Partida Rol por web

- Si capitán. Estamos sobrevolando la ciudad a unos 8000 metros de altitud.

Me temo que no...respondí a Zhiva con cierta impotencia.

La compuerta no parece lo suficientemente grande...y aunque lo fuera, yo no soy piloto, no sabría maniobrarla sin Gundre...
Tendré que volver a por mis cosas luego, si es que puedo...

¿Porque? ¿que es lo que te atemoriza? Le pregunte escrutando aquellos ojos verdes con seriedad.

Según gato ya habíamos alcanzado el Palacio, ocho mil metros bajo nuestros pies se encontraba Yezbel y una posible respuesta a todos los enigmas que se nos habían presentado en aquel extraño planeta.
Había llegado el momento de la acción.

Tener que salir del planeta según salgamos de palacio. No quisiera que perdieses tus cosas por mi. Dije con cierto temor en mis palabras. Muy bien... descenderé en una lanzadera. Mis ojos brillaron con fuerza. Miré a Aven. Descenderemos. Corregí. Sabía que sería inutil discutir con él.

Luego deja a los dos agentes con su tanque lo más cerca que puedas de la ciudad, pero sin arriesgarte, Gato. Eres nuestra única vía de escape.

Comprobé que llevaba todo antes de encaminarme hacia el pequeño hangar de la nave. Vamos Aven,  tenemos una misión que cumplir. Dije decidida, aunque por dentro era otra historia... pero no quería preocupar más de lo necesario al arqueólogo que me acompañaba, debía tragarme el dolor y el miedo hasta que volviese a estar sola.
 

Si capitán.

Los agentes estaban contentos. Podrían regresar a la acción, pero no querían quedar allí tirados.. - ¿Y cual es nuestra misión capitán?

No te preocupes...no hay nada ya de valor para mi en este planeta...salvo los que aquí nos encontramos y el misterio de las ruinas... y temo que su conocimiento no se encuentre ya al alcance de mis actos.

Dije, tratando de aliviar su conciencia.

Descendamos...y traigamos a ti amigo de vuelta. Tal vez con él, podamos salvar un pedazo del misterio que se nos niega.

Recogí mis cosas y eché a andar tras la estela de Zhiva. Una extraña sensación me atravesó el estomago, como el vértigo de una caída repentina. Estaba nervioso y excitado a la vez. Algo trascendente se avecinaba y en algún lugar de mi cabeza, alguien mandaba señales a mi cuerpo para dejarle claro que lo sabia.

¿Y nosotros que hacemos? Resonó en mi cabeza. Me quedé clavada en el sitio. Gato, ¿como está la situación allí abajo?

Guardé silencio unos instantes. Tampoco es que importe mucho como esté... debemos descender igualmente... Gato, cuando aterricemos, dale las coordenadas a los agentes del lugar donde quede el vehículo. Miré a los hombres. Nos cubrireis la salida, protegereis la lanzadera con el tanque y estaremos en contacto por si os necesito para algo más.

Luego miré a Aven. Sus palabras me calaron hondo. Estaba demasiado sensible con la muerte de Zug... con lo que crecía dentro de mi. Le cogí de la mano y tiré de él, llevándomelo en silencio hacia el hangar. Cuanto antes logremos nuestro objetivo, antes podremos regresar y largarnos de aquí.

Observé a Zhiva un instante antes de dejarme llevar, arrastrado por su destino.

Sus ojos reflejaban una mezcla de miedo y determinación que me sobrecogieron por momentos.

Cuando llegamos al Hangar, tiré de su mano hacia mi y la aprisioné con fuerza contra mi cintura...

No se que nos espera ahi abajo capitana...mis ojos se clavaron en los suyos, traspasándola, como un relámpago indómito.

...ni siquiera estoy seguro de que ambos sigamos con vida cuando lleguemos... Mis labios se acercaron, lentamente, inexorables...

...pero no pienso pasar este trance arrepentido... Mi mano se deslizo por su espalda, mientras mi cuerpo se abalanzaba suavemente sobre el suyo, envolviendola, desequilibrandola...
...Equivocado o no, he de intentar resolver el misterio que me atormenta desde el día que nos encontramos por primera vez...

Cuando sentí que su cuerpo se vencía, la sostuve con mi brazo y me entorne sobre ella, nuestros labios ya se rozaban, podia sentir su aliento sobre mi boca.

...un misterio que lo envuelve todo y me tiene sumido en la penumbra desde entonces...

El tirón de Aven me pilló desprevenida, tanto que logró hacerme girar como una peonza y frenarme con su cuerpo. Podía sentir su respiración en mi pecho, la presión de su mano en mi cintura, sin darme opción a escapar. Si  mirada se había clavado en la mía y sus ojos me encandilaron.

De pronto, todo se desvaneció.. me sentí como aquella joven exploradora que una vez fui. Aquella que viajaba sóla por el espacio, acompañada por aquellos programas de aquel sexy y carismático arqueólogo. ¿Cuantas veces soñé estar entre sus brazos? ¿Cuántas disfruté de su cuerpo y sus labios a solas en mi cama? Sentí mi cuerpo desvanecerse y abrí levemente los ojos, esta ahí... tan cerca que le respiraba a él.

Miré sus labios... no pude evitar morderme los mios. El deseo de aquella joven exploradora se antepuso a la razón. Mi mano se deslizó a su nuca, y con un leve gesto pude sentir sus labios sobre los míos, para luego comenzar una lenta y hermosa danza con nuestras lenguas, bailando al unísono la que parecía la misma canción.

Capitán, han despegado unos cazabombarderos que según sus indicaciones tienen intenciones de dar apoyo a las unidades de tierra que combaten dentro de la ciudad.

El momento romántico se desmorona tras un : Bipp Bippp, que suena en el oído de la exploradora.

Estando ambos tan cerca, no lo escuchan al mismo volumen, pero ambos pueden oír el aviso.

Nuestros cuerpos se movían al compás. Ambos cedimos al deseo, arrastrados por la ingobernable corriente de la pasión.

Con el pecho acelerado, pude sentir el estremecimiento que recorrió nuestros cuerpos, mientras las lenguas jugueteaban traviesas en una frenética partida de ajedrez, ávidas del placer que ha sido largamente postergado, sacrificando movimientos planificados por una improvisación anhelante, casi lujuriosa...

Entonces, un ruido electrónico rompió ligeramente la magia que nos envolvía...todavia me demoré unos instantes envolviendo su lengua con la mía, en un vano intento por apresarla y retenerla conmigo para siempre...

Pero finalmente, se separaron en reacción a la apremiante llamada del comunicador...dejando tras de si, apenas un hilillo de saliva delgado y transparente, húmedo testigo del amor silencioso que nos habíamos profesado desde que nos conocimos, el día que el cielo se derrumbó sobre nuestras cabezas.

Antes del fin, mis labios regresaron a los suyos, como lo hace la marea en sus últimos y desesperados intentos por llevarse la arena de la playa...allí se rozaron y se cerraron sobre su orilla inferior, saboreando el contraste salado de las lagrimas que aquellos ojos verdes habían derramado en las últimas horas...

Nuestros ojos se cruzaron y un silenció penitente, hastiado de los caprichos del destino, gobernó la nave en lo que me pareció un momento interminable.

Pude sentir como mi cuerpo se dejaba llevar por aquel beso. Algo nuevo surgía en mi interior, era fuego lo que sentía arder. Y como no, Gato tan oportuno. Aquel chirriante sonido nos hizo detener nuestro baile privado. La voz de Gato resonó por el intercomunicador, mientras mis ojos no se despegaban de los labios de Aven.

Había probado su dulce nectar y quería más. La adicción había sido instantanea. Ni tan si quiera fui capaz de prestar atención a lo que Gato me decía. El deseo se había apoderado de mí, los labios de Aven eran mi fuente de vida y quería seguir alimentándome de ellos. Haciendo caso omiso a a interrupción de Gato, volví a besar los labios del arqueólogo, buscando sentir de nuevo eso tan intenso de hacía tan solo unos segundos.

Pero esta vez el sorprendido y quien se retiró fue él. Paralizada y sin saber como tomarme su reacción, sólo pude hacer una cosa. Puse mi mano sobre el intercomunicador y me separé de Aven.

Repite Gato, no te entendí bien antes.

- Capitán, dos cazabombarderos han despegado para apoyar las labores de tierra. Tienen capacidad de superioridad aérea y gran potencia de fuego, tanto antiaérea, como de ataque al suelo. Se les ha informado de que una nave desconocida, y que se ha de considerar enemigo potencial está sobre la ciudad.

Con la estela de sentimientos que estaba demostrando este "ordenador", cabría pensar que estaba molesto por tener que repetir la cosas. Pero no, su tono había sido diferente. - ¿Tal vez celos?

Repite Gato, no te entendí bien antes.

Sus palabras resonaban en mi mente, como el eco sordo que persigue al repicar de las campanas...

Todavía desconcertado y aturdido por la experiencia, permanecí a la expectativa de lo que Gato tenia que comunicar a Zhiva.