Partida Rol por web

Mientra el conejo deliveraba consigo mismo Horario no dejaba de observarlo y preguntarse "habra algún conejo mas idiota que este?" hasta que de repente al ver como este se trepaba sobre la maquina mientras entre risillas pronunciaba la palabra "menthos" le trajo la imagen de aquellos divertidisimos video de youtube que se realizaban con la bebida cola y las pastillas mensionadas. Luego el salto y el grito lo hicieron salir corriendo de donde se encontraba aquella maquina, ya que si el conejo habia hecho el mismo pensamiento que él seguramente la maquina no tnedría mucha más vida como vendedora de refrescos, pues era posible que haya cambiado su oficio por uno de mayor peligro..."bomba..."

Horario salio corriendo en la misma dirección en la que el conejo volaba, el pitufo, mientras gritaba:

-: BOMBA!!!!!!........para bailar esto es una BOMBA!!!!!Salvese quien pueda.....!!!

Tal vez el alboroto fuera de ayuda...o no, pero lo hecho, hecho estaba.

 -- corte en pantalla -- 

La imagen de Sdahí comentando algo por lo bajo al pitufo, que se inclina para escucharlo, con Adalverto saltando sobre él con piernas, brazos y orejas abiertas, Roberta en mano y la boca en un rictus de salvaje instinto asesino; y Horacio moviendo sus piernitas a la velocidad del sonido mientras se toma el bonete con ambas manos, huyendo de la máquina, se congela en tonos blancos, grises y negros.

Se aleja levemente, para mostrarnos que se encontraba proyectada en una pared. A un costado, un hombre de cerca de 30 años, pelo muy corto, flaco y de anteojos, se encuentra sentado en un taburete. 

Parece pensar. O tal vez dormir. No se puede advertir más en su postura de espalda levemente inclinada al frente, y la luz del proyector reflejada en sus gafas no nos deja ver sus ojos, ya estén estos abiertos o cerrados.

Alguien fuera de cámara tose afectadamente, ese ehem--cough! tan característico que quiere decir idiota te toca, vamos que estás al aire (especialmente si eres alguien tiene que decir algo, estas al aire, y dormitas en un taburete). 

Nada sucede.

- Ehem! Cough!

Con un respingo el hombre se endereza, levanta la cabeza con violencia, continúa el arco hacia atrás con todo el cuerpo. El taburete se solidariza con el movimiento y se inclina hacia atrás, depositándolo con violencia en el suelo.

PLAFFF!!!

- La reputa madre que lo--

- EHEM! COUGH!! 

El hombre se levanta con una sonrisa tal que parece que adora caerse de espaldas desde un taburete aún más que las tortas de su hermana, levanta el taburete que se cae por exceso de entusiasmo, vuelve a ponerlo sobre sus patas, y se sienta.

- Bienvenidos! Pronto aquí veremos el desenlace de esta maravillosa aventura, pero antes... antes vamos a pasar a las entrevistas. Este momento es un momento clave en la historia, a punto de observar cómo cambia la vida de nuestros protagonistas. Para ello, queridos televidentes, hemos preparado nada más y nada menos que, auspiciados por la Inmortal Iglesia de Chuck, a los...

Redoble de tambores!

- Los protagonistas!!!

Una ronda de aplausos estalla mientras la cámara amplia el ángulo y muestra a Horacio, Adalverto, Sdahí y Bilbo sentados en un mullido sillón de terciopelo rosa oscuro.

- Y bien, dice el hombre, al parecer sin dirigirse a nadie en particular, cuéntennos, qué sintieron en el momento de arriesgar sus vidas por instrucciones del mismo Chuck?

Bilbo sonríe a la cámara. Intenta aparentar tranquilidad pero el bailoteo inquieto de sus dedos sobre las rodillas muestra que tiene cierto miedo escénico. Los mercenarios profesionales no suelen ser buenos comunicadores. Sin embargo el duende intenta sacar lo mejor de su repertorio:

- Bueno, en realidad yo no sentía nada en especial. Es decir: molaba estar a punto de degollar al gordo y hacerle pagar por todo el sufrimiento causado por su codicia infinita, pero ¡era nuestro trabajo! En fin...- el duende baja la mirada - Era muy emocionante... lo malo es que en ese momento me dio ganas de ir al baño. ¡Imaginénse! Yo allí, a punto de colaborar en el derrocamiento de una tiranía milenaria... y lo único que tenía en mente era ver si acabábamos rápido para encontrar un WC. En fin... Chuck nunca nos advirtió que los héroes también sucumbían a las necesidades primarias...

 Nervioso miró al interlocutor del Show tras las breves palabras del duende de la suerte, intentando percibir si su turno era a continuación. Al no recibir respuesta giró lentamente su cabeza hacia la cámara uno dejando que sus orejas, decoradas con múltiples piercings, tintinearan por el movimiento.

Una amplia sonrisa inundo las pantallas de los televisores, el conejo se volteo rápidamente para la cámara tres y luego a la uno para ver si los camarógrafos se encontraban atentos a sus movimientos. Satisfecho se relajo sobre el sillón para comenzar su historia.

- Veras Mike, Mike era tu nombre, verdad, bueno a nadie le importa en realidad, después de todos nosotros somos los héroes y la gente espera por escucharnos. – los aplausos del público detuvieron el relato inflando el ego del conejo -    Como les decía, Chuck es un hombre increíble, capaz de doblar una barra de acero con su mirada o derribar una fortaleza con solo un gruñido, pero para que decirles algo que ustedes ya saben. El señor Norris ha sido nuestro mesías en momentos difíciles de nuestra vida y le debemos mucho más de lo que ustedes pueden imaginar, por ello, como decirle que no a un hombre tan noble cuando te pide que arriesgues tu propia vida en bien de la humanidad, esta maldita humanidad tan ciega que no quiere hacer las cosas por sí misma. – al ver los rasgos de sorpresa de Mike o como se llame el muchacho de las preguntas absurdas el conejo largo una larga, larga carcajada – jijijijiji jijiji jijiji – los aplausos volvieron a surgir en la multitud, al parecer las risillas resaltando con el tono sarcástico del conejo resultaban simpáticas para los espectadores. – Como les decía Mike, ¿qué no te llamas Mike? ¿Cómo puede ser eso posible? – Los piercing de las orejas volvieron a tintinear al agitar la cabeza en forma de negación – mejor sigamos con mi historia, para que aburrir al público.

-Como venía diciendo, durante años fuimos entrenados para destruir al mal en cualquiera de sus formas, sin embargo al recibir el llamado de Chuck casi se me mojan los pantalones, pues pensé que no le había gustado mi fabulosa sopa cola de canguro australiano y se me venía otra paliza… afortunadamente no había sido eso, no se imaginan lo malhumorado que lo pone cuando la comida no tiene suficiente cola de canguro. – la copa de cristal repleta de un liquido transparente e incoloro, agua mineralizada y finamente gasificada, debió ser extremadamente sabrosa porque el conejo se la termino de un sorbo y miró a los asistentes haciéndole señas para que le sirvieran aún más.

– ¿En que estábamos?, ah sí, la sopa de cola de canguro, como decía Chuck es muy exigente con su comida, es la base de la fortaleza de todo guerrero. Recuerdo haberme pegado un susto bárbaro al recibir el llamado que poco a poco fue menguando al ser remplazado por una exultante  euforia, estábamos siendo reunidos para destruir a una tiranía milenaria, como bien ha expresado mi buen amigo y compañero de misión. Por lo que… estemm, ¿cuál era la pregunta? – hecho una mirada inquisidora al resto, pero estaban todos en asuntos más importantes, como mirar bajo la falda de las asistentes o meterse el dedo en la nariz para elaborar pequeñas bolitas de material altamente pegajoso.

– mmm…  y finalmente encargamos unas 3 vacas macho, 13 gallinas gigantes y 4 elefantes criados en cautiverio, por supuesto, para festejar con un gran festín tan emocionante misión – La cara del conejo volvió a aparecer en la cámara tres con una amplia sonrisa que intentaba conquistar nuevas admiradoras mientras codeaba al que tenía a su lado para darle la palabra, definitivamente ya no sabía que decir.

Aquel lugar tenia mas luces que mi nave, y no paraba de dar vueltas, mosqueado en el sillon...

Estuve a punto de lanzarme a por unos tios con unos auriculares enormes y un aparato que nos apuntaba con una luz roja encima, situados a nuestro alrededor... 

No me gusta que me apunten con luces rojas, aunque seas un... Como era... Ah si, un camara!!

Mientras me revolvia en mi lugar, Mike hacia preguntas... O no se llamaba Mike??

-Chuck?? Quien es Chuck??? Yo quiero un jamon!!

Entonces, en ese mismo momento, vinieron a mi mente las imagenes de mi encuentro con el, despues de recibir una de sus "caricias" y el dolor de las mismas a mi cuerpo... Mi reaccion fue inmediata.

-Si, si, Chuck!! Yo conozco a Chuck!!

Despues volvi a mirar al camara que nos apuntaba, no me fiaba yo mucho de que fuera inofensivo...
Y tras gruñirle un poco continue hablando...

-Fue divertido jugar en ese sitio al que nos llevo... Pinguinos, nieve, juguetes... Mike y mi jamon!?!?

- Ehem... dijo el apuesto presentador... no me llamo Mike. Comprobó el cartelito que tenía colgado en el cuello. Aquí dice claramente: Will Juarez y la Gorda. Sip, ese soy yo... 

Su mirada asesina barrió a los héroes, dejándolos limpios (y totalmente indiferentes, cabe agregar).

- Bueno, supongo que es hora de ver el desenlace... tras comerciales.

La imagen de Sdahí comentando algo por lo bajo al pitufo, que se inclina para escucharlo, con Adalverto saltando sobre él con piernas, brazos y orejas abiertas, Roberta en mano y la boca en un rictus de salvaje instinto asesino; y Horacio moviendo sus piernitas a la velocidad del sonido mientras se toma el bonete con ambas manos, huyendo de la máquina, aparece en tonos blancos, grises y negros. 

Con un chillido de volumen mal ajustado, vuelve al movimiento! El chillido sale de Adalverto, quien aterriza sobre el pitujo propinándole sendos katanazos. Sdahí rueda con agilidad a un lado, Horacio se cubre tras una caja de Muñecas Lloronas Rambo Lanzacuchillos -edición de coleccionista- y la máquina de Coca-Cola... comienza a perder una espuma blanquecina por todas las juntas. Tiembla descontroladamente, zapateando un baile flamenco, hasta que finalmente...

Kaa-BOOOMMM!!! 

El espacio se llena de espuma de Coca-Cola, pegajosa y tibia, y humo. Humo? se preguntarán los televidentes... Humo! La máquina, arrojada por la fuerza de la explosión de sus componentes internos, chocó contra algo que pegó contra algo, lanzando chispas sobre otro algo... ustedes saben como es esto. Una colilla de cigarrillo mal apagada y PUF! incendio y explosiones.

Inverosimil? Tal vez, pero es lo que pasó. La realidad supera la ficción, ok?

Entre el humo y los gritos de agonía de los duendes, una figura petisa se acerca. Mientras Adalverto termina de golpear la cabeza del pitofón en el piso y Sdahí le da una patadita en la pierna inerte, lo primero que ven es una sonrisa. Una gran y tierna sonrisa.

Bilbo se acerca, y parece disfrutar mucho el espectáculo. Horacio se une a ellos, mascullando algo sobre explosiones de mierda que te ensucian el gorro, como si el almidón me lo regalaran a mí, claro. 

Frente a ellos, la puerta gigantesca. En el medio, en hierro forjado enchapado en oro, las iniciales: SC

 El conejo miro satisfecho los restos de la maquina dispensadora de Coca-Cola mientras continuaba pisoteando al maltrecho pitufomachote. 

- Ji... Ji... Ji ji ji... jijijijijiji - Comenzó a reír chapotenado en la espuma de refresco color petroleo - jijiji jiji jiiiiijijiiiiiji ji, Puuum, exploto... jijijji jii ji ji

Puños cerrados con los brazos en jarra, el bonete  chorreando un espomoso liquido negresco que se escurre por un costa, seño fruncido, ya casi caracteristico en el enano y frente a sus ojos la gran puerta, a la que escupe como maldiciendo mientra maculla palabras inaudibles entre dientes, luego mira al resto.

-: Bien? y ahora como la tiramos abajo...ehhh...por casualidad no tienes algo más fuerte que la bomba de menthos, no? conejin...

Y algo nunca visto asoma desde la boca del enano, algo  que era realmente vomitivo.

Pero que demostraba la felicidad infinita que tenia de estar allí parado junto aquella puerta con sus comopañeros.

 El conejo pareció enfurecer tras escuchar a su compañero, su risilla inocente e inofensiva se corto de golpe y se giró hacia el enano gruñón echando espuma por la boca, no precisamente por furia sino porque había estado jugueteando con la incansable catarata de refresco espumoso.

- ¿Qué si tengo algo más fuerte? Algo más fuerte que mi bomba de menthos, pues claro.

Refunfuñando por lo bajo orejudo comenzó a alejarse de la puerta, imitando la famosa caminata utilizada por Michael Jackson, sin dejar de mirarla amenazadoramente.

– …algo más fuerte, já… ya le voy a mostrar yo a ese enano mal llevado algo más fuerte. Van a conocer el poder de Adalverto el conejo ninja.

Al llegar a unos diez pasos, aproximadamente, de la puerta que los separaba de su objetivo final el conejo remango las mangas de su chaqueta para luego adoptar una de las poses de ataque más poderosas del universo.

Sus manos comenzaron a moverse rápidamente en forma circular amasando una pequeña espera de energía que iba creciendo lentamente, o al menos eso imaginaba el conejo, es difícil explicar con eficacia lo que vieron o imaginaron sus compañeros o aquellos duendes que permanecían ocultos tras la línea de montaje de soldaditos de plástico que no paraban de caer al precipicio.

Lo cierto es que el conejo, confiado de sus habilidades adquiridas luego de años de video entrenamiento, comenzaba el rito de lanzamiento de aquella bola de energía destructiva llevando sus brazos hacia tras girando su torso en la misma dirección, para luego extenderlos a gran velocidad hacia delante, hacia la puerta del demonio conocido como Santa, hacia la destrucción de aquella tiranía. La esfera de energía protoplásmica salió despedida mientras el conejo gritaba con toda su fuerza.

– Kaaaaaaaaammmee jammmeeeee já…. Ji ji ji.

Lo que paso a continuación fue la puerta crujiendo ante el ataque, digo crujiendo porque es extraña con una puerta de madera maciza e impenetrable se reía, aunque es lo que debería estar haciendo cada una de sus partículas en un universo en el que las puertas son mágicas y pueden reír ante un ataque que solo pudo existir en un video juego o una serie animada imaginada por el conejo en su más remota infancia.

Sin embargo el conejo ansioso por ingresar en la habitación no se dio por vencido ante el impertérrito portal, por lo que con un grito de guerra se lanzó a toda carrera hacia ella.

– ¡¡¡Aahhhhhhhhhhhhhhh!!!

Una nube de espuma se materializo detrás de Adalverto mientras corría hacia la puerta unos metros y volaba otros en plena patada voladora que acabaría con un fuerte golpe sobre la misma.

Este golpe fue tremendo, pero la puerta no se movió, siquiera oscilo ante la poderosa estampida, provocando una fuerte frustración en el orejudo que ajeno a todo acto racional inicio una combinación de golpes destructivos, capaces de convertir en polvo a cualquier objeto sobre la tierra. Patadas iban y venían chocando incansablemente contra la madera pulida combinándose hábilmente con fuertes golpes de puño que unían la técnica de la cobra, el tigre, el mono ebrio o el conejo loco.

Nada ocurrió, la puerta continuaba cerrada ante sus narices. Agotado, el conejo se dejo caer sobre sus rodillas posando su frente sobre la madera manchada por la explosión de refrescante bebida sabor cola.

– Nunca podremos entrar, nunca -  decía mientras daba golpes con su cabeza contra la puerta. Lo que debió aflojar las neuronas de nuestro querido orejudo, ya que una última idea surgió en su mente – tal vez, si… naaah, nunca podría funcionar – hablando solo logro ponerse en pie mientras sus compañeros lo observaban, creyendo con toda seguridad y sin lugar a equivocaciones que el conejo había perdido la chaveta. Sin embargo siguió adelante riendo nerviosamente…

-Ji ji jiii ... Porque no, después de todo ya he intentado todo lo que estaba a mi alcance – Dijo por lo bajo mientras su mano, temblorosa, se acercaba al brillante picaporte y lo giraba lentamente emitiendo un temeroso sonido metálico. 

-jiiii ji jiii...

-Conejito, conejito... dije mientras daba una palmadita a Adalverto, el conejo ninja, y miraba al suelo...

-Solo hay una cosa que podamos hacer!!! vocifere mientras levantaba una de mis manitas al cielo con el dedo estirado...

-Vamos a por los jamones!!!

Cual fue mi sorpresa al darme media vuelta, encontrarme de frente y a escasos centimetros a Horacio.
Tal fue el susto que me cai hacia atras, olvidandome de los jamones...

-Jo, podrias avisar, que uno ya tiene una edad y esta el corazoncito delicado!!!

Con un espeluznante crujido, la puerta se abre... del interior rueda una niebla espesa y tétrica, mientras de fondo se escucha una carcajada...

 - Bwa-HAHAHAHAA!!! la risa tétrica rodó junto con la espesa niebla, que se disipó alrededor de la oronda figura de Santa. Unos goblins se escurrieron fuera de la vista con sendos ventiladores; el efecto teatral no era fácil de conseguir.

- Han destrozado mi fábrica?!?! Mi fábrica de ilusiones y alegrías?! Qué juguetes tendrán los niños este año? Qué Barbie nueva saldrá para Navidad? Qué nuevo producto de animación pseudo-japonesa no podremos poner en las salas de millones de consu-- jóvenes ansiosos de utilizar su adrenalina y creatividad en formas destructivas?? Santa miró de reojo su escritorio, de lustrada caoba. Unas maquetas pequeñas tentaculares de colores chillonas descansaban sobre una delgada pieza de electrónica, con las letras "XBOX Revolt" en el lateral.

Un gimoteo distrajo momentáneamente al hombre(?) de prominente barriga. Cállata Bill! gritó por sobre el hombro. Sigue trabajando en esos pantallazos de mi PC, que no me deja ver el CKEditor en Umbria!!

Estaba armada. Bilbo escuchó aquella voz que primero había temido, luego odiado y sintió como la adrenalina le subía hasta las orejas. Realmente la adrenalina no tuvo que hacer un recorrido excesivo dado la talla del pequeño duende, pero la intensidad de la sensación hizo que sus ojos se tiñesen de rojo.

- Santa...

Bilbo tenía que cubrir la retaguardia. Sus compañeros se encargarían de Santa. Él vigilaría que no viniesen refuerzos.

- ¡TU PAAAAADREE!

¿En qué momento dejó su puesto de vigilancia para saltar por encima de la máquina de coca cola e irrumpir en la escena haciendo molinetes con su katana?

- ¡PREPARATE PARA MORIR GOOOORDOOO DE MIEEEERDAAAA!

¿Y la retaguardia? ¿Es que nadie piensa en las retaguardias? No. Bilbo desde luego no pensaba quedarse sin la oportunidad de afeitar al gordo cabrón a la altura del cuello.

Sería poco ético mentirle a los espectadores y decirles que el conejo casi se orina en los tersos pantalones de combate que llevaba al escuchar la risota de Santa, pero como hoy en día la ética se ha ido perdiendo ya lo he dicho, el conejo se llevo un manso susto al percatarse lo cerca que estaba de concretar su venganza. Aquella que había estado esperando y planeando durante años. Por lo que saco un pequeño anotador con innumerables páginas decoradas con la caligrafía de niño y dibujos explicativos, mientras en la tapa bonitas tipografías logradas con un marcador rojo permitían leer:

Las hojas pasaron a gran velocidad zafando del peludo pulgar de Adalverto, de una en una, deteniéndose en el método 667.

– Malditas Zanahorias sin sabor… ¿por una no salió mi favorita! – rezongo el conejo mientras  cambia a la pagina 666 para examinar una interesante caricatura donde se podía ver a Santa en diferentes posiciones que dañarían psicológicamente a cualquier niño que lo vieran. Pero no las del conejo. – Es necesaria una pequeña trampita para el bien del espectáculo… ji ji ji, seisseiseisss,  ji ji ji, jiji ji ji.

La gran bola de espejos lanzó destellos por toda la habitación, al girar a gran velocidad sobre la cabeza del orejudo cheff del señor Noris. Mientras el mismo se lanzaba a la carrera tras su alegre compañero.

- Muereeeeeeee!!!

La destellante bola disco se desprendió de su mano transitando la distancia que la separaba del fetichista navideño en una bonita parábola huevoloide. Cuando de fondo comenzó a sonar  un alegre tarareo de combate.

- “It's fun to stay at the y-m-c-a.
It's fun to stay at the y-m-c-a.

They have everything for you men to enjoy,
You can hang out with all the boys ...

It's fun to stay at the y-m-c-a.
It's fun to stay at the y-m-c-a.”

El pequeño gruñón por fin podía ver a la cara a quien le otorgara aquella maldición de vida, ahí lo  tenia delante, al gordo de rojo. Su mirada se clavo en el, el tiempo parecía pasar en  cámara lenta, el conejo saltando y gesticulando,  Bilbo pasaba al grito  de “mieeerrdaaaaaa……”, pero para el pequeño señor Horacio Garcia (si, el apellido de Horacio era Garcia, Horacio Alfredo Garcia es el nombre completo del gruñón),  seguía petrificado, parecía haber vuelto a su estado anterior a conocer al gordo juguetero, los ruidos llegaban como un eco lejano, de fondo en su cabecita solo sonaba una musiquilla.

“naranaraaaaaaa….nanana…..narnaraaaaaaaaaaaa…nanana…..”

Con su mejor cara de Clint Eastwood, las palabras brotaron de su garganta en un tono fuera de toda emoción.

-: Llego tu hora Gordo.

Y poco a poco comenzó a caminar para terminar en una carrera junto a sus compañeros pos de un ataque “seudo” coordinado.

El gordo se movió de un lado a otro, al ritmo del regeatton diabólico que había desatado sobre el mundo! La bola de boliche pasó a su lado errando el bulto, pero destrozando el cuerpo de Bill Gates que estaba allí detrás.

Entre los gritos desgarradores de "No tenía tantos bugs!! No tenía tantos bugs!!" el empresario muere en una explosión que revienta el techo, revelando que era en realidad un robot de animé japonés.

El malévolo jefe del mal saca de su espalda una bolsa de arpillera marrón bordada con un coqueto festón navideños. Ho! Ho! Ho! Conque el estúpido de Chuck cree que puede eliminarme de su propio plan de dominación mundial enviando estúpidos duendes! Ha! digo-- HO! No podrán conmigo!

Mete la mano en el saco rebuscando con velocidad y una ancha sonrisa. Luego extrae una espada flamígera y apunta con ella al cielo. Un relámpago brilla en respuesta. Ehem! dice Santa al cielo, y pronto se escucha un feroz trueno, seguido de un quedo perdón!

- SHA- ZaaaaMMM!!! grita Santa con la espada en alto, cayendo sobre el conejo. El arma parece explotar...

La espada llameante abrió un crater en el suelo junto al conejo, que se mantuvo en el aire con una pata y los ojitos llorosos, agradecido de no haber muerto abrazado. Chuck estaba con él, no había duda!

- Puta mierda, eso me pasa por confiar en el payaso ese que regala chucherías! insultó Santa mientras arrojaba la espada a un lado y seguía buscando en su bolsa...