Partida Rol por web

Hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana...

Un grupo de agentes Rebeldes es asignado para acompañar a la estación espacial de Kwenn al gran ingeniero Walex Blissex, diseñador del destructor Estelar clase Victoria. Blissex, ahora respetado miembro de la alianza, había recibido un mensaje del esposo de su hija, el Gobernador Imperial Denn Wessex, informándole que esta se encontraba al borde de la muerte. Aunque parecía una trampa, Blissex no podía desaprovechar su última oportunidad para reconciliarse con su hija.

El que Lira Wessex, quien diseñó el Destructor Estelar clase Imperial basándose en los estudios y trabajos previos de su padre, se esté muriendo o no, no tiene, de hecho, relevancia alguna. Al llegar a Kwenn, Walex y su escolta Rebelde son capturados y encarcelados bajo custodia del Capitán Kolaff, comandante del Destructor Estelar Clase Victoria Subyugador.

Ahora, atrapados en el bloque de detención de la poderosa nave, los Rebeldes tienen aun esperanzas de poder escapar. Por el momento, sólo pueden estar a la espera del eventual regreso de los guardias con el terrible Droide interrogador que seguro les acompañará...

- Bien, a pesar de todo, podría haber sido peor. - la voz del ingeniero rompe el tenso silencio que se ha instalado en la celda desde hace un buen rato.

Sasha se gira hacia su amigo y le mira ceñuda - Estamos atrapados en una celda de detención en medio de un Destructor Estelar clase Victoria si armas ni equipo. ¿Cómo demonios podría ser peor? -

Pulsa el botón que extiende una de las incómodas camas de la celda. A su edad Altis Valorum no aguanta demasiado tiempo de pie... y ya llevan mucho tiempo en la celda.

- Podríamos estar muertos. - comenta tumbándose trabajosamente.

De un punto indefinido tras las paredes de la celda surge el chisporroteo de un intercomunicador entrando en funcionamiento.

- Atención prisioneros. Empezaremos el interrogatorio en breves momentos. Esperamos que sean tan poco colaboradores como nuestros últimos "invitados". -

- No estoy seguro de que pudiera ser peor. - dice una vez que la voz del comunicador se ha extinguido No puede dejar pasar por alto el hecho de que sólo hay dos camas en la celda, lo que significa que no se espera que se queden a pasar la noche.

- Tengo un terrible presentimiento sobre todo esto... - comenta la joven senadora sentada en una esquina de la celda sin apartar la vista de la puerta, pensativa. Se remueve incómoda a causa del suelo de rejilla.

- ¡Probablemente si hubieses tenido este "mal presentimiento" antes de convencernos para que nos presentáramos voluntarios para esta misión no estaríamos en este lío! - exclama Sean.

El caza-recompensas apenas ha abierto la boca desde que les metieron en la celda. Ha estado estudiando con aire profesional cada panel y cada rejilla de la celda como si escaparse de bloques de detención imperiales fuera el pan suyo de cada día. Pero ahora ha abandonado su labor para encararse con la mujer.

- Ya, cuando un Gobernador Imperial envía holocintas por toda la galaxia para contactar con un conocido Rebelde, debería ser de lo más sospechoso. - añade incorporándose con un quejido.

Obviamente aquella especie de tabla no estaba pensado para que la gente durmiera a pierna suelta tras cada sesión de interrogatorio. Pulsó el botón de nuevo y el catre se deslizó en el interior de la pared de nuevo.

- El Gobernador me pareció sincero. - se encoje de hombros - Sólo parecía un tipo cuya esposa estaba al borde de la muerte, y su último deseo era ver a su padre antes de dar el Último Salto ¿Qué es lo que parece tan extraño en todo eso? - termina señalando con el dedo a sus dos compañeros que no hacen más que culparle.

- Pues que resulta que su padre no es otro que Walex Blissex, diseñador del Destructor Estelar Clase Victoria, y en estos momentos, importante miembro de la Alianza. - responde irónicamente.

- Hablando de Blissex, ¿dónde pensáis que lo tienen? - interviene intentando desviar el tema de conversación para calmar los ánimos.

- Creo que aún esta en algún lugar del bloque de detención. Escuché algo que algunos guardias comentaban al respecto. -

El silencio se instaura de nuevo en la celda, un silencio compuesto por el zumbido de las potentes luces que iluminaban la pequeña estancia y el lejano retumbar de los poderosos motores del crucero de combate.

- No hay apenas nada que podamos hacer en este momento. - dice abatida, apoyándose contra la fría pared de plastiacero.

- ¿Qué quieres decir? Tenemos que escapar. - le anima acercándose a su compañera y posando una mano sobre su hombro para intentar infundirle valor.

Se levanta y se une a los otros dos: - Es cierto. Esos Imperiales nos ha avisado de que nos van a... -

- ¡Y lo más seguro es que traigan un Droide interrogador con ellos! - exclama con un timbre de temor en su voz.

- ¿Pero qué podemos hacer? Nos superan en número y armas. - reflexiona mirando hacia la puerta.

- Escuchad, aún tenemos a Blissex de nuestro lado, si podemos encontrarlo, claro. -

- ¡Exacto! Si escapamos, puede que conozca alguna manera de salir de esta monstruosidad Imperial. - no es mucho, pero es un principio de un plan, y eso siempre es mejor que no tener nada a lo que agarrarse.