Partida Rol por web

Con el sonido de cientos de aves e insectos, el bosque con todos sus tonos verdosos y vistosos dispara muchas sensaciones... desde el miedo hasta la belleza

Llegais hasta la entrada del bosque y con un gesto algo amenzador mira a Zhang - Tu, necesitas aprender disciplina a tener respeto por las ordenes de tus maestros - señala dos cubos - cogelos y llenalos de agua en ese manantial, ¡HASTA ARRIBA! - dice hinchado por la rabia - vas a estar hasta el amanecer con los brazos en cruz sosteniendolos, y como se te caiga uno solo de los cubos lo repetiras la noche siguiente ¿Me has entendido? - y espera a que el insurecto Zhang obedezca sin rechistar

Miro hacia arriba sin mover la cabeza y suspiro largamente, guardando la pipa después de haberla limpiado. Me quito la chaqueta abierta que siempre llevo y enrrollo la espada, funda incluida, con ella. Cojo los cubos y los lleno de agua hasta arriba, tras lo cuál pongo los brazos en cruz, mirando al profesor con cierto aire desafiante.
-¿Hasta el amanecer, no? Pues vale...

Tang se queda sorprendida, un su estómago da un vuelco ante los gritos. Sin duda, parece que los maestros vienen con más energía que nunca, y más ganas de adoctrinar...

Miro al maestro a la espera de qu enos mande hacer algo completamente en silencio

Sin duda alguna, la osadia, la falta de disciplina y las faltas de respeo de Zhang, asi como su chuleria hacen que el maestro se acerque y con una perfecta patada de libro tire uno de los cubos con todo su contenido al suelo - tus faltas de respeto te van a costar caro como no cambies - dice estando recto justo detras de Zhang, con voz severa y firme con sus manos a la espalda clavando sus negros ojos en la nuca de Zhang.

Algo hay que admitir... Shoushan sabe imponer su voluntad. Tanto es así que, mientras una gota de sudor frío cae por mi nuca, provocándome un escalofrío, espero a ver qué es lo que va a hacerme... Porque imagino que algún otro castigo caerá. No abro la boca, cuando en cualquier otro momento lo hubiera hecho para soltar, seguramente, algún improperio, chanza, broma, o derivados... Eso sí, recojo, sin poder hacer otra cosa y sintiendo cierta impotencia, el cubo derramado, rellenándolo de nuevo para retomar la posición original sin poder mirar al maestro a la cara.

Despues de que Zhang recoja el cubo y vuelva a la posicion anterior, el maestro se dirige a los demas - bien... - mira los tremendos arboles que tienen detras que superan perfectamente los treinta mentros y os vuelve a mirar - trepad hasta la copa - su tono podria parecer una invitacion o una orden, pero obviamente, deja claro, despues de lo visto con Zhang que estaria dispuesto a castigar nuevamente a quien se pase de listo.

[I]glups[/I] - aun acostumbrado a la disciplina desde niño, me intimida la reacción del maestro, viendo que podría ser capaz de cualquier cosa si se cabrease.

Sin dudarlo, obedezco a lo que pide y salto al árbol que me señalan.

¡Vale! - Para Tang, más que una obligación le resulta una oferta tentadora y apasionante. Lanzándose hacia el pie del árbol, antes de subir mira hacia atrás:

Pero no os quedeis ahí, chicos, ¡vamos!

Visto como las gasta el maestro la unica pregunta posible seria a que arbol, pero parece que ha quedado claro asi que con una reverencia me lanzo corriendo a trepar hasta llegar lo mas alto posible

Decidida, se lanza árbol arriba de un salto. Como si fuera un oso panda, trepa con la suficiente audacia para no tropezar y caerse

Zaoh se lanza a escalar uno de los árboles con sus compañeros.

Cada uno va trepando por el arbol a su modo pero igual de efectivo que el resto de pupilos... Pero, algo falla y cuando todos llegan a eso de los cinco metros de escalada, TODOS pierden el equilibrio y se resbalan... Es de noche, los troncos estan humedos y el musgo presente en ellos no da mucha sujeccion. Uno a uno van cayendo a la mullida hierba. Shoushan os mira de brazos cruzados y una sonrisa de media cara - Espero que hayas aprendido algo de esto - y sin mas desaparece metiendose dentro del templo cargando con un cubo de agua del que no sabeis de donde narices lo ha sacado

Aaaah! - Se queja Zaoh al estrellarse contra la mullida hierba.

Tras oír al maestro, mira a los árboles, mira al templo, y resopla cabizbajo.

Un grito agudo resuena desde las cuerdas vocales de Tang, topando estrepitósamente sobre muchos de los chicos.

Maaaaadre, ¡qué golpetazo! - dice quejumbrosa pero, sorprendentemente, sin demasiado enfado.

Observo las caídas de todos mordiéndome el labio para contener la risa. Cuando el maestro por fin se larga, les observo a todos, sonriente. -Hoy habéis aprendido que caerse de culo es malo, hacéis daño al suelo... Y tras decir esto me empiezo a reir, observando de tanto en cuánto que no vuelva mi nuevo némesis.

Me caigo de espaldas en la hierba y me quedo mirando al cielo un segundo

si que las vamos a pasar putas, eso es lo que hemos aprendido