Partida Rol por web

Lyanna se queda totalmente paralizada y es incapaz de cerrar la boca. ¿Pero qué...qué demonios pasa aquí? ¿Quienes son estas personas? De repente dirige la mirada hacia Loreley y hacia el hombre que las sonreía. Será estúpida... ¡¿Tú nos has traído aquí?!

Detrás de la tarima en la que se encontraban con el hombre de traje, había varios metros de piso en desnivel (hacia abajo), formando el resto de la sala.

Metros más atrás, una tribuna de gente que las miraban ansiosos.

Algunos hablaban entre ellos, otros simplemente no podían quitarles los ojos de encima.

La sala era grande, como para mantener cómodas a las cien personas presentes. Una música algo cultural sonaba de fondo dando un clima de formalidad absoluta.

Todos los espectadores estaban vestidos con traje y las mujeres con vestidos de noche, parecía gente muy adinerada.

Me siento como en un zoo...¿Qué quereis de mi? Me dirijo enfurecida hacia el hombre y le cojo por el cuello del traje. ¡Contesta!

Nataliya se sentó en uno de los asientos frente al escritorio de la secretaria.

-¿Estar bien? -le dijo con calma-. Quedarme aquí hasta que ser hora que tú te vayas y salir contigo. Tú no vivir aquí, ¿no?

El repentino ruido, proveniente del cuarto en el que acababan de meterse las dos mujeres, la sobresaltó.

-¿Qué estar pasando allí?-le preguntó a la secretaria.

Sin esperar una respuesta que sabía que no obtendría, se puso de pie y caminó con decisión hacia la puerta. La abrió con un empujón, pero no la atravesó. Se limitó a mirar hacia el interior.

Lo que vio Nataliya al abrir la puerta era mucho más de lo que podía asimilar.

Unos cuatro metros por tres de piso flotante de madera hicieron resonar los zapatos de Lyanna al momento en que se abalanzaba sobre un hombre del lado derecho de la tarima.

El lugar era algo más amplio que la habitación en la que se encontraba.
Detrás de la tarima podía ver unos dos metros de piso cerámico, y continuando... una plataforma en la que más de cien personas esperaban sentadas.

Hombres y mujeres estaban concentrados en el frente, en el lugar de donde provenía Nataliya ahora.

Sobre la tarima de madera en la que Loreley estaba mandando besos y saludos a la gente, se encontraba un mueblecito de tono político con un martillo sobre éste. Detrás del mueble, un hombre de traje lideraba la reunión mientras Lyanna se abalanzaba contra él.

El hombre que lideraba la reunión se sobresaltó al ver que la doctorcita se acercaba a él con muy malas intenciones.

Detrás de Loreley, que se encontraba tirando besos a la multitud y haciendo poses de modelito, se abre la puerta de donde provenían ellas mismas y la cara de Nataliya se hace presente nuevamente.

Loreley caminaba de adelante para atrás mientras tiraba besos a la gente... su simpatía estaba comprando a más de uno de los presentes y algunos carteles se alzaban entre las cabezas doradas, rojizas y morochas.

¡No se atreva a acercarse un milimetro más señorita! Le gritó el hombre de traje a Lyanna a la vez que dos guardias de seguridad que custodiaban las dos puertas de salida del lugar la apuntaban con sus pistolas.

Al ver que me apuntan con pistolas, me separo immediatamente y levanto las manos. Me fijo mejor en la multitud y veo que levantan carteles con número...como los de...los de...¿una subasta?. ¿Pero que es esto? ¿Es que aún no me he despertado?

¿Es que vi dos mil por la rubia? ¿Pero en qué mundo vivimos?... esta preciosura no vale menos de cincuenta mil... vamos no me hagan reír señores.

Nataliya observó horrorizada el grotesco espectáculo que acontecía del otro lado de la puerta. ¡¡Las estaban subastando!! El espanto la paralizó por unos instantes. Cuando, finalmente, consiguió reaccionar, retrocedió y cerró la puerta. Se volvió hacia la secretaria con el rostro deformado por la ira.

-¡¡HIJA DE PUTA!! -gritó a todo pulmón. Levantó el monitor de la computadora y se lo arrojó a la cabeza.

Sin esperar a ver los resultados de su ataque, cogió una silla del rincón y corrió con desesperación por el pasillo, de regreso a las habitaciones. Se metió en la de Loreley y arrojó la silla a través de la ventana, hacia la calle. Cogió una lámpara de una mesa de luz y también la aventó por la ventana. Asomó medio cuerpo afuera y gritó con todas sus fuerzas, para llamar la atención de los transeúntes.

-¡¡SOCORROOOOO!!

Decidió salir. Prefería arriesgarse a morir a volver a ser una esclava. Apoyó los pies con cuidado sobre la cornisa y se deslizó, lentamente, con la espalda pegada a la pared exterior. Volvió a gritar con desesperación, hasta desgañitarse, para que alguna de las personas que estaban en la calle la viera.

Cuando Nataliya vuelve a meterse por donde había salido, volviendo con la secretaria, dos nuevos guardias aparecieron por la puerta relevando a los que apuntaban a Lyanna.

Estos nuevos empezaron a apuntarle también mientras que los anteriores se acercaron a Loreley, se subieron a la tarima y entraron por la puerta en donde se encontraban Nataliya y la secretaria.

Al pasar por la puerta y cruzar el escritorio donde todavía estaba sentada la secretaria, Nataliya toma el monitor de la PC y se lo parte por la cabeza a la mujer que tan irónica habia sido hasta el momento

El golpe da certero en su cráneo dado que la mujer seguía sentada y sobradora a menos de un metro de Nataliya

Nataliya logra llegar al pasillo y cruzarlo corriendo a toda velocidad para alcanzar la puerta de Loreley que se encontraba a tan solo dos metros frente a ella.

Toma el velador de la cama de Loreley y un destello desde la ventana le llama la atención reflejándose dentro de la puerta abierta de la mesita de noche debajo de la lampara... allí había ropa doblada y algo brillante.

No obstante, Nataliya sigue su camino y lanza el velador por la ventana rompiéndolaen miles de pedazos que vuelan por los aires y fuera de la habitación del TERCER PISO*

La rusita levanta su pierna y cruza la ventana que aún tenía astillas por encima y por debajo.
Logra alcanzar la corniza, pero no había ningún lado a donde ir.
Fuera: Una avenida grande, pero muy desolada, no había gente ni autos...

La caminata fue corta ya que no podía alcanzar ninguna otra ventana o forma de bajar de allí.

Cuando Alexander abre los ojos lo que consigue ver es alto totalmente diferente a lo que esperaba:
No se encontraba ni cerca de el metro en el que sus perros lo esperaban.

Estaba en medio de una calle no transitada, un lugar muy verde por la cantidad de árboles que había en la vereda.

Frente a él una gran mansión... una especie de castillo antiguo pero remodelado.
La calle estaba desierta y la única estructura en la que parecía habitaba alguien era la que se encontraba mirando en ese momento, grandes casas se extendían a menos de un kilómetro... las podía ver pero no había movimiento por ningún lado.

La zona parecía enteramente residencial de alto poder adquisitivo.

Oye un pequeño grito agudo y al levantar la mirada logra observar a una rubia muy delgada vestida en pijamas haciendo equilibrio por la corniza de una de las ventanas del tercer piso.
Parecía intentar escapar.

Mientras observas a la calle esperando que alguien pase logras ver algo que hace un segundo no estaba allí.
Era un pordiosero, un hombre muy mal vestido. Aunque no podría ver los detalles del hombre ya que estaba en medio de la calle alcanza a notar que la estaba mirando desde allí abajo.

Ese hombre no estaba allí hace un segundo, eso era seguro.

Me llevo las manos a la cabeza

-Y ahora donde estoy...? Como voy a volver!? Cuando empiezo a ponerme nervioso, escucho el grito y veo a la mujer. Inmediatamente me agacho, agazapandome junto al muro que rodea el edificio, olvidando mis problemas por un minuto, observando a la chica

Nataliya miraba, con una mueca de desesperación, a uno y otro extremo de la amplia avenida desierta. A pesar de que no veía a nadie, no paraba de gritar. Alguien tenía que oír su pedido de auxilio, aunque fuese desde los edificios de la vereda de enfrente. De pronto, en mitad de la calle, vio aparecer, de la nada, a un pordiosero, que miraba hacia donde ella estaba. Le pareció extraño que no lo hubiese visto venir. Era como si se hubiese materializado de pronto, allí donde estaba. Pero eso no importaba ahora. Nataliya agitó los brazos, mientras se desgañitaba.

—¡¡¡AYUDA, POR FAVOR!!! ¡¡¡TENERME SECUESTRADA!!! ¡¡¡LLAMAR A POLICÍA!!!

Al ver que la chica pudo verme, salgo de detras del muro, con mis ropas harapientas, el pelo largo, descuidado y bien sucio. Miro a la chica un momento, y corro hacia la parte baja del edificio, mientras grito

-Que haces ahi? Te vas a caer!!

Miro nervioso el edificio, tratando de encontrar una tuberia o algo por lo que pueda bajar