Partida Rol por web

Ha pasado un tiempo desde que derrotasteis a VAIC. En ese tiempo habéis visitado a los Gatos del Átomo, donde os tunearon y mejoraron las servoarmaduras (incluso instalaron a la tuya un módulo con jetpack, que te permite volar brevemente) y sobre todo lo pasasteis bien. Allí recibisteis otra visita de los Artilleros, a los que derrotasteis nuevamente sin problemas.

Tras eso os pasasteis por la comisaría para comprobar cómo le iba a Danse, quien afirma que no le falta trabajo pero que está contento con ello, que siente que está haciendo un gran trabajo en la Commolwealth. Rhys sigue siendo un poco grosero con Evan pero se contiene, mientras que la Escriba Haylen se muestra más acogedora y os habla de las tecnologías que han logrado encontrar en el yermo.

El paso por Diamond City era cita obligatoria, donde Piper te reclamó la entrevista que le debías y te la hizo mientras comíais noodles en Power Noodles. Allí conociste a su hermana pequeña Nat, quien pese a tener solo 11 años actuaba con mucha madurez.

Luego regresasteis a Sanctuary, donde os dedicasteis a ayudar con la reconstrucción aparte de empezar a construir vuestra propia vivienda en un solar despejado tras eliminar por completo los escombros de la vivienda que había antes.

En algún momento recibisteis una invitación del Ferrocarril para que pudieras ver a tu padre, estando su nuevo escondite en unas alcantarillas cercanas a Diamond City. Al dirigiros a las alcantarillas os aborda Deacon.

—¡Hey, parejita! ¿Cómo os va? Veo que habéis tenido unas movidas interesantes desde la última vez que nos vimos. ¿Eh?

 —Te perdiste la fiesta, Deacon— le responde Evan.

Pasó un tiempo desde que derrotamos a VAIC y pulsé el botón que destruyó el refugio. Fue un día duro, en el que tuve que decir adiós por completo a mi hogar. O eso creí. Gracias a Evan, que estuvo a mi lado todo el tiempo, comprendí que el hogar no era un lugar, sino la gente con la que estás. Y él logró convertirse en mi hogar.

Durante los días que siguieron al incidente, fuimos a ver a los Gatos del Átomo, que nos tunearon nuestras servoarmaduras, incluso mejoraron la mía. También pasamos por la comisaría para visitar a Danse y a otros miembros de la Hermandad. Luego visitamos a Piper, que nos entrevistó mientras comíamos noodles en Power Noodles. Fue una entrevista bastante divertida. Piper siempre tenía una forma de hablar carismática. Allí conocí a su pequeña hermana, que tenía una gran madurez para su corta edad.

Tras ese viaje, volvimos a Sanctuary donde nos dedicamos a ayudar en la reconstrucción del lugar. También, en un terreno que nos gustó, comenzamos a construir nuestra propia casa. Fue un trabajo duro pero la emoción me podía y no me sentía cansada.

Con el paso de los días, recibimos una carta del Ferrocarril informándonos de dónde se escondían y que podía ir a ver a mi padre. Estaba en unas alcantarillas de Diamond City, y sin dudarlo, nos dirigimos al lugar. Mientras íbamos, nos encontramos con Deacon.

—Nos quiso dejar toda la diversión para nosotros —reí divertida—. Nos dirigimos al lugar donde está mi padre. Tengo muchas ganas de verlo. ¿Qué tal está todo por aquí?

—Ah, todo bien, con nuestras cosas ultrasecretas, luchando contra el mal desde las sombras y todo eso— comenta Deacon con tono desenfadado —Seguidme, os llevaré hasta el cuartel general.

Deacon os guía por las alcantarillas hasta llegar a una sala bastante grande donde veis que el Ferrocarril ha montado su nueva base. Este lugar es más amplio y tiene dos o tres salidas adicionales, ideal para salir despavoridos en caso de ser necesario.

Desdémona está apoyada en una mesa, revisando un plano mientras discute con el doctor Carrington, con PAM a su lado. Y en otra parte ves a Tomel Chapuzas con tu padre revisando un terminal.

Deacon se adelanta y alza la voz hacia Flint.

—¡Eh, profesor Lark! ¡Tienes visita!

Flint alza la mirada y cuando se posa en vosotros se incorpora y se acerca. Te bajas de la servoarmadura para abrazarlo.

 —Mi pequeña Clover... menos mal, te ves bien. Me dijeron que lograsteis acabar con VAIC pero seguía intranquilo. Temía que te hubiese pasado algo y no quisieran comentarme nada.

 —Prometí que la protegería, señor Lark, aunque al final ha sido ella quien ha estado protegiéndome a mí. Es una mujer muy fuerte— afirma Evan.

 —A estas alturas creo que ya puede tutearme, señor Redfield.

 —Solo si lo hace usted primero. No voy a faltarle el respeto al padre de a mujer que amo— se mantiene firme con una sonrisa.

Flint se ríe.

 —De acuerdo, Evan. Creo que puedo dar por cumplido el trabajo que te encargué, y con creces. Creo que se queda corto lo que te ofrecí como pago.

 —La verdad es que sí. Ando un poco corto de chapas pues ando construyendo nuestra casa en Sanctuary.

 —"Vuestra casa"... ¿es quiere decir que...?

—Bueno, yo os dejo solos con la reunión familiar. Voy a ver si me vuelvo a hacer una cirugía para cambiar mi aspecto, que me apetece verme como una mujer bien sexy. ¿O quizás como un necrófago? Tengo que pensarlo...— suelta Deacon antes de marcharse.

Llegamos a la base del Ferrocarril ubicada en las alcantarillas. Era más amplia que la anterior que tenían, y me percaté de que había dos o tres salidas adicionales. Vi a Desdémona apoyada en una mesa, revisando algunos planos junto al doctor y con PAM a su lado. Luego vi a Tom Chapuzas con mi padre. Salí de la servoarmadura y, en cuanto me vio, corrí hacia él y lo abracé con fuerza.

 —¿Qué me va a pasar, papá? Evan me ha estado protegiendo —seguía abrazándolo, lo había echado tanto de menos. Poco después me separé y Evan comenzó a hablar con él.

Cuando Evan le habló sobre nuestra casa, me emocioné. Deacon se alejó dándonos algo de espacio.

 —"Vuestra casa"... ¿es quiere decir que...?

 —¡Así es! Estamos construyendo nuestra casa en Sanctuary. Incluso Evan quiere arreglar un parque cercano para cuando tengamos un hijo —reí divertida soltando que en un futuro mi padre sería abuelo—. Y también acabaremos casándonos. Por lo que acabare siendo Clover Redfield. Tu hija va a estar bien cuidada, papa.

 —Eso suena realmente bien— afirma esbozando una sonrisa triste —No sé si sería merecedor de tanta felicidad, tengo mucha responsabilidad por los problemas que causó VAIC. Hablaba con él las veces que estaba en el laboratorio secreto, y puede que alimentara la decisión que tomó.

 —¿Qué quiere decir?

 —Que hablaba con VAIC. Discutíamos la manera de ayudar a la humanidad en el yermo, de lo bonito que sería conseguir que dejásemos de entorpecernos o autodestruirnos para pasar a construir una nueva edad dorada, de cómo guiar a la humanidad. Él aportaba ideas entusiastas, ingenuas, y yo lo contaminé contándole la verdad, que la humanidad no estaría dispuesta a aceptar o seguir sus ideas. Pasado un tiempo dejó de hablarme y así pasaron unos años. Cuando vi algo raro en su algoritmo tuve algunos temores y decidí que lo mejor era que me fuera lejos del refugio para hacer algunas comprobaciones y preparar algo por si habría que detenerlo. Ese día fue en el que me marché del refugio y te dejé al cuidado de Thayer. Yo fui quien acabó convirtiéndolo en ese monstruo que acabó con tantas vidas. Las muertes que causó VAIC son también mi responsabilidad, Clover, por eso no merezco ser testigo de tu felicidad.

Papá nos empezó a explicar que había hablado con VAIC sobre un mundo mejor, y que ella le ofrecía opciones extremas que la humanidad nunca aceptaría. Yo no podía culparlo por todo lo que la inteligencia artificial hizo o quiso hacer. Ese sueño... era uno que muchas personas compartíamos.

 —Papá... tú no querías que eso llegara a pasar. Tú quieres un mundo mejor. A VAIC se le fue la pinza, solo es una máquina, y no suele razonar las cosas como un humano —suspiré, recordando las explicaciones de VAIC—. Además, si no hubieran matado a Thayer y a los demás, posiblemente me habría engatusado para su plan. Solo que fui cabezona y decidí acabar con ella. ¿Has visto los locos que hay aquí afuera? Seguro que habría intentado exterminarlos también junto a VAIC —reí tratando de suavizar las cosas, luego puse las manos en las mejillas de mi padre, sonriéndole—. Pero tú no querías esto. Incluso saliste del refugio dejando atrás lo que más querías solo para salvar a la humanidad. No se puede salvar a todos, pero aquí estamos. Vivos. Y gracias a eso he conocido a Evan, me has dado una oportunidad de tener una vida. Así que... necesito que estés a mi lado ahora. Thayer ya no está, así que te toca volver a tomar el cargo de padre.

Cuando terminé de hablar, lo abracé con fuerza.

—Y si es posible, quiero que en algún momento vengas a Sanctuary y vivas allí. Podemos fabricarte un lugar para ti y un laboratorio.

Flint mira a Evan después de lo que dijiste.

 —Yo no tengo nada más que añadir.

 —La verdad es que suena muy bien y me encantaría estar con vosotros, pero aún me busca el Instituto. No quiero que se entrometan con vosotros por mi culpa.

—Lo cierto es que con VAIC fuera de juego es posible que el Instituto haya perdido el interés en ti— interviene Desdémona.

 —Eso quiere decir...

—Quiere decir que eres un hombre libre de hacer lo que desees, siempre y cuando guardes el secreto de nuestra ubicación por supuesto.

 —Eso lo daba por hecho. Jamás traicionaría vuestra confianza después de todo lo que me habéis ayudado— Flint sonríe —Pues creo que me entrometeré en vuestras vidas. Me pregunto qué tienes en mente para mi laboratorio pero planeo ocupar el refugio 111, que está al lado de Sanctuary.

 —Entonces decidido, te vienes con nosotros— Evan se dirige a Desdémona —Gracias por todo.

—Nosotros somos quienes os estamos agradecidos. VAIC habría sido una amenaza enorme si hubiese completado sus planes.

Os despedís del Ferrocarril y salís por una de las salidas de emergencia, saliendo por Fens. Decidís pasaros por Diamond City y descansar un poco allí, y Evan parece que lo necesita porque parece preocupado por algo. Y sabes de qué se trata: andáis cortos de efectivo para terminar de construir vuestra vivienda.

Miré a Desdémona, quien nos dijo que el Instituto podría ya no estaría interesado en mi padre, así que podía venir con nosotros. Le agarré las manos y me puse súper feliz.

 —¡Siii! Vas a poder venir con nosotros, papá —dije emocionada—. Gracias por proteger a mi padre todo este tiempo —agradecí sinceramente.

Nos despedimos de los del Ferrocarril y decidimos pasar por Diamond City para descansar allí, sobre todo porque vi a Evan preocupado. Sabía que era algo que le venía comiendo la cabeza desde hacía tiempo. Le tomé la mano y lo llevé hasta el sofá para que nos sentáramos.

 —¿Aún estás preocupado, Evan? —acaricié su mejilla—. Si tanto te inquieta, ¿quieres que hagamos algún encargo para ganar chapas o algo por el estilo? Podríamos hacer eso y dejar la casa en pausa por un tiempo.

No quería que sintiera tanto agobio por la construcción. Tal vez nos vendría bien salir de viaje y hacer algo diferente.

Evan esboza una sonrisa ante tus palabras.

 —Lo siento, es que quiero darte lo mejor y me estoy obcecando.

 —Las cosas con paciencia, muchacho— aconseja Flint —Lo que importa es que los dos estéis bien.

 —También estaba pensando en usted, haced una habitación para invitados.

 —Agradezco la intención, pero no planeo irme a vivir tan lejos como para necesitarla. Voy a alquilar una habitación en el Dugout Inn.

 —Te acompañamos y de paso tomamos unas copas. ¿No, Clover?

Sonreí con las palabras de Evan. Era muy propio de él preocuparse tanto por mi bienestar.

 —Lo siento, es que quiero darte lo mejor y me estoy obcecando.

 —Las cosas con paciencia, muchacho— aconseja Flint —Lo que importa es que los dos estéis bien.

 —Como dice mi padre, no hay tanta prisa. Mientras estemos juntos y bien, es lo que importa.

Me levanté de un salto y puse las manos en las caderas.

 —¡Claro! Estaría genial salir de copas. Hace mucho tiempo que no bebemos. ¿Pero seguro que no quieres la habitación de invitados, papa? siempre eres bienvenido.

 —Pero si el refugio 111 está al lado de Sanctuary...— insiste Flint.

 —La habitación de invitados la haremos sí o sí— advierte Evan —Si no lo usas tú lo hará algún amigo que venga de visita.

Flint levanta las manos.

 —En ese caso no tengo nada que objetar.

Vais al Dugout Inn, donde Vadim os recibe calurosamente. Scarlett, la camarera, os toma el pedido y al rato os lleva las copas en una mesa.

 —Vaya, justo a vosotros os quería ver— os sorprende ver allí a Nora, acompañada por Nick Valentine y Piper.

 —¡Hey, Azulita, Soldadito! ¡Hola, pareja!— Piper ni lo duda y se sienta con vosotros —Me vais a invitar a una copa, ¿verdad que sí?

 —Buenas tardes, señores, señorita— Nick os saluda educadamente, quedándose de pie.

 —Buenas tardes a todos. ¿Nos estabas buscando, Nora?

 —Más bien Nick— precisa Nora —Me pidió ayuda pero yo estoy a punto de ir a infiltrarme en el Instituto, así que pensé que vosotros podríais ayudarle.

 —Se lo ofrecí a Nora antes porque la encontré primero, pero me vendría genial si me ayudaseis con un asuntillo. Un pescador del extremo noroeste de Boston, el señor Nakano, ha denunciado la desaparición de su hija. Al parecer dejó una nota en la que decía que sospechaba que era una synth y que se iba a buscar respuestas. No la ha visto desde hace unos días y, de hecho, se ha llevado uno de los botes. Mi intuición detectivesca me avisa de que puede haber un asunto gordo detrás de esto, así que seguramente necesitaré ayuda. El señor Nakano ha prometido una recompensa cuantiosa, así que pensaba en compartir la paga 50-50, si es que queréis ayudarme. ¿Qué me decís?

Me sentía feliz por haber conseguido convencer a papá. Ya había perdido demasiado tiempo separada de él, así que me hacía muchísima ilusión poder tenerlo cerca y verlo siempre. Después de eso, decidimos ir al Dugout Inn. Allí Vadim nos atendió con su habitual amabilidad y la camarera nos sirvió el pedido. Justo cuando empezábamos a beber aparecieron Nora y compañía. Piper se sentó rápidamente con nosotros.

 —¡Hey, Azulita, Soldadito! ¡Hola, pareja!— Piper ni lo duda y se sienta con vosotros —Me vais a invitar a una copa, ¿verdad que sí?

 —¡Claro que sí, Piper! ¡Vamos a beber!

Nora y Nick nos contaron que él necesitaba ayuda con algo. Por lo visto, Nora quería infiltrarse en el Instituto, así que no podía acompañar a Nick. Mientras nos explicaba la misión, estuve atenta en todo momento aunque no dejaba de beber. En cuanto nos dijo la recompensa di un golpe en la mesa con la copa y me levanté de un salto.

 —Se lo ofrecí a Nora antes porque la encontré primero, pero me vendría genial si me ayudaseis con un asuntillo. Un pescador del extremo noroeste de Boston, el señor Nakano, ha denunciado la desaparición de su hija. Al parecer dejó una nota en la que decía que sospechaba que era una synth y que se iba a buscar respuestas. No la ha visto desde hace unos días y, de hecho, se ha llevado uno de los botes. Mi intuición detectivesca me avisa de que puede haber un asunto gordo detrás de esto, así que seguramente necesitaré ayuda. El señor Nakano ha prometido una recompensa cuantiosa, así que pensaba en compartir la paga 50-50, si es que queréis ayudarme. ¿Qué me decís?

 —¡Aceptamos! Ayudaremos a ese hombre a encontrar a su hija. Y la paga no está nada mal. Necesitamos todo lo posible para seguir construyendo nuestra casa. Así que yo acepto —luego miré a Evan—. Bueno, si estás de acuerdo, Evan, esto es algo que debemos decidir entre los dos. ¿Qué te parece? ¿Aceptamos?

Sabía que hacíamos un gran equipo así que todo iría bien. De eso estaba segurísima.

 —¡Aceptamos! Ayudaremos a ese hombre a encontrar a su hija. Y la paga no está nada mal. Necesitamos todo lo posible para seguir construyendo nuestra casa. Así que yo acepto —luego miré a Evan—. Bueno, si estás de acuerdo, Evan, esto es algo que debemos decidir entre los dos. ¿Qué te parece? ¿Aceptamos?

 —Sí, nos vendrá bien— Evan mira a Nick —Aceptamos el trabajo.

 —Estupendo, con vosotros dos conseguiremos resolver este caso. Le pediré a Ellie los detalles que ha dado el señor Nakano antes de partir mañana por la mañana.

 —¡Pues esto se merece un brindis!— Piper alza la copa para brindar.

Pasasteis una tarde amena con los amigos, y en la mañana siguiente partisteis hacia el nordeste de Boston, rumbo a la residencia de Kenji Nakano. Allí os esperaría una aventura más grande de lo que esperabais, ya que las pistas os llevarían lejos al norte, a Far Harbor.

Una aventura llena de peligros y de conflictos, porque la guerra, la guerra no cambia nunca. Pero aun así la vida sigue, y los supervivientes avanzan con sus temores y sueños. Y la vuestra sigue adelante de forma inexorable, brillando con fuerza en el yermo como un faro de esperanza.