Partida Rol por web

Te percatas de que tanto Roy como Tom tienen heridas. Las del pequeño parecen estar curadas sin embargo Roy aun tiene mal aspecto. No estas segura pero dirias que son mordiscos. Alguien ha intentado curarlas.

La mujer alta se presento y enseguida empezó a hacer preguntas a Roy...

-Vaya, que directa, no pierde ni un segundo de su tiempo por lo que parece...

-No, no somos de por aquí, pero al llegar, encontramos una casa derruida y en la que solo había perros, de lo que deduje que el resto de la ciudad estaría igual... Creo que de no ser así habré sacado conclusiones precipitadas, pero aun no habíamos tenido tiempo de salir de la casa...  hasta hace un rato, cuando vimos a ese hombre mirándonos a través de la ventana. No se si nos estaba espiando, pero hemos salido trás él para preguntárselo

Tom se suelta un momento de la mano de Roy para observar el panorama. Era una calle practicamente desierta. Las casas eran viejas algunas de ellas parecían abandonadas pero en las demas se podia apreciar claramente que estaban habitadas actualmente. El barrio no estaba en su mejor momento y que tampoco había mucho nivel social. 

Se pueden observar varios dalmatas, todos ellos sucios. Al verlos Tom le devuelve la mano a Roy. Sin embargo estos perros son inofensivos.

Al ver las heridas de nuestros nuevos amigos y los dálmatas que nos rondaban comente -Puede que este no sea el mejor sitio para una amistosa charla. Quizá deberíamos resguardarnos en un sitio más... tranquilo.- Les sugerí.

Me gustaba la compañía de nuestros peludos compañeros, no parecían malas "personas", sobre todo el pequeño Tom.

Podemos ir al Hotel- Dice Kosca- Pero si hay alguien vigilando os, correremos riesgos de que se fijen en nosotros tambien- Vuelve a mirar a Roy -Hay alguien aqui que pueda estar espiandote por algún motivo. O que pueda querer algo de vosotros.

Parece pensar un instante.

¿Donde estas viviendo? Antes que nada deberiamos curarte esas heridas. Yo puedo hacerlo si quieres. Las ultimas palabras parecen mas amables.

-No lo se, aunque no lo creo. Hemos llegado aquí hace muy poco tiempo... nadie tendría por que saber que estamos aquí.

Kosca se había ofrecido a curarle las heridas que le habían causado esos dálmatas:

-Te lo agradecería mucho la verdad. Estamos acampados en una casa cercana, aunque en cuanto nos recuperaramos ibamos a salir en busca de algo mejor

¡Que buena es la Maestra! ojala pudiera ayudarles también con sus heridas...

-Si quieres podemos ir a su campamento y allí les curas las heridas, después vuelves al hotel y avisas al resto de los maestros para que vigilen y yo vuelvo con ellos dando un rodeo. Así, si los están vigilando, podéis daros cuenta antes de que lleguemos.- Le dije a Kosca, la gente solía perseguirnos a mi hermana, a mi madre o a mi y aprendimos a escabullirnos bastante bien.

Me perece bien responde Kosca.

Volvéis a la casa abandonada. Entráis por la misma ventana del primer piso por donde Roy y Tom salieron. Kosca limpia y cura las heridas de Roy. Después le echa un vistazo a las heridas de Tom. Pero estas habían sido cuidadas con más mimo y no fue necesario que hiciera nada. 

De acuerdo. Dice Kosca. Nos veremos en el hotel. Después mira a Hannah. Tengo confianza en que podrás solucionar cualquier problema que surja. Dicho esto sale por la ventana sin casi apenas tener que levantar sus largas piernas. Dejando os a los tres solos.

-Muchas gracias- dice Roy a Kosca, después de que le curara las heridas. Al irse se gira hacia Hannah:

-Bien, ¿Y ahora que? ¿Quieres coger algo de la casa? No hay mucho... pero a lo mejor se te ocurre algo que se nos haya pasado por alto a Tom y a mí

¿Que sería lo proximo? ¿Ir al hotel? ¿De que hablarian alli?

Miré como la Maestra Kosca le curaba las heridas y después me despedí de ella con un gesto con la mano.

Al hablarme Roy me giré hacia él. -Vale, voy a ver.- dije con una sonrisa (aunque no se viera...) y me di una vuelta por la casa a ver que encontraba.

La casa parece estar abandonada desde hace muchos años. Todo esta derruido y no ha casi nada. Solo cojines viejos y muebles apolillados rebuscas un poco, pero no hay nada que te llame la atención en la cocina hay algunos cubiertos pero completamente oxidados, nada especial... Si en algún momento hubo algo de valor en aquella casa fue hace mucho tiempo, ahora no hay nada que se pueda aprovechar.

Decidí volver con mis nuevos compañeros tras darme una vuelta por la casa y no encontrar nada de valor.

-Bueno... yo creo que podemos irnos, la Maestra Kosca debe de haber llegado ya al hotel.- Les dije y me dispuse a salir del edificio.

-Está bien. Tom, prepárate, nos vamos!

Mientras Hannah daba una vuelta por la casa Roy y Tom aprovecharon para guardar sus cosas y prepararse para el viaje.

Los tres salís de la casa y comenzáis a andar hacía el hotel siguiendo las indicaciones de Hannah. Es por la tarde deben ser las cinco o las seis. Las personas con las que os cruzáis os miran extraño, no tanto por Hannah (a pesar de ser llamativa también), si no más bien por Roy y Tom.

Hay algunas personas de aspecto alienígena, pero casi todo el mundo con el que os encontráis es humano. También os fijáis en que al pie de muchos edificios hay pequeñas casas. Delante de una ellas hay una ratona barriendo pero al ver que os acercáis, hace como que se acuerda de algo y vuelve a entrar cerrando la puerta tras de si.

Hermano, tengo un poco de hambre.- Dice Tom a Roy.

Al ver la cara de su hermano, Roy se dirige a Hannah:

-¿Sabes si queda mucho para llegar al hotel? Si aun está lejos, podríamos detenernos a comer algo, que Tom tiene hambre.

Llevaban ya un rato andando y la gente no dejaba de mirarles de una manera extraña. Al principio Roy pensó que se debía al casco de Hannah, pero pronto se dió cuenta de que le miraban más a él. Tom, por lo visto, también se había dado cuenta y se escondía detrás de Roy cada vez que se cruzaban con alguien

Estaba acostumbrada a que me mirasen con recelo (es normal apartar la mirada ante una gorgona...) pero esta situación empezaba a incomodarme.

-Estamos dando un rodeo, por eso tardamos un poco más, pero no creo que debamos pararnos a comer.-Le conteste a Roy, me sabia mal que pasasen hambre, pero seguro que podian aguantar un poco.

Seguis caminando y al torcer la esquina os encontráis con cinco hombres. Reconocéis a uno de ellos inmediatamente como el hombre sucio que visteis al principio, aunque sus amigos tampoco parecen muy limpios.

Están a unos diez metros, hablando entre ellos. No podéis oírlos pero notáis que os miran y se ríen, no de vosotros mas bien parecen estar contentos por algo. En la calle no hay nadie más. Al menos no a simple vista.