Partida Rol por web

Con una sonrisa, Egwene sigue a Ichiru por los tejados.

- ¡Venga, que esta es nuestra primera misión! ¡Tenemos que hacerlo genial!

Salta de un tejado a otro con grandes saltos, sin perder de vista al ladrón.

 Lambo ve partir a sus compañeros saltando a los tejados de las casas de aquel barrio bajo, les daba algo de ventaja para que acomodaran las trampas y tomara pocicion mientras se cruza de brazos mirando al nuevo sensei que aun parecia reirse de algo, aunque de forma muy discreta.

No me diga señor que ya le dijero la maestria de mi Hiru? Le agradecere que siga siendo un secreto si es posible, es que quiero que la perfeccionemos mas aun y mientra smenos la sepan mejor

con aquellas palabras se despedia de su sensei sonriendole con confiansa antes de empesar a correr hacia donde se encontraba aquel ladron, Hiru a pesar de ser aun una bolita negra de pelos, era bastante rapido y comprendiendo su miecion empezaba a adelantarse mas.

Ya cuando debian empezar a estar cerca de aquel rufian, Lambo empiesa a caminar distridamente como si nada pasara, mientras esperaba que Hiru lo encontrara antes de hacer la movida.

Divisáis al ladrón. LLeva una máscara que le cubre la cara, por lo que no lo reconocéis. No parece llevar ninguna espada, pero confiáis en conseguir vuestro objetivo. Os disponéis a efectuar vuestro plan.

 Lambo habia encontrado al supuesto ladron, al llevar el rostro escondido no habia duda de que era demaciado sospechoso, ademas el olfato de fiel compañero le indicaba que no se equivocaba. Desmacio le le da una lamida a su cachorro a modo de suerte antes de dejarlo ir solo, el esperaria hasta que el hisiera lo suyo antes de atacar, el resto dependia de sus compañeros.

El pequeño Hiru sabia muy bien que hacer y su lengua ya ansiaba demostrar para que existia, rapidamente pasando entre algunas personas se adelantaba y no se detenia hasta quedar en frente del ladron.

El pobre ladron deseara jamas haberse topado con esa bolita adorable de pelos porque en cuanto el se percato sobre el cachorro ya lo tenia encima, Hiru rapidamente luego de dar un formidable salto empezaba a lamer la cara del ladron llenandolo  con una espeza sustancia liquida y algo maloliente, era su baba y acaba de comer hace no mas de una hora.

El hombre atacado se ve lleno de babas, lo que lo enfurece. Se apresura a quitarse el bulto baboso de encima, y cuando ve al "asaltante", su enfado crece aún más.

-¡¿De quién es este chucho?! ¡Que de la cara si se atreve!-. Se gira rápidamente intentando localizaros cuando se da cuenta de que Hiru es un perro ninja. Gracias a su buena vista, os localiza, y, furioso, se lanza a por vosotros sin reparar en el perro, que deja a su espalda.

Con una sonrisa, Egwene le saca la lengua al ninja, intentando que vaya hacia ella y poder despistarlo lo suficiente para poder quitarle los objetos robados.

- Oye, viejo, ¿por qué llevas máscara?¿es que eres tan feo que necesitas taparte para que no se rían de tí? - le dice mientras se ríe de él. La verdad es que es la menos indicada para hablar, ya que lleva una, pero con tal de enfurecerlo...

-Sí, tengo la nariz torcida, ven aquí que te la enseño.

A pesar de la situación, no puede evitar reírse del comentario del ladrón.

-Si! Quiero verlo. Ven y enséñamelo.

- Desde el principio pensé que era un plan tonto… - se dijo Ichiru, antes de suspirar y lanzarse desde el tejado sobre el ladrón. Esperaba poder tomarlo por sorpresa e inmovilizarlo antes de que hiriera a Egwene o a cualquier otro. Ichiru iba a tratar de golpearlo. Ya tendrían tiempo para interrogarlo o buscar entre sus cosas cuando estuviera inconsciente.

 Lambo se cruza de brazos y espera a que sus compañeros realicen el primer movimiento y luego actuar en consecuencia, sabia bien que las babas de hiru entorpecerian un poco la punteria del ladron y aun su fiel compañero podria hacer mas.

Hiru mientras el ladron se movia trataba de aferrarse a una de sus piernas mordiendola pero era demaciado rapido escapandose continuemente de sus fauces.

Los compañeros de Egwene intentaban atacar al ladrón, y viendo que el pobre Hiru no conseguía engancharlo, Egwene decidió hacer una táctica un poco arriesgada. De un salto bajó al suelo, cogió con una mano piedras pequeñas del suelo y se las lanzó al ladrón, intentando despistarlo lo suficiente para que no atacara al pobre Hiru ahora que lo tenía cerca.

El ladrón intenta quitarse de encima a Hiru, consiguiendo que no se le enganche a la pierna, pero las babas le siguen estorbando.

-¡Maldiro chucho!-. suelta una imprecación enfadado cuando ve caer sobre él unas cuantas piedras, que le dan en la cabeza. Se apresura a cubrirse, mientras intenta pensar en un plan.

 Lambo silva para que Hiru se detenga y lo espere antes de que empesara hacer una pocicion de manos, iba a usar una tecnica especial que su clan era capaz de hacer, aunque de por si enm batalla el siempre adquiria un aspecto algo asilvestrado ahora seria un animal salvaje.

Gijyuu ninpou, Shikyaku no jutsu

Susurra para ejecutar su jutsu mientras su cuerpo empesaba a cambiar, los musculos de sus piernas y brazos se volvian mas fuertes y sus manos empesaban a deformarse dandole un aspecto mas a garras que manos.

Vamos!

Gritaba empezando a correr en cuatro patas hacia donde habia ido el ladron, no debian dejar que pensara ni un instante debian acosarlo tanto que terminara suplicando perdon. en cuanto pasaba cerca de su Hiru, este salta aferrandose a su espaldfa, habian otras habilidades que juntos podian hacer pero solo si era necesario.

El ladrón seguía directo hacia Egwene, cuando un ruido extraño le hace girarse, y se encuentra con Lambo transformándose. Te lanza una mirada de terror, que se apresura a esconder, y dada su afición por escapar (es un ladrón, después de todo) corre en la dirección más alejada de vosotros todo lo rápido que puede.

 Lambo se apresura al notar como aquel ladron decidia seguir escapando, sin pensarlo dos veces se lanza a la persecucion de forma salvaje esquivando todo obsatculo que se interpuciera entre el y su presa.

Por el momento el estaba persiguiendolo y Eqwene seguia acosandolo con las piedras, eso mas la babas de Hiru seguramente no tardarian en atraparlo.

 Lambo que tenia sus ojos depredadores sobre el ladron al igual que su fiel compañero que seguia sobre su espalda no duda saltar sobre el en cuanto le de alcanze, el pobre deseara estar encerrado si el lograba caer bajo las garras de lambo y hiru.