Partida Rol por web

La reacción de Diana sorprendió al japonés, que a pesar de todo, no se dejó amedrentar. Aquella era una operación japonesa y la isla, al estar en el Pacífico, formaba parte del imperio nipón. Un alemán no tenía nada que hacer allí.

-Usted... no manda aquí -logró chapurrear el asiático -. Yo dirijo, usted calla.

Después, instó a sus hombres para seguir el camino, río arriba.

Zenji no estaba en muy buenas condiciones, pero no se preocuparon demasiado por él. Para ellos, era un traidor a su patria, su emperador y la bandera del sol naciente.

-Cuando lleguemos a nuestro destino, morirá, por alta traición. Su familia escupirá sobre su nombre -le dijo a Zenji, antes de continuar camino. Lo ataron igual que al resto y lo trataron incluso con más desprecio.

El extraño grupo continuó, y no tardasteis en recibir un nuevo saludo por parte de la isla, en forma de enorme y molesta tormenta.

La lluvia estaba cayendo como si echaran un cubo detrás de otro sobre vuestras cabezas. Había que refugiarse sí o sí. Por suerte, vuestra oportunidad no tardó en llegar. Tras caminar durante un trecho, visteis algo que en principio os hizo desconfiar, pero que no tardasteis en ver que representaba en realidad una oportunidad.

Un enorme dinosaurio, muerto, parcialmente devorado, yacía en un pequeño claro, con el vientre abierto de par en par y las vísceras, las que quedaban, esparcidas por el suelo.

El olor era nauseabundo pero al ver el interior del animal, prácticamente hueco, visteis que habíais encontrado vuestro refugio casi sin quererlo. Era o eso, o seguir calándose hasta los huesos.

Llovía a cántaros y a la hermana no le gustaba mojarse. Lo peor era que esa no era una lluvia normal. Se estaba cebando con ellos. Pero ahora ya no podían cambiar su decisión. Habían salido de la cueva y ya no podían regresar. No importaba demasiado, la religiosa confiaba en sus posibilidades. Tenía a Dios de su parte. Si no habían muerto todavía era gracias a él sin ninguna duda. Algo tendría preparado para ellos.

Las prioridades de Claire estaban claras. Encontrar a aquellas dos mujeres, le podían resultar muy útiles por diferentes motivos,y salir de allí. Una vez se hubieran reunido con las mujeres, el objetivo era llegar a aquel bote del que Bain y Brolin habían hablado y llegar hasta la costa. El plan no estaba muy estudiado, pero estaba claro. Por suerte el médico estaba a su lado. De todos quien había resultado más útil sin contar a la morena.

En cuanto al amarillo y al borracho, tanto le daba encontrarlos como no hacerlo. Al igual que Sextus habían demostrado pertenecer al sexo débil e la raza. Si caían en aquella isla, nadie los echaría demasiado de menos. Así que una vez hubiera dado con las mujeres o hubiera pasado el tiempo prudencial como para declararlas muertas, partirían de nuevo en busca del bote. Sólo esperaba recordar el camino, pues entre la maleza y la lluvia, aquello podía convertirse en un laberinto en el que orientarse fuera bastante complejo.

Y entonces, tras el sobresalto inicial, vio lo que podía resultar un útil aunque hediondo refugio. No obstante, era lo mejor que tenían en esos momentos y la hermana no estaba dispuesta a seguir empapándose. Señaló hacía aquella bestia muerta y agarró del brazo a su compañero de búsqueda. 

- ¿Ves eso? - No esperó respuesta. - ¡Vamos, nos refugiaremos en sus entrañas! - Soltó una risotada.

Me temo que no caballero.
Puedo entender sus recelos. Pero no va a condenarme a una muerte segura obligándome a salir de este lugar.

Y lo que es mas, si mi suerte no le preocupaba. Hubiera sido un detalle que nos dejara con las dudas y a nuestra suerte. Usted me ha traído aquí, y no puede des responsabilizarse por pura conveniencia. No es ni lejanamente civilizado.

Por otro lado, y para calmar sus dudas, no soy doctor, entiendo de ciencias básicas, pero mi área de trabajo es la literatura y las lenguas, tanto vivas como muertas.

Espero que con eso entienda, que no voy a publicar ningún ensayo faltando a la verdad, ni atribuyéndome méritos que no son míos. Seria una autentica ignominia.

Sextus estaba plantado tan estoico como podía ponerse un hombre que era lo mas parecido a un bicho palo.

En resumen. Si no quiere contarme los pormenores de su investigación, al menos, habrá de decirme en lineas generales, que ocurre en este isla.

Han mencionado que el tiempo no funciona igual en este lugar. ¿Qué pretende insinuar con ello?.

Y finalmente, la ronda de preguntas empezaba. Una ronda que bien podían haber empezado los que se habían marchado tan alegremente, pero estaba claro que tomar decisiones sesudas no estaba en su rango de prioridades.
 

Brolin suspiró, miró a la doctora y finalmente, claudicó. Qué más daba que otra persona supiese de aquel lugar además de ellos. ¿Acaso iban a venir a buscarlos? ¡Eso sí que sería una novedad!

No lo sabemos todo. Es más, sabemos poca cosa. Pero hemos detectado anomalías espacio-temporales en algunos puntos de la isla y creemos que todos estos animales provienen de otros tiempos a través de ellas, como si fuesen... puertas que comunican con lo que había hace millones de años.

Sí, pero no podemos analizarlas porque para eso, habría que entrar en una de ellas y cuando uno de nosotros lo hizo... no volvimos a verlo. El doctor Kildare.... -Bain no pudo continuar hablando inmediatamente. Una punzada en su corazón le impidió hacerlo. Solo cuando su compañero colocó una mano sobre la suya, fue capaz de seguir hablando -. Cuando él la atravesó... desapareció. Y no hemos podido contactar de nuevo con nadie fuera de esta isla así que estamos aquí atrapados.

La situación era cuanto menos comprometida, y aquel japonés no se atenía a razones. Cuando Zenji logró rehacerse nuevamente del fuerte golpe recibido por parte de aquel sujeto, comprobó que el resto del grupo intentaba distintas estrategias absurdas. ¿La rubia haciéndose pasar por una espía del fuhrer? ¿La pelinegra siendo abofeteado y discutiendo, cuando al inicio había intentado hacer creer por sus gestos que Zenji las había capturado? Lamentable.

Y para empeorar las cosas, empezó a llover de forma torrencial, dejándolos empapados y calados hasta los huesos. Zenji sabía que si había alguna forma de que le escuchase aquel hombre, era forzando más la situación, tensando al máximo la cuerda. Dos opciones, o le pegaban un tiro allí mismo y finalizaban con su triste existencia, o le haría recapacitar la situación y le daría una oportunidad.

Y eso fue lo que hizo, de improviso, Zenji se dejó caer de rodillas en el suelo, frenando el avance y haciendo que el nipón volviese a encargarle, y habló en perfecto japonés, mirándole fijamente a los ojos y demostrándole que solo un oficial de verdad se expondría de aquella forma y pediría poder acabar con su vida.

- Si no vas a creer mis palabras y me vas a seguir acusando de traidor. Dame una katana y permite que me reúna con mis ancestros, realizando el harakiri aquí mismo, en tu presencia. Cualquier alto mando puede constatar que lo que digo es cierto, soy Zenji Abe, un teniente coronel en activo, en misión para tomar Singapur y las zonas aledañas para expandir el territorio de nuestra excelencia, el Emperador Hirohito. - comunicó con determinación y sin ápice de duda el nipón. Se que te arrepentirás de la decisión que estás tomando, pero aún está en tus manos rectificar, suboficial. Zenji Abe, recuerda mi nombre.

Y entonces esperó a ver qué acontecería. Puede que acabasen allí mismo con su vida, puede que le ofreciesen morir dignamente, pero quizá, con suerte, el tipo no sería corto de miras e intentaría cerciorarse de si mentía o decía la verdad. Y la cara que pondría al ver que todo lo dicho por Zenji era verdad, sería para enmarcar.

Habéis usado el termino puerta, y eso implica que las cosas, las personas pueden pasar en ambos sentidos. Pero si estas bestias enormes no han terminado por desparecer de cuándo en cuando, es posible que el viaje solo sea en un sentido.

Sextus tercio el gesto, y se quedo pensativo unos largos segundos.

Bueno, y este lugar, esta guarida, quien la construyo, con que fin. Y cuánto tiempo llevan ustedes aquí atrapados.

Sobre todo, donde es aquí, nosotros estábamos escapando de Singapur, de la guerra. La cuarta guerra mundial. Los rusos están conquistando todo el sur del planeta.

Hay iba un cebo, no tenia claro de qué época era esta gente, y si hablan entrado o no por un portal temporal. Aquellas instalaciones eran, sin lugar a dudas, obra de un esfuerzo importante, y estaban demasiado bien ancladas a aquella zona para haber sido construidas por tres personas, y mucho menos estudiosos.

Los dos doctores se miraron, sorprendidos.

-Nosotros... llevamos aquí tres años nada más. No sabemos nada de eso -explicó la doctora Bain -. De hecho, no sabíamos que hubiéramos cambiado de época. Las puertas permiten el tránsito pero la isla funciona aparte. De echo, la encontramos por azar porque no aparece cartografiada en los mapas. Un equipo de ingenieros vino con nosotros para crear estas instalaciones y se marchó. Tenían que haber vuelto a por nosotros hace un año. 

Vaya, pues su organización, puede que no exista.

Se quedo pensando un momento y cambio la cara. No era cuestion de incidir mas tiempo sobre la treta. 

No quiero desanimarles. Lo que hacen aquí parece muy importante, y el mundo parece no querer parar de ver morir a sus hijos.

Qué pueden decirme de los animales gigantes. ¿Hay alguna manera de no ser devorado por alguno de ellos?

Las entrañas de la bestia sirvieron de protección tal y como la hermana Claire había sugerido. Ella y O'brian entraron casi vomitando entre los pliegues de su vientre, se cubrieron con ellos y el calor acumulado les hizo sentirse casi como si hubiesen encontrado la solución a todos sus problemas.

Ya no llovía allí dentro y el olor, indescriptible, desapareció en cuestión de minutos, después de una cadena de arcadas y unos pocos babeos.

Ahora por fin podrían descansar allí hasta que el temporal pasara... o al menos, hasta que ambos recuperaseis fuerzas para salir.

Seguramente ese fue el motivo de que los dos "invitados" se durmieran y no notasen como alguien más se aproximaba. No sintieron los temblores, ni tampoco como todo a su alrededor se movía. Cuando abrieron los ojos y retiraron la piel, lo primero que se encontraron fueron las fauces del simio enorme, que parecía estar mirandoles como si fueran un apetitoso perrito caliente que tenía en una de sus manos. Solo le faltaba un poco de ketchup. Pero por si aquello fuese poco, al mirar hacia abajo, varios metros de altura os separaba del suelo. 

Así que... dientes delante y caída colosal abajo. 

El japonés vio como Zenji se ponía de rodillas sobre el suelo, y a continuación, se enfrentaba a él.

[...]Dame una katana y permite que me reúna con mis ancestros, realizando el harakiri aquí mismo, en tu presencia [...]

-¡Traidor! ¡Los traidores no tienen honor. No tienen derecho a morir con honor sino a pagar con su miseria durante el resto de sus días. Solo nuestro querido emperador tiene derecho a darte ese derecho! ¡Así que arriba!

Le hizo una señal a un soldado y éste tiró de Zenji hacia arriba y lo empujó para que siguiera andando.

-¡Si no anda, córtarle una mano, y después la otra! -amenazó el capitán, mientras enfurecido, y empapado, reiniciaba la marcha.

La cosa parecia que no mejoraba en nada pues mientras caminaba por aquella selva con la ropa hecha jirones comenzo a diluviar
Genial dije mascullando entre dientes pero aquello me daria una perfecta oportunidad para crear una distraccion e intentar escapar. Estate preparada para huir le susurre a Diana con la esperanza que me oyera y...

Alli estaba mi oportunidad, el nipon se tiro al suelo y empezo a hablar con aquella gente no sabia de que asi que hice que me tropezaba y me tiraba al suelo embarrandome algo.
Ay ay dije mostrando aun mas mis encantos Creo que me he roto el tobillo

En cuanto el nipon se acercara a mi para ver si era verdad o no aprovecharia para quitarle el arma e intentar atacar a los demas o tenerlo como rehen para ver si los demas se rendian.

La hermana Claire notó algo extraño. Algo peludo y muy grande que se encontraba por... ¿todas partes? Al abrir lo ojos y comprobar que se encontraba de frente al rostro de aquel simio de proporciones garganturescas y atrapada entre sus poderosas manos, sintió que no podía estar en un lugar peor. ¿Qué podía hacer? ¿Qué diantre podía hacer para escapar de aquella situación? Sin duda alguna el simio era mucho más fuerte que ella, por lo que en un pulso tenía todas las de perder.

¿Sería ese si final? ¿Le había abandonado el Dios que hasta el momento había estado velando por ella? Todo podía ser, pero lo que no entendía era como no se había percatado antes de que aquella cosa enorme se acercaba. Sin duda o la siesta había sido muy profunda o bien aquel bicho era increiblemente silencioso. Pero todo eso daba igual pues nada podía hacer por cambia el pasado. Debía centrarse en el futuro. Dos opciones tenía. Tratar de convencer al mono para que les soltara o bien usar su arma, la cual se encontraba en el bolsillo de su pantalón.

- Hola... - Dijo con la voz temblorosa. - Bonito monito, monito bonito... - Soltó sin pensar demasiado. - ¿A que no vas a comernos? ¿A qué no? - La voz de Gretchen, alias hermana Claire trataba de sonar melodiosa y relajada. Todo lo que la voz de una monja podía sonar de esa manera al menos. - ¿Somo amigos, verdad? A-mi-gos. Yo soy Claire...

Aquí los niños se ponen muy nerviosos, pero por mí adelante. jajajajaja

Tienes dificultad añadida por la atadura, pero puedes intentarlo. A ver qué te sale. Lanza 1d10+Bonus Autodefensa.