Partida Rol por web

Prólogo de Natalie Lewis

Estabas tratando de dormir, Dios sabe que lo intentabas, pero los golpes, porrazos y blasfemias soltadas a diestro y siniestro bien habían tu tarea un poco difícil.

Piku, en cuanto notó que te despertabas más de la cuenta, comenzó a moverse con su típico soniquete zumbante de engranajes y valvulillas de vapor, y con ese sonidillo gracioso, que las hacía a veces de voz, te saludó efusivo, voliteando hasta donde estabas.

- ¡¡Pii piii pikupiku pii!!

Una explosión que hizo retumbar la casa y acalló a todos los pájaros de varias decenas de metros alrededor, terminó de despertarte.

- ¡¡¡¡¡¡¡MEEEEEEEEEEEEEE CAGO EN TODO LO QUE SE PUEDE CAGAR UNA PERSONA HUMANA!!!!!!!! La voz de tu padre ¡¡¡¡¡¡PUTA MÁQUINA DEL INFIERNO!!!!! ¡¡¡¡FUNCIONA, MALDITAA!!!!

Piku se metió corriendo bajo las mantas, temblando de miedo.

Nat, al contrario de levantarse del malhumor, saludó a su "mascota" con una tierna caricia y una sonrisa de oreja a oreja.

Buenos días, Piku. Dijo resignada y sabiendo que no volvería a dormirse. Ante los gritos, abre los ojos sorprendida mirando hacia la puerta, luego sonríe tierna, pues le hace gracia el comportamiento de su padre.

Se viste, con uno de sus sencillos y humildes vestidos y se arregla el pelo y la cara. Luego baja tranquilamente, y se dirige hacia donde está su padre.

Buenos días, papá. Le saluda con la mayor normalidad, dándole un beso en la mejilla. ¿Qué no funciona esta vez? Pregunta sirviendose un vaso de zumo, y mirando por si había indicios de que su padre hubiese desayunado. De no ser así, le prepararía algo.

Cuando llegaste te encontraste a tu padre enfrascado en una pelea con un cachibache que había visto tiempos mejores.

- ¿QUE QUÉ NO FUNCIONA? LA PU....LA M...¡¡LA COSA ESTA!! Aun con todo su mal humor, no quería que escuchases improperios malsonantes, que tu eras una señorita y no debías prender cosas como esas. MAÑANA ME TENGO QUE IR A UN CONCURSO Y LA PORQUERÍA ESTA NO FUNCIO Y sus palabras se cortaron pues un engranaje salió despedido y le dio en plena boca ¡MEEEEEEEEEEE CAGO EN TOOOOOOOOOOOOOOOOODO!!!!!!!!!!!!!

Y comenzó a pegarle patadas al pobre invento

- ¡¡¡¡DESITOOO!!!! ¡¡DESIIIISTOOOO!! Le lanzó la llave al cacharro, se limpió las manso con un trapo negro (que en algún otro momento fue blanco) y se giró a ti, con una sonrisa...una un poco extraña, pues tenía la cara roja de ira, negra de carbón, con los pelos espeluchados por las explosiones y las venas del cuello dilatadas por el enfado. ¿Quieres que desayunemos juntos, florecilla?

Natalie, a pesar del exagerado comportamiento de su padre, sonreía divertida.

Claro papá. Accede empezando a preparar unas tostadas en uno de los cachivaches de su padre que se suponía que era una tostadora. Mientras, se acerca a él por detrás y le da un leve abrazo y un beso. Y no te preocupes, todo irá bien. Le desea suerte y vuelve a lo suyo.

Cuentame sobre ese concurso. No me habías dicho nada. Dice por cambiar de tema.

Tu padre se echó el pelo hacia atrás suspirando resentido.

- Eso es lo malo, que yo me enteré también demasiado tarde...y ahora ando con prisas, tengo que terminar esto y no puedo, me va a dar un tabardillo... suspira de nuevo y comienza a ayudarte, calentando algo de leche que había en una jarra en un contenedor refrigerante (también invento suyo). Es un concurso en el pueblo de dos pueblos más allá, está a varias horas de Grayriver, hacia el este, no tiene pérdida. Sonrió. El caso es que hay que llevar inventos recientes y originales, y que funcionen, lógicamente, y el mío no funciona...aun, porque hasta mañana hay muchas horas...

Te miró con ojitos brillantes.

- No quiero molestarte....pero...bueno, ¿tu me echarías una mano? La leche empezó a hervir y a salirse del cacharro. ¡¡¡Uuuuhi!!! ¡¡UUuuhii!! Dijo apagando el fuego y soplándole a al espuma para no manchar más. Lo dicho, ¿me ayudarías? El premio nos vendría muy bien, además, así podría callar mas de una boca...que por ahí dicen que estoy un poco loco... Se encogió de hombros. Aunque a veces hasta yo mismo lo pienso jejeje.

Nat también ríe de forma natural, demostrándole que a ella eso no le importaba y que podía reírse tranquilamente.

Sabes que sí papá. Le dice con cariño. Ya verás como entre los dos conseguimos algo bueno. Sí, ella también creía que el premio les vendría bien. No solo por la reputación de su padre, eso era lo de menos, si no por el dinero. Realmente les hacía falta. Estaban siempre escasos de comida, la energía que consumía su padre no se pagaba sola (aunque gracias a algun invento conseguían ahorrar algo). Le ayudaría sin dudarlo. Total... tampoco tenía nada mejor que hacer.

Roger comenzó a engullir una de las tostadas y a echarse el café hirviendo por el gaznate.

- Pues no hay tiempo que perder, vamos, vamos.

Comenzó a toser enérgicamente y se puso morado.

- ¡¡Uuuuh!! que me ahogo, leches. Bebió algo más de café para deshacer el ahogamiento, puso cara de haberse achicharrado y luego se calmó un poco. Con paciencia, florecilla, que las prisas no son buenas consejeras...

Nat ríe, llevándose el puño a la boca para intentar disimularlo. Por ese tipo de cosas era por las que adoraba a su padre. Sí, echaba de menos a su madre, pero él hacía muy bien el papel de los dos.

Tú te lo dices todo, papá... Le dice bebiendo de un vaso de zumo y terminando su tostada, dando por finalizado su desayuno y tras recoger un poco por encima la cocina (ahora había cosas más importantes que hacer), sigue a su padre hasta el taller. ¿En qué estás trabajando? Le pregunta por el camino.

Sonreía orgulloso mientras se llenaba la boca de pan tostado.

- Es un prototipo de algo que no se ha visto nunca. Implantes. Si, si, has oido bien: implantes mecánicos. No solo por si te falta algo, no se, una pierna o la cabeza...bueno, la cabeza no, pero eso, que no es solo por si te falta, no, sino implantes que puedan potenciar lo que ya tienes. Superoido, hiperfuerza... Hmm...el de la fuerza seguro que le gustaría al presumido ese, al pequeño Handsome... Sonrió picaronzuelo. Que ma ha dicho un pajarito que le gustas jejejeje. Piku se puso como loco a moverse y a pitar indicando que él no había sido.

Negó con la cabeza.

- Bueno, que patino y no es cuestión, a lo que iba, que yo estoy haciendo una prótesis de un brazo. Está casi acabada, ayer logre que moviese los dedos, pero luego trató de ahorcarme, y al intentar arreglarla...bueno, ya has visto como ha quedado...

Tosió suavemente.

Nat escucha a su padre muy sorprendida.

Papá, ¡es una idea estupenda! Exclama nada más oírla, pero luego deja que termine. Pone los ojos en blanco cuando menciona lo de Handsom. No quería ni oír hablar de él. Pero es Piku quien acaba de hacerla sonreír con su comportamiento.

No te preocupes. Dice incorporándose y situandose cerca del aparato, mirandolo de cerca. Pongamonos manos a la obra, ¿vale? Intenta darle fuerza y ánimo para que no se rinda.

Os pusisteis los dos a trabajar como locos.

Aquél invento, te pareció que era tan complejo como maravilloso, puede que incluso más.
Cientos, miles de piececitas minúsculas creaban engranajes que movían los dedos del artilugio como si de unos reales se tratase. Pequeños micro generadores movían con pistones las varillas que hacían de tendones. Había micro válvulas de escape para el calor y el gas producido...

Aquello parecía más un ingenio de un relojero que de tu padre. Nunca había visto un trabajo como ese antes.

- Lo estaba llevando en secreto. Es bonito, ¿Eh? Te dijo con sus gafas de 8 aumentos que hacían que sus ojos se viesen enormes. Llevo en él trabajando más de 6 meses...por todas la piezas...que eran un coñazo de crear...¡uhi! Dice escusándose por la palabra malsonante. El caso es que todo esto va conectado por unos sensores a la cabeza de la persona, y dependiendo de lo que piense, y las órdenes que le envíe al brazo, este se mueve.

Se rascó la cabeza.

- Es un mecanismo muy complejo, perdóname si no te lo explico ahora.

El trabajo era laborioso, apenas habíais parado para comer y ya se estaba poniendo el sol.

Nat hacía todo lo que podía, sabía y su padre le ordenaba. Le escuchaba en todo y cuando realmente se fija en la complicidad y con la breve explicación de su padre, aún le admira más.

Vas a ganar el concurso, papá. ¡Esto cambiará la vida de muchas personas! Por eso adoraba a su padre. No solo creaba máquinas, si no que lo hacía con la idea de mejorar la vida de la gente, en este caso, los discapacitados. Otra gente pensaría en inventar una máquina de dinero o algo más egoista. Pero su padre no era así.

Mira de reojo como se pone el sol. Ya sabía a lo que se enfrentaba cuando aceptó ayudarle, por lo que se seca la frente con la manga y prosigue ayudando concentrada.

Tu padre te miró con una sonrisa satisfecha en la cara.

- Gracias pequeña. Aunque si no gano, de todas formas, esto seguro que es el futuro... hay veces que la gente se adelanta a su época, Natalie, y no lo aprecian hasta pasados los años, pero estoy seguro de que esto será importante.

El sol se seguía poniendo, hasta que vino la noche. Estuvisteis algunas hroas más enfrascados, volviendo a montar las piezas, algunas de las cuales había que coger con pinzas.
Tu padre entonces cerró la última tapadera, con unos tornillitos negros pequeños, y suspiró satisfecho.

- Ahora solo falta que se encienda y funcione...

Señaló hacia unas campanas metálicas enganchadas a unos cables.

- Tráeme eso, por favor...

A pesar de que Nat estaba agotada, seguía trabajando con mucha energía y sobretodo con una sonrisa agradable y algunas palabras de ánimo a su padre.

Asiente y le acerca lo que le había pedido. Mientras hace los últimos retoques, Nat reza interiormente para que todo salga bien. Habían trabajado mucho y DEBÍA salir bien.

Las campanitas tenías una especie de capuchón de caucho e iban unidas a un cablecito con terminal metálica. Roger cogió cada terminal y la unió a varios puntos del brazo, casi todos en la parte que pegaba al codo, que era el final del prototipo.

Luego cogió las campanitas, les metió un trapito mojado en alcohol y apretando la cabeza neumática, creaba el vacío pegándoselas en las sienes y la frente.

Ahora SI que parecía un científico loco, con 5 campanitas metálicas pegadas a su cabeza y unidas a su vez a un brazo mecánico.

La tensión se podía cortar con un cuchillo, y con el pulso un poco tembloroso, tu padre encendió el brazo. Lodos los engranajes empezaron a zumbar. Algunas válvulas se movían soltando pequeños hilitos de vapor. Tu padre cogió un vaso medidor con algún líquido raro, de olor fuerte y lo echó en un pequeño depósito, entonces si que todo empezó a funcionar con más fuerza.

Solo se escuchaba el brazo zumbar, un zumbido agudo, como el de las abejas. De la concentración tu padre comenzó a sudar, los segundos pasaban y pese a que los mecanismos se movían, el brazo en si estaba quieto, como el de un muerto.

- Mueve un dedo, maldito...muévelo... Tu padre susurraba con los dientes apretados. De hecho, te viste tu también pensando "mueve un dedo, mueve un dedo"

Y finalmente, el brazo alzó el dedo índice.

Nat tenía la garganta seca y tampoco parpadeaba. Intentó tragar saliva en vano. Lo único que hacía era mirar el brazo, incluso ya su imaginación le jugaba malas pasadas pareciendo que se movía, pero no era así, hasta que finalmente realmente ocurrió.

¡Papá! ¿Lo ves? ¡Funciona! Exclama sin cortarse ni un pelo al expresar su felicidad y dando un pequeño salto.

Prueba a hacer algo más. Le anima sin dejar de mirar el brazo. Sí aquello estaba bien, pero si querían ganar, tenía que estar mejor. Debería ser capaz de coger objetos, incluso si se pudiese cocinar o ...¡incluso escribir!

Tu padre te miró contento, con una sonrisa de oreja a oreja en la cara. La pérdida de concentración hizo que el dedo  bajase, pero su padre volvió a concentrarse, mucho, mucho mucho.

Otro par de eternos minutos pasaron antes de que el dedo golpease tres veces la mesa en la que se hallaba.

- ¡¡Uuuff!! no me lo creo...¡¡hace lo que le digo!! funciona... Lo dijo como si no se lo creyese... ¡¡¡FUNCIONAA!!!

Te agarró por los hombros y te abrazó, estrujándote contra su cuerpo mientras se reía nervioso.

- ¡¡¡Naty, florecilla, funciona!!! Dio un par de saltos y casi tira el brazo al suelo, al tirar de lso cables que unian a ambos - ¡Coño, coño, que lo rompo! Digooo ¡¡uhi!! Te miró nervioso, y volvió a sonreirte como un niño. Pero esto no es nada, tendré que practicar...que por lo menso mañana estire el pulgar o haga algún truquito más...porque si no se van a reir de mi en mi cara...y no es cuestión...no ¿verdad?

Te sonrió nervioso. Sabías, como si pudieses verlo, que ahora en su cabeza estaban dibujándose las cienmil cosas que podría hacer mañana en la feria para demostrar la valía de su invento...

- Vete a dormir, preciosa, debe ser tarde...ya lo que queda es solo mío...descansa para mañana, ¿de acuerdo? Cuando me vaya a ir te llamaré para que nos despidamos aunque sea. Creo que estaré unos 3 días fuera...4 como mucho. Te sonrió. Venga, a la cama, que si no te vas a quedar enana jejeje

Nat abrió los ojos retrocediendo un poco la cabeza al ver la estrondosa reacción de su padre, se dejó achuchar y solo murmuró un: Papá... Cuando la llamó con ese apodo que tanto odiaba. Pero se lo dejaría pasar esta vez, ya que era un momento especial.

Bostezando ya cansada asintió a su padre.

No te preocupes. Le dijo intentando desperezarse para llegar a la cama sin caerse. Me sé cuidar solita. Dijo alegre. ¿Enana? ¿A caso prefieres que me haga mayor y vuele del nido? Bromea sabiendo que era lo último que quería su padre.

Sale divertida del taller, no sin antes darle las buenas noches a su padre con un beso en la mejilla. Vamos Piku. Le dijo a la mascota-robot que andaba por allí y puso rumbo fijo a su cama.

Tu padre se despidió con la mano.

Su ropa hecha un guiñapo y llena de grasa y porquería, sus pelos desarbolados, los churretes de la cara que arrastraba desde esta mañana, y, además, los chirimbolos esos que llevaba pegados en la frente...daban sensación de que realmente tu padre estaba como una sonaja.

En cuanto lo llamaste, Piku salió voliteando hacia tí, y se subió en tu hombro para iros los dos a la cama.

Antes de ir a tu habitación fuiste a por un vaso de leche, pues habías trabajado mucho y comido poco, y tu cuerpo necesitaba un tentenpié antes de ir a la cama...

Había sido un día agotador.

Te metiste en la cama y cerraste los ojos.