Partida Rol por web

Eryn Lasgalen, El bosque de de las Hojas Verdes

Cap. 7: Las aguas del Anduin

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02/08/2017, 00:28
Director

RESOLUCION TURNO 700
 

 

El amanecer llego. Con las primeras luces fueron despertados por Percigal en persona. Sabía que sus clientes debían estar en los muelles temprano y se había permitido la licencia de despertaros. El grupo bajo y tras un buen desayuno, pusieron rumbo hacia su nueva etapa.

Llegaron hasta el embarcadero y pudieron comprobar como el posadero, fiel a su palabra, tenía preparadas todas las viandas que Freagulf se había molestado en acordar. Además, los caballos esperaban para ser subidos a bordo de “El madero”.

La embarcación, a pesar de su bruto nombre, era una delicada gabarra. De bajo calado y maderas nobles, aquel barco inspiraba confianza. Tenía sitio para varios remos, y una gran vela triangular azulada que en ese momento estaba recogida. Los marineros vestían sorprendentemente pulcros y se afanaban en colocar las ultimas cargas que debían transportar.

Al cabo de apenas media hora, todo estaba listo. Tan solo bastaba cruzar la pasarela. Para regocijo de Erik no se trataba de un par de tableros mal colocados, sino de una fuerte estructura de madera con barandillas que ayudaban a los operarios a pasar cargados, o arrastrar las carretillas en las que movían las cargas.

 

 

Notas de juego

 

► Anotad el próximo turno como “Turno 701

► Toma de contacto, los animales esperan para ser subidos

 

► Resolución del próximo turno: Viernes 04-08-17

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02/08/2017, 13:06
Erik Frost

Turno 701

Me levanté con las primeras luces del alba. El propio Percigal vino a despertarnos, todo un detalle por su parte después del malentendido con la Sabrosuela, y sin embargo del todo innecesario, al menos en mi caso.

Había pasado la noche prácticamente en vela, dando vueltas e intentando encontrar consuelo en aquellos mullidos y blandengues camastros donde los pies-largos gustaban de descansar.
Inquietantes imágenes de aguas turbulentas y barcos zozobrantes me atormetaron durante las interminables horas de silencio y oscuridad que siguieron a la cena.
La misma habitacion parecia moverse, mientras mis huesos se hundían en las acolchadas sabanas que cubrian mi jergón

Pensé en acomodarme en el suelo, al lado de mis cosas, pero no me pareció apropiado, de modo que me puse la cota para poder sentir algo firme en mi espalda antes de la llegada del Alba.

Cansado y bastante irritado por el sueño, me dirigí a la sala común, donde por primera vez en años, hice ascos a un opíparo desayuno. Tenia el estomago revuelto y no me entró mas que un pedazo de pan con queso y un vaso de leche.

Cuando llegamos al embarcadero nos encontramos a los hombres de Flustan cargando las últimas provisiones para el viaje.

Despues de todo "El Madero" era una barcaza que poco se parecía a la desordenada maraña de maderos de mi sueño. Y aunque eso supuso una bocanada de aire fresco en mis pulmones, el alivio se desvaneció en cuanto pude dar mi primer paso dentro de la embarcación y sentir el suave bamboleo que la mecía al peso de las cargas.

Antes de entrar, me senté en una roca cerca de la orilla y me quite la Cota y el Yelmo que puse con el resto de mis cosas, junto a Helmund. Y por último me deshice también de las pesadas botas con punta de acero que solía llevar. Si algo fuese mal en el río, no quería llevar encima nada más que lo imprescindible.

Mientras el resto ordenaba sus cosas. Me preocupé de hacer que los hombres de Flustan embarcasen mi Barril dando instrucciones de que lo emplazasen los mas lejos de las barandillas del Madero. Y allí en el centro de la balsa, aseguré mi cuerda fuertemente al barril y me la até a la cintura. Entonces me senté, encendí mi pipa, me eché la capucha y ya no hice caso de nadie más. Solo quería que el madero partiese y aquello terminase cuanto antes.

Notas de juego

Si puede ser, pido que alguien me suba el caballo.

Dejo la cota , Yelmo y botas con el resto de mis cosas y me espero a que el barco zarpe.^^

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03/08/2017, 16:56
Tülak

Turno 701

La fria luz que precedía al amanecer se refractaba en múltiples arcoiris al cruzar las capas más superficiales del glaciar. El viento, siempre mordiente en Forodwaith, ululaba con dureza, barriendo la nieve en polvo que cubría el hielo eterno. Todo esto lo escuchaba yo desde la cueva en la que había hecho noche, a punto de levantarme para la caza matutina. Si Malilic nos era propicio, conseguiríamos varios ejemplares de foca sin incidentes con los temibles osos blancos...
... Pero algo no cuadraba. Algo estaba fuera de lugar: un calor no conocido en aquellas latitudes:

- Que ocurre?? De donde mana ese calor?? Y ese sonido...???

Cita:

- Toc, toc, toc!!

Los nudillos del posadero volvieron a golpear la puerta, y entonces sí, el velo del sueño cayó del todo, y me encontré encima de un mullido colchón, empapado en sudor, pues lo caldeado de la habitación se ajustaba mucho más a las necesidades sureñas. Junto a mis compañeros, gruñí unas palabras de agradecimiento, antes de meter la cabeza en el frío barril de agua helada, directamente traída del Anduin. Aquello me permitió revivir, y en breve, con apenas unos madrugadores, disfrutábamos de un pingüe desayuno en la sala común.

En la oscuridad del crepúsculo dirigimos nuestras monturas hacia el embarcadero, donde El Madero esperaba para zarpar, con sus operarios ultimando todos los detalles. Subieron nuestra comida, y poco a poco fueron subiendo nuestras monturas. Sobre la grupa de Zanahoria descansaba el macuto que había hecho con mis pertenencias. A parte de la ropa, solo el martillo descansaba en mi cadera, y la jabalina cruzada en mi espalda.

Agradeci con un asentimiento la eficacia de Flustan y sus hombres, y me acerqué al patrón de la embarcación:

- Bien, señor, estamos atentos a las recomendaciones que tenga que darnos para el viaje...

Erik rezongaba en el medio de la embarcación, enfurruñado. Era muy consciente del esfuerzo que el naugrim había hecho para subirse a ese barco.

Haelembor, por su parte, mostraba esa cara afable que solía obsequiar a los que había a su alrededor, suponia que satisfecho por las gestiones de la tarde noche anterior en la botica.

Preparado para zarpar, quedé observando el reflejo de las luces de Linduin jugueteando en la superficie del río. Sin duda, la visita a la población ribereña había resultado ser un bálsamo para nuestro ajetreado viaje, plagado de problemas mientras cruzábamos el bosque.

Notas de juego

Haelembor, con la pasta que quedó tras el barril de cerveza de Erik, pilla tú lo que consideres, según las posibilidades mágicas que tengas: pilla lo que complemente tu propio poder como Animista!! ;)

Por mi parte, visto ropa normal (Sin Armadura), y llevo el martillo y la jabalina. Armadura y demás, en el petate.

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04/08/2017, 10:45
Freagulf

Turno 701A

Tras recibir los comestibles para el camino y revisar los suyos de manera somera, se los colgó a la espalda, tras lo cual, chocó la mano del posadero en pos de confirmación de la recepción. Estaba contento de ver que no pasarían hambre...por lo menos en principio.

Habían peleado y discutido, sufrido miedo y frio, habían combatido y vencido ... o por lo menos, salido airosos; pero lo peor había sido el hambre. Y a eso hay que añadir la pérdida de su amigo, de su fiel montura. Sus ojos ya no la lloraban, pero su alma tardaría tiempo en asimilarlo totalmente. Ya era un paso que quedó a la espalda, y además, había que estar ogulloso, ya que sus coces habían suplido su falta de salud en el combate y le habían sustituido en la línea de batalla.

Un vistazo atrás señaló un saludo. Mejor dicho, una despedida. - Hasta la visa. Y enseguida se giró para hacerse cargo del resto de monturas. Además, quería estar entretenido con algo, ya que los enanos eran reticentes al agua (igual por eso se bañaban poco) y sus pensamientos le hicieron sacar una sonrisa picaruela. Empezó a embarcar las monturas en silencio. Las tranquilizaba acariciándolas entre los ojales, y entre los ojos; en los flancos y en las patas. Sin palmadas, con paciencia. Incluso así, sería un ente ajeno a la bronca que esperaba que se liase por esos seres, hijos de la piedra.

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04/08/2017, 11:24
Temudyin

Turno 701

A la mañana siguiente, Temudyin se sorprendió al despertarse y notar que su cuerpo estaba relajado. En aquel mullido jergón como hacía tiempo que no dormía, había conseguido quitar todo atisbo de cansancio del viaje y las pesadillas no habían aparecido. Se desperezó, aseo, miró las feas heridas de sus piernas, se vistió y bajó con el resto a disfrutar del desayuno que ya estaba preparado, al igual que la comida para el viaje. Un buen trabajo del posadero.

Antes de salir de la posada, se despidió de Kolli. No continuaría con ellos. Fue una despedida breve pero con un sentimiento profundo. Se separaba del grupo un gran guerrero, un formidable mediador y apaciguador de Erik, algo que para Chaka era más que necesario. No hubo lágrimas, solo unas pocas palabras y un fuerte apretón de antebrazos, un signo de respeto y cierto aprecio mutuo. Y después cada uno por su lado.

En el puerto "El Madero" esperaba a sus pasajeros, mientras unos pulcros marineros organizaban la carga a transportar. Erik se había quitado todo lo pesado, incluidas las botas, por el miedo de terminar hundiéndose cual piedra, pero sin embargo se ató al barril de cerveza. Por su lado, Temudyin no se quitó nada de su equipo, pues realmente no llevaba gran cosa y ayudó a Freagulf a subir a los equinos y atarlos donde el patrón de la barcaza les indicó.

Miró a su alrededor y anduvo de lado a lado buscando en la barcaza posibles puntos de defensa ante un posible ataque. Sus compañeros no llevaban armas de distancia, pero quizás ya estaban preparados para ello los tripulantes. También investigó un poco que armas que llevaban aquellos pulcros y atareados marineros, intentando no ser demasiado descarado y observó si eran los únicos pasajeros de aquel viaje.

Después se acercó a Erik y en tono jocoso intentando tranquilizarle, le comentó. - Amigo, quizás debas empezar a beberte esa cerveza, pues un barril vacío flota bastante más que uno lleno.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción para defenderse

Tirada: 1d100

Resultado: 23(+57)=80

Notas de juego

Supongo que las monturas no deberían ir cargadas, no?

Tirada de Percepción para sacar info de como son las defensas en la barcaza, posibles puntos para defenderse y armas que llevan esos marineros. ¿Cuantos son? ¿Hay más pasajeros como nosotros?

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05/08/2017, 13:14
Director

RESOLUCION TURNO 701
 

 

El Madero era un barco útil, de carga y a la vez guardaba la compostura de unas líneas estilizadas. Así eran los barcos de Gondor, cuyos antepasados habían dominado los mares y que poseyeron la más grande flota del mundo.

Se trataba de una gabarra, con un calado bajo, por lo que su quilla no se hundía en demasía bajo la línea de flotación. La cubierta exterior era de madera de calidad, olmo en tablones calafateados desde la roda hacia el codaste y desde la quilla hacia la borda. Apenas se notaba la separación entre los tableros del forro, era un trabajo minucioso. Aparte de su buena manufactura, el cascaron del barco destacaba por su limpieza, pareciendo una sola pieza en lugar de cientos de tableros. La quilla, el tajamar y la roda estaban hechos de roble, más duro y de color más oscuro. La proa carecía de bauprés ni de botalón, en esa zona la borda y la cubierta se elevaban para formar un pequeño castillete. Era usado para observar las aguas que los esperarían por delante, y en el que un marinero estaría apostado durante toda la travesía, expectante a las corrientes y obstáculos.

La borda estaba culminada por una negra madera, ébano, pero pulido y lustroso hasta casi brillar, dando un toque de elegancia a la línea de la embarcación. Tenía horadados varios agujeros con soportes para los diez remos que disponía aquella embarcación y que ahora descansaban colgados en el interior de la borda. La cubierta estaba hecha de teca casi en su mayoría, la zona de carga, que era casi toda, estaba repletas de remaches de diminutas puntas para mejorar el agarre de las cargas y las botas al caminar por ella. Bajo cubierta se encontraba la bodega, no era muy alta, un hombre tendría que agacharse si era demasiado alto. No era diáfana, se dividía en tres secciones a lo largo de la eslora del barco, con entradas independientes para cada una de ellas. Esas entradas eran grandes tapas de madera que se levantaban para las operaciones de carga, y que estaba asegurada por varios cerrojos de hierro que impedían su movimiento.

Varias mesas de guarnición recorrían el exterior de la borda, en ellas los obenques y vigotas sustentaban un único mástil central. El mástil era alto, de casi nueve metros de alto, estaba cruzado por una entena en la que descansaba una vela azulada, en ese momento recogida y que por cómo se conformaba el árbol, era triangular.

En el fanal de popa, la borda también era más alta, formando la toldilla. Era un lugar tapado en el que los marinos colocaban hamacas para dormir y se refugiaban del sol del verano. También estaba la estancia privada del capitán, una puerta que daba a la zona común la aislaba del resto. El castillo de popa, sobre la toldilla, era el lugar donde se apostaba el timonel. La caña se unía a una pala que se hundía en el agua y que gobernaba la dirección del barco. Sobre el timón, insertada en la borda, un mástil de tres metros de altura sujetaba la driza de la bandera que ondeaba. Una bandera de fondo negro, con el emblema del reino unificado en color plateado. el árbol blanco de Gondor, con la corona de los reyes y las siete estrellas, ondeando al viento. La bandera era muy grande, ocupando algo más de la mitad del mástil. Bajo ella una verga transversal aguantaba dos faroles.

Todo fue cargado mediante vergas, poleas y cabos, usando la amplia pasarela o por medio de mulas. La carga iba en su mayoría en las bodegas, siendo colocadas según su destino final en cada una de las bodegas. También varias cajas, barriles y fardos fueron bien asegurados en cubierta con cuerdas y cadenas. S colocaron en popa, cerca de la toldilla y en proa, junto al castillete, dejando espacio de sobra para llegar a ellos y también para poder manejar los remos. Los animales se colocaron al pie del mástil, donde se había improvisado unas barandas a modo de corral, y colocado dos cajones, uno a modo de pesebre con heno y otro a modo de abrevadero con agua. Los invitados usarían algunas hamacas sobrantes que había bajo la toldilla, en la popa del barco.

Apenas media después de llegar, con todo cargado y listo, la embarcación comenzó su viaje desplegando el velamen. Fue entonces cuando vieron lo impresionante del conjunto. Una vela azulada, con el mismo blasón que ondeaba en la bandera, comenzó a hincharse y a empujar el velero hacia la corriente. El grupo estaba tranquilo, a excepción de Erik, cuya desconfianza le hizo desprenderse de todo enser pesado que pudiera enviarlo al fondo del rio. Además, había comprado un barril, al que hizo injertar una argolla, y se ató a él en el centro de la embarcación, junto a los caballos.

El sol había despuntado ya, y aunque las grises nubes en el cielo hicieron presencia, no amenazaba lluvia por el momento. El aire sí que soplaba fuerte, el aire frio arreciaba en cubierta cortando como afilados cuchillos en la carne. Eso impulso la embarcación con fuerza, al menos hasta que el capitán mando recoger las velas tras la maniobra de desamarre, para dejarse llevar por la corriente.

La vida a bordo era sencilla, tan solo había que preocuparse por no marearse y sobre todo no molestar. Los marineros, unos doce sin contar el capitán, dedicaban su tiempo a holgazanear una vez realizadas las tareas diarias. Siempre había tres hombres de guardia. Uno en el castillete de proa, observando impertérrito las aguas en busca de rocas, corrientes y aguas profundas. El otro estaba sobre la toldilla de popa, vigilando las orillas y la cubierta. El tercero era el propio timonel que, manejando la vara, seguía las indicaciones que el primero le hacía con los brazos. En ese tramo no tenían de que preocuparse. El Anduin bajaba ancho y caudaloso, con buena velocidad y calmado. Todos habían hecho tantas veces el viaje, que todo era un mero trámite, pues conocían bien cada recodo del rio Grande.

El día paso sin ningún tipo de sobresalto. Los aventureros, únicos que no pertenecían a la tripulación, estaban aburridos viendo pasar el terreno que se extendía a las orillas. Al principio era llano, pero poco a poco se fue transformando en abruptas elevaciones que se alzaban casi verticales, en algunos casos, sobre las aguas del rio. A la hora de comer y estaban atravesando lo que era conocido como las tierras pardas. Un páramo cuyo nombre era merecido, pues nada crecía salvo el polvo y la roca. Cuando llego el medio día habían recorrido ya un buen trecho, más de setenta kilómetros de ruta fluvial. Solo un par de veces se vieron, los marinos, a corregir el rumbo obligados por la corriente. Nada preocupante.

Comieron en cubierta, uno de los grumetes hacía las veces de cocinero y había preparado un guiso de pescado con patatas que acompañaron de vino especiado y pan de centeno. Sin detenerse continuaron el viaje, hasta que al cabo de unas cuantas horas el sol comenzó a ponerse en el horizonte. Navegar era complicado sin luz y por ello el capitán, como tantas otras veces, ordeno arribar. No habría necesidad de bajarse del barco, pero sí de encontrar una ensenada en la ribera que diese cobijo a la embarcación contra la fuerte corriente. Por suerte, tenían y sus costumbres, y se detuvieron en un lugar conocido. Incluso había un rudimentario embarcadero.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Clima

Tirada: 1d100

Resultado: 18

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 702

► Pasáis todo el día. No hay problemas. Llega la noche, podéis bajar o no del barco. Hacer guardias o no.

Plano de “El Madero”

 

► Resolución del próximo turno: Martes 08-08-17

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05/08/2017, 15:55
Captarion (Capitan de "El Madero")

Turno 702

 

El capitán estaba tranquilo, tantas travesías, una y otra vez repitiendo el mismo camino le habían dado esa confianza. Daba ordenes, que los marineros ya conocían, sin embargo su figura seguía siendo necesaria pues los tripulantes tenían que ver una figura que les diese confianza.

- ¡A estribor en la explanada! - grito a todos sabiendo que conocían el destino.

Pronto llegaron a la explanada, una playa pedregosa en la ribera oeste del rio y en la que se habían molestado en fabricar un pequeño y precario muelle.

- Venga chicos, guardias, como siempre - dijo sonriendo - Respecto a ustedes... puede desembarcar, o no, hagan cuanto quieran - se encogió de hombros mirando al grupo, realmente le daba igual. Después se retiro a su camarote.

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05/08/2017, 19:14
Director

Turno 701
Percepción

 

Temudyin examino cada recoveco del barco. No le seria difícil protegerse en la cubierta. La borda permitía agacharse tras ella fácilmente y la carga ofrecía infinidad de cobertura en la popa y en la proa. Menos en la parte central del barco, pues allí solo estaban los caballos.

Los marinos no contaban con mas armas que un fuerte cuchillo que pendía de sus cintos. No vio ningún arma mas lo que no significaba que no estuvieran escondidas en algún baúl de la toldilla o incluso en el camarote del capitán.

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05/08/2017, 18:01
Tülak

Turno 702

El frío viento que acompañaba el caudal del Anduin revolvió con fuerza mi pelirroja barba, mientras la embarcación, dirigida con efectiva costumbre por el capitán, Captarion, ser dirigía al centro de la corriente, dispuesta a aprovechar al máximo la dureza del río para avanzar.

A diferencia de Erik, yo no tenía miedo. No era ducho en marinería, ni siquiera un buen nadador, pero sabía los rudimentos básicos para no hundirme, y mantenerme a flote. Procurando no molestar a los doce marineros, me iba moviendo de un sitio a otro, disfrutando de la vista que ofrecían las dos riberas del río: llanuras interminables al principio, y avalados rocosos de color pardo, dando nombre a las yermas tierras que íbamos cruzando:

- Gracias..., dije, abruptamente, en un momento del día, tras haberme acercado a la posición, casi en el centro geométrico de la cubierta, del enano, amarrado a su barril. - De veras que soy consciente del esfuerzo que supone para ti viajar en barco, pero tendrás que reconocer que el avance es asombroso..., le dije, con una sincera sonrisa, mientras veía como íbamos dejando atrás millas y millas de terreno, en alas del poderoso Río Grande.

Tampoco me había pasado desapercibido la inherente desconfianza de Chakka, que ocupó buena parte de la mañana en observar la embarcación y a sus operarios.

Llegada la tarde, cuando el sol empezaba a esconderse tras el final de la Tierra Media, por el oeste, el capitán ordenó a sus hombres dirigir la gabarra hacia una ensenada donde había un rústico embarcadero. Suspiré satisfecho, ni en mis mejores expectativas hubiera imaginado avanzar tanto, no con tan poco sobresalto.

Cuando el capitán se dirigió a nosotros, pudimos comprobar de nuevo que ni él ni su tripulación habían este viaje por primera vez. Asentí, y dije:

- Se que no tenemos la obligación,
pero, si quiere disponer de nosotros para las guardias, puede hacerlo: somos hombres de armas capaces. En cualquier caso, haremos noche en tierra firme
, agregué, mirando a Erik, suponiendo que el naugrim apoyaría esa decisión.

Bajé a tierra mi vieja cota de mallas, grebas, brazales y yelmo, aunque el yelmo lo dejé sin calzar.

Tenía hambre, así que me preparé para la cena, esperando la respuesta de Captarion sobre nuestras posibles guardias.

Notas de juego

Pues eso, nos ofrezco para las guardias, con la intención de buscar un buen sitio a la entrada de la ensenada, para hacer noche. Turnos de guardia habituales.

Por cierto, ha molado un montón la descripción del barco. Controlas, o que?? ;)

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05/08/2017, 23:38
Captarion (Capitan de "El Madero")

Turno 702

 

- Como quieran, si desean acompañar a las guardias, háganlo - dijo el capitán, era un hombre serio - Mis hombres harán guardias de una hora cada uno, aunque no es muy necesario, esto es el Yermo, no hay nadie - añadió dando poca importancia a esas guardias.

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06/08/2017, 01:09
Tülak

Turno 702 / 2

- Bien, en ese caso, acompañaremos a cada uno de tus hombres. Los mios estamos acostumbrados a dormir apenas tres horas,
y el gigantón hay días que ni duerme...
, respondí, no tan convencido como el capitán de que las Tierras Pardas estuviesen tan deshabitadas.

Sin más dilación, miré con avidez al Gigante de las Verduras. Pese a que llevabamos comida preparada por Percigal, habíamos dejado en él las riendas de la comida, y la costumbre ya me hacia asociarle a llenar el buche.

Una vez saciada la necesidad me dirigí hacia mis compañeros:

- Igual no os parece bien que nos haya ofrecido para las guardias, pero, en cualquier caso, creo oportuno hacerlas,
así que, que mejor que hacerlas con los marineros?? Si las hiciésemos a parte, podría interpretarse como falta de confianza, ahora será camaradería. No es que me guste hacer amigos
, gruñí, pero ahora estamos en sus manos...

... En cualquier caso, después de hacer dormido anoche a pierna suelta, supongo que nuestro amigo Haelembor no tendrá problema en repartirse la noche conmigo,
verdad?? Si alguno, por un extraño casual que unirse, bienvenido, pero en principio no haría falta.

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07/08/2017, 08:46
Freagulf

Turno 702A

Tras el fracaso del regateo con los tenderos, ya que tenían los precios prefijados, se encargó de ayudar a la carga de las bestias de monta en el "Madero". Permaneció silencioso, expectante, observando el terreno, acompañando al serviola que en el castillo de proa cumplía su guardia. No se fiaba de ataques desde tierra, ya que desde el agua, lo verían todos (cualquier nave en rumbo de colisión o de aproximación directa). El mareo en ningún momento fue problema, ya que tenía un amplio horizonte al que mirar, en todas direcciones al haber tomado compañía con el marinero que vigilaba el curso que la proa cortaba.

A la hora de las guardias nocturnas estaba bastante cansado, pero la tensión le mantenía en vilo, así que se prestó voluntario para la primera guardia. Sabía que en cuanto se relajara, dormiría como un tronco, y no valdría para nada más durante horas. - Tülak la primera la hago yo.

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07/08/2017, 12:39
Erik Frost

Turno 702

El madero resultó ser un barco fiable y mucho más confortable de lo que mi mente atenazada había imaginado.

Era lo suficientemente grande como para recibir el apelativo de casa flotante, y una vez a bordo, todo fue inesperadamente mejor de lo que cabría esperar.
Una docena de marineros se encargaron de cargar las provisiones y tener todo dispuesto para la marcha antes de que pudiese empezar a morderme los dedos.

Por fortuna, el movimiento del barco fue mas fluido y suave de lo que esperaba y salvo un par de momentos de tensión en un momento dado, cuando las corrientes parecían gobernar al barco en contra de la voluntad del Capitan, no hubo mayores sobresaltos hasta la puesta del sol.

En cuanto el capitán dio la orden de desembarcar. Me apresuré a recoger mis cosas y tras asentir a las palabras de Tûlak, pase a su lado como una centella llevada por el diablo hasta llevar mis pies lo bastante lejos de la orilla como para no escuchar el murmullo del agua que corría veloz en dirección al gran mar.

Una vez en tierra, procedí a montar la tienda en un ritual que ya se había convertido en rutina y que me ayudó a recuperar cierta normalidad y las sensaciones de los días previos a nuestra llegada a Linduin.
Puestas en perspectiva, las penurias debidas al frió y la humedad del bosque verde, parecían ahora un agradable recuerdo de un tiempo mejor, en comparación con la tensión y la incertidumbre que me generaban viajar sobre un suelo que se revolvía contra nosotros.

Cené en silencio, apartado, aunque antes de terminar, recogí el guante que Chakka me había lanzado por la mañana y le propuse para realizar una pequeña escapada al barco y rellenar unas cantimploras de cerveza del barril, para que todo aquel que quisiera sumarse, pudiese calentar un poco el cuerpo antes de acostarse. por último, después de calentarme un rato al fuego de la hoguera. Decliné la oferta del Umli para las guardias y me retiré a mi saco de dormir.
Estaba cansado. La noche anterior apenas había dormido y durante todo el trayecto la tensión me había mantenido con los nervios a flor de piel. Sentir de nuevo el firme de la tierra y la roca bajo mi espalda me ayudaría a reponer fuerzas y conciliar por fin el sueño que me había esquivado desde que llegamos a Linduin.

Notas de juego

Yo me pido dormir ^^

Dormiré con el martillo a mano y la cota de mallas puesta si no hay objeción. Por la mañana cuando regrese al barco me la quitaré de nuevo.

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08/08/2017, 11:05
Temudyin

Turno 702

El aire frío que apretaba en cubierta hizo que Temudyin se cubriera con la capucha de su capa. Sentado encima de uno de los fardos que habían amontonado en la zona de popa junto a la toldilla, contempló el impresionante conjunto de la vela azulada hinchándose con el fuerte  aire y empujar el velero hacia la corriente. Momentos más tarde, el capitán mandaba recoger las velas para dejarse arrastrar por la corriente Anduin abajo. Lo demás fue dejarse mecer por la corriente y disfrutar del paisaje, aunque en la mente paranoica de Chaka, un posible ataque le mantuvo entretenido durante una hora o dos. Miraba hacia atrás esperando ver otra embarcación persiguiéndoles o en las costas un grupo de orientales a galope para intentar acribillarles con sus certeras flechas. Poco a poco la holgazanería de la tripulación fue contagiándose al bosquimano y este termino medio tumbado entre los fardos y cajas. 

El paisaje fue cambiando de llano a abruptas elevaciones que se alzaban casi verticales. Mas tarde fue un páramo de polvo y roca, lo que llamaban las tierras pardas. El tuerto agradeció ir en aquel transporte, pues a caballo en aquel duro terreno habrían pasado más que penurias.

Cuando el sol ya se ponía, el barco cambio de rumbo para dirigirse a la orilla y allí arribó en un rudimentario embarcadero. Nada más parar, Erik corrió para bajarse de su tortura dispuesto a montar una tienda y la mente perturbada del bosquimano se despertó atenazada por las prisas del enano de separarse del agua. Aprovechando la situación, bajó a estirar las piernas y ya de paso a hacer un reconocimiento al rededor de aquella orilla donde el barco pasaría la noche. 

Tülak ofreció al grupo para acompañar las guardias de los marino y cuando lo comentó con los compañeros, Chakka asintió moviendo la cabeza dando así su conformidad con la propuesta del lider y aceptando cualquier turno que se le propusiese. Mientras cenaban, sonriendo al enano, aceptó en acercarse al barril de cerveza y rellenar unas cantimploras. Ni aún por cerveza, este cojitranco enano no se acercará al agua. Pensó mientras las llenaba y se reía por dentro.

 

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Percepción para batida

Tirada: 1d100

Resultado: 36(+57)=93

Tirada oculta

Motivo: Rastrear para batida

Tirada: 1d100

Resultado: 85(+29)=114

Tirada oculta

Motivo: Percpción para guardia

Tirada: 1d100

Resultado: 49(+57)=106

Notas de juego

Yo hago guardia.

Tiradas varias para la batida y para la guardia.

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08/08/2017, 20:45
Director

RESOLUCION TURNO 702
 

 

La noche llego rápidamente tras atracar en el rudimentario embarcadero. Estaba hecho de madera, bastante deteriorada por el paso de los años y por la falta de cuidado. Ni siquiera los marinos que la usaban se molestaban en hacer alguna reparación en él. Estaba en una zona olvidada, nadie la mantenía, hasta que no se cayese por completo, nadie se ocuparía de la estructura. Cuando bajaron, las maderas crujieron y se lamentaron, los pilones se arqueaban como queriendo partirse por la mitad. Pero era seguro dentro de su dejadez.

Un solo viaje por aquel muelle, le valió a Erik para no querer volver a él, al menos hasta la partida del día siguiente. Tanta era la animadversión que le tenía al agua que incluso embaucó, no hizo falta insistir mucho, a Temudyin para que fuese a por algo de la cerveza que había dejado en el barril. El bosquimano, fue hasta “El Madero” a satisfacer los caprichos del enano.

Todos estaban ya en tierra y comenzaron a preparar un campamento. No tenían tienda que montar, la habían destrozado durante el viaje y no la habían repuesto, asique se limitaron a poner los sacos cerca del fuego. El lugar era frecuentado, en otros viajes, por los mismos marineros y por ello ya tenían dispuestos varios troncos a modo de bancos, dispuestos en círculo, y un pequeño hogar de piedras donde alojar el fuego. Incluso había una pequeña pila de leña junto al lugar. Todo ello a no mucha distancia. Para dormir, los propios troncos hacían de parapeto contra el viento. Para los días de lluvia, además, tenían previsto una estructura sobre la que colocar una lona. No sería necesaria esa noche.

Al fuego de ese campamento bebieron cerveza, charlaron y cenaron. Una agradable velada mientras el viento soplaba frio y la embarcación se mecía a merced de las aguas de Anduin. Nada parecido a las penurias pasadas anteriormente.

Los marineros harían guardias, cortas, de una hora. Tülak y su grupo se ofrecieron a velar la noche junto a ellos, a excepción de Erik, relajado tras su andanza por el agua, decidió dormir toda la noche. Algo que podría haber sentado mal al resto. Pero estaban en un sitio tan inhóspito e inaccesible, que apenas tenían que preocuparse por lo que ocurría alrededor. Los aventureros que hicieron guardias pudieron comprobar que toda la disciplina que había a bordo se olvidaba en tierra. Las guardias duraban un tiempo indeterminado, en ocasiones alguno hizo hasta dos y tres horas seguidas, si se pudiese llamar guardias a estar durmiendo más de la mitad de la misma. Afortunadamente nada ocurrió, salvo el aire que se levantaba de repente, o el ruido del agua bajando rauda por el cauce.

La mañana llego, y con ella la disciplina. Los marineros volvieron a ser recios y obedientes, sabían cuál era su trabajo y lo hacían a la perfección. En poco menos de una hora, tras un buen desayuno, todos se dirigían a embarcar de nuevo, una nueva jornada de navegación les esperaba y estaba ya todo listo para partir.

El viaje comenzó como el día anterior, suave en la navegación. Había salido un espléndido sol por encima de las elevaciones, confiriendo un hermoso tono azulado y carente de grandes nubes al cielo. Una mañana como no habían visto en varios días y que sin duda alegraba el corazón de todos, además de dar cierta confianza para el viaje.

La mañana volvió a pasar tranquila, tal y como la anterior. No se detuvieron para comer, de nuevo lo hicieron a bordo de la embarcación. Por la tarde, sin embargo, la cosa se puso algo peor. Se acercaban a una zona más rápida en la que las aguas parecían coger más velocidad y violencia al estrecharse el curso del rio. Había rocas, pero su profundidad no representaba un gran problema. La tripulación estaba tranquila, para ellos no significaba más que un paso para llegar a su destino, un paso repetido una y otra vez. En la serviola se daban ordenes al timonel para dirigir la embarcación hacia el rumbo adecuado. Los viajeros no estuvieron tan tranquilos, para ellos aquel meneo al que se enfrentaban era algo nuevo. Erik mostraba pavor ante lo que pudiera ocurrir, sujetándose con fuerza al barril. En realidad, más le valía atarse a cualquier otra parte fija del barco en lugar de aun barril que podría rodar en cualquier momento. Pero él se sentía seguro. Freagulf, se sujetaba como podía a los candeleros para mantener a los caballos calmados, su nerviosismo era claro, pifiaban y pateaban la madera a cada sobresalto. Pero el ailgratha sabia como hacerlo, acariciándolos, e incluso soplando los ollares de las bestias. Tülak estaba más calmado, o al menos esto trataba de aparentar ante el resto. Haelembor y Temudyin se sujetaron a lo que pudieron. Todos ante la divertida mirada de los marineros que no podían evitar mirarse entre risas.

Así continuaron gran parte de la tarde, e incluso cuando la noche amenazaba con tragarse todo. Tan solo media hora antes de que todo se oscureciese salieron de aquellas turbulencias. Siguieron, aun así y para asombro de los aventureros, durante un rato para llegar poco antes del anochecer a un nuevo embarcadero.

Esta vez el muelle era más recio, se notaba que había sido levantado no hacía mucho. La madera ni siquiera presentaba la negrura típica de la humedad. A él se acercaron suavemente y atracaron para pasar otra noche.

- Tiradas (1)

Motivo: Clima

Tirada: 1d100

Resultado: 72

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 703

► Nueva noche, haced tiradas de percepción los que hagáis guardias.

 

► Resolución del próximo turno: Viernes 11-08-17

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09/08/2017, 10:06
Freagulf

Turno 703A

El ailgratha estaba molido. Había sido una tarea ardua el luchar contra el miedo equino del zarandeo producido por el tramo vespertino. Por suerte, terminó pronto, pero fueron unos ratos de angustia para las bestias. Le tocó incluso traer algún pozal de agua y refrescar las grupas y testas sin dejarles beber. Sabía que si abrevaban terminarían vomitando las monturas y eso sería peor para ellas. Eso si, le al tocar tierra en aquel embarcadero casi destartalado le tocó agacharse y mirar tablas una a una, para poder desembarcarlos y que pudieran pastar con  tranquilidad. Por su puesto beberían en el rio como desesperados. El miedo da sed. (unos agua, otros ... licores, vinos y cervezas). El traslado de las bestias era ... uno a uno. Con paciencia. Con tranquilidad, parsimonia y asegurando cada paso. Quebrar una para sería perder otro animal y era un lujo que no esta dispuesto a permitirse. Sabía que el muelle parecía ... resistente, pero tras haber visto los desperfectos de otros, no se fiaba. Temía daños ocultos. Su mente mantenía que eran todos embarcaderos destartalados ... y por muy buena pinta que mostrasen tener ... ya no confiaba.

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09/08/2017, 12:51
Erik Frost

Turno 703

Tras un sueño reparador, aproveché para procurarme un copioso desayuno alrededor de los rescoldos de la noche anterior. Un día más comeríamos a bordo del madero y con el bamboleo de la embarcación el estomago se me cerraba de modo que era casi imposible pegar bocado durante la comida.
La tarde resultó mas movida que la anterior. No veía el momento de terminar con aquella insufrible tortura. Acostumbrado a tener siempre el control del mas mínimo detalle, el dejar mi vida en manos de unos imberbes marineros me producía casi tanta ofuscación, como el verme atrapado en aquella cárcel de madera...a la espera de que una de aquellas rocas afiladas diera al traste con todos nosotros.

Pase el trago como pude, aferrado a la seguridad que me proporcionaba mi pequeño seguro de vida. El barril de cerveza había parecido una mejor idea antes de descubrir la verdadera forma del madero, cuando creía que la balsa a la que se refería el armero no era mas que unos cuantos maderos atados con cuerdas. Sin embargo, su presencia y el olor que emanaba seguían actuando como un bálsamo para mis nervios, y un trago de vez en cuando, me ayudaba a asentar el estomago frente el vaivén de las linternas y los amarres.

Cuando finalmente tomamos tierra de nuevo, fui una vez más de los primeros en abandonar el barco. Solo tras asegurarme de que los marineros daban el visto bueno y desplegaban la trampilla que hacia las veces de pasarela.

Los nervios del trayecto me mantenían en vilo y no me sentía tan cansado como el día anterior, de modo que en esta ocasión me ofrecí voluntario para una de las guardias. No creía que fuesen realmente necesarias, pero tampoco quería eludir mi responsabilidad como parte del grupo.
Como guerrero enano que me consideraba, la disciplina me acompañaba allí donde fuese y aunque la idea de las guardias había surgido más como un consejo que como una orden por parte del Umli. Si insistía en hacerlas una noche más, yo haría mi parte como todos, de modo que esa noche otros pudiesen descansar a pierna suelta.

Una vez más, me enfunde la cota de malla y puse mi yelmo a mano de donde realizaría la guardia.

En esta ocasión no me senté, sino que cargué la mochila con varias piedras grandes que encontré en las inmediaciones y tras ajustármela adopte una postura hierática con las piernas semiflexionadas, casi en cuclillas y permanecí de este modo inalterable durante toda la guardia, tan solo realizando breves transiciones cada 20 minutos para estirar los músculos.

Hacia ya largo tiempo que venia desatendiendo mi entrenamiento como Pelarnuv. Desde que habíamos emprendido nuestra travesía a través del Bosque Verde, tan solo había mantenido la costumbre de dormir con mi Cota de mallas, pero ahora que veía necesario desprenderme de ella durante el día, el deber me llamaba a recuperar viejas practicas para no caer en la apatía.

- Tiradas (2)

Motivo: Percepción (oculta)

Tirada: 1d100

Resultado: 41(+25)=66

Tirada oculta

Motivo: Percepción (oculta)

Tirada: 1d100

Resultado: 51(+25)=76

Notas de juego

Tiro percepción. Sin yelmo, porque tampoco espero que ocurra nada peligroso.

la primera me olvide marcar oculta. Ignorala.^^

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11/08/2017, 09:37
Temudyin

Turno 703

No le gustó nada al bosquimano, que aquel grupo de marineros no se esforzasen en las guardias. Solo cuando el capitán estaba delante, aquel atajo de vagos disimulaban su verdadera condición. Les podrían haber caído encima un grupo igual o menos numeroso de perros sagath, como el que encontraron en el bosque y seguramente los habrían diezmado antes de que se diesen cuenta de lo que pasaba. Debería haber dicho algo, pero prefirió callar y esperar que pasaba la noche siguiente.

El día avanzó de la misma forma que el anterior. Temudyin permaneció sentado en el mismo montón de bultos cerca de la toldilla. Todo discurrió de manera similar al día anterior, pero después de comer, la tranquilidad de las aguas cambió y el Anduin mostró parte de su cólera. El tuerto casi se cae del montón de bultos en el que estaba encaramado, y tuvo que bajar los pies y sujetarse fuertemente a las cuerdas que los ataban. Asustado miró a su alrededor y vio como aquellos malditos gandules se mofaban de su inexperiencia. El miedo se convirtió en ira y porque necesitaba agarrarse, si no, se hubiera acercado a alguno de aquellos estúpidos para enseñarle de quien se reía. Sus costumbres pasadas volvían en los estados de odio sin que Chaka pudiese refrenarlos. Evitó mirar a los malditos marineros y observó a su alrededor. Primero dio con el enano encaramado a su barril de cerveza como si este fuese su única salvación. Y esa cómica imagen le relajó. Después observo como Freagulf, tranquilizaba a las bestias. Era evidente su mano con los equinos. Pese haber perdido a su amigo,  su amor por esos animales se sobreponía al dolor. Tülak parecía casi un marinero más, de lo tranquilo que estaba y Haelembor, "el gigante de las verduras" se encontraba en un estado casi igual que él. Entonces entendió a la tripulación. El beornida parecía un niño asustado y en cierto modo, su tamaño no correspondía con aquella imagen. Y entendió que él se vería de igual manera. Una leve sonrisa se mostró en su rostro y la ira fue desapareciendo poco a poco.

Aquel estado de turbulencias continuó toda la tarde y cuando parecía que la noche caería con ellos en la embarcación, el Anduín volvió a su estado de tranquilidad. Aún así, siguieron navegando un rato más y por un momento Temudyin pensó que esa noche dormirían en el navío, navegando río abajo. No le hizo mucha gracia, pues la noche anterior alguno de los hombres pasó su guardia más dormido que despierto y hacerlo en el río seguramente resultase con la embarcación en el fondo de este. Y entonces "El Madero" viró hacia una de las orillas y atracó en un muelle con bastante mejor aspecto que el de la noche anterior.

Y como hicieron un día antes, Chaka realizó una batida al entorno de aquel amarradero. Después volvió para ayudar con el campamento y en su momento, se preparó para realizar su turno de guardia nocturna.

 

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Percepción Batida

Tirada: 1d100

Resultado: 94(+57)=151

Tirada oculta

Motivo: Rastrear Batida

Tirada: 1d100

Resultado: 9(+29)=38

Tirada oculta

Motivo: Percepción Guardia

Tirada: 1d100

Resultado: 43(+57)=100

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11/08/2017, 11:56
Freagulf
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: percepción (revisar embarcadero)

Tirada: 1d100

Resultado: 17

Tirada oculta

Motivo: tranquilizar bestias de monta

Tirada: 1d100

Resultado: 27

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12/08/2017, 11:08
Director

RESOLUCION TURNO 703
 

Habían alargado la parada para pasar la noche, no por aprovechar las ultimas luces, sino para llegar a un nuevo embarcadero. Esta vez las viejas maderas habían sido por unas nuevas, no tendrían apenas unos meses. Aunque el tiempo y la humedad ya las habían ennegrecido de manera habitual, seguía siendo obvio su reciente manufactura. Freagulf, aun así, examino el embarcadero de nuevo ante la mirada atónita de los marinos. Ellos mismos lo habían construido y sabían que era seguro, sin embargo, no dijeron nada. Sus rostros solo mostraban la expresión del que recibe críticas a un buen trabajo.

Cuando Freagulf termino su inspección y dio por seguro el muelle, se dispuso a bajar a los equinos. No recibió la ayuda de la tripulación, aunque tampoco la echo en falta. Durante el viaje había sabido calmar a los caballos, y ellos confiaban en el ailgratha. Uno a uno fueron llevados a tierra firme para que pudiesen pastar tranquilos.

Erik lo había pasado mal durante el viaje, los violentos movimientos de la embarcación al pasar por esa zona más rápida del rio, hizo que se aferrarse con más fuerza y ganas a su barril de cerveza. El barril, debido a los vaivenes del viaje, a punto estuvo de volcar. No lo hizo porque el enano lo sujetaba con fuerza, no estaba sujeto con cuerdas, como el resto de materiales que transportaban. Cuando al fin se detuvieron a pasar la noche el enano ayudo a preparar el campamento. En esta ocasión sí que se ofreció a hacer las guardias, no sin antes enfundarse la armadura que desconfiaba llevar mientras navegaban, la cota de mallas que estuvo a punto de vender.

Temudyin volvió a repetir su rutina, una gran batida alrededor de la zona en la se montaba el campamento. Para él no era solo una rutina más, era parte de su formación como explorador. No solo con su grupo había cogido esa costumbre, ya desde niño había sido obligado por los sagath a participar de aquel ritual. Ahora lo repetía, voluntariamente, por el bien del grupo.

Tülak y Haelembor ayudaron a montar el campamento. Una vez más era un lugar ya visitado por aquella embarcación, y tenían casi todo preparado. Un hogar de piedras donde hacer fuego, varios bancos improvisados con tocones de madera, incluso una reserva de madera que resultaron ser los restos del anterior muelle. Poco podían hacer más que tender los sacos que les quedaban para pasar la noche y dedicarse a encender una buena hoguera para calentarse.

Por las noches, seguía bajando mucho la temperatura, el invierno declaraba su presencia cuando el sol desaparecía. La noche sería más fría de lo normal, no había ni una nube en el cielo y, por primera vez en mucho tiempo, la cúpula de estrellas se mostraba en todo su esplendor. Sin las nubes para protegerse de las heladas, el día siguiente prometía amanecer blanquecino.

La noche paso como la anterior, con vagas guardias de la tripulación, acompañadas de férreas vigías por el grupo de aventureros. Las guardias, de casi dos horas, no coincidían con las que hacían los marinos. Habían perdido la confianza en que ellos pudieran hacer bien su trabajo. Ellos habían realizado ese mismo viaje multitud de veces, y sabían que encontrarse a alguien en aquellas tierras era más que improbable. En todos los años que llevaban bajando el rio, solo una vez se encontraron con alguien, y fue un pobre desdichado que se había perdido tratando de atravesar las Tierras Brunas y que desesperado había recorrido la abrupta orilla hasta encontrarlos, de ahí que bajaran la guardia, no veían un auténtico peligro. Además, ellos no habían oído hablar de orientales, sagath o guerra alguna.

Sin altercados en las guardias, la mañana llegó. Como era de esperar, un manto blanco de escarcha lo cubría todo, excepto las zonas en las que el fuego había irradiado su calor. Con las primeras luces, comenzó a formarse una cama de neblina a medida que los rayos del sol incidían sobre la superficie helada. El aspecto que le daba al lugar era algo tétrico, y a la vez hermoso. Recogieron las cosas, embarcaron las monturas y se prepararon para un nuevo día de navegación.

Partieron de nuevo, los marineros remaron hasta coger velocidad y alcanzar la corriente principal del rio. En ese momento volvieron a dejarse llevar por el rio, tan solo remaban en alguna ocasión, para corregir el rumbo cuando la corriente los lanzaba hacia las orillas.

Pasada la mañana, retrasaron la hora de la comida, y lo hicieron por que su siguiente destino estaba cerca. Pasado el mediodía, avistaron Tir Limclaro. Esperaban ver una ciudad en todo su esplendor, pero no era exactamente una ciudad. Era más bien una villa, un lugar de comercio que se aprovechaba de la soledad de los alrededores para enriquecerse, no había nada cerca de allí, y ofrecía un puerto seguro para el transporte fluvial.

Al atracar en su embarcadero, descubrieron una edificación majestuosa, ostentosa, que se abría en una garganta que llevaba hasta el rio. Una amplia cuesta subía empinada hasta la villa desde un pequeño almacén en que no entrarían demasiadas mercancías, pero que estaba rodeado de toda clase de barriles, cajones y fardos. Todo estaba preparado para cargar “El Madero”, previa descarga de las cosas que se quedarían allí. En cuanto atracaron, los marinos bajo las ordenes de Captarion, comenzaron a bajar y subir cosas de la embarcación.

Allí donde debía de lucir un claro sol, las grises nubes habían vuelto. Aunque amenazaban con lluvia, parecían querer esperar. La humedad del ambiente estaba patente, y el frio hacia tener una sensación aun mayor de frio.

- Tiradas (1)

Motivo: Clima

Tirada: 1d100

Resultado: 13

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 704

► Llegais a Tir Limclaro pasado el mediodía.

Tir Limclaro

 

► Resolución del próximo turno: Martes 15-08-17