Partida Rol por web

Freak vió que la mujer que parecía líder del lugar los había seguido. Parecía hacer un gesto que demandaba sigilo. ¿Qué habrá allá abajo?

Un arbusto se movía, apretó con fuerzas la empuñadura de su bate, hasta que de la planta salió... ¿¡Kummy!? ¡Kumy!

-¡Kaaaaaehh!- Gritó Freak mientras movía una mano para saludarla. Se acercó a la joven. Que alegría. Miró a Lily con una sonrisa que luego se apagó de repente. -Hmm.- Aunque ahora no tendré a Lily para mí solo. Fue lo que se le cruzó por la mente, ¿Era Freak una persona tan dependiente y celosa de Lily como para desear que su familia biológica nunca apareciera? A saber.

Lily miraba con extrañeza el lugar, la sensación de espacio abierto no le disgustaba pero no estaba acostumbrada y  le resultaba algo agobiante, así que la fémina al salir de la choza sintió algo de miedo repentino, sentimiento que se le pasó cuando comprobó que Freak salía de la vivienda tras ella.

Al final tú eres el único que nunca falla...Mi buen Lucke...

- Un aullido... - dijo la pelirroja suspirando, pensando que al final, quizás no fuera mentira lo que Arrakis había dicho, apareciendo la mujer casi como si hubiera oído que la mencionaran - Parece ser que tenías razón... La zona está llena de... - miró hacia abajo y Lily se sorprendió de ver la figura que se movía en el suelo, como si huyese -...¡¡¡Es Kummy!!!... - chilló sin poder contenerse, tocando el brazo de Freak y señalando hacia donde estaba con el fin de que viera qué le estaba alterando -...¡Tenemos que bajar!... - y buscó la manera de descender del árbol, no podía permitir que los lobos se la comieran.

Mientras intentaba descender llamó a sus otros compañeros, los cuáles habían decidido muy cómodamente quedarse en la choza ¡Billy! ¡Andrés! ¡Hay que ayudar a Kummy!... - una vez la joven llegase al suelo cogería las piedras más grandes y gordas que viera, y es que otra cosa no, pero puntería tenía la suficiente como para impactar en cualquier depredador.

Para vuestra sorpresa, cuando más tranquilos estabais, más sonidos escuchasteis y algunos de ellos resultaron especialmente inquietantes. Un aullido, y después otro, y al rato, no mucho tiempo después, voces que parecían provenir de Lily.

¡Billy! ¡Andrés! ¡Hay que ayudar a Kummy!..

Kummy era la hermana de Lily. ¿A qué venía aquel grito? ¿Qué querría decir con aquello? 

No había transcurrido mucho tiempo desde que habían salido ella y Lucke, pero ahora parecía como si hubiese pasado una eternidad. Allí dentro de la choza, en la oscuridad, el sueño no tardó en llegar hasta vosotros así que lo percibisteis como una especie de sueño, hasta que las palabras adquirieron algún sentido.

¿Kummy?

Bill se incorporó como un resorte, alarmado y confundido a partes iguales por aquellos gritos.

Entre la oscuridad y la somnolencia, le costó algunos segundos situarse tanto en el espacio como en el tiempo. 

¿Dónde diablos estaba y por que estaba todo tan oscuro...?

Un nuevo grito le despejó la cabeza de golpe. ¡Lily estaba en peligro! 

-¡Andrés, nos necesitan!-gritó sin pararse a tratar de despertarlo o tan siquiera asegurarse de que él seguía en la choza.

Sin más, salió a la carrera hacia el exterior, tratando de guiarse por la dirección de los gritos para poder situarlos

Estaba algo preocupado porque Lily no hubiera vuelto, pero ya que fue acompañada por Lucke eso me lograba calmar un poco, tanto así que terminé quedándome dormido, por fin un momento de calma luego de toda esa locura que pasamos, pero en eso escuché un grito que me alarmó, haciendo que abriera en grande los ojos, y soñoliento tratara de sentarme... Luego de nuevo otro grito, de Lily, y luego de que al parecer Bill también lo haya escuchado sin pensarlo me paré y cogí mi palo de golf, con mi corazón latiendo con rapidez mientras podía empezar a pensar en lo segundo que escuché.

Lobos, putos lobos, mierda... Repetía una vez más mientras mi crazón latía y latía, mientras corría siguiendo a Bill.

Andrés y Bill salieron con rapidez de la choza, viendo a Lily que estaba descendiendo las escaleras y a Lucke que ya había bajado y parecía que saludaba a alguien. Todo estaba a oscuras pero a pesar de todo, Lily parecía saber lo que hacía.

Era extraño y un nuevo aullido resonó por todas partes, a la vez que bajo vuestros pies, a bastantes metros de altura, en el suelo, algo pareció moverse, aunque nadie acertó a ver de qué se trataba.

Todos os quedasteis parados un momento al oír aquel aullido, menos Lucke, obviamente, porque pareció más profundo que lo que habíais oído antes, y también más cercano.

Por el contrario, en el lugar nadie parecía moverse.

Lily sintió como la sangre se le helaba al escuchar el siguiente aullido, pero no podía dejar a Kummy allí abajo y sin protección, aunque ella no fuera a ser de mucha ayuda. Tras descender del árbol cogió un par de piedras y llamó a la criatura casi con desesperación, temiendo que los lobos fueran a atraparle.

- ¡Kummy corre aquí! ¡Yo te cubro!... - Quizás no fuera la acción más inteligente de cuantas pudiera realizar, pues de hecho Lily jamás destacó por su intelecto, pero era lo único que se le ocurría para poder impedir una muerte segura, sin entender que quizás por sus acciones, el índice de mortandad aumentara.

Kummy se había alejado bastante cuando oyó la voz de su hermana detrás de ella. En ese momento se volvió y la vio, y su rostro resplandeció con una sonrisa que había pensado jamás volvería a producirse.

Lily pudo ver entonces a su hermana con claridad. Tenía el rostro cubierto de hollín, estaba sucia y tenía arañazos por casi todo su cuerpo, pero sobre todo, estaba delgada, muy delgada, y eso que no había transcurrido mucho tiempo desde que se habían separado, pero obviamente, le había afectado.

Al ver a su hermana mayor, Kummy sintió deseos de correr a abrazarla, pero se detuvo al oír en su boca que corriese. Pero fue solo un momento. Rápidamente, volvió sobre sus pasos como si jamás hubiese dudado y abrazó a Lily con fuerza, alrededor de la cintura.

Y justo entonces, algo apareció entre la vegetación, una criatura, acompañada de una especie de rugido.

Era una criatura que casi superaba el tamaño de Lily en altura, y con unos dientes que parecían haber sido creados para desgarrar sin compasión. Aquella criatura sacó la cabeza entre el follaje y lentamente, fue aproximándose a Lily y Kummy.

El estado de ánimo de Freak pasó de una notable alegría a un profundo temor. No había escuchado aullidos desde luego, pero notó algunas vibraciones que no podían ser producidas por los pasos de Kummy.

¿Y eso? Unas hojas en la maleza cercana se movían mientras Kummy corría a los brazos de Lily para refugiarse en el calor de su hermana mayor.

Miedo. Un inmenso miedo y unas profundas ganas de correr fue lo que sintió Freak cuando una bestía gigante asomó de entre la vegetación mostrando sus dientes y rugiendo de tal forma que congelaría del pavor a cualquiera, pero el bramido no pareció afectar al sordomudo.

Su instinto le decía huir, su cabeza, "Lily". Como acto reflejo, se interpuso entre medio de la pelirroja y la bestia, el radiano solo se había enfrentado a mutarachas durante su vida y odiaba pelear, pero tenía condiciones físicas que lo hacía un luchador formidable cuerpo a cuerpo, apretó fuerte su bate de madera. ¿Sobreviviría?

A medida que nos acercábamos podía dislumbrar mejor la escena, como Lily abrazaba a una chica más pequeña y relirroja, Lucke estaba frente de ellas y ahí los amenazaba una especie de bicho sobredesarrollado con una gran mandíbula y dientes gigantezcos. Sin pensarlo bajé las escaleras y me acerqué hasta Lucke, caminando con la espalda recta y sacando el pecho, sujetando con la mano derecha el palo de Golf mientras decía con fuerza y autoridad. -¡Hey, fuera de aquí maldita sea, ya!- Casi a gritos, agitando mi brazo izquierdo para apartarlo, como el que trata de ahuyentar a un perro de un bote de basura o que se aparte de algo que esté olisqueando por ejemplo.

¿Arriesgado? Sí, totalmente, pero tenía cierta confianza de que esto podría funcionar.

Bill llegó a la carrera a la escalera que daba acceso al suelo. A medida que se había ido acercando, fue ganando consciencia de la situación que se estaba dando, pero a decir verdad, había más desinformación que información concreta.

Al parecer había alguien abajo, junto con Lily. Y ambos estaban en peligro por lobos o alguna bestia similar.

El muchacho estaba desarmado, pero no había mucho que pensar o decidir. Quedarse arriba no era una opción. Y ver a Andrés bajar delante de él no era más que una confirmación de lo que debía hacerse.

Se deslizó por aquella escalerilla tan rápido como pudo, llegando a aterrizar de morros contra el suelo, pero se incorporó rápido y corrió para interponerse él también entre las dos muchachas y la amenaza de la bestia mutante.

A los gritos de Andrés se unieron los del botánico, quien alzaba ambos brazos para agrandar su silueta y tratar de confundir así al depredador.

La criatura terminó de salir de la vegetación, gruñendo y enseñando los enormes dientes, mirando en todas direcciones como si estuviese escogiendo su presa. Había llegado hasta allí siguiendo un olor y ahora captaba cuatro más que no conocía pero que le resultaban igualmente apetitosos.

Además, no era la única.

Para vuestra sorpresa, a ambos lados, flanqueándolo, aparecieron otras dos criaturas más. No sabíais que atacaban en manadas por lo que ahora, las posibilidades de sobrevivir eran menos que escasas.

Se necesitaba casi un milagro.

Las tres criaturas abrieron sus fauces y se lanzaron dentelladas unas a otras, como si estuvieran comprobando quién dirigía a quien, pero fue solo un instante porque muy pronto, quedó claro que la que había aparecido primero era la más fuerte y potente, el lobo alfa, dando un paso hacia vosotros, y en concreto, hacia Andrés, que estaba agitando el palo de golf como si quisiera llamar su atención, mucho más que el botánico que solo movía sus brazos.

Finalmente, abrió las fauces y pareció prepararse para saltar, cuando algo llamó su atención y todos, menos Lucke, oísteis unos gritos provenientes de arriba, de los árboles. Al mirar, visteis como se encendieron de golpe un gran número de antorchas y todas las mujeres de la tribu, los "gemelos" de Lucke e incluso los niños, gritaban y movían sus brazos para llamar su atención.

Los animales parecieron confundidos, al no entender de dónde había salido tanta gente que hacía tanto ruido, pero además de eso, daban la sensación de que tanta luminosidad de golpe, como si hubiese amanecido en mitad de la noche, les molestaba todavía más.

Acto seguido, mujeres cargando antorchas bajaron usando lianas de los árboles que os rodeaban y se colocaron a vuestro lado, moviendo el fuego y acercándose a las bestias, que comenzaron a retroceder.

Una de ellas rugió desafiante, llevándose un recuerdo incendiario de Organa, prendiendo su hocico y consiguiendo que aullara de dolor, girándose y chocando con las otras dos criaturas. El olor a pelo quemado llenó todo el lugar y finalmente, asustados por el fuego y llevados por el dolor, las tres se giraron y se marcharon a toda velocidad por donde habían venido, dejando llamas intermitentes a lo largo del camino. Eso provocó que todos en el poblado saltaran de alegría y sonrieran por el éxito, incluyendo a Kummy, que se abrazó, sin creérselo del todo, a su hermana.

Organa se acercó a vosotros.

-Es una chica valiente, y vosotros muy estúpidos. No se puede uno enfrentar a un lobo solo con gritos. El fuego es lo único que logra rechazarlos. Por desgracia, acabamos de descubrir nuestro asentamiento, así que tendremos que mudarnos. ¡PREPARADLO TODO PARA MARCHARNOS, DEPRISA!

Ver a Kummy era una sensación extraña. La hermana pequeña de Lily, una bonita adolescente pelirroja de 15 años y que obviamente había escapado del refugio como ellos, allí se encontraba, huyendo de algo que Lily no podía intuir qué era.

El reencuentro no fue particularmente hermoso, aunque sentir de nuevo el abrazo de su hermanita hizo que Lily derramase varias lágrimas, y más al ver su aspecto desmejorado. Estaba muy delgada, no tenía nada que ver aquella imagen a cuando estaban en el refugio y la atiborraba a tortitas, su piel estaba sucia y lo peor, marcada de arañazos por todas partes. No cabía decir que la pelirroja, en su papel de hermana mayor, estaba preocupada.

- Kummy mi vida, ¿qué te ha pasado?... ¡Gracias al cielo que estás viva!... Yo, yo pensé que jamás volvería a verte - las lágrimas mal contenidas ahora eran torrentes y más al sentir cómo su pequeña le abrazaba. Pero aquel instante duró poco, pues un ser asqueroso surgió de entre la maleza, tan grande como ella y con unos dientes que sin duda la desgarrarían en cuestión de segundos. El miedo no era opción porque se quedaba corto, pánico era el término más adecuado para la situación.

- ¡Corre al árbol Kummy! ¡Trepa por la escalerilla que yo te cubro! - chilló Lily mientras tiraba una de las piedras a la cabeza del ser, con suerte quizás le rompiera un diente.

Freak se ponía delante de ellas y Lily controlaba que Kummy reculase, si se aseguraba de que su hermana subía al árbol, ella lo haría a continuación, pero antes intentaría alejar al bicho entre pedradas.

Lo más triste de la situación era comprobar que otras dos criaturas más salían de entre la vegetación. El problema se multiplicaba, si ya dudaba Lily de poder librarse de una, con tres, era imposible terminar vivo al finalizar el día.

Fue entonces cuando le milagro se obró, apareciendo luces por todas partes, haciendo que la vegetación y las copas de los árboles clareasen, portando a todas las mujeres y niños de esa aldea fuego con que ahuyentar a esos bichos que eran calificados como lobos, siendo algo mucho más radiado.

Organa fue quien dio el paso a quemar el hocico a una de esas criaturas, provocando que huyeran despavoridas ante el ruido y el olor chamuscado que había provocado el fuego. Permitiendo que Lily respirase en paz de una vez por todas junto con su hermana entre los brazos.

- Kummy, cuéntame todo lo que has pasado desde que saliste del refugio, ¿cómo lograste llegar aquí? ¿Sabes si mamá y papá están bien?... - Tenía miedo de preguntarlo pero debía - No voy a volver a separarme de ti nunca, ¿me oyes?... Nunca... - Volvía a llorar, sobrepasada por las emociones, aquel sin duda era un día importante, quizás el mejor desde que se alejaron de su hogar. - Tenemos que marchar, ya escuchaste... Hay que irse.... Vamos... - pasó por el lado de Freak y le dio un beso en la mejilla. Él siempre la defendía, aunque su vida estuviera en peligro - Te quiero Lucke - Hizo una señal de corazón en el pecho y le señaló con el dedo índice. Él nunca defraudaba.

Al ver que mi estrategia no funcionaba me sentía derrotado, pero tampoco esperaba de verdad ahuyentarlos, con tal de que lograra darle tiempo a Lily y los demás para huir también me serviría. Pero al ver como aparecieron dos "lobos" más ya me sentía derrotado, sin creer que moriríamos así, pero por suerte fuimos salvados, ya que un montón de luces se encendieron de la nada, mostrando a todas las mujeres y primos de Lucke, agitando antorchas y gritando, además de Organa y Arrakis quienes bajaron y lograron hacer que los lobos salieran despavoridos.

Solté un gran suspiro de alivio, mientras Organa venía a insultarnos. -¡Ah claro! Perdón por no haber tomado las clases de ahuyentar los lobos de este lugar... Y para tu información, así moría mi intención era que Lily y su hermana salieran huyendo.- Respondí algo molesto, antes de escuchar como les ordenaba a os demás que era hora de recoger todo y movernos, entendiendo como habían aguantado hasta el momento. Sin querer seguir con el tema solo tomé un bocado de aire y llevé ambas manos a la cintura, alzando la vista hacia el cielo y cerrando los ojos por unos segundos, antes de negar con la cabeza y volver a mirar a Organa. -Perdón. ¿Que hacemos nosotros?-