Partida Rol por web

Cuando el hacha impacta contra la cabeza del minero y la sangre salta hacía Xantia, esta se levanta y se queda perpleja mirando el cuerpo del minero que se desvanece. Segundos después comienza a gritar como una loca y vomita intentando decir algo relacionado con un ojo y el caos.

Después de un minuto, que parece eterno, parece calmarse.

Ishmael, resignado, se vuelve otra vez hacia sus compañeros. Observa al minero que yace muerto en el suelo y reza por él.

En fín, ya hemos perdido bastante el tiempo en este puto hab-block. Sigamos con la misión. ¿Hacia donde vamos?-le pregunta a Cimbria mientras alza su arma de nuevo.

Cuando el hacha alcanza la cabeza del minero, y la parte como un melón maduro, un ojo de unos centímetros de diámetro se abre en la nuca del minero y parpadea justo cuando el filo muerde la carne. Dirías que el aberrante apéndice mostraba su miedo ante su inminente fin. El suceso te afecta más de lo que te gustaría, y la bilis se acumula en tu garganta.

Como has dicho "cuando el hacha impacta".

69, me follo Cimbria xD

La misma sangre que salpica la cara de Xanthia, termina por aterrizar sobre las botas de Cimbria, que tampoco tiene tiempo de apartarse...

La Arbites se queda congelada en su sitio. El cadaver cae como un saco de patatas, con su cabeza abierta como un melon maduro...

"En marcha. Praetus en cabeza. Ishmael, a retaguardia. Mantened los ojos abiertos."

Con cuidado, la joven albina agarra el rifle de caza para que sea mas comodo llevarlo y tantea los bolsillos, buscando el mapa. Cuando por fin lo encuentra, lo desenrolla para situarse. Una vez queda satisfecha, lo vuelve a doblar y da indicaciones sobre la ruta a seguir.

Ishmael se coloca en retaguardia con el arma en ristre y se mantiene alerta a todo lo que rodea al grupo.

El aire es sofocante y eso hace que no pueda respirar con facilidad, pero le da igual, ha estado en situaciones bastante peores que esa. Al menos... de momento.

Cuando el hacha impacta contra la cabeza del minero y la sangre salta hacía Xantia, esta se levanta y se queda perpleja mirando el cuerpo del minero que se desvanece. Segundos después comienza a gritar como una loca y vomita intentando decir algo relacionado con un ojo y el caos.

Después de un minuto, que parece eterno, parece calmarse.

La comitiva de acólitos continúa su camino entre las rocas y la oscuridad.

El ambiente se vuelve más irrespirable a medida que os internáis más y más en las tripas del planeta. La roca se vuelve áspera e irregular hasta el punto de que pareciera excavada por los mordiscos de un demonio. Os da la sensación de bajar continuamente en una pendiente sin fin. En algunos momentos llegáis a marearos: todo es lo mismo, una sucesión interminable de túneles y cavernas: ¿De verdad estáis avanzando? ¿Vais hacia atrás? Perderos aquí equivaldría a vuestra sentencia de muerte. Sin nadie que conociera la zona jamás encontraríais la salida.

En determinado momento dais con unos raíles que cortan con el túnel que seguís. Cuando os acercáis a ellos veis que los raíles han resultado deformados terriblemente y levantados de sus fijaciones; cuelgan en el aire, grotescos, como si una enorme bestia los hubiera mordido hasta separarlos del suelo. Desde luego que este tipo de encuentros no os hace sentir más tranquilos.

Ya relativamente cerca de los Rotos, tropezáis con una sima que interrumpe el camino. No aparece en el mapa, pero es posible que algún movimiento de tierra haya derruido esta parte del túnel.

En cabeza, sólo? Zorra resentida y asquerosa... Cosas como estas las lamentarás, no pienso dejar que me maten tan facilmente.

Piensa Praetus mientras avanzan, con el rifle laser siempre listo en sus manos. El único sonido que sale de él es el ocasional escupitajo de restos de lho mascado contra el suelo, pero con muy poca frecuencia para no alterar demasiado el ambiente.

Cuando distingue la sima alza el puño, cerrando la mano para indicar un alto.

- Mierda... Hay una sima. - Informa para acto seguido se acerca un poco para comprobar la magnitud de la profundidad y la anchura.

Acercas la antorcha para comprobar la profundidad de aquella oquedad sombría: lo que ha ocurrido en realidad es que el túnel por el que vais continúa pero más abajo. Es como si se hubiera partido por la mitad y parte del corredor se hubiera desplazado hacia abajo. Podéis trepar por la pared hasta llegar al túnel y desde ahí saltar. No es demasiado complicado ya que existen asideros suficientes como para hacerlo, aunque en caso de caer...

Con tu antorcha te resulta imposible discernir el fondo.

Ishmael coge una piedra del suelo y la deja caer en el agujero para comprobar la profundidad.

Veamos si ésto llega hasta muy abajo...

La varita de Iho de Praetus le quema los labios y la piedra aún no ha tocado fondo.

He, he, he. Parece que hay una buena caída, ¿eh? Tened cuidado de dónde ponéis el pie. Este agujero tiene pinta de llegar hasta el culo del comisario.-exclama Ishmael con una sonrisilla al observar que la piedra aún no ha llegado al fondo. Y si ha llegado, el fondo está demasiado lejos como para que el oído humano lo pueda escuchar. Cualquiera de las dos opciones le hacen sentir escalofríos.

Id subiendo, yo os cubriré.

Dicho esto, se coloca mirando a la dirección por la que han venido, con el arma en alza y alerta. En este lugar no se puede fiar de que alguien (o algo) no los haya estado siguiendo.