Partida Rol por web

Lily estaba ya algo más repuesta tras el susto de las arenas movedizas y volvía a sentir las ganas de continuar con aquella aventura que, de salirles bien, les reuniría con sus familiares y amigos. Teniendo claro de que en caso de que fuera mal, les iba la vida en ello, aunque, ¿qué otro futuro podían tener ahora que estaban fuera del domo 252? El mundo externo al vault era extraño, inseguro y, a la pelirroja, no le agradaba nada. Al menos lucharían por algo en que creían, aunque la camarera estaba muerta de miedo.

- Esperar a la noche es buena idea, quizás los guardias se queden dormidos - Dijo Lily tras el comentario de Bill, el cual había tenido esa idea

Freak apuntaba en su anotador su propia opinión, él podía noquear a uno de los guardias y hacerse pasar por ellos para infiltrarse, el único problema es que aún quedaría otro en pie y ella no es que tuviera mucha fuerza, pero podía ser una distracción perfecta. Tenía una idea que seguro, tenía potencialidad para atraer a uno de esos hombres.

Lily se quitó la camiseta y el sostén, dejando sus pechos al aire - Creéis que si me dejo ver yo sola desde esta altura alguno de los dos vendrá hasta aquí sin avisar? - Muy probablemente hubieran dejado de mirarle a los ojos para observar los botones sonrosados que, muy amablemente, señalaban a sus compañeros - Ahora, si vienen hasta aquí podréis esconderos tras unas rocas y noquearles, les quitáis el uniforme y podréis infiltraros dentro. ¿Sería buena idea?

Y es que la dulce y virginal Liliana Benz quizás sí fuera lo primero, aunque puede que lo segundo no tanto, y es que la camarera sabía que muchos varones, tomaban más café de lo habitual cuando su escote era más pronunciado y se abría furtivamente, el traje obligatorio del refugio.

- Voy a asomarme, a ver qué pasa - Y si nadie lo impedía allí iría ella, con sus bamboleantes "encantos" expuestos dispuesta a llamar la atención.

Estabais cansados y hambrientos, pero la idea de entrar en la mina os proporcionó la ayuda que necesitabais para aguantar, así que Lily, ni corta ni perezosa, se elevó por encima de las rocas, mostrando a sus dos amigas hacia sendos guardias, que se miraron entre sí, sorprendidos, y sin comprender del todo qué estaba ocurriendo o más bien, por qué razón.

Era evidente que aquella mujer estaba loca y deseaba llamar su atención, pero puesto que no había nadie, ¿cómo ignorarla? Ambos se dijeron algo y unos segundos más tarde, se dirigían hacia vosotros, con cada uno de sus ojos puestos en los encantos de Lily como si no hubiese nada más.

Aunque no estabais tan cerca, parecía que era la distancia suficiente como para distinguir lo que había también daros tiempo a organizaros para actuar. La acción de Lily, inesperada y sin planear, os planteaba un problema y era cómo acabar con aquellos dos que a cada momento que pasaba, estaban más cerca de vosotros.

Allí estaba Freak, sosteniendo su anotador para que le lean, pero los ojos de Bill y Andrés estaban apuntando a otro lado.

¿Qué ven tanto estos... Se dió vuelta para descubrir a una Lily desnuda. ...dos. Los ojos de Freak estaban hipnotizados en el par de tetas de la pelirroja.

Una erección incontrolable afloró en su entrepierna, dejando ver a simple vista que el hombretón tenía proporciones muy grandes en todos los aspectos de su cuerpo.

Como un cristo crucifijado se interpuso entre Lily y el par de compañeros para que ya no la vean.

-¡Kuuuuuhhh kuuuuuh!.- ¡¿Qué hace?! Se giró sobre su hombro para echar otra miradita y se sintió un depravado, a la vez que aún la erección se hacía más grande.

Luego de unos momentos entendió lo que su amiga estaba haciendo, y cuando vio al par de guardias acercarse hacia donde ella estaba con sus intenciones oscuras y pecaminosas, no pudo contener su ira.

¡Sucios! ¡Depravados! ¡A la que le toquen un pelo a mi Lily los MATO! ¡CERDOS ASQUEROSOS YA VERÁN!.

Intentó esconderse sigilosamente, con la clara intención de usar su gran palo para partir al medio a quien tenga en frente en cuanto pasarán de largo hacia donde estaba Lily. Era hora de usar su bate de béisbol mata-pervertidos.

No se lo había pensado y mostró sus pechos a los guardias que estaban debajo, en la entrada de la mina. No quería ser grosera pero hizo un movimiento con su tronco superior que implicaba el bamboleo constante de sus dos amigas, casi se podía escuchar un "toma, toma, toma" mientras ella se contoneaba.

Los varones demostraron su simpleza al ascender en busca de la pelirroja, mientras los demás debían estar gestionando algún plan, pero no, inicialmente sus propios compañeros estaban hipnotizados.

¡Qué diablos!...

Menos mal que el primero en reaccionar fue Freak, tanto en esconderse como prepararse para golpear, mientras ella miraba a su alrededor e intentaba esconderse, algo absurdo si tenían contacto visual, pero eso sí, atacaría a los tipos con saña una vez alcanzaran su posición, para eso les tiraría piedras, si había suerte quizás le reventase la crisma a uno de ellos. Así de dulce era Lily Benz.

Ver los pechos de Lily hicieron que Bill notara aún más la atracción que crecía dentro suyo para con la pelirroja. No, no... Solo es algo de testosterona y oxitocina haciéndose notar. Si, solo es eso. Estoy comprometido con Rose y puede que esté dentro de la mina junto al resto. Se dijo el botánico buscando engañarse a sí mismo, sin muchos resultados.

Cuando entendió lo que la camarera buscaba conseguir, buscó entre las cosas que cargó para el viaje un arma que podría serle de utilidad.

-Hey, Andrés.-Susurró Chadwick. -¿Tú no tienes un cuchillo y un palo de golf?- Sabía que también había tomado un arco y flechas como Lily, pero pedir prestado aquello era inútil puesto que la puntería no era su fuerte. -Yo no estoy seguro de tener un arma aquí adentro.- Le dijo mientras revisaba la mochila llena de morfiusa, la sustancia vegetal somnífera. Hmm, ¿Y si...?

Cuando estuvo listo, se escondió como hacía Freak para atacar al otro guardia.

Andrés abrió los ojos como platos cuando vio aquel buen par de elementos que Lily estaba mostrando. Por mucho tiempo que llevasen juntos, o quizás precisamente por ese motivo, no era de piedra y no podía permanecer indiferente ante ellos. Así que tardó unos segundos en quitárselo de las pupilas, algo más en retirarlo momentáneamente al menos de su mente, y ocultarse para acabar con los guardias.

Mientras lo hacía, Bill se volvió hacia él en busca de alguna clase de arma.

-Pues... algo tengo, desde luego. Con una de estas flechas podría bastar -le dijo, ofreciéndosela y cogiendo el cuchillo como arma para él.

Después, se ocultó. Estaba nervioso, pues eso no era lo suyo y pensar en matar a alguien no formaba parte de las cosas que más le apetecían hacer. La imagen de Lily y sus "fieles compañeras" regresó de nuevo a su mente pero rápidamente, volvió a concentrarse en lo importante.

En cuanto los dos hombres estuvieron al alcance, saltó sobre ellos con su cuchillo y un grito poderoso para infundirse valor.

Lucke y Andrés se escondieron bastante bien, aunque Bill no tuvo tanta suerte. Después de todo, tres adultos bastante grandes, ocultos detrás de unas cuantas rocas, no debían ser tan difíciles de ver, así que en cuanto los dos hombres llegaron arriba y se colocaron a unos metros de donde estaba Lily, que no sabían por qué, también había desaparecido, sus libidinosos rostros, algo envueltos en sudor debido a la ascensión, pero nada comparado al calor que sentían entre sus piernas, acertaron a distinguir al botánico.

Con un grito de sorpresa, hicieron amago de blandir las dos lanzas que llevaban... solo que no tuvieron tiempo para hacerlo.

Lily fue la primera en salir, lanzándole a uno de ellos una gran pedrada en toda la cabeza, seguida de Lucke, que le propinó todo un home round en la cabeza. Varios de sus dientes salieron volando por los aires, junto con una buena cantidad de sangre procedente de su mandíbula y cráneo. El cuerpo del hombre perdió el equilibrio y para cuando cayó al suelo, estaba prácticamente muerto.

Andrés y Bill no fueron tan rápidos, pero la sorpresa fue más que suficiente para permitirle a Andrés clavarle el cuchillo en pleno pecho y a Bill ensartarle en la cabeza la flecha que le había dado, atravesándole el globo ocular y dejando su cabeza fija al suelo, como si fuese un trozo de carne.

Todo el combate había durado menos e cinco segundos y cuando los cuatro os levantasteis para mirar lo que habíais hecho, el silencio resultó más poderoso que cualquier otra cosa. Nunca habíais hecho algo como aquello, y quizás el que hubiera salido tan bien, decía mucho de vosotros.

Lily se había vuelto arreglar, pero mientras lo hacía, sus ojos, al igual que los de los demás, permanecían absortos en aquellas dos figuras que hasta hacía unos pocos segundos, habían contenido vida.

Ahora eran simples despojos que el tiempo y los animales no tardarían en hacer desaparecer.

Con los dos guardias muertos, la entrada a la mina estaba libre. Quedaba ahora decidir el plan para entrar en ella.

Freak contenía una enorme ira de imaginar lo que los dos guardias querian hacerle a Lily, mientras se acercaban, esa misma ira alimentaba su fuerza y deseos de lastimarlos.

Cuando propició el golpe, mandíbula, sangre, cráneo y dientes salieron disparados de la cabeza del guardia que ahora tenía una forma irreconocible. El cuerpo cayó inconsciente y prácticamente muerto, Freak se quedó quieto y respirando agitada y profundamente, observando como hacía pequeños espasmos como latidos mientras la vida se le escapaba a cada segundo.

¿Cuánto tiempo estuvo así? Le pareció una eternidad, hasta que dejó caer el bate al suelo y rompió en llanto.

Monstruo. Se sentó en el suelo con las rodillas al pecho, escondiéndose detrás de las piernas de Lily para escapar a la realidad. Soy un monstruo como decían, tenían razón, siempre la tuvieron, soy un monstruo. Sollozaba.

Bill se mantuvo absorto mirando la escena. Yo... Soy un biólogo, estudio la vida porque busco entenderla y mejorarla. ¿Por qué? ¿Por qué hemos tenido que llegar a esto? ¿Por qué estoy acabando con la vida?

El llanto de Lucke lo devolvió a la realidad, hizo un esfuerzo por mostrar entereza.

-Vamos...- La voz entrecortada que le salió no fue más que un susurro inaudible. Carraspeó para aclarar su garganta. -Vamos. No tardarán en notar que faltan sus guardias. Quitemos los uniformes y vistámonos con ellos, Andres.-

Bill empezó por el guardia que él había matado junto a Andrés. Primero tenía que quitar la flecha con la que le atravesó la cabeza si quería remover la parte superior del traje.

La flecha que había entrado por la cavidad ocular estaba atascada y tuvo que hacer mucha presión para lograr extraerla. Cuando lo hizo, se arrepintió. Del mismo orificio por el que había entrado salió un chorro lechoso de líquido amarillento.

El estómago se le revolvió y no pudo evitar vomitar toda la comida que le habían dado en la aldea.

-Vamos, sigamos. Ya hemos llegado hasta aquí, no puede ser envano.- Terminó por quitar el traje.

-¿Puedes hacer que Lucke se reincorpore, Lily? Siendo un radiano seguro podamos hacerlo pasar como "prisionero" de la zona y movernos por dentro de la mina hasta llegar a la zona donde soltar el somnífero. ¿Ustedes vendrán o se quedarán en la retaguardia?- Preguntó a las dos mujeres.

Organa se había mantenido aparte todo el tiempo. No pensaba que fuese necesario llegar a ese extremo. No es que no lo hubiera tenido que hacer en algún caso, pero había sido para sobrevivir. Aquello era... diferente.

Por eso tardó en responder. Por ese motivo no siquiera entendió la pregunta que le acababa de hacer Bill, hasta que su mente consiguió reaccionar ante lo que había sido testigo.

-Yo... sí, sí, voy... pero nada de retaguardia. Creo que es buena idea esa de hacerle pasar por prisionero. A nosotras quizás también, ¿no? Será mejor que ir detrás de vosotros. Dos guardias y tres prisioneros suena mejor que dos guardias, un prisionero y dos mujeres siguiendoos de cerca.

Organa volvió la vista al acercarse a los dos cuerpos y en lugar de eso, se concentró en la entrada de la mina. Habían ido hasta allí para recuperar a los suyos; no quería pensar en nada más.

Bill, ya vestido con la ropa del guardia, tomó la lanza de aquél y asintió a Organa.

-Entonces hagan un nudo del cuál sea fácil desprenderse y en marcha.-

Se agachó para tomar el bate de béisbol de Freak, limpió la parte ensangrentada del extremo y ató una cuerda en el mango, ahora podía ser atado como cinto por debajo del pantalón sin ser visto.

-Lily...- Le tendió el bate de beisbol para que lo tome, Freak sollozaba a sus pies. -Lo necesitamos entero, si la cosa sale mal, Lucke es el más fuerte de nosotros.-

-¡Lily!- Gritó en un susurro mientras sacudía su hombro.

Bill pareció quedarse sorprendido por la visión de los pechos de la pelirroja, completamente expuestos para atraer a sus captores, mientras la mujer suponía, que sus compañeros iban a invertir el tiempo en armarse. Andrés tampoco parecía ser de piedra y le costó unos instantes en centrar la atención hacia su compañero y darle una de las flechas. La idea de matar a alguien era algo con lo que ninguno había contado y, en esos momentos, se convertía en su realidad más imperativa.

Todos se escondieron para cuando los guardias llegaron hasta su posición, aunque el botánico no tuvo demasiado éxito en ello, exponiéndose y siendo atacado por los varones, ambos portadores de lanza. Fue entonces cuando Lily le lanzó a uno una pedrada, y Freak demostró su gran fuerza golpeándole, y dejando al guardia medio muerto.

Andrés y Bill actuaron al compás sobre el segundo varón, venciendo al oponente en menos de cinco segundos. Eran un buen equipo, se coordinaban, se entendían y se preocupaban los unos por los otros. Nada debería ir mal, pero la mujer frunció el ceño porque, a pesar de la gran proeza mostrada, no estaba preparada para arrebatar vidas. Al fin y al cabo era una sencilla camarera, y lo máximo a lo que había aspirado a agredir en su vida era lanzar alcachofas contra los mutantes, cuando éstos entraron en el refugio.

- Están muertos... - Susurró conteniendo el aliento y sintiendo una muy mala sensación en la boca del estómago. Iba a decir algo más pero Freak, su amigo de toda la vida comenzó a sollozar, escondiéndose detrás de ella, sentado con las rodillas recogidas en el pecho - Ya está, Lucke... Ya está... - Dijo intentando animarle mientras le acariciaba la cabeza - Eran ellos o nosotros, lo has hecho bien, lo hemos hecho bien... - Lo decía pero no terminaba de digerirlo.

Bill fue muy práctico, quitó los uniformes a los guardias para que Andrés y él mismo se disfrazaran, haciéndose pasar el resto por prisioneros. La pelirroja ayudó a Freak a incorporarse, siempre dulce y delicada con el radiano, transmitiéndole una fuerza que ella misma no sentía pero que se veía en la obligación de simular para ser más de utilidad que un lastre para su grupo.

- Estoy con Organa, mejor seremos dos prisioneras mujeres y un radiano, eso nos ayudará a infiltrarnos - Dijo la mujer revisando por si encontraba un cuchillo entre las posesiones de los caídos, porque las lanzas debían ser portadas por Andrés y Bill, así mantendrían el engaño, al menos visualmente. Si encontraba algún arma pequeña se la escondería por dentro de la ropa - Átame las manos... - La pelirroja expuso sus muñecas para que le simularan un lazo laxo, de manera que si giraba las manos pudiera desprenderse de sus ataduras - Y vamos... Tenéis que ser prudentes...

Freak se reincorporó tras el consuelo de Lily. La pesadilla aún no termina... Tengo que aguantar un poco más.

Tardó unos momentos en percatarse de lo que hacían los demás hasta que entendió en plan.

Guardó el bate de béisbol por dentro del pantalón con el cinto que Bill le había dado y se dispuso a seguir la marcha como si fuera un prisionero.

-No se me da muy bien el engaño, Andrés. ¿Qué tal lo haces tú?- Preguntó el biólogo botánico al armero, pensando en la posibilidad de que se crucen con alguien.

-Quizás puedan ayudarnos con unos gemidos de dolor o algo para que sea más creíble.- Dijo mirando a los tres "prisioneros".

Constituíais un extraño grupo, con Bill a la cabeza y Andrés cerrando la fila, y Lily, Organa y Lucke entre ambos, maniatados de mala manera para intentar pasar como algo que no eran. 

Descendisteis con normalidad por la colina y a medida que os fuisteis aproximando a la entrada de la cueva, los nervios fueron siendo más evidentes. La estatura de los guardias era mucho mayor que la de Bill y Andrés, por lo que sus vestimentas no se ajustaban demasiado bien, empezando por los cascos que llevaban, los cuales prácticamente no les dejaban ver, y acabando por los pantalones, que arrastraban por el suelo.

A pesar de todo, contando con la oscuridad, existían muchas posibilidades de no ser reconocidos.

Finalmente, os adentrasteis en la "guarida del dragón", como alguien podría decir, oscura como esperabais, pero solo durante los primeros metros, porque rápidamente empezasteis a encontraros los túneles iluminados debido a la presencia de algunas antorchas en las paredes, acompañadas de vapores que parecían provenir del subsuelo, lo cual aumentaba enormemente el calor a medida que profundizabais.

Y finalmente, llegasteis a una gran sala desde la cual pudisteis ver, justo antes de que terminase el camino, a cientos de personas trabajando sobre la roca, excavando con picos o con las manos, además de toda una instalación de vías de ferrocarril con vagonetas para transportar los materiales. 

Había unas escaleras que bajaban a la zona de trabajo, en donde había no menos de media docena de guardias con látigos. Todavía nadie había reparado en vosotros, pero si bajabais, sin duda alguna, alguien terminaría por hacerlo.

Freak miró a los esclavos trabajar y una lágrima cayó por su rostro.

Es como si estuvieran... muertos, muertos de espíritu. Son cientos y solo hay cerca de media docena de guardias, ¿No pueden ver que podrían luchar por su libertad?

Era posible que la mente rota de aquellas personas hayan perdido las ganas de vivir y respirar aire fresco. ¿Es que conocían el Edén siquiera? ¿O pensaban que afuera solo les podría esperar una muerte segura en el yermo? ¿Podría llegar a arder alguna vez un fuego emancipador en sus corazones con la chispa adecuada?

-¿Ven algo así como conductos de ventilación?- Preguntó Bill mientras los buscaba con la mirada, todo aquel entorno era nuevo para él, aunque como biólogo sabía algo de teoría.

-Quizás estos vapores que parecen provenir del subsuelo sean la clave, quizás haya una napa de agua termal en algún lado o sean producto de la fundición de metales, sea como sea, están en los túneles que son nuestra vía de escape si logramos liberar a los esclavos de allí abajo.- Pensó el botánico mientras recurría a sus conocimientos científicos para dar forma a su plan.