Partida Rol por web

-Giulietta- se presentó tomando la mano de Charlotte en un breve y formal saludo occidental que le hacía recordar que aún podía tener pequeños detalles sin que otros se alarmasen por ser rozados físicamente aunque Charlotte era... intimidante, quizá fuese por la voz o porque parecía tener una constitución más recia de la que uno cabría esperar teniendo en cuenta la apariencia que daba el uniforme incluyendo la falda rosa (que era lo único que Giulietta había respetado del mismo).- un placer.

Mientras Charlotte terminaba de hablar se había acercado una muchacha pelirroja, de porte más bien agresivo y bastante arrogante al hablar aunque aquello no impedía que Giulietta la saludase con una leve sonrisa, sin necesidad de volver a decir su nombre ya que la tal Yaimee había podido escuchar perfectamente su nombre al presentarse a Charlotte.

Hm, al final somos unos cuantos, pensó cuando otro chico se acercó al grupo pero guardando silencio. Durante un instante le miró con felina curiosidad, inclinando la cabeza hacia el hombro en el que colgaba su cartera y, viendo que el chico no era especialmente hablador agitó la mano ligeramente en el aire a modo de saludo antes de mirar a Yukio, que no tenía aspecto de ponerse en marcha indicando de forma no verbal que el grupo aún no estaba completo.

¡Qué nervios!, sopló hacia arriba, levantando parte del flequillo al hacerlo y miró a su alrededor. Su táctica de reconocimiento visual no había funcionado la primera vez, pero no perdía nada por intentarlo una segunda.

Audrey se levantó bastante más tarde que los demás, cuando vio que el salón se iba vaciando poco a poco. Fue entonces cuando rebuscó en su bolso, donde ya había guardado el libro y sacó la carta de admisión. El chico que había estado hablando con ella ya se había adelantado, así que estaba prácticamente segura de que era ahí donde tenía que ir. 

Al llegar ahí, vio que todos se estaban presentando. Apenas había media docena de personas contando a Yukio, que parecía les estaba esperando a ellos. 

- Okumura-san, encantada de conocerle. Mi nombre es Audrey - dijo mientras enseñaba la carta de admisión. 

Miro a lo que parecían ser sus nuevos compañeros. La chica pelirroja le inspira un ligero terror y el chico que le había dirigido la palabra se empeñaba en mantener un aura de misterio a su alrededor. Le llamó la atención un chico rubio con aspecto jovial y campechano que ojeaba un manual de japonés y sonrió. Era igual que ella apenas unos años atrás. 

- Encantada de conoceros a todos, supongo que seremos todos compañeros durante los próximos años. 

con una pasimobia mayor a la normal me acerque hasta yukino y los demás, sin hacerme notar mucho, para cuando estuve cerca la voz de la diosa que había visto al llegar me hizo levantar la mirada, era de muchas formas preciosa, su voz angelical y parecía con ganas de comerse el mundo.

No dije nada mas que unas palabras cuando todos hubieron callados:

-Buenas mi nombre es Naxael, fue un buen discurso, justo correcto y mostrando la distancia, como camino a recorrer hasta donde se encuentra usted-dije sorprendido de haberle escuchado mas de lo que había pretendido

Yukio tiende la mano y estrecha la de Charlotte a modo de saludo a la vez que todos acababan por llegar. Después de las presentaciones Yukio tose una vez para aclarar la voz. –Así es, estáis todos en mi lista y como podréis imaginar mi discurso iba dirigido a vosotros. Parece que Mephisto no se ha molestado mucho este año con las cartas porque aunque no lo sepáis. Yukio saca un reloj de bolsillo y lo mira solo para comprobar lo que ya sabía. –Llegáis una hora tarde, no estáis en el lugar correcto a decir verdad. Explica Yukio mientras caminaba hacia los terrenos de la True Cross, cerca de donde se suponía que se encontraban los apartamentos.

Con paso seguro y decidido dirigió al grupo a un campo, donde no había anda más que un pequeño cuarto de mantenimiento. Del interior de su chaqueta saca un sobre en el cual habían seis llaves idénticas, de latón y con un símbolo como de una boca gritando. –Estas son las llaves para entrar en la verdadera True Cross. Explica mientras os hace entrega de la llave a cada uno. –Por el momento deciros que no sois exorcistas completos, muchos de los novatos no llegan a pasar las pruebas o a aguantar lo que se os pide como exorcistas. Sabed siempre vuestras limitaciones. Una vez entregadas, Yukio saca un manojo de llaves y introduce la misma que la vuestra en la puerta de hierro. Al abrirla, casi sin poder creéroslo, se podía observar un largo pasadizo de piedra.

El pasadizo se encontraba iluminado por antorchas a derecha e izquierda, dando al lugar un tono lúgubre de película de misterio. Yukio os hizo entrar y señalo una puerta en el pasadizo, justo encima se podía leer perfectamente “Aula 7”. –Vuestros compañeros os esperan. El director ya ha hecho el discurso por lo que ahora solo deberéis esperar al maestro de la siguiente hora. Por el momento absteneos de salir del aula y explorar por vuestra cuenta. Es por seguridad más que nada. Dicho esto, Yukio os despide con una sonrisa y se marcha.

El aula es como cabria esperar, una multitud de pupitres casi todos vacios y una pizarra. En las paredes se podían leer algunos salmos típicos de las biblias y poca cosa más. Como bien dijo Yukio, ya había gente en su interior. Dos personas a decir verdad. Cerca de la primera hilera de pupitres se encontraba una joven con una capucha extraña parecida a unas orejas de conejo. Encima de la mesa había dos peluches con la misma temática, uno rojo y otro blanco. La joven parecía entretenerse con ellos.

 En uno de los laterales un joven se concentraba haciendo una pirámide con una baraja de cartas, parecía aburrido y con ganas de distraerse. Posiblemente por el tiempo de espera. El cabello era corto tapado por un sombrero, además de recogido en el lateral derecho. Sus ojos os miraron unos instantes a la vez que os saludaba y la torre que había hecho se rompía en el pupitre haciendo que riera un poco por su despiste.

Al ver la llave mi cara cambio de esto no es lo que esperaba a dios es una pasada, guarde la llave en mi bolsillo y avance siguiendo a todos casi acelerado y nervioso.

Al llegar al aula me sorprendió que solo hubiera dos personas, pero como persona educada me puse enfrente de todos los presentes y dije:

-Mi nombre es Naxael, a decir verdad estoy muy perdido aquí y perderme el discurso no fue algo que me agradara por lo que si en la sala hay alguien que lo haya escuchado le estaría agradecido, si me lo resumiera al menos-dije mirando a todos pero, en lo referente al discurso a las dos personas que se hallaban ya en el aula, ya que las demás estaban conmigo en el lugar equivocado.

El aula me pareció un aula normal, esperaba que las cosas no fueran aburridas, y los consejos de Yukino de no explorar por seguridad solo hacían que darme más ganas de explorar, pero por el momento haría caso a los sabios consejos.

Me quede en mi posición a la espera de una respuesta, presentarnos era algo que debíamos hacer, si estudiaríamos juntos y así me ahorraría andar diciéndolo a cada momento.

Me moví a un lado por si quería alguien responderme y deje sitio a otros para que se presentaran oficialmente.

-¿¡Una hora tarde!? Pero... la carta...- hizo una mueca dejando la carta inconclusa, siguiendo los pasos de Yukio sin cambiar la expresión de consternación. No recordaba haber leído que la asistencia fuese una hora antes, solo la hora de la presentación.

La visión del campo de mantenimiento hizo que titubeara visiblemente y, cuando de un sobre Yukio extrajo distintas llaves para cada uno atesoró la suya entre ambas manos mirándola como si fuese una rareza.

La verdadera True Cross, repitió para sí cerrando las manos en torno a la llave antes apañar un improvisado llavero al anudar el cable de los auriculares a la llave para asegurarse que así no la perdería. Mientras hacía esto Yukio, por su parte, había continuado entregando llaves e incluso había abierto la puerta del cuarto que, de un modo imposible, daba a un pasadizo en el que imperaban las luces anaranjadas y desiguales de las antorchas que ardían en argollas flanqueando el camino que habrían de seguir.

-...- Solo con verlo se le puso la piel de gallina y retrocedió un paso de forma instintiva, pasando al pasillo cuando casi todos se habían adentrado en él siguiendo las instrucciones de Yukio hasta entrar en el Aula 7.

Quiso preguntar por qué no podían explorar, después de todo aquél era un lugar seguro.

O eso esperaba.

Naxael fue el primero en romper el hielo al presentarse a la muchacha-conejo y al chico de las cartas que parecía más simpático que su compañera.

- Yo...- inspiró hondo, poniéndose al frente de la primera hilera de pupitres para encarar al aula entera y presentarse a los dos alumnos- soy Giulietta, es un placer- alzó levemente los hombros al sonreír ampliamente con un rubor tímido coloreando las mejillas.

Marchó casi al final del aula, dejando su cartera sobre uno de los pupitres que daban contra la pared, escogiendo así su sitio- han presentado a los profesores y las asignaturas que hay- explicó a Naxael sentándose sobre el pupitre con las rodillas juntas, haciendo un resumen que saltaba el "es la mejor etapa de vuestra vida" apoyando un dedo en la línea de la mandíbula al desviar la mirada al techo un instante- pero no mencionaron nada sobre exorcistas... es como si fuesemos una organización secreta - concluyó con la risa sonando melódica al hablar con evidente emoción por la situación y también nervios mal disimulados.

“Facepalm’!!!
Literalmente., aquello no podría tener peor perspectiva. No eran ni los pasadizos secretos , ni las antorchas ni el ambiente lúgubre, que para decir verdad era bastante acogedor para su gusto sino  era la maldita manía de la cerradera. 
Que para inventarse una sala secreta no podían hacerlo en un rascacielos rodeado de bonitos cristales para observar los pajaritos y el cielo azul, o algo por el estilo.. Joder.!!! 
La pelirroja busca un asiento al lateral , lo mas cercano posible a la puerta.
-Impresionante ahora resulta que tendremos complejos de topos, bajo tierra. Arghhh..
Farfulla entre dientes asqueada del lugar dejando la mochila trinagular en el pupitre.
De reojo observando a la chiquilla de los conejos y al del sombrerito, un simple gesto de mentón le basto de saludo.
El comentario final de la Giulietta se le antojaba demasiado cándido rayando en lo infantil;. ¿en serio quedaban gentes así en el mundo? 
-ahh lassie. obvio que es una organización secreta, lo que me parece es una perdida de espacio toda la academia con tantos pisos y ventanales para tener que venir a recluirnos en esta pocilga de salón de clases . Levanta el dedo índice y corazón a modo de V, el mismo gesto que usara con el chofer en su despedida, pero esta vez esbozando una sonrisa demasiado forzada como para dejar claro que estaba siendo  irónica.
Solo como un scott podría hacerlo de una forma tan campechana que no sabes si bromea o te insulta.
Sin esperar respuesta se incorpora observando a su alredor, sin duda una de sus malas ideas instándola en algún proceder del cual  ya tendría oportunidad de arrepentir mas adelante. 
Puertas.. Ventanas. …Respiraderos de aire acondicionado..a través de las paredes..
Esta vez si sonríe maliciosamente para si misma.
Con el  inseparable cilindro de mapas al hombro su primer proyecto consistiría en  escuchar en la habitación contigua o al pasillo algún sonido o voces delatadoras que le hicieran su estancia mas entretenida.
Y quien sabe tal vez se animara a dar alguna vueltecita después. ^^

El joven rio un poco mientras recogía las cartas de la mesa. –No hace falta que seas tan formal Naxael y Giulietta, ni tampoco que os vayáis presentando como si fuera el ejercito. Mi nombre es Shiro, Shiro Kai. Se presenta Shiro y luego señala a la chica. – Buena suerte con hablar con ella, lo único que he sacado es su nombre, Akane Sora. Pero por intentar que no quede. Vuelve a sonreír y se inclina un poco en la silla. –Claro que tenemos que estar bajo tierra señorita pelirroja. Comenta Shiro. –Si se escapa algún demonio o la liamos, saber que no sale de aquí es un alivio. Los de arriba viven sus vidas con tranquilidad, a mi me molestaría que en clase de matemáticas me apareciera un goblin que no fuera la profesora.  Muestra las cartas. –Alguien se entretiene haciendo castillos de cartas? La profe tardara un ratito mas.

-¿Ha dicho una hora? -dijo Jareth al escuchar lo que decía Yukio, y por instinto miró su reloj, viejo y cascado, pero presumía de que seguía manteneniendo su puntualidad- pero... -se quedó callado porque no iba a añadir nada más a lo que decía la chica de pelo marfil, y era tontería repetir lo dicho y recalcar lo obvio, simplemente se frotó la cabeza bastante preocupado.

Escuchó las indicaciones dadas por el chico y cogió su llave, la cual se quedó mirando cual estúpido pensando que sería la de su habitación o ve tu a saber qué, pero entonces le mostró el funcionamiento y no pudo evitar quedarse con la boca abierta- Pero... como... -se calló pues iba a ser lo mismo que antes, pero no pudo evitar sorprenderse. Aprendió el camino hacia el aula 7 mientras escuchaba que las clases iban a empezar en ese mismo momento- Así, en frío -dijo a nadie en particular en cuanto entró en el aula, donde para colmo había dos personas más, así que buscó un hueco en el aula, tenía donde elegir, y se situó cerca de Giulietta, pero dejando espacio de sobra para que no parezca nada raro- Los extranjeros debemos ayudarnos, ¿eh? -comentó sonriente mientras escuchaba lo que decía el chico llamado Kai Shiro- ¡JA! ¡Una goblin que NO FUERA la profesora! -eso sí que lo había cogido- muy buena... eh... -y volvió a mirar el libro, buscando una palabra- puntualización, eso -y esbozando una gran sonrisa se sentó y dejó la cartera sobre la mesa, a la espera del profesor de turno.

La revelación de que habían llegado una hora tarde la pilló tan en frío como al resto. Al releer su carta comprobó que, efectivamente, no había nada al respecto. Por suerte, Yukio parecía entender la situación que hubiera cinco más como ella (en este caso concreto) le supuso un gran consuelo. 

Audrey siguió al grupo en silencio hasta llegar al aula, tratando de memorizar el camino para no perderse al día siguiente.

- Yo soy Audrey. Encantada de conoceros a todos - empezaba a sentirse cansada de solo repetir esa frase una y tra vez, parecía una cacatúa, pero trató de mantener la calma diciéndose que solo era por ser el primer día. 

Dicho esto, se acercó a un pupitre, cerca del de Shiro, y dejó su bolsa. Sonrió ante la gracia del goblin, pero no dijo más al respecto. 

- Yo sí quiero probar, parece divertido - dijo en referencia a las cartas que aún estaban encima de la mesa -. Dentro de poco seguro que estaremos muy ocupados... 

Giró la silla para poder quedar de cara al pupitre de Shiro y cogió un par de cartas. 

- ¿Ya sabéis todos qué especialidad queréis coger? - preguntó mientras empezaba a hacer el primer piso de la torre de naipes -. ¿De dónde sois? ¿Lleváis mucho tiempo en Japón? - añadió, tratando de socializar un poco. 

Ya que no se le daba demasiado bien hablar de ella misma, trataría de sacar algún tema de conversación con los demás. 

-Touche! Shiro..
Comenta hacia el joven de las cartas coincidiendo con el, todavía apoyando la diestra en la cintura mientras estudiaba la estructura de la habitación. Le había agradado, le gustaban las gentes que no se andaban con rodeos, directos.
-De todas formas una montaña o un bosque bien alejados de la civilización cumplirian la misma funcion y se me hacen mucho mas trayentes,  sin duda mucho mas. Yo soy Yaimee.
Concluye girando el cuerpo quedando frente a el y regalándo un guiño en dirección a la chica conejo.
Daria algunas vueltas por la habitación familiarizándose con ella, numero de pupitres, localización de pósters y rótulos.
El ADHD haciendo de las suyas y la joven haciendo mil y un esfuerzos por no salir al pasillo corriendo.
Tamborileaba insistentemente en su paseo sobre los pupitres, exhalando impacientemente.  
Audrey la joven de cabellos miel se arrimaba a Shiro con intenciones de pasar el rato construyendo castillos.
Por algunos instantes sus ojos verdes siguieron los movimientos de las cartas.
-cinco años..murmuro en contestación con su marcado acento gaélico..Llevo en Japon cinco años, Escocia.
No estaba segura si deberían hablar sobre especialidades , igual y no terminaban siendo lo que planeaban ser, de todas formas a estas alturas que podría ser peor que entrenar bajo tierra, distraídamente con el índice hacia círculos sobre la madera.
-Entrenaba para knight en este tiempo. ¿Ustedes?

¿Lassie?... ¿Como Lassie?, pestañeó varias veces sorprendida por lo que ella tomaba como un apelativo. Se tocó la cabeza buscando algún tipo de orejitas y después miró sobre su hombro por si, entre las tablas asomaba una colita peluda.

Hm, no es una chica muy agradable, no, se dijo con una sonrisa educada e incómoda a sabiendas de que no todo el mundo era fácil de tratar en sus principios y que tampoco tenía por qué caerle bien a todo el mundo (aunque aquello no hacía más fácil el sonreír aceptando la situación). Se abstuvo de explicarle que, en Italia y según le había explicado su tía, había al menos una orden religiosa militarizada que tenía sus propias instalaciones sin ocultar puesto que no aceptaban a gente ajena a su entorno.

-N-no sé manejarme con las cartas, soy bastante torpe- se excusó declinando la oferta de Kai denotando el melódico acento italiano al hablar que hacía que algunas palabras sonasen con la entonación que no tenían, levantando las manos con las palmas hacia el frente y negando varias veces con la cabeza dando énfasis a su negación, Jareth,para su sorpresa, se sentó relativamente cerca y, al comentar lo de "extranjeros", ella respondió con un nuevo asentimiento y una risilla melódica, tocándose el tabique nasal un par de veces a modo de afirmar que había captado su broma.

Tomó uno de los cables de los auriculares y le dio vueltas distraída mientras balanceaba los pies sobre el vacío al estar sentada sobre su mesa y el cable, al poco, acabó entre los labios a causa de su pequeña manía. Yaimee daba la sensación de ser impulsiva y dominante, Audrey educada y cordial, Jareth le ponía interés al soltarse con las barreras idiomáticas, Charlotte seguía pareciéndole una joven muy seria aunque quizá era solo por la apariencia física mientras que Naxael... Naxael era muy callado y no parecía proclive a expresar emociones.

También es un nombre curioso ¿hm?, Naxael... ¿de dónde es?

Casi como apreciando la imposibilidad de formular esa pregunta, Audrey intentó hacer migas y aumentar la cohesión de la clase dando conversación general, dando la oportunidad de saciar la curiosidad de Giulietta sin tener que hacer el pato al intentar entablar la conversación.

-italiana, es... mi primera visita a Japón aunque he tenido que aprender el idioma-al hablar el auricular cayó sobre el pecho e hizo ademán de agachar la cabeza para mirarse de nuevo los pies por pura timidez solventándolo al pasar la mano por el pelo deslizándola desde la frente hacia atrás haciendo que parte de la melena leonina se despeinase- cantaba en coro da chiesa^* para aria-la dicción y memorización habían mejorado sin duda lo que quizá habría tenido que mejorar era quitarse la manía de memorizar cantando pues se había convertido casi en una tara y tenía que cantar los textos aprendidos... aunque dado el carácter religioso de los mismos la mayoría tenían melodías pues así, cuando las misas dejaron de ser en latín pero la mayoría de los feligreses no tenía conocimiento sobre las letras, se aseguraban que todos supiesen de la palabra de Dios sabiendo su significado.

Audrey levantó la cabeza al oír Aria y sonrió a la chica italiana. 

- Yo también había pensado en esa especialidad, la de aria. Mi especialidad son las oraciones asiáticas. Mi abuela me enseñó. Era sacerdotisa en un templo, pero murió. Me contaba muchos cuentos sobre demonios. Quién iba a pensar que eran reales, ¿no? - dijo encogiéndose de hombros y sonriendo a los demás -. Al menos, los que están varios metros por encima de nosotros es lo que pensarían...

Siguió colocando cartas en el castillo, terminando una pequeña base. 

- Yo soy irlandesa, pero mi abuelas era japonesa, así que tengo un poquito de sangre asiática. Así que... supongo que soy una mezcla rara. Sé hablar japonés, pero me cuesta escribirlo, especialmente los kanjis. Es mi tarea pendiente. Cuando ella estaba viva, pasaba aquí todos los veranos, así que fui aprendiendo. 

Se apartó del montón y observó cómo iba quedando el castillo. 

- ¿Así te parece bien o más grande? - preguntó a Shiro. 

El joven sonríe al ver que Audrey se sentaba con el, mas al ver la técnica que tenia poniendo las cartas y consiguiendo que no se cayeran. -Eso depende. Dice Shiro colocando un par de cartas mas. -Depende de lo alto que quieras que sea tu castillo, yo siempre he intentado acabar de ponerlas todas. Enseña la baraja en su mano, aunque ya habían un numero considerable de cartas en la mesa, la baraja no parecía disminuir de tamaño. -Pero siempre acaba cayéndose por su propio peso. Quizás tu tengas mejor fortuna. Sonríe contento y se une a la conversación. -Yo soy de aquí, de Tokio. Mi casa esta a unas manzanas de distancia pero de todas maneras les haré compañía a los chicos en los barracones. Me apetece probar la convivencia. Mira a los chicos antes de volver a mirar el castillo y a Audrey. -Yo ya tengo decidido que seré Knight, la distancia no es mi mejor factor y si intentara cantar algo seguro que se rompen los cristales que no tenemos aquí. Ríe un poco y coloca un par de cartas mas.

Al ver en que la gente pasaba de la chica con los conejos sonreí, cogí la silla destinada al profesor y sentándome frente a ella apoyando mi pecho en el respaldo de la silla dije:

-Mi nombre es Naxael, y ya me dijeron el vuestro, pero me encantaría escucharlo de vuestra voz si es posible-dije a la chica.

Sora continuaba jugando con sus peluches hasta que Naxael se sentó delante de ella preguntadole su nombre. Sora le miro un par de minutos ladeando la cabeza a los lados como queriendo entender lo que le acababas de decir y seguidamente vuelve su atención a sus peluches. -Em..chico. Escuchas decir a Shiro. -Yo dije que conseguí su nombre, pero no que fuera ella quien me lo había dicho.

Uno de los peluches se comenzó a mover como por arte de magia mirando hacia Naxael. En un principio su expresión era tranquila y dulce al igual que el material del que se suponía que estaba hecho. Pero en un solo pestañeo los ojos de botones se volvieron de un rojo brillante y una sonrisa cosida se dibujo en su rostro. -Haciéndote el machito con mi ama? Pregunta el conejo con una voz de ultratumba impropia de su aspecto. -Ya tienes su nombre por el tío del sombrero, deberías contentarte. Eres menos de lo que nuestra ama se merece. El conejo deja escapar una risa mientras Sora se queda medio embobada acariciando un segundo peluche.

Vale no era que un peluche me hubiera dicho que era un machito, lo raro lo raro era que el peluche había hablado:

-Vale pequeño Ted, tu puedes decir lo que quieras, pero primero explícame, como es que hablas a y por cierto paso un poco de hacerme el machito, tu ama no hablaba y decidí hablar con ella si no te gusta discúlpame-dije levantándome poniendo la silla tras la mesa del profesor y sentándome en ella.

Charlotte se sorprendió bastante al escuchar que iban tan tarde, pero no mostró mayor reacción que un lento parpadeo. Al ver que los llevarían a otras instalaciones, se limitó a seguir a la comitiva sin ningún tipo de reacción adversa. Era lógico que al ser una práctica tan satanizada, se mantuviera en secreto. Ella misma lo había vivido en su familia y no suele ser muy bien visto.

Avanzaba con paso y porte elegante, como si se tratara de un desfile real, tal vez era por su parte inglesa que podía parecer un poco exuberante su manera de caminar, pero sabía lucir bien su elegancia. Llegaron al salón, donde pudo percibir parte del aburrido discurso del director. Protocolos, sin duda, innecesarios pero obligatorios, al fin y al cabo.

Algunos se acercaron a un chico que jugaba con cartas y ella haría lo mismo, ya que los peluches de conejo no llamaban mucho su atención. Todos parecían presentarse y compartir un poco de ellos mismos y aunque no quería revelar aspectos sobre su familia, sacudió su cabello y esbozó una sonrisa cortés para clavar su mirada avellana en el chico que se había identificado como Kai. Hizo una reverencia sencilla y le dijo - Me llamo Charlotte. Mi padre era francés y mi madre inglesa. Llevo en Japón menos de un año, aunque he estudiado japonés desde la niñez... - no quería revelar mucho de eso, así que pensó en algo rápido y dijo - Mi padre viajaba frecuentemente para acá, así que me vi en la obligación de aprenderlo - puso un mechón de cabello detrás de su oreja y dijo - Me gustaría ser doctor... - sin decir mucho más, observó la reacción de Kai mientras buscaba un asiento donde poder acomodarse. 

Kai devuelve el saludo también inclinando la cabeza sin poder evitar reírse por la pequeña escena entre Sora y Naxael.-No se ve todos los días una futura Doctor, se suele decir que es de las clases de exorcistas que mas presión tienen. Espero que lo consigas Charlotte. Los demonios no son muy amables que digamos.  Mira a los peluches y vuelve a reír. -Bueno, no todos. Si tenéis problema con el idioma o os puedo ayudar en algo contad conmigo. Deja la baraja en la mesa y se despereza. -Seremos compañeros, quiero llevarme bien con todos si puedo.

Mientras tanto el peluche parecía que iba a abrir la boca para replicar a Naxael, pero la mano de Sora rodeo su boca y lo atrajo hacia ella, convirtiéndolo de nuevo en un inofensivo peluche. Sora miro a Naxael una vez mas, ladeo su cabeza y continuo jugando con sus peluches como si no hubiera formulado ninguna pregunta.

Ya habia pasado un breve tiempo en el que os había dado tiempo de acomodaros en la nueva aula. Cada uno se había presentado y había informado parcialmente de donde venia y lo que deseaba. Incluso los compañeros que ya se encontraban allí, salvo Sora que aun permanecía sin abrir la boca, continuando incansable con su juego. Quien sabe lo que tendría esa chica. De repente la puerta del aula se abrió, todos mirasteis hacia esa dirección para ver como una mujer entraba en el aula con aspecto entre cansada y aburrida.

Su cabello era rojo con mechas amarillas, sus ojos del mismo color, aparentaba no mucha mas edad que vosotros, rondaría entre los 19-20 años de edad. Lo que mas resaltaba de aquella mujer era su vestuario. No llevaba camisa, solo un sujetador rojo que luchaba por tapar sus atributos de mujer, ademas de unos tatuajes en su vientre que ninguno sabría leer. Con un largo bostezo se coloco cerca de la mesa del profesor y os miro a todos. -Veamos...clase 7 si... Revisa un pequeño papel. -Vale, seré vuestra profesora de combate. Me llamo Kirigakure Shura, podéis llamarme Shura. Pone un pie en el costado de Naxael y lo tira al suelo junto con la silla. -Este es mi sitio chico, así que aparcate en otra parte. Os vuelve a mirar sin importarle si Naxael esta bien o mal y continua. -Se supone que conmigo aprenderéis a combatir a las distintas clases de demonio que os podréis encontrar. No debería ser yo la primera en venir, pero como el viejo a tenido cosas que hacer. Me encargare del primer turno. Se rasca la nuca. -No hace falta que os presentéis, estoy segura que ya os he visto en el alguna parte. Estáis todos listos? Tenemos que ir a otra aula para la practica.