Partida Rol por web

Las piernas le flojearon y Selene se dejó caer hasta estar de rodillas. Aliviada.

-Uf, he ganado... ¡Genial! Tengo que acostumbrarme a la presión pero... mis pokémon son geniales.- tras incorporarse y sacudirse el polvo, felicitó a Sucky antes de enviarlo a su pokéball. Y miró a su rival, que le hablaba.

-¿P-prueba? ¿Era una prueba? ¡No lo sabía! Espera... ¿Qué son e-esos cristales?- lo miró, intrigada.

¿Campeona de Alola? Venga ya...

-Bueno espera, espera. Ahora me lo explicas. Antes tengo que llevar a Artemisa al centro pokémon... ¡Enseguida vuelvo!

Se marchó corriendo. Sin embargo, por el camino... fue atacada. De pronto vio una sombra sobre ella. al mirar arriba, una sombra ocultó el sol. Y se vio sepultada por una masa peludo-plumosa que no paraba de darle lametazos.

-So...socorro... aire... ¿Que ocurre?

Pronto lo entendió. Sin duda, tenía un nuevo amigo. Un gran y pesado amigo que la aplastaba, emocionado por haberla visto combatir. Solo había una salida posible, y sin duda era lo que el pokémon quería pues no se resistió en absoluto. Logró alcanzar una pokéball y tocó la cabeza del entusiasta nuevo compañero. Y pudo respirar.

-Uf... que efusivo. Me encanta. ¡El centro pokémon!

Salió corriendo de nuevo.

El capitán Liam le fue acompañando a Selene hasta llegar al centro pokémon, allí le explicó que el Alola había varios desafíos, y que para completarlos tendría que acabar con todos y cada uno de sus guardianes. Para eso tendría que viajar entre diferentes islas y completar los 8 desafíos que podría encontrarse. Con 8 cristales obtenidos, sería una maestra de Alola y obtendría dicho título.

Liam acompañó a Selene hasta una gigantesca catarata y miró hacia arriba del todo. El próximo entrenador está ahí arriba. Dijo señalándolo. Yo ya no puedo ayudarte más, tendrás que usar tus habilidades y a tus pokemon para acceder a la cima y enfrentarte a él. Si no lo consigues, ven a verme que te diré dónde se encuentra el siguiente líder.

-De cuerdo. Lo haré. L-lo conseguiré.

Fijamente miró a la parte superior de la cascada, pensando como subir... claro que pronto cayó en la cuenta que con la ayuda de sus pokémon sería relativamente sencillo. Buscó con la mirada las rocas cercanas a la caída del agua, yendo hasta donde ya no estuviesen empapadas. Al llegar allí, sacó a sus amigos.

-Chicos, debéis ayudarme. Yo voy a trepar por la pared. Sucky, con tus seis patas puedes agarrarte bien así que tú ven detrás mio por si resbalo o necesito un empujoncito. Y tú Artemisa, vuela cerca por si me caigo que me atrapes. O si debo llegar a un saliente demasiado alejado me puedas mover en el aire un par de segundos. Te pediría que me subieses desde aquí pero creo que peso demasiado. Intentémoslo así. ¡Vamos!

Sin más, comienzo a trepar.

Finalmente Selene decidió aceptar el desafío con sus propias manos y usar a sus pokémon como un simple apoyo. Tuvo varios resbalones y unos cuantos tropezones que le hicieron perder altura, pero gracias a los reflejos de sus acompañantes, lograron evitarlo y consiguió evitar caerse.

Cuando llegó a la cima se encontró con una hermosa y preciosa joven, de piel clara, pecas y pelo azul. Iba vestida con una camiseta blanca y unos anchos pantalones azules, con decoraciones que recuerdan a las olas del mar. Calza una sandalias negras, y posee una elaborada diadema en la cabeza. Porta una caña de pescar muy simple. Hola, soy Nereida, y me imagino que si has subido hasta aquí es porque vienes a por el desafío del agua. Dijo mientras estaba junto a un río tratando de pescar algo.

Se secó las manos y te la tendió para saludarte. Bien, pues colócate en el otro extremo del lago. Ése será nuestro campo de batalla. Dijo señalándolo. El terreno estaba complicado para luchar con pokémon que no fuera de ese tipo. Así que, desgraciadamente, Selene tendría que perder algún que otro turno en adaptar el terreno a sus pokémon en caso de que no usara a araquanib.

Para ganar este desafío tendrás que enfrentarte a mi Araquanib y derrotarla, usando tan solo a uno de tus pokémon. 

¡Adelante! 

Dijo mientras los sacaba al interior del lago.

-Muy bien ¡Sucki!- se aclara la garganta, nerviosa -T-te toca empezar. si se trata de combatir en el agua es tu momento. ¡Tu puedes! Comienza asegurando, reserva.

Sin asomo de duda parecía concentrada, pese a la dura escalada.

El combate iba a estar sumamente igualado, pues ambas entrenadoras llevaban sendos araquanibs dispuestos a hacer todo lo posible por derrotar a su rival. 

Empieza escupiendo todo tu veneno, Ary, acaba con él. 

Perfecto, ya hemos logrado envenenarlo. Ahora toca preparar nuestra curación. ¡¡Acua aro!!

-Oh... eso es un problema.

Creo que lo mejor será... tratar de paliarlo lo mejor posible pero, con el tiempo... ¡Que faena!

-Araquanid, Chupavidas.- Selene suena segura, sabiendo que es la única salida de que dispone. El veneno hará mella en Sucky con el tiempo, debe pegar duro y tratar de sanarse todo lo posible.