Partida Rol por web

Cuando la Mayor mencionó que no era necesario que viera lo que sucedía, Marion negó con la cabeza – No importa. Él está así por ayudarme, así que yo se lo retribuiré acompañándolo – y apenas le dio indicaciones, fue a buscar la leña y la camisa de la mujer. En ese momento recordó cómo se había topado con ella y el capitán, pero no era el momento de decir una broma. Era prioritario ayudar a Harry.

Si bien era cierto, no había mucho que pudieran hacer, pues era eso o ser comidos por una bestia desconocida. Tomó la camisa y la remojó en aquel lago. Midió la distancia y se adentró solo lo suficiente en el lago para hacer lo que la mujer le pedía. Dejaba caer el agua en las heridas de Harry mientras escuchaba todo lo que le decía. Ella no podía decir mucho al respecto, pero se conformaba con cumplir con su tarea. La parte de las larvas no fue agradable de pensar, pero no le dio mucha importancia. Siguió las indicaciones de la doctora y remojó donde esta le dijo sin tocarlo. Eran muchas cosas a la vez, pero afortunadamente aprendía rápido…

La intervención del teniente no le sorprendió. Mientras remojaba la camisa, dijo – Los saurios que tenemos aquí son herbívoros, por lo cual estaremos a salvo de momento. Ellos mismos intentarán huir si sientan a algún carnívoro, por lo cual debemos permanecer alertas de sus reacciones. Eso será mejor indicio – aunque claro que la ayuda de los fantasmas sería de utilidad -. Por ahora, estaremos bien si mantenemos distancia – aunque la mujer parecía estar de acuerdo con mucho de lo que decía, por lo cual siguió vertiendo agua sobre la piel quemada de Harry y esperando que lo que estuviera haciendo la Mayor funcionara.

No pudo evitar notar la misma incomodidad de la mujer que cuando el teniente se separó de ella para mirar por la ventana. No sabía qué decir para no sonar entrometida, ya que ella no conocía todo, por lo que solo dijo un sencillo – Volverá – y es que ella creía que, si alguien tenía la posibilidad de salir bien librado de una situación como en la que se encontraban, ese era Rick. Le sonrió solo un poco y volvió a su tarea.

Fue entonces que vieron a aquel o aquella indígena que la curiosidad de Marion se disparó. Era un nativo. ¡Un nativo! Las palabras de los fantasmas solo la hicieron reír – Esos dos comienzan a parecer un viejo matrimonio – dijo suave, de modo que solo Sarah podría haber escuchado. Luego se quedó un momento pensando qué hacer y sacó el medallón para alzarlo lo suficiente y que su vigilante lo viera. Se movió con despacio hacia unos cuantos metros tras ella y la dejó en el suelo, retrocediendo con el mismo despacio. Se giró a seguir ayudando con Harry, pero sin dejar de mirar en ocasiones lo que la criatura hacía.

- Si lo toma como una oferta de paz, estaremos de suerte. Teniente, no tome el hacha todavía, por favor. Si se va a mover, hágalo despacio -.

Ya estaba terminando con la parte más desagradable de todo aquello, iba revisando con cuidado por si me había dejado algo al tiempo que Marion dejaba caer agua que arrastrase la porquería del torso y brazo de Harry, cuando le escuché gruñir. Estaba despertanto. - No nos queda mucho tiempo para seguir haciéndole perrerías de estas y no quiero pasarme con la morfina mientras nos estemos moviendo. Prefiero tenerle algo dolorido y despierto y que nos hable a que duerma y no podamos tenerle controlado.

Si algo se lo llevaba, con el colocón de morfina ni gritaría ni nos enteraríamos.

Entonces escuché las palabras de Marion sobre aquellos... reptiles gigantes. - Lo que deduje entonces... que si están en grupos grandes son... inofensivos, por decir algo y si viven en grupos pequeños o aislados, son peligrosos, como nuestros mamíferos. - No es que entendiese mucho de todo eso, pero me gustaba visitar el zoo de NY de vez en cuando y se veía con quienes eran compatibles unos y otros y como los depredadores les tenían separados incluso por razas.

- Sabe que si no lo hace iré a buscarle, le resucitaré y le mataré yo. - Quise bromear con ella a sabiendas de que Rick seguía allí. Pero ya que dijo aquellas palabras pues... no iba a zanjar la conversación para una vez que no nos sacábamos los ojos y podía ser la doctora McDuncan o Mac para ellos y no la mayor.

Y antes de que se fuesen, escuché a Bob y a Colton hablar y el susurro de Marion que me puso alerta. Al girarme vi al chico, o la chica... y su aspecto. - No todos pueden vestirse a la última moda como tú, Bob. - Le respondí al fantasma tratando de no levantar la voz para no asustar a el... indígena.

Marion acertó con que Rick no cogiese el hacha mientras parecía hacer una especie de ritual con el visitante. ¿Una muestra de son de paz? - Y si la tienes, déjala en el suelo con cuidado Rick. Que no vea que somos hostiles. En el diario dijeron que habían dado con humanos que vivían aquí, sociables... quizás puedan ayudarnos.

Y Harry volvió a quejarse. Le puse la mano en la frente. - Tiene algo de fiebre, seguramente por el calor de las quemaduras. Si alguien me ayuda le meteremos en la charca a remojo, le vendrá bien, le aliviará y le prepararé una inyección de analgésico. Va a pasar unos días un poco malos. - Y miré a nuestro visitante mientras me levantaba para ver como meter a Harry en el agua a él solo, sin su camilla improvisada.

- Rick, deja que ella se encargue del chico, Colton y Bob nos pueden decir que pasa mientras metemos a Harry en el agua. - Tenía curiosidad por él, pero... Harry seguía siendo mi prioridad.

Después de embadurnarnos con algunas plantas y zurullos que encontré por allí cerca, tocaba ver qué hacíamos. Corvin y Jenkins casi no podían moverse y yo no era muy ágil, así que el hecho de intentar pasar al otro lado del claro me parecía una locura, por no decir un suicidio. Por mi, daría una vuelta e intentaría rodear el claro por la selva, fuera de la vista de esa criatura.

-"Bien, ¿qué proponen ustedes? Yo digo de dar un rodeo y buscar un camino que nos lleve hasta el avión sin pasar por el claro." Les dije a ambos.

Quizás allí podríamos encontrar cosas que nos pudieran servir para sobrevivir, además de un sitio donde pernoctar. Mis compañeros no podían caminar más y era el sitio más seguro que se me ocurría, pero claro... había un inconveniente... entre medias había un enorme y hambriento Rex.

Era demasiado tiempo ya sin encontrar a nadie... Ya estaba a punto de volver sobre mis pasos, cuando di con aquellos indicios. ¡Alguien había estado allí! Podría ser que fueran restos más antiguos, no era ninguna experta, quizá de supervivientes del avión estrellado, pero no podía dejar de investigarlo.

Empecé a buscar por la zona siguiendo ese rastro de pruebas, con la esperanza de encontrar a más integrantes de nuestro grupo con vida. 

La idea de movernos por el claro no me parece buena, tengo mis dudas por mi pierna. El avión podía servirnos de refugio y puede contener útiles necesarios. Así que llegar al mismo dando un rodeo es interesante.

- El avión es buena opción. Sobre todo si hay algún botiquín o algo que pueda aliviar el dolor. Yo digo que sí.

Así que viendo lo que deciden mis compañeros, mi intención es moverme despacio pero seguro. Sin hacer aspavientos o caerme, solo avanzar en el más absoluto silencio que pueda realizar. Llegar al avión, y descansar un rato.

Tal y como le había dicho a Bob, aquella no era manera de referirse al muchacho... o la muchacha que de pronto se había presentado allí cerca. Hasta ese momento habíamos pensado que éramos los únicos habitantes de aquel lugar, salvo los malditos nazis, que a buen seguro ya habrían llegado y estarían por algún sitio haciendo de las suyas, pero me parecía que no nos habíamos puesto a pensar en los indígenas.

Sí, sí, sí, en el diario del tío que había estado en la Tierra Hueca antes que nosotros ya se hablaba de ellos, ¿pero quién se acordaba?

Yo no, desde luego.

-Hola, pequeña. ¿Entiendes lo que digo? -le pregunté, suponiendo que era una niña y también que no sabía nada de lo que estaba diciendo, pero que por lo menos vería que no intentaba hacerle daño -. Nosotros venir en paz en un graaaaan barco en el cielo que puuuuum en el suelo.

Al explicar cómo habíamos llegado hasta allí, elevé una mano para simular la Aurora y después la llevé hacia abajo, elevándola a continuación junto con la otra para simular la explosión.

-Y por supuesto no te enteras de nada pero seguro que estoy quedando como un idiota, ¿verdad? -dije con una graaaaan sonrisa.

Marion nos advirtió de que aquellas criaturas no eran peligrosas. La verdad es que cuando me fijaba en ellas me recordaban más a enormes vacas que a hambrientos leones, así que no me costó creer lo que estaba diciendo y era un alivio.

-Bueno, si usted esta segura, le creo, señorita Rosenwood. De todas formas, no pensaba acercarme, ni mucho ni poco -le dije, mirando de reojo a las criaturas.

Después oí como Sarah bromeaba con la idea de que no volviese, tras el comentario de Marion. Giré la cabeza, sonreí y le guiñé un ojo. Claro que volvería; no había nada más importante para mí que ella y lo sabía. 

Pero no pude alejarme mucho puesto que antes de que hubiese dado unos pocos pasos, apareció aquel... bueno, lo que fuera, lo suficientemente alejado... o alejada, de nosotros, como para poder echar a correr si le interesaba, y contemplándonos con curiosidad como la novedad que éramos.

Como estaba a punto de coger el hacha en ese momento, simplemente volví a enderezarme dejándola en el suelo, e intentando no hacer movimientos bruscos.

-Sí, eso es. Supongo que lo serán, pero tendremos que probar para asegurarnos.

Y antes de que pudiera hacer o decir nada, Colton comenzó a realizar los primeros acercamientos. No es que lo estuviese haciendo mal del todo pero a lo mejor con Marion nos iba mejor. Después de todo, no era lo mismo una mujer, que quizás para el indígena no suponía una amenaza, que un hombre.

Pero es que además, el estado de Harry continuaba siendo prioritario, así que tampoco podía emplear mucho tiempo en ellos, aunque nuestra supervivencia en aquel lugar quizás dependiese de obtener ayuda.

-De acuerdo. Voy a ayudarte -le dije a Sarah, volviéndome lentamente hacia Sarah y agachándome para ayudarla con Harry.

Al menos todos estábamos de acuerdo en lo del avión, sin duda era la mejor opción.

—Aunque no hubiese nada en el avión puede servirnos de refugio temporal, además todos lo vieron desde el aire y el plan era ir a inspeccionarlo, así que no seria de extrañar que el resto también fuese hacia allí.

Hice gestos para que los otros se adelantasen mientras yo vigilaba desde nuestra posición, para después avanzar yo mismo, pero por desgracia nunca había sido demasiado sigiloso.

- Pero como un auténtico idiota. - Le respondí a Colton y reí divertida recordando su gesto con la caída de la Aurora y la explosión, luego mi rostro cambió. - Bennet. - Dije sin más, en voz alta, sin darme cuenta de ello, pensando de nuevo que había sido de él.

Mientras Marion seguía con su aproximación y Rick se daba cuenta de como iban las cosas. - Colton, hay cosas que es mejor dejárnoslas a las mujeres. - Era sexista, pero era lo que había en esos tiempos. Lo anormal era yo. Y volví a sentir pesar por Aloyssius. Cada vez dejaba más claro que solo me importaba una persona de todas las que se habían separado de nosotros. Y con ganas de llorar y por ocultarlo, comencé a sostener a Harry como podía yo sola.

- Vamos, Harry, el agua está aquí mismo. - Le susurré para darme ánimos yo sola.

Y en ese momento oí a Rick decir que venía en mi ayuda y eso hizo que contuviese aquellas lágrimas por Bennet. - Coge por allí, de las piernas. Yo le cogeré de arriba. Sé donde tiene las quemaduras y donde no debo tocar, además tengo los guantes seguramente más limpios que tus manos ahora mismo. - Le dije a Rick sin mirarle, pero mi aspecto de cansada y mis ojos humedecidos le decían mucho. Incluso el dolor que sentía en aquel momento al levantar a Harry entre los dos y meterle dentro del agua.

Con mis manos le sostuve la cabeza. - Voy a necesitar una piedra algo plana para ponérsela bajo la cabeza a modo de almohada. Luego usaré la camisa mojada para que esté más cómodo. No quiero que se ahogue. - Le dije a Rick mirando alrededor nuestra. Pero por mi postura no veía nada de nada.

- Tendrás que buscar tú mi vida, yo no veo nada aquí agachada. - Le dije a Rick y miré al indígena aquel unos momentos. - A y u d a . - Le dije muy despacio, quizás no entendiese nada, pero esa palabra sí. Luego me volví a Harry y le remojé la cabeza un poco.

- Vas a salir de esta, Harry. Te lo prometo. Tú solo tienes que aguantar. - Y miré a mi amado. - Rick, coge de paso de mi maletín una jeringuilla y analgésico. Pon... medio mililitro más de lo que me pones a mí. Va a necesitarlo para cuando se le termine de pasar la morfina. Al menos que empiece a hacerle efecto ya.

Y es que le había puesto una dosis muy baja, porque no sabía hasta que punto toleraba Harry aquel medicamento y en exceso podía matar. Así que tenía que ir con cuidado con él y la morfina.

Sarah estaba buscando una piedra que usar para que Harry descansara la cabeza y encontró una que si bien no se ajustaba a la perfección, al menos podía servirle. Harry continuaba necesitando atención constante pero no tenía mal aspecto. Sin duda alguna, el peligro había sido grande, pero casi con toda seguridad ya había pasado lo peor, siempre que no forzara demasiado.

El indígena no se movió en un primer momento. Parecía como si no estuviese allí o si creyese que no lo veíais, porque permanecía como una estatua, completamente inmóvil. De hecho, de no haber salido fuera de la vegetación, era poco probable que os hubieseis percatado de su presencia.

Pero Colton comenzó a moverse, muy lentamente, eso sí, y entonces, movió la cabeza ligeramente hacia él, sus ojos se encontraron con los del fantasma... y dio la vuelta y se introdujo de nuevo entre la vegetación, desapareciendo en ella, para vuestro fastidio, y más de una mirada cayó sobre Colton, haciéndole responsable de ello.

Efectivamente, estaba haciendo el idiota.

Menos mal que tal y como había dicho Marion, las criaturas gigantes que estaban cerca de vosotros os ignoraban y se dedicaban a pastar y pasear tranquilamente.

No te costó demasiado localizar aquellos restos que sin duda eran de actividad humana y más aún, había una aguja hipodérmica, lo que parecía estar relacionado con heridas de alguna clase y alguien con conocimientos médicos.

¿La Mayor... o quizás otra persona?

Quien quiera que fuese, estaba con vida pero había sufrido algún percance. Si no estaban allí debía ser porque había conseguido seguir adelante, así que tú también tenías que hacerlo.

Continuaste moviéndote por los arbustos y finalmente, llegaste al final de la zona, viendo a través de algunos que un nuevo claro se abría ante ti, con más criaturas gigantes por todas partes, moviéndose con lentitud y de manera tranquila.

Casi podías decir que aquello era idílico, aunque si no salías completamente de tu escondite, no podías asegurar nada.

Corvin y Nikolai consiguieron escabullirse del T-Rex y alcanzar el avión. A pesar de sus heridas, Corvin era muy diestro en las acciones de sigilo, puesto que no requerían más que dos cosas: guardar silencio y saber en donde pisar. Y él en eso era un especialista.

El ruso simplemente se dejó llevar por las plantas y camufló entre ellas. Su espesa barba hizo el resto.

Sin embargo, ninguno de los dos reconocieron el tipo de avión que era, aunque siempre podían registrarlo por dentro y también los alrededores para ver si encontraban algo.

Jenkins, en cambio, tuvo menos suerte. Fue empezar a moverse... y el T-Rex pareció captar o bien su movimiento o su olor, porque inmediatamente dejó de comer, se envaró y comenzó a buscar ese "algo" que le había parecido captar. Quizás mientras no se moviese, aunque estaba al descubierto, no lo viese.

O a lo mejor había que salir corriendo.

Camuflado por la hojarasca que me había puesto por encima, pasé desapercibido hasta por las alimañas que había alrededor. Era un fantasma de la naturaleza, un ente invisible. Llegué al avión y pude observar los alrededores del mismo, mientras Corvin iba llegando a mi posición. Deambulé mirando todo con detenimiento antes de entrar en su interior. En esas estaba, cuando me di cuenta de que Jenkins se había quedado rezagado y el Rex parecía haberse percatado de su presencia. Cogí una buena piedra y me quedé quieto. Si el animal fuera a moverse hacia mi compañero, tiraría la piedra detrás de él para distraerle.

- Genial  Colton, ni vivo se hubiese superado. - Le recriminé al fantasma al ver al... lo que fuese huir así. - Le dije que dejase a Marion con ello. - Después de colocar la roca, cogí mi camisa mojada y la coloqué bajo la cabeza para que estuviese algo más cómodo. Aunque con el dolor de las quemaduras, su cabeza no sería un problema. Luego fui a buscar el jabón. O lo hacía ya o lo iba a pasar muy mal. - Al menos podría volverse invisible y perseguirle hasta donde pueda, por si le da por venir con toda la tribu a por nosotros. - Le indiqué a Colton.

- Rick... ¿la inyección? - Le pregunté al ver que tardaba con ella y regresé junto a Harry. Le remojé la cabeza. - Lo siento, esto te va a escocer y más ahora que la morfina se está pasando. -Y metí la pastilla de jabón en el agua y le froté con ella sobre las quemaduras. Por fortuna Harry aún estaba bastante sedado y solo se reflejó el dolor en su rostro.

El poco tiempo que llevaba en el agua y el paso de la pastilla, hicieron que pequeños pedazos de piel y seguramente tela que no vi, se desprendiesen de su cuerpo poco a poco. Eso era bueno, aunque el entorno para tener el cuerpo en carne viva no.

Miré a Harry con preocupación, preguntándome en silencio como estaría Aloyssius, si mejor o peor que él... hasta que punto necesitaría un médico. Hasta que punto necesitaría mi ayuda. Lavé con cuidado toda la zona quemada de Harry y la cercana. De paso le limpié el resto del cuerpo que tenía al descubierto y al finalizar le remojé la cabeza y se la lavé junto a la cara.

Luego me alejé un poco de él para lavarme yo la cara y los brazos también y de paso refrescarme.

A mi regreso, Rick estaba a su lado con la jeringuilla. Le di la pastilla de jabón a cambio de la misma. - Lávate un poco, tenemos todos algo de humo en el cuerpo y en la ropa. Lo suyo sería poder lavarnos bien, incluso la ropa, pero no me apetece que una tribu entera aparezca y nos lleve por ahí sin saber si son amigos o no. Porque lo mismo son los del diario... o no. Así que en cuanto estemos, movemos a Harry y nos vamos antes de que empiece a quejarse de dolor. Ya solo puedo mantenerle con medicación, higiene y crema para que no se le pegue nada al cuerpo y esté hidratado.

Y por primera vez me molestó que el pesado del ruso no estuviese con nosotros. Quizás sus conocimientos de botánica nos hubiesen servido para identificar alguna planta que le sirviese a Harry para las quemaduras.

Me dedico a examinar el interior del avión, así tengo algún sitio donde apoyarme para descansar la pierna y eso es algo que la misma agradecerá. Veo que Nikolai inspeccionará el exterior, aunque hay momentos en que no lo veo...se ha mimetizado con el entorno de una manera que no había visto nunca. En el ejército seguramente valorarían esa capacidad. 

Jenkins parece que ha detenido su marcha, saco el revólver por si las cosas se pusieran feas y me aposto cerca de alguna ventana que esté rota o algún sitio desde el cual pueda disparar llegado el momento.