Partida Rol por web

 Intentando suavizar el inicio de lo que Bastian pronosticaba como un caso largo y complicado mantuvo una distendida conversación con Andy para ayudarle a distanciarse un poco del caso. Recuperar la perspectiva y todo eso. Conduce sin prisas por las calles cada vez menos transitadas del barrio, uno de esos sitios donde uno solo  espera a hacerse mayor para largarse.

Siguiendo los pasos de su compañero tras bajar del coche se toma un segundo para concentrarse, poniendo los cinco sentidos. Al bajar, empieza echando una amplia y panoramica mirada para ver que tipo de lugar es aquel. Sí, obviamente en un paso subterráneo, pero lo que Bastian intenta saber si es una de esos lugares tétricos pero inofensivos, o si realmente es uno de esas autenticas trampas urbanas que parecen estar pensadas para el crimen. 

Enseguida Andy se pone a divagar. Parece que está más tranquilo, ya vuelve a ser el de siempre. Piensa sin prestarle demasiada atención mientras comienza ahora a recorrer el lugar con paso lento y ojo precavido. Escruta los suelos, las paredes y los techos, las esquinas y cualquier desague que pueda haber. Se fija en todo los detalles que se le ocurren. ¿Cámaras de seguridad? Dificil. ¿Algún acceso a las alcantarillas? Lo que sea...

Cuando finalmente su compañero le pregunta por el nombre de lugar, tiene que hacer un esfuerzo para salir en su estado de concentración. Sacudiendo la cabeza responde. -¿Eh? Ah... Em... Déjame que piense. No, no recuerdo nada en particular. Siempre he pensado que era uno de esos sitio con nombres lúgrubes por el mal royo que emanan.- Tras una nueva mirada rápida añade: -Y no me extraña que le pusieran ese nombre...-

La apreciación de Bastian era correcta, aquel túnel no tenía nada de partícular salvo el sobrenombre, uno como otro cualquiera para crear mal ambiente entre los que cruzaban por allí.

Apostados a nivel de calle, los dos compañeros observan la entrada del túnel, unos metros más abajo de las escaleras. La barandilla tiene un color insano, algún tipo de mugre recubre el metal y no parece muy recomendable apoyarse en él para bajar. Andrew divagó en voz alta mientras Bastian observaba la zona. Cerca de la boca del túnel habían cartones estirados y entre ellos asoma un pie y una mano... desde allí no podía apreciarlo bien, pero parecía un vagabundo que había encontrado un buen rincón para dormir.

El Sex&Porn era una tienda de artículos eróticos. Ya el nombre del local resultaba obvio y rancio, y el interior era demasiado bizarro, pues parecía más una ferretería con todos los artículos amontonados en las paredes dejando un reducido espacio en el centro haciendo las veces de pasillo hasta un mostrador tapizado con carteles pornográficos uno encima de otro según las novedades. Alanis ya conocía el sitio, se aproximó al mostrador haciendo resonar sus pasos sobre el pegajoso suelo mientras Joel observaba un poco confuso los penes de látex de distintos tamaños que apuntaban hacia él, así como material de cuero distribuido por los demás estantes. Había otros objetos que no sabía ni para qué podían servir. 

Detrás de la mesa apareció un hombre de aspecto desagradable que miró a Alanis primero con indiferencia y después con lascivia cuando la reconoció, llegando incluso a pasarse la lengua por los labios.

- Bombón, hacía mucho tiempo que no te veía por aquí... si quieres que te quite el envoltorio no tienes más que pedirmelo... - luego reparó en Joel y en su tamaño y soltó una risita. - Ah, ya sé, buscas algo duro para ti y el cachas de tu amiguito... Pues has venido al sitio indicado nena, ¿que quieres esta vez? Tiene pinta de ser un tío duro, a lo mejor te apetece un traje de poli con porra incluida... - la miró espectante, como si esperase que Alanis le pidiera algún objeto para luego imaginárselo.

Demasiado bonito para ser verdad, supongo- pensó Andrew. Aunque no lo pareciese, no había mucha gente tan loca o tan colocada para dejar pistas tan evidentes. Y los que lo hacían por simple estupidez rara vez pasaban del primer asesinato antes de que les echasen el guante. Bueno, de vuelta a la casilla de salida. Andrew hizo una nota mental. En casos como estos, que pasase esto era bastante frecuente. Andrew llevaba porras consigo mismo para ver cuantas veces pasaba. Esta la tenía en cinco, por lo menos.

Que encantador. Vamos a bajar y a hacer algo de trabajo de polis. Lease, pringarnos de la mierda que nadie quiere. Aquí tiene pinta de haber un montón de eso.

Andrew sonrió de forma algo torcida. Se le notaba tenso, con una rabia apenas contenida aún, pero parecía que su carácter habitual volvía a aflorar poco a poco.

Según vamos entrando en aquel lugar lo voy observando con detenimiento y mi asqueo va en aumento según nos adentramos más era un lugar tan infecto y asqueroso que me parecía increible que Berling se moviese por allí, aunque bueno pensandolo mejor era su trabajo al igual que el mio era asaltar casas infestadas de tios muy peligrosos armados hasta los dientes cada cual tenía lo suyo asique preferí no hacer ningún comentario al respecto ya ten´dría bastante la pobre Alanis con tener que volver a ese lugar.

Una vez hemos llegado hasta el mostrador aquel tipo desagradable, seguramente el tipico deprabado al menos eso ofrecían las pintas que gastaba miraba a Berling con lascivia y hacía comentarios sobre mi y la posible noche se sexo con aquellos jugetes, aunque no era mala idea preferiría hacerlo sin ningún jugete de aquella tienda, donde se ponga lo natural que se quite el plastico, me cruce de brazos serio impasible mirando fija y duramente aquel tipo con cara de pocos amigos haciendome el duro y dandole a entender que no me agradaban demasiado sus palabras, que le hablase de esa forma a Berling, pero tampoco podía ahcer mucho más sino quería que la misión se fuese a la mierda.

 Con la concentración propia de sus años de policía, y con su inestimable habilidad para prestar solo la atención justa y necesaria a Andy, Bastian bajo las escaleras tras éste y trato de seguir observando su alrededor atentamente. Quien lo viera desde fuera pensaría que está abstraído o tiene la cabeza en otra parte, pero lo cierto es que solamente se dedica a pensar y reflexionar sobre lo que ve.

Soltando al aire respuestas monosilábica poco pensadas para darle la sensación a su compañero de que alguien le escucha, empezó a seguir su propio hilo de pensamientos sobre los asesinatos...

Andrew bajó las escaleras hacia el túnel seguido por su compañero Bastian, adentrándose en un mundo totalmente diferente cuya atmósfera opresiva atacó rapidamente la mente atormentada de Andy, que aunque empezaba a recuperarse de lo que había visto, no podía evitar ciertos escalofríos subiéndole por la espalda y erizándole los pelos de la nuca. Era un simple túnel, pero Bastian no había visto lo que él ha visto y estar allí, en el mismo lugar que Carla antes de ser asesinada, le produjo cierto malestar.

La pintada estaba allí, hecha con spray, enmarcada, tan visible que parecía hecha con pintura fosforescente y no con simple tinte negro.

"Nadie cruzará al otro lado del Túnel de los Niños Muertos"

Movido por el instinto profesional, mientras Bastian miraba a un lado y a otro, Andrew, que había visto el video, miró al fondo del túnel... en algún punto de ese lugar había estado Carla y la cámara...

Alanis adoptó una actitud de indiferencia nada más entrar en aquella tienda, tenía que impermeabilizarse para lo que iba a oir. Tal y como imaginaba su "viejo amigo" empezó a relamerse nada más verla y a hacer elucubraciones con posibles juegos sexuales. Aquel tipo le daba asco y miedo a la vez, le costaba imaginarse alguién peor que él aunque no tardó mucho en encontrarlo, el asesino al que habían comenzado a perseguir ...

-Si ... hace mucho tiempo ... a pesar de eso ya veo que tú sigues igual- dijo acercandose al mostrador y notando como la mirada del hombre se clavaba en su cuerpo mientras comenzaba a ponerse nervioso -La verdad es que mi compañero y yo buscamos algo más duro que una porra, lo que buscamos son grabaciones con un alto nivel de sexo y violencia, pero que sean reales ¿puedes ayudarnos?- Su tono no era imperativo, de momento estaba jugando con él a pesar de imaginarse lo que iba a pasar por la mente del tipo cuando se fueran de la tienda.

Bastian echó un largo vistazo a ambos lados del túnel. En un lado se encontraba la tienda de Billy&Records, el último lugar en el que había sido vista. Al otro lado del túnel, el Soho, el lugar dónde vivía Carla. Por allí, aparentemente, no había ninguna pista más.

Aparentemente. Andrew era el único que había visto el video y podía calcular cual era el lugar en el que Carla había visto la cámara que la vigilaba. Se acercó hacia allí, con un extraño sentimiento de temor nada profesional que lo carcomía por dentro. Él era un tipo duro,  un bocazas al que no le importaba herir los sentimientos de los demás, pero aquel caso lo estaba afectando más de lo debido.

Encontró el lugar, un puñado de bolsas de basura tiradas y amontonadas junto a cartones sucios y arrugados. Por encima de sus cabeza se escuchaba el rumor de los coches pasar de un lado a otro de forma constante, haciendo temblar los cimientos del túnel. A lo lejos se escuchaba un goteo constante y el lugar olía a basura, componiendo un cuadro macabro y desagradable.

Algo captó la atención del agente del FBI, algo que contrastaba con la miríada de colores grises del lugar. Era algo verde, ese verde fosforescente que dañaba la vista. Al apartar los cartones, encontró un llavero con tres llaves, dos grandes y una  pequeña...

Premio. Yo quería el perrito piloto para ponerle a pasar coca por la frontera, pero puede que esto sea aún mejor...

Andrew sacó un pañuelo del bolsillo y se agachó a recoger las llaves. Con toda la cantidad de mierda que había en el lugar, y con lo metódico que era el hijoputa detrás del que iban, resultaba poco probable que dejase huellas en nada de lo que llevaba, y era casi demasiado bonito esperar que se le hubiesen caído al poner la cámara- ya que era esa la zona por la que debía haber estado. Sería mucha suerte, y desde que habían llamado esta mañana para que fuesen a ese edificio, tenía la impresión de que algún ente superior estaba emperrado en cobrarse la deuda kármica que debía haber acumulado por ser un cabrón a lo largo de su vida con más intereses que una hipoteca prime time.

Pero uno no llega a agente especial despreciando pistas o evidencias, por remotas que sean las posibilidades. Y si esto puede ser una pista, hay que tenerla en cuenta. Joder, desde que vio ese video estaba tan fijado en cazar a ese tío que si supiese de buena fuente que la mierda de las paredes era una pista directa al asesino la recogería a lametones si hacía falta.

La cámara, y nuesto Nicolas Cage de mierda particular, debían estar por esta zona. Igual que esto. No es gran cosa, pero algo es algo...

 Mientras ambos detectives indagaban cada uno en un rincón diferente del pasaje, bAstían no pudo evitar abstraerse un segundo. Pensativo a causa de todo lo acontecido en tan poco tiempo, no era capaz de mantener alejados tantos pensamientos aplazados. O al menos no lo sería durante mucho tiempo. Pero ahora no es momento para eso. Se dijo.

Cuando estaba en esas, pudo ver por el rabillo del ojo que Andy se agachaba y humeaba en algo que acaparaba su atención, lo que también le resultó llamativo. -¿Algo?- preguntó secamente aún en proceso de volver a la realidad. La ácida forma de hablar de Andy podía ser graciosa, pero no era muy explicita, de modo que se acercó y echó un vistazo a lo que llevaba  entre manos y vio el llavero.

Giró sobre si mismo un instante para comprobar si había alguna puerta o conducto cerrado con llave cerca, pregutándose qué podría significar aquello. -¿Y qué hacemos con esto?- Pregunta que, aunque pudiera parecer estúpida, no podía ser más pertinente.

El hombre tras el mostrador soltó una risotada y golpeó la mesa con fuerza.

- Joder, no sabía que te fuesen las cosas tan duras, cariño - sonrió de aquella forma tan asquerosamente lasciva y miró al compañero de Alanis, al fornido Joel, que taladraba con la mirada al dueño de aquel antro. - Pero algo me dices que vas en serio, no sueles pedirme cosas tan directas y menos cuando son tan escabrosas... - comento con suspicacia. - ¿Qué buscas? ¿Violaciones? ¿Bondage? ¿Masoquismo? ¿O tal vez estés interesada en el BDSM?

Tras echar una mirada más profunda al llavero, Andrew estudió detenidamente las llaves y el adorno que tenían.

- Carla estuvo justo aquí en la grabación - le señaló a su compañero el lugar dónde había encontrado las llaves. - Y la cámara estaba situada entre estos cartones, enfocándo la entrada del túnel. Luego ella se acercó hasta la cámara, debió divisarla desde lejos - mientras hablaba, hizo el mismo recorrido de Carla, desde la entrada hasta dónde estaba Bastian. - Cogió la cámara, buscó algo con ella, y luego se encontró con alguien. Si forcejearon, es posible que sus llaves cayesen aquí. Así que esto, si no es del asesino, tal vez se trate de las llaves de la casa nuestra víctima.

 -Eso último es muy fácil de comprobar.- Dijo Bastian todavía con una ceja enarcada por la explicación. -Podémos dejarnos caer por su edificio a ver si encajan. Si no lo hacen, sabremos que tenemos entre manos una pista prometedora. -¿Qué me dices?

-Oh, "kinky", no sabia que te gustara entrar a escondidas en las casas de jovencitas y robarles las bragas.- Dije con una sonrisa mientras le pasaba las llaves aun envueltas en el pañuelo.- Ten, ve ahi y busca entre sus trapos sucios, si no guiamos por lo visto en los videos, buscamos a un tipo con la suficiente intimidad con sus victimas para convencerles de que ir con una camara por todas partes y grabarles las bragas por debajo de sus faldas es una forma de saludar como otra cualquiera. Yo te acompañaria, pero ya sabes como odio hacer limpieza, y aparte, quiero visitar a nuestro viejo amigo Billy, no me preguntes porque, tengo unas ganas impresionantes de escuchar country y llenarme la panza de filetes vacunos, sera por toda esta carniceria que he visto en los ultimos dias.

"Country, el asesino uso una cancion de country mientras se dedicaba a... a... No, calmate, aun no te puedes derrumbar, mientras se dedicaba a "rodarla". Tiene que significar algo, es el unico video con banda sonora, es una pista ¿Pero de que? ¿De que las tias de hoy en dia tenian un gusto horrible para la musica? No lo se, pero hay algo claro, si en esa puñetera tienda hay algo que nos lleve ante al asesino, la encontrare." Pense mientras miraba a mi compañero con una sonrisa y las manos en los bolsillos, apretando los puños hasta que se me ponian blancos, no queria admitirlo ante mi compi, pero las imagenes me estaban acosando, y cada vez que las recordaba, la sensacion de explotar acudia a mi cerebro.

Un nuevo escalofrío recorrió el cuerpecito de Alanis al ver la sonrisa de aquel tipo. De nuevo se alegro de que fuera Murray el que la había acompañado hasta allí, aunque también sabía que el depravado que tenía delante se la estaba imaginando haciendo cualquier cosa con aquel negro, grande y fuerte. La agente se sonrojo un poco cuando el dependiente se volvió a dirigir a ella en esos terminos.

-Busco cualquier cosa que sea más fuerte que lo demás, pero como te he dicho tiene que ser real, no quiero fakes ni cosas por el estilo-

La agente se percató  como volvía a ser repasada con la mirada de arriba a abajo por aquel salido, que se detuvo en sus pechos una vez más ... estaba apunto de perder la paciencia y dejar de tratarlo tan correctamente, pero la cosa iba demasiado bien como para echarla a perder.

-¿Tienes algo por ahí?-

me contuve, tuve que hacerlo aunque mis instintos me instasen a macharle sin miramientos, esa no era la forma correcta de tratar a una señorita como Alanis, a pesar de no hacer nada, endurecí el rostro en un gesto de muy pocos amigos y con los brazos cruzados aprete levemente los puños, y moví haciendolo crujir de forma bastante violenta y audible, después le dedique una mirada a Alanis y nuevamente al tipo

-No tenemos todo el día, dese prisa

Inste al tipo para que buscase lo que Alanis quería, pues aquella persona tan horrible y asquerosa estaba haciendome perder la paciencia

Mientras Bastian se dirigía a casa de Carla, Andrew fue directo a la tienda de Rock&Billy Records. Estaba situada en unos bajos de fácil acceso mediante una rampa y unas escaleras. La fachada destacaba por sus parches de cemento y las vigas de acero que recorren horizontalmente su superficie entre hileras de ventanas.

Un letrero de colorido casi insultante, iluminado durante las horas nocturnas por unos focos laterales, anuncia el nombre de la tienda. Evidentemente está especializada en rock&roll, aunque tienen mucho género country y un apartado para las novedades que deben encontrarse en toda tienda de discos.

Para acceder al interior, Andrew tuvo que atravesar primero un pasillo con escaparates a ambos
lados, repletos de pósters y expositores de los cantantes más importantes, destacando entre ellos un pódium de honor para “El Rey”. Dentro, la iluminación era hospitalariamente blanca y olía a palomitas. Billy había colocado una máquina de pop-corn, que además emitía unas aberrantes tonadillas esporádicas; había sido colocada (intencionadamente) junto a las novedades más comerciales.

Los discos estaban dispuestos en estanterías metálicas blancas, la mayoría torcidas y algo oxidadas. Las paredes, de un color azul-celeste, estaban notablemente sucias hasta media altura. En la zona central de la tienda, y tras un mostrador circular, (servía a la vez de caja y de cabina de sonido) se encontraba Billy, agarrando un micrófono de aspecto vintage. Saludó al recién llegado dejando de cantar al instante al ver el aspecto del cliente.

Billy pasó hace unos años de los cuarenta, por más que quiera disimularlo con su juvenil look rockabilly. Su expresión era afable, ligeramente atractiva, aunque su nariz era demasiado estrecha para arecerse a Elvis. Vestía ropa sencilla: camiseta blanca, pantalones oscuros y camperas.

Bastian cogió las llaves y se separó de su compañero, cruzando al otro lado del túnel. Cerca de un ruidoso bar de motoristas, el detective encuentró el portal del bloque de Carla. Aparentemente estaba cerrado, pero al empujar la puerta, esta cedió sin esfuerzo. Miró el llavero y empezó a probar una por una, y comprobó que una de las llaves más grandes giraba en la cerradura (a pesar de que la puerta no estaba cerrada.

El descansillo de las escaleras era sobrio y estaba mal iluminado. Era un habitáculo cuadrado de suelo un tanto irregular debido a la vejez del embaldosado. Al fondo y a la derecha se encontraban los buzones, doce, contó Bastian, algunos llenos de propaganda hasta rebosar. A la izquierda, la única puerta de la planta baja, era la de la portería. Las escaleras, anchas y combadas por el tiempo, ascendían hacia los pisos superiores dejando un gran hueco intermedio desde el que se veían las diferentes plantas del edificio, seis en total.

- Vale, vale... te gustan los chicos impacientes, eso está bien... - siseó el dependiente con una sonrisa asquerosa, poniéndo las manos en alto. - Pero cariño, yo no vendo ese tipo de mierdas, mi tienda es legal, ¿sabes a lo que me refiero? Aquí solo vendo porno casero y legal, nada de guarradas, si lo que quieres son violaciones reales, vas a tener que preguntar en otro sitio - hizo un gesto que indicaba la parte trasera de la tienda.