Partida Rol por web

-Si Eleanor no resucita con él, Jack es una buena opción, como os dije protege a la gente. Yo por otro lado si me resucitan sabré quien era cada cosa y compartiré mi sabiduría con los vivos cuando hayamos acertado o fallado en el linchamiento- dijo, habiendo aprendido de su error- pero bueno, ningún inconveniente en que reviva Jack.

Recordó algo y siguió hablando.

-Además, Don Iñigo podría ser de cierta utilidad si el que ataca por las noches, de nuestro bando, muere. Es su sustituto.

Niego tristemente con la cabeza, Jack parece un buen hombre, con buenas intenciones e impetu, pero se equivoca. No podemos cumplir la voluntad del señor desde aqui

Confirmando esto tenemos una aparicion celestial, un Angel del SEÑOR que ofrece una unica oportunidad

-me propondria a mi mismo ya que me queda mucho por hacer y mi familia depende de mi, pero como Nicolai se ha dedicado a sembrar dudas sobre mi supongo que apoyare a Jack-

Si es vuestro deseo, entonces yo el ángel  haré el milagro.

Jack... desde ahora vuelve a caminar dentro de los vivos.

Jack desaparece en una nube, mientras otros estan por venir.

Luego de que la puerta se cerrara, aparecen ante ustedes dos almas, una ya conocida: Isabel "La rubita" Tormes, y el Joven Alejandro Zabala.

Dado que la medium ha muerto, ella no les podra contar que sucede en el mundo de los vivos.

He de odiar a estos que saben como doblegar a las personas, politicos y militares, han de estar cortados con la misma tijera, la de la corrupción dice el recién llegado en conclusión a su discusión con "El general".

Una voz resuena en el lugar Antonio Grande, sin duda responde el joven Zabala a penas escucha la pregunta.

Saludo a los recien llegados con gesto triste pero mable

-poneos comodos en este triste purgatorio y si teneis a bien contadnos que sucede entre los vivos, pocas nuevas nos llegan. y menos llegaran  ahora-

he morido :(

Isabel, respondiendo a la pregunta de ¿¿quien cree que deba morir?, ¿qué contestas?

-¿Y si te arrancan un trozo de corazón?- preguntó la niña- ¿Duele?

-Obviamente, Eléanor- respondió la monja que hacía las veces de institutriz-. Es algo que el ser humano necesita para vivir.

-¿Y si te arrancan un trozo de alma?- insistió la pequeña-. ¿También duele?- tenía sus dudas con respecto a esto último. Entendía que algo como una pierna o una mano o, incluso, el corazón cuando se cogía y sacaba del cuerpo, éste emitía una señal y hacía que la persona sintiera un dolor enorme y totalmente inaguantable, pero algo que no podía verse, ni tocarse ni oírse ni sentirse ni absolutamente nada hasta tal punto que la gente tenía dudas incluso de su existencia, Eléanor no entendía si también podía ser una pérdida irreparable para el cuerpo.

-El alma no se puede romper- contestó un tanto alterada la mujer, sudando bajo el sayo-. Pertenece en exclusiva a su poseedor dentro de su cuerpo. Ni se puede regalar, ni vender, ni jugar con ella, niña- añadió con un gesto de la mano, harta de las preguntas de la hija del noble-. Dejemos ese tema y vamos con tus oraciones.

******

Por supuesto que el alma se puede romper, pensó Eléanor tras recordar aquella escena. Por supuesto que las personas también pueden sufrir por su pérdida, pueden morir de dolor, aunque no se vea, ni se oiga, ni se vea, ni nada.

Sintió como algo traspasaba su pecho en cuanto vio que su amado desaparecía, y supo de inmediato que era su alma, la que le había dado al corsario de forma simbólica en una ocasión. Sentía cómo desaparecía él, y cómo desaparecía ella consigo.

En cuanto su amor desapareció en una nube, Eléanor se sintió perdida. De repente, dejó de escuchar lo que había a su alrededor, dejó de ver las caras que la rodeaban. Para ella, todo dejó de existir. Entendió su castigo, aunque no quiso reconocerlo. Notó cómo la barbilla le temblaba y las lágrimas pugnaban por salir de sus ojos, pero no quiso hacerlo. Pese a que estaba convencida de que pasarían décadas hasta que pudiera volver a ver a Jack.

Se quedó mirando al frente sin saber cuánto tiempo pasaría… aunque, daba igual. En un sitio como ese no existe el tiempo. No existe el espacio. Nada pasa. No hay referencias para calcular cuándo ocurre tal circunstancia. Tal vez pasaran horas sin que pestañeara, sin que dijera nada. Tal vez no pasaron más que diez minutos. No lo sabía. Ni le importaba. Quería volver a verlo.

No supo cómo había caído de rodillas y  se había sentado sobre sus talones. No se dio cuenta en el momento exacto en que ello pasó. Tampoco le dio importancia. Se quedó mirando el lugar por donde había desaparecido Jack y esperaba que, de un momento a otro, su amado volviera.

Pero, no lo hacía. Y comenzó a hacerse a la idea de que no lo haría jamás.

Conseguirá la redención, pensó Eléanor. Podrá ir arriba, y vivir en paz el resto de su siguiente vida.

Se consumió en el dolor y en la tristeza. Y lo peor de todo: no podía volver a morir. Su corazón quedaría destrozado para siempre sin oportunidad de volver a ver al hombre su vida. Sin poder decirle cuánto lo amaba o cuán dichosa le hacía.

Sólo deseó que no la olvidara, porque ella no pensaba hacerlo. Jamás.

Todo hasta el momento había sido un shock para el pequeño Pablo, de modo que al darse cuenta de su estatus símplemente agachó la cabeza y no medió palabra con nadie, retrocediendo unos pasos para no molestar.

Tomando la solicitud de Olwyn, Alejandro responde:

Algunos han presenciado un gran incendio que vino de las montañas, dandole una tonalidad mucho mas gris y desolada a nuestro querido San Palmaquio. 

Por la noche los animos se han calentado un poco, a pesar de no contar con la presencia del fuego... Conspiración e intrigas se cosechan en nuestras tierras, de eso puedo estar seguro... He entrado en discusión con aquel que llaman "El general" y miren a donde he parado. Tal parece que algunos le siguen y que es un personal peligroso dice bastante desalentado.

Parece que Isabel no ha respondido la pregunta.

Si despues de las 20 horas no responde

su voto no será contado

Antonio Grande el general, llega al mundo de los muertos.

Hola

Sonrío.

Alejandro miró de reojo al recién llegado Lograste dibujar algo interesante allá arriba o solo has pasado a comentar como va tu plan? dice en tono sarcastico.

-¿Quieres que te vuelva a matar, Zabala?- el General llegaba con el tono cabreado que mostraba ante sus tropas, el tono amable no le había servido de nada en la guerra que se daba lugar en su hogar.

En medio de la conversación una luz aparece, y se lleva a  Nicolai al mundo de los vivos.

Adiós...

Digo mirando la luz.

Si eso te hace sentir mejor... dice sin tomarle muy enserio  Por lo menos esta vez idea algo mas artistico... No me molesta tanto la idea de estar muerto, como si lo hace la idea de que me haya matado alguien como tu, cuya imaginación no creo que pase de dar una buena estocada y listo. Apuesto a que has dejado tanta pista en el camino y ahora estas aquí. hace un esfuerzo por no reirsele en la cara, pero se le iba haciendo difícil.