Partida Rol por web

Qué... Qué quereis??

Instintivamente he dado un paso hacia atrás cuando la chica rubia me ha apuntado con su arma... Miro alrededor para ver si hay algún policía... Un escalofrío recorre mi espalda. Quienes son estos dos? Y qué querrán de nosotros? Me doy cuenta que estoy al borde del pánico y respiro profundamente para intentar tranquilizarme.

Una y otra vez había vivido la misma escena... sus lapsos de sueño o ... imaginación... o quién sabe qué será eso que le pasaba cuando todo el mundo se detenía.

El reloj que colgaba de la pared por sobre los carteles de arrivos y despegues, ahora paraba sus brazos para marcar una sola y única hora, con sus minutos y sus segundos... para que estos se extiendan a lo largo del mismísimo instante.

Las personas estaban en completo equilibrio, algunas con uno de sus pies levantados... otros con la boca abierta terminando de decir alguna frase que, por el momento, sufría los efectos de "pausa".

El efecto de las moscas e insectos voladores no valía la pena aclararlo... siempre era el mismo.
Pausa completa.

Algunos de los rubios cabellos de Anauel habían quedado suspendidos en el aire por efecto del viento que la recorría al moverse velozmente. Ahora no podía decirse lo mismo de ella.

Lobatto había quedado petrificado con una cara bastante más sombría que la de Anauel.
Romano mostraba pánico absoluto.

Violet era la única que podía recorrer aquél espacio, como siempre, la única que se podía mover entre las cosas que flotaban sin responder a las reglas de la gravedad.

Todo se había detenido.

Me quedo un momento sorprendida, viendo como todo se ha detenido, no es la primera vez que me pasa, pero siempre tiene ese efecto sobre mi... Miro hacia Romano, pensando rápidamente, no quiero dejarlo aquí y desaparecer, así que casi sin pensarlo, le quito el arma a la rubia y busco rápidamente si el pelado tiene algún arma para apoderarme de ella... E intento apartar de allí a Romano, huir los dos antes de que todo empiece a su normalidad... Ya me inventaré algo que parezca creible, pero ahora, de momento corre prisa salir de aquí...

Violet se encontraba arrastrando a la "estatua" de Romano en el momento en que todo volvió a la normalidad.

Ella tenía ambas pistolas en un bolsillo interno del bolso que usaría para viajar, si es que se daba la oportunidad de viajar en ese momento.

Escena exacta en la que te encuentras:

En un sólo parpadeo Violet vuelva al lugar que había abandonado en el momento en que todo se congeló, Romano también queda petrificado en el mismo lugar en el que estaba justo antes de que Violet comenzara a empujarlo.
Por lo poco que podía ver, Anauel seguía teniendo su arma en la mano, o por lo menos su forma se podía ver por debajo de la blusa, y Lobatto continuaba su camino hacia Romano.

Justo allí es donde todo comienza a tomar movimiento nuevamente.
La desesperación tomo el cuerpo de Violet al ver que Anauel seguía acercándose a ella.... pero lo inesperado ocurrió.

La rubia y sofisticada mujer tropieza y su arma cae al piso, al igual que la de Lobatto, esto no podía ser coincidencia. Justo cuando Violet piensa en gritarle a Romano que corra... éste ya lo está haciendo ¡y exactamente hacia la dirección en que ella lo había empujado segundos antes!...
Todo era muy extraño.

- Maldita miérda! Grito a la vez que miro mi arma caer al piso.
Me lanzo al suelo sin pensar en las consecuencias, todo parecía mejor que armar un revuelo en el aeropuerto lleno de guardias.

Esos dos idiotas deberían haber hecho caso y venido por las buenas

¡Levantate y atrapalos! Grito a la rubia mientras veo que también se había tirado a buscar su propio arma.

... Mierda, mierda, mierda... ¿De dónde salieron estos dos y qué mierda quieren con nosotros?
Comienzo a correr como si supiera exactamente hacia dónde estoy yendo.

¡Violet no sigas hacia adelante...! ¡Vuelve... Vuelveee! Grito para evitar que siguiera adelante, pero por alguna razón tengo que ir hacia donde sé que no debo.

Por lo menos espero que violet lo consiga. Sigo corriendo sin poder detenerme o cambiar la dirección.

Me giro y veo que Romano va en otra dirección, así que rápidamente cambio la mia y le sigo. No se hacia donde se dirige, pero parece que lo sabe, mejor que ir sin saber a donde...
Doy un rápido vistazo hacia esos dos, para comprobar que los hemos dejado atrás e intento alcanzar a Romano.

Ha pasado media hora desde que estás en la puerta del aeropuerto esperando a Anauel y a Lobatto para encontrar a Violet y a Romano, las dos presas a capturar.

Quizá de tí dependa poder lograrlo.

Finalmente logré romper las ataduras de esas guías imaginarias que me llevaban hacia un lugar que no sabía cuál era.

- Violet. ¡Afuera nos están esperando! No salgas por esa puerta.

Sentí una humedad en el ambiente que me pareció demasiado densa, pero continué pensando en que se debía al horrible momento que estaba pasando y a los nervios de la situación.

Mientras espero, miro a la gente que pasa, no con mas disimulo que ellos a mi. Despues de un rato, empiezo a sentirme aburrido, y las voces empiezan a marearme, asi que procuro entretenerme revolviendo en un contenedor de basura. Seguro que encuentro algo util. Despues de un tiempo hurgando entre los desperdicios, me doy cuenta que ya hace media hora que Lobatto y Anauel entraron, asi que decido entrar a echar un vistazo, despues de dejar todo lo que habia sacado del contenedor por alli tirado.

Alexander abre la puerta de entrada del edificio (Aeropuerto). Dentro todo estaba hecho un revuelo, la gente corría de un lado a otro buscando sus equipajes, haciendo colas para despachar sus cosas, algunos saludándose de familiares y amigos.

A la distancia logra ver en el piso a Anauel y Lobatto, ambos estaban tirados arrastrándose y tratando de llegar a sus armas; al parecer se les habían caído de algún modo: Algunos gritos se oían de las pocas personas que estaban prestando atención a lo mismo que Alexander.

Corriendo hacia Norton, Romano, un muchacho de unos 25 años que coincidía exactamente con la descripción del hombre que buscaban, intentaba cruzar la puerta de entrada.
Por lo poco que se podía apreciar, Anauel y Lobatto habrían intentado amenazar al chico con las armas y se habrían caído.

La segunda persona en cuestión, y tan buscada por traición como Romano, era Violet... quien se podía ver corriendo en dirección opuesta.

Inmediatamente, y sin pensarlo ni un segundo, me abalanzo sobre Romano, con la intención de derribarle y al menos ganar tiempo, ya que en un enfrentamiento físico de otra manera, no tendría posibilidades contra un joven

Un hombre abre la puerta a la que se dirigía Romano y de la que te decía que no debías acercarte.

Alexander, quien ahora entraba con cara de cínico por la puerta del aeropuerto, se abalanza contra Romano derribándolo.
El olor rancio que despedía podía advertir a cualquiera de que el hombre no se había bañando por un buen tiempo, un muy buen tiempo.

Una alarma suena en el pabellón en que se sucedían los hechos y la gente comienza a correr en todas direcciones abandonando la cercanía de Anauel, Lobatto, Romano, Violet o Alexander: quienes de momento se miraban unos a otros.

Anauel y Lobatto habían conseguido levantarse.

Me levanto y corro hacia donde se encuentra Violet esperando poder sujetarla a la fuerza, noto cómo la gente va desapareciendo de la vista y me siento gloriosa por no tener testigos. Dios hubiera querido que nadie vea el sufrimiento de sus infieles.

La penitencia debe ser particular y personal.

El aeropuerto queda vacío y yo desafío con la mirada a Violet.

Comienzo a correr a Romano, una vez tengo el arma nuevamente en la mano, cuando veo que Alexander entra por la puerta y se avalanza contra mi presa.
Quedo algo anonadado, pero aún así sigo corriendo esperando poder serle de ayuda a Alexander.

Me detengo al ver como ese viejo apestoso se lanza sobre Romano, me giro y veo a la chica rubia corriendo hacia mi, intentando sujetarme, se detiene y me observa; también la miro, no sé quienes son, ni que quieren, así que intento controlar mis sentimientos...

Qué queréis?