Partida Rol por web

Con la aparicion de la princesa nuevamente un juego de sombras llego por delante de el joker , que si bien fue delatado por sus cascabeles no estaba a la vista de nadie.

En las sombras se veia a una princesa acordando con un principe unas nupcias

Estimado principe encantador , por el bien de nuestros reinos aceptare estas nupcias y asi CASI todo el reino sera feliz.Parecia decir la sombra chinesca de la princesa

Tu belleza y nobleza encandila mi corazón y ya que vuestro bufon es divertido le pedire que recre esta escena para que nuestro amor se recuerde en generaciones venideras .dijo el principe de sombras chinescas , al juntarse con la otra mano y mostrar lo que parecian dos sombras besandose.

el principe salio de la sala apenas una unidad de tiempo antes , por tanto la historia de sombras podia esplicar la apariencia de la princesa......eso si se explicaria en la escena que pudiera existir tras vastidores.

La sombra del principe se enfrento a un dragon y lo derroto , tras tropezar y clabarle la lanza sin querer .

Luego una sombra real se aproximo vorazmente a un escenario de cocina........para comer un tentempie en un plato que ponia roushack

asi continuaron las sombras recreando escenas comicas durante casi una hora

Peach no entendía nada. Había pensado en ir a la biblioteca pero sus pies le habían llevado al salón de baile. Pero al ver las sombras chinescas, de las cuales era la protagonista, cambió de parecer. Y se acercó hasta Encantador con una dulce e inocente sonrisa. Primero una reverencia y después habló, ignorando con quién estaba o no.
-Mi señor, ¿habéis encontrado mi anillo de compromiso?-Le soltó sin más, con su típico acento de pija.

El príncipe se encontraba en un Rincon de la sala, hablando con el bardo. Mientras esperaba pacientemente su respuesta, vio como la princesa Peach entraba en la sala. La seguían aquellos estúpidos cascabeles de nuevo.

Princesa, discreción! Pensaba el príncipe. Esperemos que tengas cerebro.

Quería tratar ese asunto, pero, necesitaba más urgentemente la respuesta del bardo a su anterior petición…

Los invitados contemplaban con el ánimo suspendido el espectáculo de sombras en el que el príncipe victorioso se acercaba a palacio donde lo esperaba su princesa enamorada y entonces ella ella al verlo gritaba:

-¡​GUAAAARDIAS!

 Un momento... Aquel grito procedía del ala norte del palacio. Y aquella voz... ¡era la de la princesa Zelda!

La interrupción del cazador me sobresaltó tanto que pegué un pequeño brinco hacia atrás chocándome ligeramente contra el rey. Apenas había sido un roce pero la situación me incomodó de sobremanera.

- Mis excusas, Alteza. - a pesar del extraño momento me quedé junto aquellos dos hombres esperando la decisión del monarca. ¿A quién elegiría? Fuera quien fuese resultaría bastante significativo.

El grito de la princesa Zelda cortó cualquier extraño pensamiento que empezaba a cruzarse por mi cabeza. ¿Debíamos ir el gato y yo a echar un vistazo? Ah, no, que nosotros no formábamos parte de la corte así que no debíamos involucrarnos...

Aún no sabía por dónde comenzar a hablar. Al escuchar el grito de la princesa Zelda, salió con paso ligero de la salón de baile para acudir a la llamada de su hija y saber que le ha ocurrido. Con la de personas non-grata que se mueven por el castillo, no quiere esperar tener que echar a alguien en concreto de él por hacerle algo a alguna de sus hijas.

Veo como se acerco el Rey de Picas a la Bruja Piruja. Y no paraba de mirarlo fijamente, se dio cuenta el Gato con Botas y me dijo. Señora, ¿acaso le preocupa algo? Es que... ¿Conoce a Piruja?, le miro al Gato Con Botas y le respondo rotundamente. –Señor no sabe la conozco, pero no se imagina cuanto. Pero nadie sabe de que la conozco ni ella se imagina quien soy yo... agacho la cabeza con un poco de sentimiento.

Vuelvo a mira haber que estaba pasando y veo que se acerque Elmer antes de que se fuera hablar con la Señorita Piruja. Me quede un poco tranquila. Al ver que esta conversando el Rey con Elmer. Veo que entran por la puerta la Princesa Peach y el Príncipe Encantador. Al Salón de Baile.. y de fondo se le escucha a la Princesa Zelda que pego un grito ¡Guardias!, que abra pasado. Pero no me repercute a mí, ya que iban los guardias a encargarse de La Princesa Zelda.
Me quede observando como esta El Salón de baile de gente y los invitados cada uno conversando.
 

A Encantador:

- Por supuesto señor, si así lo desea así será puesto en el cuento. Sin embargo... - Asuranceturix había quedado totalmente prendado de su sonrisa, sin embargo la circunstancias en las que habian aparecido la princesa y Joker se volvió relativamente a la realidad - ¿Y si ella ya ha elegido otro pretendiente mas de su gusto?

En ese momento se escucha el grito de Zelda y corro con la reina a ver que ocurre

Peach reconoció enseguida la voz de su hermana, bueno, ¿para qué mentir? Le costó un poco descifrar de quién era la voz de pito que sonaba con tanta irritabilidad desde el otro lado del palacio. Suspiró y se llevó la mano a la frente mientras negaba con la cabeza resignada.
-Ya empezamos.-Musita para si misma retirando la mano mientras observa como la gente va al rescate de hermana. Jopelines, me olvidé de su nombre, otra vez.- O sea, alguien se le habrá acercado para hablar con esa petarda y ya habrá pensado que quieren manosearla, si es que hay que ser egocéntrica y estar desesperada. Pobre diablo el que se haya metido en su camino.-Habló para sí.

Peach aprovecha la confusión para acercarse a Piruja y al Gato con botas.
-¡Jelou!-Saluda a ambos, levantando su mano energéticamente.-O sea, me encanta tu minino. ¿Dónde consigo uno o me puedo quedar este? -Le pregunta a la bruja-Trataría a Gato con mucho cariño, y sería nombrado mascota real, y tendrá todas las comodidades que yo tenga como princesa en este reino. ¿Qué te parece?

La reina y el bardo salieron precipitadamente de la sala acudiendo a la llamada de socorro de la princesa Zelda. ¿Qué sería lo había alarmado a la joven? Prácticamente todos los los invitados se encontraban en aquel momento en la sala de baile, excepto el príncipe Séptimus que había pedido hace unas horas la mano de la princesa y aquel extraño lobo vegetariano ¿Habría tenido el príncipe la grosería de propasarse con ella o sería que el lobo los había embaucado a todos con su supuesto cambio de carácter?

Maldita sea, esa niña siempre se tiene que entrometer en mis planes, pensó el príncipe mientras se daba la vuelta malhumorado dirigiéndose de nuevo a por su copa de vino.
Se apoya contra la repisa de la mesa y da un sorbo a su copa
Exquisito piensa mientras cierra sus ojos y echa su cabeza hacia atrás, mientras agita su sedosa cabellera.
Cuando observa como la princesa Peach se queja del comportamiento de su hermana, encantador sonríe pícaramente, pensando que su prometida y él tienen mucho más que ver de lo que pensaba. Realmente vamos a hacer una buena pareja.
Se acerca despacio al grupo que se ha formado y ante el comentario inapropiado de Peach no puede sino sonreírle a la bruja y cambiar de tema lo más apresuradamente posible.
Mmm creo que tenemos algún asunto pendiente, le comento a la bruja.

Todavía a la espera de la contestación del monarca, su hija, la princesa Peach, se acercó hasta nosotros alumbrando el rinconcito donde nos encontrábamos con aquel vestido chillón que abusaba del rosa y del mal gusto. Sin embargo yo más que nadie sabía que jamás se debía juzgar a una criatura por su apariencia física o sus atavíos así que no pensaba opinar de una muchacha a la que todavía no conocía. Eso sí, a esas alturas ya me atrevía a aventurar que su actitud happy flower no era más que otro complemento que conjuntaba o bien con el día o con su traje. Me negaba a pensar que una persona podía comportarse así continuamente.

- Princesa... - respondí con educación a su saludo efusivo y desenfadado. No sabía muy bien si ello me daba luz verde a comportarme de la misma manera, al fin y al cabo aquella señorita sería aproximadamente de mi misma edad, pero mi sexto sentido me obligó a hacer el esfuerzo de contenerme; así que me quedé con las ganas de chocarle esos cinco. - ¿No va a comprobar el estado de su hermana? Parece ser que ha sido ella la que ha reclamado a los guardias. Lo cierto es que sería mejor que permaneciera en el salón, no sea que también le ocurra algo y nos quedemos sin princesas. No tenemos de repuesto. - Solté una risilla nerviosa. Todavía no conocía el sentido del humor de Peach. - Lo que menos necesita este reino sumido en crisis es más tragedia y desapariciones. En cambio, una celebración como una ceremonia nupcial alegraría a sus habitantes. ¿Puedo ya felicitarla por su compromiso? - hablando del cual, observé de reojo como el segundo involucrado se aproximaba hacia nosotros. - "Mi" minino es en realidad un amigo y no una mascota y me temo que no se lo podría regalar aunque quisiera porque carezco de autoridad sobre él. - contesté a la pregunta de la altiva dama. - Pero puede preguntarle vos misma aunque me temo que su respuesta será una negativa. Aún así inténtelo, descubrirá que su conversación es muy grata. Puedo dar fe.

En ese momento el príncipe Encantador se unió a nosotros. Su pelo reflejaba el color intenso del vestido de su prometida y me cegaba por partida doble. Siempre hay un roto para un descosido.- Buenas sean de nuevo Encantador - le saludé gratamente. - Nuestra charla parece siempre darse lugar cuando espero encontrarme con su Majestad de forma privada. Comprenderá que le dé prioridad a la realeza que regenta mis tierras. Pero no dude de que si el Rey rechaza dirigirse a mí, me encantaría averiguar lo que alguien como vos tiene que decir a una sencilla persona como yo.

Hablando con la bruja aparece el cazador Elmer para hablar conmigo. Que solicitado estoy por Dios...

-Hablad sin problema Elmer, no os corteis porque esté la bruja Piruja 

Pero en ese momento, un grito de la princesa Zelda parte la situación y la conversación. Viendo que la bruja sale a acudir a la llamada, corro detrás de ella y hago un gesto para que Elmer nos siga.

Esta situación se nos va de las manos, y la única preocupación de Peach es conseguir un gato parlante.

Espero que el lobo feroz tenga éxito en su "misión" y poder seguir adelante con el plan.

Busco a la reina y le pregunto por Zelda

-Quien ha sido el último en verla!!- grito alterado- buscadla!!

Si le ha pasado algo malo,  tendré que desempolvar la guillotina, y empezar a cortar cabezas.

Dios, necesito un porro... y ese cerdo al final no tiene material... ¿quien puede tener algo de los presentes?

Por los siete felinos, ¿qué está pasando? De repente todo es caos, corredizas, gritos, interrupciones...

Vio como Mary Rose volvía a alejar. El Gato con Botas ya no sabía quién le hablaba. Todos eran más altos que él y no le gustaba que tuviesen que mirar hacia abajo. Y pensar que solo quería ir a la biblioteca de una vez... Estaba empezando a impacientarse.

-Princesa Peach, como ha dicho mi amiga, no soy de nadie. Aunque tenga cuatro patas, soy una persona y por lo tanto debe tratárseme como tal, con todo el respeto. Si quiere verme a menudo por aquí, consiga que la Bruja Piruja y yo tengamos las puertas de la Biblioteca abiertas a nuestro antojo. -Recordó la cita de un gran libro que había leído. Seguro que se referiría a la nobleza y a las intrigas palaciegas. Y citó, sin dirigirse a nadie en particular- No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merecen.

Miré a la Bruja.

-Piruja, este indiv... personaj... Príncipe-dijo el Gato señalando a Encantador- quiere engañarnos y separarnos. Y ya sabes qué puede pasar, ¿recuerdas? Además, he visto cómo sonríe y es algo extraño... (no sé si me entiendes)-. Luego, dirigiéndose a Encantador.- Si quiere hablar con ella tendrá que ser conmigo presente. Estoy segura de que debido a las circunstancias (desmayos principescos, desapariciones, guardias, gritos) lo entenderá. Ella y yo es como si fuesemos la misma persona, así que no debería suponer problema alguno. Podría quedarme en silencio, si lo prefiere. -sonrió el Gato. -¿A qué salón dice que nos vamos...?

Pero antes de que ningún otro de los presentes saliera en busca de la princesa, Zelda regresó al salón de baile algo más pálida de los normal. ¿Qué habría sido lo que la había sobresaltado de aquella manera?

El joker encartonado en su lugar especifico de las sombras poco podia hacer , vivio la situacion en un lugar demasiado lejano para ir a ayudar a la hermana de pech

Espero que este bien , seria muy maleducado por su parte moritrse antes de reirse de uno de mis chistes

El joker se areglo para que nada en el pareciera inapropiado y empezo a bajar por una pared lateral , en busca de lo que alli pasara

El príncipe estaba a punto de salir acompañado por la bruja, cuando aquel gato interrumpió su propósito, inmiscuyéndose donde no le llamaban. Tomó una bocanada de aire y dirigiéndose a él, comentó con cara de extrañeza.

¿Qué quiero engañaros y separaros? Verás, ni te conozco de nada ni tengo la intención de hacerlo, en absoluto mi intención es separarte de nadie ya que lo que hagas o dejes de hacer, sinceramente me trae sin el más mínimo cuidado. Ahora se dirige hacia la bruja, con su sonrisa habitual, Madam, viendo que necesita niñera, podemos dejar nuestra conversación para más tarde y ahora, si me disculpan.

El príncipe se gira y va a buscar más vino, mientras da un sorbo a su nueva copa, piensa que lo que esperaba iba a ser una noche llena de glamour y diversión, se está convirtiendo en un auténtico aburrimiento, lleno de animales que hablan y gente preocupada por todo menos por disfrutar. Quizá había llegado la hora de liberar un poco de tensión. Cuando la princesa Zelda entró en el salón, se dirige hacia ella y le dice.

¿qué le ha pasado princesa? Quizás deberíamos ir a echarle un poco de agua en la cara.