Partida Rol por web

Viendo como mi compañera se había levantado para desquitarse con el hombre de Dios, no tuve más remedio que levantarme también; estaba realmente cansado de lo que había ocurrido en los últimos días y esto, era algo que me superaba con creces. Aún así, traté de mantenerme pragmático.

-Giuseppe, la has líado buena, lorito. -Comenté con una mueca de desaprobación- Bien que me la líaste en la Construcción, pero de aquí ya no hay escapatoria. Peggy te quiere, vivo o muerto; y si queremos seguir infiltrados y asegurarnos de que no hables, la segunda opción es la más óptima. ¿Qué tienes que decir en tu defensa?.

 Consciente de lo atónito que habían quedados los niños de verle, el señor los mira con una sonrisa más suave y los saluda moviendo su mano. Aunque eso no cambió la expresión de sorpresa impregnada en ellos.

- Niños...

 Con un movimiento similar, el hombre se giró y saludó a los agentes. Parecía estar confiado de su seguridad en la situación, pues hasta dio un par de pasos para salir del elevador y confrontar a toda la gente allí. El otro hombre más joven se mantuvo detrás, con la mirada seria clavada en la situación.

- Agentes... ¿Les parece bien si hablamos un poco primero?

Viendo que aquello parecía ser la forma de aquel hombre, aquellos dos agentes que claramente conocían al anciano, se sentaron en sus respectivas sillas, sin soltar de sus manos las armas, las cuales seguían apuntando hacia aquel anciano, el cual, poco a poco, parecía volver a tranquilizarse, aunque sus ojos no miraban fijamente a aquellos dos, sino a los jóvenes que estaban en la zona.

- He tomado la decisión de confiar en ustedes y hacerme presente. No me hagan arrepentirme de ello. Aunque supongo, de la misma forma, que ustedes deben tomar la decisión de confiar en mi. Pero eso no debe ser muy difícil: si se fijan en cualquier diario o canal oficial, verán que soy un perseguido político.

 El hombre se acomoda los anteojos. Mientras habla, podían ver que miraba a todos lados. Quizá al ser un prófugo de la ley del nuevo régimen, había desarrollado un incesante miedo a encontrarse agentes de Peggy a donde fuera. Retoma su discurso, aclarándose la garganta.

- Intentaré ser breve para quien no me conozca: soy Ko Taba, empresario tabacalero y el líder de uno de los partidos más grandes de este país. Por lo menos, hasta antes de que Peggy disolviera el parlamento y pusiera a una gran cantidad de políticos y disidentes presos. Actualmente, al igual que ustedes, me encuentro en la clandestinidad; y solo cuento de la protección de Aaron, un buen hombre y mi último guardaespaldas. Mi empresa de cigarrillos se vio atacada vilmente por este régimen y mis operaciones perjudicadas por ello.

 Esto último lo dijo con gran pesar, evidentemente siendo un hombre de negocios que apreciaba mucho su empresa y, sobre todo, las ganancias que la misma traía.

Jack miró asombrado como aquellas personas habían abajdo por aquél ascensor con el señor de las gafas. ¿Qué demonios había estado haciendo y negociando ese hombre? Pensaba que estaba acechante en las sombras a la espera de intervenir ¡pero resulta que les estaba buscando un trato con aquél tipo!

Jack asintió ante las palabras del hombre de las gafas. - Sam y los otros niños ¿os podéis encargar del pirata un momento mientras los mayores hablamos un momento en privado? - no iba a levantarse de nuevo y esperaba que alguien se encargara de Giuseppe, ya fueran los niños u otra persona, se hiciera cargo de que no se iba a escapar de ninguna forma.

 Los agentes accedieron a hablar con aquel misterioso hombre que se presentó con lujo de detalle, pero preferían hacerlo en un lugar más privado. El Sr. Taba, por su parte, tampoco se opuso a la idea. Sin embargo, la que tuvo algo para reprochar fue Sam. Que, a pesar de las palabras de confianza de McTaker, se sentía excluida de la conversación que iban a tener los demás.

- ¿Los mayores? ¡Hey, yo también quiero participar de la r-

 El Sr. Taba no dejo terminar a la niña, interrumpiéndola sin consideración.

- ¿Y dejar a tus hermanitos solos con aquel pirata sanguinario? ¿Qué pasaría si lograse zafarse? Tres son mejor que dos... Vamos, Sam, eres una niña inteligente. Sabes que esto es lo mejor.

 Sam mostró un claro disgusto en su rostro, pero aceptó lo que dijo aquel hombre y se quedó con sus hermanos vigilando al anciano. A pesar de no estar amarrado, tres personas eran más que suficiente para inhabilitar cualquier intento de escape de aquel anciano debilucho.

 De a poco los agentes, Ko Taba y su guardaespaldas vieron como estos cuatro (niños, Sam y Giuseppe) subían por el elevador , dejando un lugar más privado y lejos de las orejas furtivas que quisiesen conseguir información valiosa. Antes de apretar el botón para irse, sin embargo, la voz suave pero firme de hombre más joven se hizo escuchar. Ofreciendo una alternativa a lo que decidió el Sr. Taba.

- Yo podría quedarme con los niños, señor...

 Ante aquella pregunta, Ko le dedicó una sonrisa al hombre. Pero no una sonrisa amigable o de simpatía. Era una sonrisa burlona llena de sorna. Como si le hubiesen propuesto la cosa más disparatada del mundo.

- ¿De quién eres guardaespaldas, Aaron?

 Ante aquella pregunta obviamente retórica, el hombre joven se llamó al silencio.

¿Por qué nadie hablaba? ¿A que estaban esperando? Miró el reloj, nervioso, quizá estaban esperando a alguna hora en concreto o a que pasara algo en especial, pero no pasaba nada. Miró de un lado a otro y finalmente a los hombres que les habían invitado a subir. - ¿Alguien va a empezar a hablar de lo que decíais que teníamos que hablar? ¿O es que se ha muerto alguien? - miró también a Zeta con cara de estupefacción. ¿Por qué aquellos tipos se estaban haciendo los interesantes?

Sus compañeros, impacientes, pedían de manera lógica explicaciones a lo que estaba pasando y parecía que la mujer era la única que podía tener la mitad de esas respuestas. Tomó aire mientras se acercaba a la mesa del escritorio, apoyándose levemente mientras cruzaba los brazos en torno a su pecho.

Empezaré desde el principio.- No quería irse por las ramas pero necesitaba explicar algunos datos que sólo conocía Jack al haber estado continuamente con ella.- Sospeché de Roni desde la primera reunión. Transgredió las órdenes que nos habían dado buscando en todo momento la salida más sanguinaria cuando teníamos que hacer justo lo contrario, así que desde que supe sus intenciones le denuncié a la Agencia y les puse a conocimiento de sus movimientos.- Miró a su compañero Jack. Él había escuchado todas las conversaciones que tuvo con sus superiores y, a pesar de estar de acuerdo entonces, Zeta quiso achacarse toda la culpa para que el posible malestar del grupo recayera sólo en ella.- Pedí su expulsión inmediata, incluso me propuse voluntaria para su detención que, al fin hemos logrado.- Lo llevaría ante la justicia, ahora con más motivo.

Cuando me separé de Jack, subí al piso de arriba y tuve un encuentro con Aaron.- Miró al guardaespaldas, omitiendo toda la pelea que hubo por medio al no verlo necesario.- Él y su protegido, el señor Taba, escucharon el mensaje, sumado a que vimos cómo matabais al pirata. Viendo comprometida nuestra situación y tras decirme que no estaban con Peggy, la única solución que encontré fue decirles la verdad.- No podía hacer otra cosa. Le pedía confianza a un hombre que la apuntaba con el cañón de una pistola después de ver cómo sus compañeros mataban a un pirata, era eso o empezar una lluvia de sangre.

Zeta alzó una mano para pedir un momento silencio pensando que alguien iba a intervenir al reconocer que dos civiles sabían sobre la Agencia y ellos, un error que ningún agente podía tener, mucho menos cuando estaba tan avanzada la misión.

Yo misma denunciaré mi caso ante la Agencia y me pondré en manos de un juicio disciplinario.- Posiblemente la expulsarían, mínimo una suspensión de sueldo y trabajo durante varios meses mientras investigaban su caso, y era una consecuencia que había asumido para proteger al resto.- Pero ahora mismo estamos ante un problema mucho mayor, Peggy. Se ha aliado con los piratas y la propia Peggy ha puesto nuestra posición seriamente comprometida, sobre todo la de Jack y la mía. Tal y como ya dije, nos pidieron su cabeza. - Miró de nuevo a su compañero ya que ambos estaban directamente infiltrados entre sus filas. Después se dirigió a los dos restantes, Kim y Von D.- Nosotros cuatro nos hemos logrado infiltrar dentro de la Organización de Peggy.

¡Oye! - comentó molesto Jack. - Yo fui el primero en proponer hacer algo contra el cura, después de todo se cargó gran parte de mi coartada, así que no intentes echarte tú todas las culpas. - a pesar de ser un espía y estar acostumbrado a mentir, no iba a dejar que Zeta fuera la única afectada. Si la castigaban y la envíaban a juicio, Jack no se iba a quedar al márgen e iba a aceptar su parte de culpa.

 Hay algo que tenemos que dejar claro y es que Roni no es el objetivo prioritario de la misión, sólo un obstáculo que debemos vigilar.- Sentenció al ver que todo empezaba a girar a su alrededor.- Que haya querido dárselas de villano del año no significa nada más allá de su incompetencia. Liberar este lugar de Peggy sigue siendo lo más importante ahora mismo, ayudar a sus gentes.- Miró de soslayo a los hombres allí reunidos que, de alguna forma, sufrían ese mandato. - Y por eso ejecutaremos a Giuseppe Roni para afianzar nuestra coartada y ascender en el escalafón dentro de Peggy.

 Aaron escuchaba con atención lo que decían aquellos agentes, quizá prestándole una mayor atención a las palabras de Zeta. Aquella mujer revelaba que la misión de La Agencia se encontraba en una encrucijada provocada por el accionar radical de uno de los agentes. Una situación no muy esperanzadora, pero que por lo menos se encontraba enfrentada al resto de los agentes, que ahora estaban unidos en un mismo frente contra Roni y sus piratas.

 En cuanto a las preguntas de los cigarrillos, el guardaespaldas no quiso dejar lugar a dudas y admitió su rol.

- Yo he sido el... contacto entre la empresa de cigarrillos y los niños. Llevando adelante el pedido del Sr. Taba, he intentado mantener la venta de cigarrillos de forma clandestina repartiendo bolsos con el producto y distribuyéndolos en las ciudades y pueblos de la isla. Los huérfanos, y principalmente Sam, luego actuaban como los vendedores.

 Quizá consciente de que lo que describía no era nada loable o positivo, el hombre intentó explicar un poco la motivación.

- Deben entender que la empresa de Sr. Taba se encuentra en una posición particularmente frágil debido a las leyes anti-cigarrillos que el régimen-

 El hombre mayor levantó su mano, como era costumbre para él, y automáticamente el guardaespaldas dejó de hablar.

- Eso es suficiente, Aaron. Los agentes ya conocen sobre el enfrentamiento que Peggy tiene con las empresas tabacaleras. Seguramente entenderán que yo tengo que seguir trabajando y vendiendo cigarrillos, ¿no?

 Aquella pregunta no buscaba respuesta. Era más una afirmación que el político realizaba para que la aprobación de los agentes quedara plantada como un hecho. Pocos segundos después, siguió hablando, cambiando de tema radicalmente pero con la elegancia de un hombre de diplomacia.

- Por lo que estoy escuchando, plantean un escenario particularmente complejo. Quizá uno que podría ser ventajoso dependiendo de cómo procedamos... y cada día que pasa esta dictadura es cada vez más agresiva.

 El Sr. Taba tenía sus manos en los bolsillos de su gran abrigo, en una posición de reflexión. Estaba meditando junto a los agentes, puesto que él también tenía mucho en juego. Su empresa, su posición política... e incluso su vida y su libertad en caso de que lo encontrara el régimen.

- Me cago en la... - murmuraba. Todo aquello era muy complejo para el pobre agente que estaba acostumbrado a solo dar hostias como panes.

Finalmente suspiró y alzó los hombros. - Bueno, esta no es mi especialidad, así que no puedo ayudar en la toma de una decisión. Vosotros decidme a quien tengo que machacar y yo me encargaré de que deje de molestarnos. - comentaba negando con la cabeza. Después de todo el único músculo que no tenía desarrollado era el cerebro.

Vayamos por partes.- Pidió, más por ella misma que para situar al resto del equipo.- Jack y yo nos infiltramos en el cuartel de Peggy, creen que formamos parte de su régimen y pudimos conocer a varias figuras importantes como Wally Wok o Donna Wen.- Se giró hacia Aaron y Ko Taba, queriendo hablar esta vez con ellos.- Fue ella quien nos pidió que parásemos el tráfico de cigarrillos sin importar el método que usásemos.- Dejó en aire lo último, imaginando que sabían a qué se refería.- Tuvisteis suerte de que nos mandaran a nosotros y no a guardias armados, sino esta conversación sería distinta.- Se apartó de la mesa, cruzando los brazos en torno a su pecho.- Y gracias a que cedisteis durante un par de días pudimos afianzarnos pero... ahora está todo muy inestable por culpa de Roni y ya dijeron que lo preferían vivo...

- Sabía que Peggy se había rodeado de maleantes y gente cuestionable... pero esa bravucona de Donna Wen no puede ser tan desquiciada. La conozco desde hace mucho: una sindicalista agresiva que siempre buscó subirse a las arcas del poder. Parece que ahora lo logró de la mano de Tsai... me da pena escuchar que el General Wok sea tan complaciente con esta gente. Pero entiendo que su posición como militar es complicada...

 Se podía notar que el Sr. Taba hablaba con más liviandad del general Wok, minimizando su complicidad en el régimen. Quizá por puro respeto al cuerpo militar de la Isla Shuriken. Las palabras de Zeta sobre que fue oportuno el encuentro de Aaron y Ko con los agentes no pasaron desapercibidas por el político, que asintió con la cabeza humildemente.

- Es cierto, hemos tenido la suerte de encontrarnos con ustedes. Hasta el momento no hemos tenido problemas, pero veo que Donna estaba a solo unos pasos de poner sus manos en mi cuello. Supongo...

 El empresario tabacalero se mordió el labio inferior antes de decir las palabras que iba a pronunciar. Obviamente, sintiendo un gran dolor por el sacrificio financiero y simbólico que había realizado en pos de ayudar a los agentes.

 Aaron escucha a su cliente con atención, incluso suspirando con irritación al ver la resistencia del hombre por pausar sus operaciones de venta de cigarrillos. Pero esboza una sonrisa cuando Taba accedió y de momento, no se retractaba de ello. Luego escucha las palabras que Zaheera la dirige, y su sonrisa se extiende aún más. El reconocimiento de sus habilidades por parte de la agente le había caído bien.

- Tu tampoco estás nada mal... en combate, c-claro. Pero comprendo lo que dices: no podríamos enfrentarnos al régimen en caso de que nos descubran. Por lo que, por el momento, frenaremos todas las operaciones y el Sr. Taba se mantendrá bajo el radar. Yo me encargaré de velar por la seguridad de los niños, pero no creo que alguien les vaya a hacer daño. Espero que eso les ayude a conseguir mayor confianza con Donna Wen. Es la persona más importante en esta ciudad.

 El guardaespaldas comprendió rápidamente la situación en la que se encontraban Zeta y Jones respecto a la comandante Donna en Los Bloques. Ganarse la confianza de una de las cabezas del régimen era una estrategia compleja, pero que abriría lugar a muchos y diversos rumbos de acción.

- Sepan que pueden contar con mi ayuda de ahora en adelante. Yo me mantendré en movimiento por la ciudad, y podrán contactarme siempre.

Asintió al saber que, al menos, parte de uno de los problemas estaría solucionado, al menos temporalmente. No se había olvidado la orden de Donna ni lo que suponía el comercio del tabaco para Peggy por lo que era primordial que vieran a la pareja de agentes con buenos ojos para que confiaran en ellos.

Será de gran ayuda. Gracias.- Sonrió un tanto aliviada a Ko Taba antes de seguir escuchando al resto. Si había entendido el doble sentido de las palabras de Aaron o la rápida corrección con repentina timidez, al igual que las miradas que en más de una ocasión le había dedicado, no lo demostró. Únicamente se acercó a su compañero de equipo Jack, colocándose a su lado para hablar directamente con él.- Supongo que ahora podremos volver al trabajo, entregar a Roni y todo eso, ¿verdad? – Ya era peligroso el simple hecho de haber conseguido infiltrarse en las filas enemigas como para que ahora supieran la realidad, teniendo la fuerte sensación de que iban directos a una trampa de la que tal vez no podrían salir.- Iré a entregar a Roni con vida, creo que es lo mejor al final... pero tenemos que ser conscientes de que los riesgos se multiplican así.

Suspiró, cansada de sentir constantemente que tenía una diana en su cabeza. A pesar de ser precavida, de dormir por horas para que no la pillaran desprevenida o cuidar sus palabras, todo podía irse al traste con un suspiro.