Evan se resigna cuando aceptas ir a buscar a la Hermandad del Acero.
—De acuerdo, si es lo que quieres... primero habrá que encontrarlos. Así que una patrulla cerca de Madden hace unos años, y otra por Cambridge... éste último nos pillaría más cerca y parece la opción más segura. Si hay una patrulla activa es muy probable que usen emisiones de radio, podríamos tratar de sintonizarla a través del pipboy. Recuerdo cuáles eran las frecuencias que usaban en casos de emergencia. Saldré a buscarlos.
—¿Vas a ir tú solo?— pregunta Desdémona.
—Ésa es mi idea, esto forma parte del trabajo por el que el señor Lark me contrató y estoy acostumbrado a trabajar en solitario. Además sería muy cruel por mi parte separar a Clover de su padre tras tanto tiempo, prefiero que se quede aquí con él si así lo deseara.
—No importa, podré pasar tiempo con mi padre cuando regresemos. Así que iré contigo —dije suspirando.
Me aseguré de tener todo listo para poder marcharnos.
—Y no es que quiera... pero no veo que tenga otra opción.
—No es necesario que vayas, podemos hacer que le acompañe Glory— propone Desdémona.
—No insistas, Des. Ella es como su madre: cuando se le mete algo en la cabeza va con esa idea hasta el final— explica Flint.
—Al menos descansad un poco y esperad hasta mañana antes de partir— insiste Desdémona —Os daremos algo de provisiones y podemos añadir a vuestros atuendos fibra balística para que os den más protección. Tom el Chapuzas os puede aprovisionar con armas, municiones y más cosas que podáis necesitar.
—Sí, tengo lo mejor de lo mejor— afirma el tipo de color —Soy Tom el Chapuzas, ingeniero, inventor, experto en armas y dueño del tercer puesto en la organización del Ferrocarril.

—También el doctor Carrington puede haceros un chequeo y daros suministros médicos.
—Si tenéis alguna dolencia o malestar hacédmelo saber— se ofrece un hombre de mediana edad con bata blanca.

Efectivamente, no iban a convencerme y menos ahora estando alterada. Decidimos descansar por hoy. Añadir fibra balística para mayor protección sonaba bastante bien.
—Necesitaría algo más de munición y unas cuantas granadas, ya que gasté varias y si es posible la fibra balística para mayor protección —le dije a Tom. Luego me giré hacia el doctor Carrington—. No tengo ninguna dolencia, pero tal vez deberíamos hacernos un chequeo por si acaso. Y llevar algunos medicamentos, por si las moscas.
—Pues para añadir la fibra balística tendrás que dejarme un rato tu ropa. Hay que coserla debidamente y todo eso— explica Tom.
Tras proveerte de municiones y granadas, añadir fibra balística en tu ropa y hacerte el chequeo ya estás lista. Evan ha adquirido más municiones y pillado un par de estimulantes extra, y el doctor le revisa la herida en el hombro para comprobar que evoluciona bien.
Para la noche te vas a dormir en uno de los sacos, y mientras tratas de conciliar ves que Evan están donde están PAM y tu padre hablando con él. ¿Deberías cotillear un poco o te irás a dormir? Tu elección es obvia: escuchar a escondidas.
Al acercarte empiezas a escuchar lo que hablan en voz baja.
—Vamos, señor Redfield, explíqueme por qué afirma que no ha actuado de profesional con mi encargo— pregunta tu padre, extrañado.
—Por dos motivos. En primer lugar he fallado intentando mantener a salvo a su hija. Ha salido herida varias veces, y no puedo excusarme con que ella también entra en combate.
Tu padre suelta una leve risotada.
—Parece ser que Clover es como su madre, toda una guerrera. Por mucho que le digas que se quede en un sitio seguro ella sin duda desobedecerá e irá al frente— niega con la cabeza —Sí, no me cabe ninguna duda de que es muy parecida a ella. ¿Y el segundo motivo cuál es?
Evan parece muy incómodo a la hora de hablar.
—Bueno... el segundo motivo es que puede que... bueno... quizás haya desarrollado sentimientos... por ella.
Tu padre parece sorprendido.
—Vaya— esboza una sonrisa —¿Y qué problema hay con eso? Mientras sepa separar lo personal de lo profesional no le veo el problema.
—Pero se trata de su hija.
—Bueno, hace ya tiempo que pasó la épòca en la que yo podría tener algo que decir al respecto, mi hija es mayorcita. De todos modos sé la clase de persona que es usted y personalmente no tendría ningún reparo. Claro, todo dependería de lo que quisiera ella.
Tras añadir la fibra balística, organizar todos los materiales necesarios para salir mañana y pasar por la revisión del doctor, decidí ir a dormir. Me metí en uno de los sacos, pero no conseguía pegar ojo. Estaba demasiado despierta. Al mirar a mi alrededor vi que Evan estaba con mi padre y PAM. Seguro que estaban hablando de algo importante y a mí me tenían al margen sin decirme nada. «¡Pues pienso ir a escuchar!» pensé molesta.
Me levanté sin hacer ruido, me escondí cerca y empecé a escuchar lo que decían. «¿No ha actuado profesionalmente Evan?» me pregunté en silencio. Para mi sí lo había hecho. He sido yo la que no ha dejado de liarla una y otra vez. Sonreí cuando mi padre habló de mi madre. «Así que me parezco mucho a ella... ¡significa que mi madre era genial!» reí internamente.
Me quedé ahí escuchando, esperando el segundo motivo. Y cuando Evan lo mencionó me sonrojé muchísimo. «¿¡Él tiene sentimientos por mí!?» Me tapé la boca con las manos para reprimir un grito. Mi corazón latía como loco. Mi padre parecía aprobarlo, dependiendo de lo que yo sintiera.
Y ahí entraba lo complicado, lo que yo sentía. La verdad es que sí, me sonrojaba mucho cuando Evan y yo estábamos a solas. No se sentía igual que el coqueteo de broma con Piper. Ni me había sentido nerviosa con ningún otro hombre en el refugio. Así que... ¿qué era lo que sentía? Había vivido tantas emociones en tan poco tiempo que todo era un torbellino. Me cubrí el rostro con las manos, aún sonrojada. Ahora sabía que ''quizás'' él sentía algo por mí... ¡y eso me iba a poner el doble de nerviosa!
Evan suspira.
—Ésa no es la cuestión, no sé qué siente ella con certeza, y temo que pueda estar influenciado por todo lo que nos ha pasado.
—Eso tiene un nombre técnico: efecto puente colgante. La persona que ha sufrido muchas emociones fuertes puede confundir el subidón de adrenalina por enamoramiento— explica tu padre —Esto me lo explicó una vez el por entonces psiquiatra del refugio, hace bastantes años cuando yo era joven.
—Ya veo... no soy tan listo como usted o su hija, pero entiendo que en este caso lo mejor es aparcar ese tema por su bien. Si está con ese efecto, cuando acabe todo esto se le pasará. Y si no es el caso supongo que me lo hará saber. Pero en ningún caso quiero incomodarla o ponerla en un compromiso. Es más urgente el asunto de la IA y recuperar el refugio 122, es mejor centrarse en eso.
—Ya conoce mi opinión, señor Redfield: el refugio está perdido. No siempre puede arreglarse lo roto, o recuperar lo perdido. De lo contrario mi esposa seguiría con vida.
—Lo sé, pero aun así... quiero intentarlo. Es lo que quiere su hija.
—Es muy considerado, señor Redfield. Ojalá me equivoque, pero lo veo poco factible.
—Las probabilidades de recuperar y restaurar el refugio es de un 4'7588%— estima P.A.M.
«¿Efecto puente colgante?» suspiré en mi cabeza. «¿Eso es realmente lo que me está pasando?» Tal vez sí... tal vez me estaba enamorando por todas las emociones que había vivido. No sabía si eso era lo que me estaba ocurriendo. Cerré los ojos por un momento, aún escuchando. Parecía que Evan iba a aparcar todo aquello ¿eso significaba que iba a esperarme hasta que todo esto se solucionara? Pensar en eso hizo que mi corazón siguiera latiendo con fuerza. Me parecía bastante tierno ese detalle. Aunque yo no sabía si quería aparcar esos sentimientos a un lado...
Mientras pensaba en eso escuché lo del Refugio 122. Papá no parecía convencido de que pudiera repararse. ¿Tanto iba a costar reconstruirlo...? Tal vez debía renunciar a la idea de restaurarlo y buscar otra alternativa. Como fortalecer Sanctuary.
«¿Qué demonios hago? Espero al menos poder ir y darles un buen entierro a Thayer y los demás». Aunque no quería rendirme todavía. Un 5% de posibilidad es mínima... pero no es un 0.
No sabía si debía quedarme allí más tiempo o no. Esperaré por si dicen algo más, y si no... volveré al saco de dormir antes de que se den cuenta.
Los dos se quedaron un momento en silencio.
—¿Quiere café, señor Redfield?— pregunta tu padre.
—No debería si planeo descansar.
—Tienen descafeinado.
—En ese caso no me negaré— admite con una sonrisa.
Vas rápidamente a tu saco de dormir para que no te pillen. Tras unos minutos más Evan se va a dormir mientras que Flint se queda hablando con PAM.
Te despiertas al día siguiente sobresaltada por una patada involuntaria en el pie.
—¡Oh, lo siento mucho!— se disculpa una agente del Ferrocarril, quien había tropezado contigo —¿Te he hecho daño?
Evan se levanta casi a la par que tú, te da los buenos días y empieza a estirarse.
Buscas a tu padre, quien está dormido sentado en una silla con un cuaderno en la mano en el que hay escritas frases y diseños muy complejos. Se despierta cuando te acercas.
—Oh, buenos días, cariño. Vaya, parece que me quedé dormido aquí— esboza una sonrisa —Supongo que partiréis ahora, ¿verdad?
Evan y los chicos del Ferrocarril te dan tiempo para que te despidas de tu padre. Una vez lo haces, Desdémona te indica la salida de emergencia para que salgáis por allí. La ruta os lleva por un pasillo flanqueada por dos puertas de metal con cierres electrónicos, y al final vais a parar a un edificio en ruinas.
—Clover, primero iremos a Diamond City para recoger la servoarmadura. Es probable que la necesitemos. Luego a partir de ahí iremos hacia el norte, a la zona de Cambridge— propone Evan.
Con tu post probablemente cerremos la escena, salvo que tenga que responderte a algo o quiera tratar algún asunto on rol.
Me desperté sobresaltada por una patada en el pie. «Qué bien empezamos el día... vaya imbécil» pensé ya malhumorada. No había conseguido dormir bien esa noche, dándole vueltas a todo lo que habían hablado mi padre y Evan. Le di los buenos días a Evan un poco deprisa sin saber muy bien cómo tratarlo después de lo que había escuchado. ¡Me iba a poner nerviosa!
Me levanté a toda prisa y fui con mi padre. Le di un beso en la mejilla.
—Oh, buenos días, cariño. Vaya, parece que me quedé dormido aquí— esboza una sonrisa —Supongo que partiréis ahora, ¿verdad?
—Buenos días, papá. Deberías descansar más a menudo... seguro que te lías ahí y no sales de tus investigaciones. ¿Qué estás investigando? —pregunté con curiosidad—. Sí, partimos ahora, nos vemos cuando regrese. ¡Más te vale no irte a ningún lado, eh!
Después de despedirme, nos indicaron que saldríamos por la salida de emergencia. Llegamos al pasillo y, poco después, estábamos en un edificio en ruinas.
—Clover, primero iremos a Diamond City para recoger la servoarmadura. Es probable que la necesitemos. Luego a partir de ahí iremos hacia el norte, a la zona de Cambridge— propone Evan.
—Esto... sí, sí, claro. Me parece buena idea. Pues en marcha, de vuelta a Diamond City.