patriota, simplemente se servía de las habilidades que Dios le había dado. Una destreza que con las manos tanto le servía para el arte de la guerra como para el de la salvación del cuerpo. Una destreza que no se había tañido ni con la pérdida de sus dos dedos de la mano diestra. El antiguo corsario “Ocho dedos”, se había ganado el apodo años atrás cuando era parte de esa misma tripulación, cuando al subir trépidamente por la cuerda y abordar aquél mercante alguien se los había arrebatado con un golpe de hacha, lo que no le impidió desquitarse de una rápida y profunda estocada.
Al perder los dos dedos, pensó que solo era la primera de muchas heridas, a menudo se concienciaba que algún día perdería un ojo por la metralla de algún cañón, o un brazo cuando una hoja afilada le adivinase una arteria, o moriría partido en dos al cruzar una quilla de barco resultado de algún severo castigo. En el peor de los casos se imaginaba azul y con la lengua afuera colgando de una horca en el mástil mayor de algún bergantín español.

No había sido así, nunca más sufrió herida alguna, ninguna más que en su corazón cuando se embarcaron a cargar provisiones en el puerto de Barcelona. Cuando conoció a esa chiquilla que con la cara manchada de hollín le perseguía luciendo una sonrisa por las calles de la bella ciudad. Eleanor se llamaba, la hija de algún panadero. La joven de ojos marinos y dulces labios que le robó al instante más de lo que él había arrebatado en Galeón alguno.


Luego, entre suspiros y anhelos, desapareció sin razón ni explicación alguna, nunca más volvieron a encontrarse en aquél rincón acordado, nunca más la encontró por las callejuelas portuarias. Al final, Jack desistió y volvió a embarcarse, se entregó de nuevo a la espada y, nunca más, ninguna herida fue tan profunda como la que le mellaba su interior, que desacompasaba sus latidos, que quebraba su respiración en suspiros que se elevaban en el frío de la noche.

 

Herida en el corazón que cicatrizó un día antes solo para ir a hacerse más honda y no dejarle salvación alguna. Cuando murió él mismo, dejó atrás con dulzura un cuerpo sin heridas, una alma rota sin mancha de sangre que igualmente pudo trascender.

El Corsario y Galeno envuelto en nieblas blancas y puras, abrazado de recuerdos viajó hasta un lugar con luz y sin sombras, con nubes y sin suelo sin principio ni final. Primero la soledad le envolvía, pero no era una soledad que ahoga, sino falta de emociones. Una tranquilidad completa, aún así sentía un hueco, como un puzle incompleto debido al extraviarse una pequeñísima pero central pieza. Una nota aguda, un eco en su ser que le susurraba que no se hallaba completo.

Luego, sintió como muchos como él, más puros y más oscuros, le rodeaban y le daban la bienvenida. En mitad de aquella reunión extraña de viejas caras de conocidos halló la inspiración de su existencia. Eleanor, brillante, cegadora, sin ser tocada por la edad o herida alguna. Tan bella y pura como la conoció en vida.

Se acercó sin dudarlo a ella, a rodearla, en un intento de ser un solo ser de nuevo y así y por largo rato, quizás una eternidad entera en un lugar entre mundos donde el tiempo no se percibe… no fue consciente de lo que le rodeaba, ni de la calurosa bienvenida, ni las preguntas inadecuadas ni del milagro de resurrección del cual habían sido testigos.

Solo algo rompería su culminación cuando decidiera reflexionarlo. Si realmente lo que veía era una vida más allá de la muerte… ¿Estaban en una especie de purgatorio? Jack temió por su condenación eterna y más aún por la de su enamorada, aunque… ¿quién podría condenar aquélla alma cándida tan llena de bondad y dulzura?

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11/04/2013, 21:40
Director

Denle la re bienvenida a Leovigildo XD (se fue de fin de semana, pero lo enviaron otra vez para acá) y a Nicolai...

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13/04/2013, 20:08
Muerto 3: Olwyn Oosterbak

con un gesto indiferente saludo la llegada de nicolai y el retorno de leovigildo
-Al final todos somos iguales-

Notas de juego

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13/04/2013, 20:56
Nikolai Vasiliev

-Hombre, iguales, iguales tampoco. Algunos son más inquisidores que otros.

Nikolai miró mal a Olwyn, aunque estaba contento de que estuviera en aquel lugar en vez de vivo.

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14/04/2013, 14:07
Muerto 6: Eléanor de Montpellier

No entendía lo que había pasado. Lo último que recordaba era la oscuridad. Una placentera y tranquila oscuridad en la que ya no había preocupaciones, por nada. Era como si la ansiada libertad llegara con esa falta de luz. Y unos últimos recuerdos. El puerto de Barcelona y su cara llena de hollín, y espías durante la noche, y un corsario. No es cierto eso de que pasa la vida por delante de los ojos de uno cuando cae. Pasan los mejores recuerdos. Sólo esos. Como si la vida diera un último regalo y fuera que se recordara lo mejor que le ha ocurrido a la persona. Podría decirse que es lo que se merece ya que va a abandonar el mundo para no volver jamás.

Eléanor tuvo esos recuerdos. Después de la oscuridad, lo que le pareció una eternidad, como si estuviera con los ojos cerrados durante años y años, vio a su amado, la primera vez que lo miró, la primera vez que sus miradas se encontraron bajo la tenue y temblorosa luz de una llama de vela, y notó cómo su corazón se estremecía y caía rendido ante él.

Pensó un gracias, agradeciendo a quien sea por que sus últimos recuerdos fueran esos, por que se fuera a la otra vida con la imagen de su amado en la retina. Era lo último que deseaba.

Y sonrió, no sabía cómo, pero consiguió esbozar una sonrisa con los labios. Y los párpados le temblaron. Frunció el ceño, totalmente desconcertada por el hecho de poder hacerlo. Gimió, como si despertarse de un largo letargo, y abrió los ojos. Se asustó. ¿Cómo era posible? ¿Cómo era posible que pudiera abrir los ojos si sabía cómo había acabado todo? Ella misma lo había sentido. Todo terminó. Es más, su último recuerdo había sido el rostro de su amado, no lo volvería a ver y lo había asumido. De lo único que se arrepentía era de llegar a infligirle tanto dolor por su pérdida. Deseó poder cambiar el pasado.

Abrió los ojos por completo, y vio todo a su alrededor. Se incorporó como pudo, medio tambaleándose, y giró sobre sus talones, sin dar crédito a lo que sus ojos veían.

-Es cierto- fue lo único que murmuró cuando vio lo que entendió como un purgatorio-. Es cierto.

Negó imperceptiblemente con la cabeza, pensando, bien que viviría una eternidad allí sola, bien que qué había hecho ella para merecerse aquel castigo. Lo consideró lo más cruel que existía. Una eternidad sola, sin nadie, sin él.

Tuvo ganas de derrumbarse y de comenzar a gritar por su mala fortuna. Una mala estrella le había tocado. Y la maldijo. Sólo deseó que su amado no corriera la misma suerte.

Vio caras, rostros conocidos, pero no les dirigió la palabra. No se sentía con fuerzas para ello. Estaba totalmente rota, como una muñeca que se va quedando sola en la estantería y la infancia se va perdiendo. Su vida (o lo que tuviera ahora) no tenía sentido. Su existencia debería de haberse perdido en las sombras y no caer en un sitio como aquél.

Hasta que lo vio.

Hasta que sus miradas volvieron a encontrarse.

No estaba muerta. No podía estarlo si notaba cómo su corazón pegaba brincos de felicidad por el mero hecho de contemplarlo una vez más. Estaban juntos. De nuevo. No importaba dónde, no importaba cuándo, no importaba nada. Sólo que estaban unidos de nuevo, que podían entrelazar sus dedos y mirarse, y tocarse, y besarse. Y cerrar los ojos y volver a abrirlos y saber que seguiría la persona amada ahí, sin moverse ni un ápice.

-No me lo creo- murmuró Eléanor, mirándolo, escrutándolo con la mirada-. ¿Eres tú? ¿Realmente, eres tú?

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14/04/2013, 15:01
Muerto 25: “Ocho dedos” Jack el Galeno inglés

Indiferente a todo lo demás, solo había para él, su joven amada envuelta por un halo puro, cálido, cegador y blanco. Respondió a su pregunta con un beso y una sonrisa, si es que aquello era real y posible, y el abrazo se eternizó un poco más.

Obviamente, sí lo era. Era él, sino en cuerpo al menos en alma.

Luego se separó de ella, dándole un rápido beso a lo que podrían ser sus labios y otro largamente sentido a su frente, como queriéndole decir que si bien se separaba de ella un momento para pensar, no la abandonaba. Nunca lo haría.

Quién otra hora fue el hombre bautizado como Jack y conocido “el inglés” u “ocho dedos” sentía el agradecimiento y la paz de haber retrobado a su amor más allá de las crueles fronteras de la muerte, sin embargo una inquietud creciente lo perturbaba, como una piedrecita que se lanza en medio de un largo lago cuyas aguas en reposo se agitan ola tras ola hasta embravecerse.

¿Y si aquello era en verdad un purgatorio? ¿Y si estaban allí para que sus almas fueran juzgadas?

No podía consentir que fueran a separarles. La vida se les había escapado, no iba a permitir que lo mismo sucediera con el resto de aquellas existencias en caso de haberlas. Él creía con firmeza que Eléanor merecía la más excelsa de las recompensas, conocía su interior, había visto su sí, había visto solo bondad y sin tacha alguna. Sin embargo se habían amado en pecado, y él…arrastraba una larga lista, un pasado lleno, de cosas cuestionables, censurables y por ser juzgadas. Sabía que ante Dios no saldría librado de sus fechorías. Era el momento de buscar la redención y ganarse la ascensión definitiva, si eso… aún era posible.

El que fue corsario que en vida intentó cambiarse a galeno dio la bienvenida al pintor, autor de aquella obra, de aquél retrato que lució su recibidor: -Bienvenido amigo.- y luego se dirigió a los allí presentes sin soltar en ningún momento, la calidez de lo que había sido la mano de la joven que había robado sus latidos.

-¿Alguien sabe por qué estamos aquí? ¿Es esto un purgatorio? ¿Es esta nuestra postrera posibilidad de recomponer nuestras faltas? ¿Por qué Isabel se presenta distinta a nosotros?- Nunca le había caído bien aquella muchacha engreída e ingenua. Pero eso era algo que se guardaba para si mismo. Nunca fue descortés con nadie mientras vivió en San Palmaquio ¿Y por qué se regodea de haber sellado alguna de nuestras muertes?-  Jack igual esperaba que alguno tuviera la respuesta, la llave aquél misterio que podía decidir su último destino.

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15/04/2013, 00:22
Muerto 3: Olwyn Oosterbak

Miro con disgusto a Nicolai con su tonto rencor, pero me encojo de hombros dandole la importancia que tiene, ninguna, y me dirijo al galeno

-cuando llegamos aqui se nos revelo que por alguna brujeria Isabel es capaz de hablar con los muertos, aunque no hace mucho uso de su don. Sobre la naturaleza de este lugar-  hago un vago gesto  a lo que nos rodea -solo podemos tener  fe-

 

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15/04/2013, 00:47
Nikolai Vasiliev

Habían más individuos con él. Todos los que habían muerto, y al parecer, Isable, que seguía viva. Aunque no hablaba demasiado.

-Sí, estamos todos muertos. O eso parece- le dijo a Jack- y aún quedan muchos enemigos fuera. Lo más grave, Jack, es que sin tu protección será más difícil aún salvarlos.

Se dio cuenta de que no lo había contado todo. Pero ya no tenía miedo hacerlo, ¿qué iban a hacerle, matarle otra vez?

-Sí, yo sé que tú intentabas proteger gente por las noches al igual que sé que Olwyn era un inquisidor y que la pobre Eleanor podría haberlo sido si ellos la hubieran atacado. Los demás son inocentes, simples y honrados ciudadanos. Pero aún deben quedar más inquisidores sueltos, y aún no ha muerto ningún masón.

Nikolai era un estudioso de la historia y de las costumbres de las personas, para darle más realismo a sus cuentos. Aquello hacía que aunque en vida no podía reconocerlos si los estudiaba pacientemente tras la muerte de éstos podía averiguar sus intenciones y propósitos. Por desgracia, ahora el muerto era él y no podía seguir investigando.

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15/04/2013, 11:00
Muerto 4: Juan el Barbas

- La fe se ha perdido en este lugar insulso y aburrido... solo queda la rutina... Bienvenidos a los recién llegados.

Dijo el hombre anciano que miraba con ojos cansados en un lado, parecía como si estuviera allí desde hacía mucho, de haberse podido, de seguro estaría lleno de telarañas como una vieja estatua en desuso.

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15/04/2013, 11:27
Muerto 25: “Ocho dedos” Jack el Galeno inglés

Poco tiempo le había sido necesario a Jack para conocer a su amada hasta en los rincones más ocultos de lo que fue su corazón y anhelo. Sabía que era una creyente y devota a Dios y que, bajo la influencia incorrecta, habría hecho cualquier cosa con tal de servir a Yahvé, hasta condenarse a si misma por toda la eternidad. Sin embargo, de alguna forma sabía que su amor por él era más fuerte, y el Inglés habría hecho cualquier cosa para que ella no se dejara obcecar con ello.

Así que no sorprendió ni enojó ante la osada afirmación de Nikolai aunque si habría agradecido que guardase un poco más las formas. Pero aquél lugar, no era un lugar para desatar el odio, sino una última oportunidad de ganarse un sitio a algo mejor, fuera el cielo o el olvido.

En efecto él mismo había protegido a la joven y lo habría seguido haciendo incluso a precio de su propia vida, de no haber estado Eleanor seguramente habría protegido de la misma forma a cualquiera del pueblo, pues no eran guerreros sino campesinos y mercantes cuyos brazos habían sido moldeados para la paz.

-Señor Vasiliev, un hombre como vos que observa más que no dice, es una gran pérdida para el mundo.-

La información que por otra parte soltó Oolwyn tenía en contenido la misma importancia para él. Eran muchas respuestas y un excelente inicio si querían trabajar todos juntos y conseguirse el perdón. A pesar de ello, lamentó que fuera la estúpida y superficial Rubita quién poseyera un Don tan elevado. Era una auténtica pena o... ¿quizás no era un hecho tan aleatorio? Jack reflexionó un instante hasta que lo sacaron de su ensimismamiento.

-¡Al contrario!- Se exclamó respondiendo las tristes palabras de Juan el Barbas mientras apretaba lo que podría ser la mano de aquella que gobernaba su amor. -La fe se reafirma en estos momentos de debilidad. Mirad a vuestro entorno. ¿Dónde estamos?-

En un intento de unirlos a todos, olvidando sus discordias para rendirse a algo superior, el corsario elevó su voz. 

-¡Caballeros! Este es un lugar maravilloso que jamás creí existir.- Miró los ojos de Eleanor quién no había esperado reencontrar y a su vez halló la inspiración. -Debo admitir que mi vida fue errática y creo, fervientemente, que este es un lugar donde se me permite, a mi a la vez que a ustedes y a cualquiera que lo busque, redimir sus actos.- Observó si alguno le escuchaba. También se preguntó quién fuera que los tuviera allí lo que quería de ellos. Cuando consiguió su propia respuesta, habló de nuevo. -Creo que sin que nadie esté aquí para decírnoslo, esto es una prueba. Una oportunidad para corregirnos y hacernos dignos de lo que esté por venir. Pues... ¿No estamos todos aquí por igual, tanto los devotos como los herejes? Que la señorita Isabel tenga ese inusual Don solo quizás nos indique el camino a esta redención. ¿Pensadlo? Han elegido a quién por su ingenuidad no alberga mal alguno, a quién es libre para cumplir la voluntad superior sin modificarla ni ennubilarla con la suya propia. Caballeros, creo que hemos sido llamados aquí para limpiar a San Palmaquio, sin duda será un lugar sagrado que quieren desean que esté impoluto de cualquier maldad sea a manos de falsos profetas religiosos que se llenan tanto la boca de mentiras y los bolsillos de dinero mientras ocultan con dolor ajeno sus propias faltas como de masones que pretenden controlar el mundo e imponer su hacer con el mismo dolor que los fanáticos. Tras reflexionarlo, soy de la opinión que quién quiera ganarse algo mejor que este "purgatorio" será nuestro deber ayudar a la gente del mundo de los vivos a limpiar la aldea de cualquier mal. ¿Y bien que opináis.? ¿Alguien está conmigo?-

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15/04/2013, 11:46
Nikolai Vasiliev

Nikolai estaba de acuerdo en que debían limpiar el mal del pueblo, él mismo ya lo había intentado en vida, aunque se había callado ciertas cosas por miedo a ser atacado. Aunque de todos modos sus miedos se han visto cumplidos, ocultara lo que sabía o no. Pero creía que debía subsanar su error.

-Reconozco que debí decir lo que sabía en vida, aunque mi intención era esperar un poco antes de delatarme y ponerme una diana en la frente. Preferiría que hubieran muerto al menos uno o dos más inquisidores o masones antes de decirlo. No obstante, estoy contigo, Galeno, debemos acabar con el mal. Solo ha muerto un Inquisidor en activo y otra durmiente, pero aún ningún masón.

Claro que aquello sería de más utilidad si la rubia hablara de verdad con ellos.

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16/04/2013, 20:41
Máster

Ante ustedes se presenta Eduardo Toñil y Pablo Zamora

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16/04/2013, 20:43
Máster

EVENTO ESPECIAL NOCTURNO.

Una luz se aparece ante ustedes.

Mi nombre es ABAHUEL, soy un angel del señor y tengo un mensaje.

Ustedes deben elegir a uno de ustedes para volver a la vida,  pueden si desean, posturarse para vivir de nuevo.

Os prometo que a quién elijan, al terminar la noche caminara entre los vivos.

Pero tener cuidado y sabiduría.

Notas de juego

El Jueves a las 20 horas vere a quien eligieron.

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16/04/2013, 20:51
Muerto 4: Juan el Barbas

- Si jack es quien ofrece la protección... será sabio su regreso.- Dijo el barbas.- Una vida joven, tiene más esperanza que la de un viejo.

Notas de juego

voto por Jack "ocho dedos"

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16/04/2013, 21:31
Muerto 6: Eléanor de Montpellier

Aún estaba confundida. Aún no sabía cómo podía estar en un lugar como ese. Tampoco se creía aún que estuviera muerta, aunque ella misma lo había vivido… Mentirse a uno mismo es lo más fácil que existe, y creerse una mentira mucho más feliz que la realidad era aún más fácil.

Pero, era inútil ese comportamiento. ¿De qué servía? Sí que se engañaba cuando se asomaba por la ventana todas las mañanas creyendo que en ese momento aparecería su amado… pero nunca era así. Y nunca lo fue ya que el destino tenía otros planes para ellos.

Y en ese momento que lo tenía a su lado, que parecía que el tiempo se había detenido en aquel lugar etéreo, hincó las uñas en su pechera cuando dijeron que debía volver con los vivos. Le tembló el labio, pensando que era una sucia egoísta pues él podía volver a saborear lo que era la vida, pero no quería volver a quedarse sola. No en ese momento en que tanto lo necesitaba. Sabía que estaban tan enamorados como para caer uno después del otro, pero no estaba segura de si lo estaban lo suficiente como para subir y revivir juntos*.

Trató de calmarse, y de asimilar lo que podía suceder si le elegían para que volviera  a subir y ella no podía acompañarlo.

-Vida- murmuró-, ve.

Reprimió las lágrimas como buenamente pudo, y notó el conocido picor en la nariz. Tragó con dificultad e intentó sonreír.

-Harás bien a la gente de allá arriba- añadió, sin recordar que ellos mismos son los que habían provocado aquella situación-. Los podrás sanar y proteger. Eres bueno. Es tu naturaleza- susurró, notando cómo se le quebraba la voz-. Ve.

No quería parecer egoísta, ni decirle que no se fuera porque no era justo, pero no quería separarse de él. Nunca. Aunque fuese para que pudiera proteger a otras personas. Miró con mala cara durante una fracción de segundo a Juan y clavó de nuevo su mirada en su amado.

-Ve, si quieres; ve, si así lo deseas- dijo-. Sabes que te quiero. Mucho- enfatizó-. Eres lo mejor que ha pasado por mi vida, lo sabes.

Pero, no, no podía dejar que se fuera de allí. No se lo pondría fácil a los que querían que se separaran.

-Yo voto por Nikolai Vasiliev- dijo, un tanto altanera, como si se tomara a insulto el hecho de que quisieran separarlos-. Lee dones- añadió, fría-. Será útil allá arriba.

Notas de juego

*Duda que tengo, Master. Si reviven a Jack, ¿Eléanor también reviviría por eso de que son los Enamorados? O.O

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16/04/2013, 21:39
Director

Notas de juego

En esta partida no, dado que la conexion de enamorados se pierde con la muerte. Dado que en teoria el cupido puede escoger otra pareja luego de que la primera muera.