Partida Rol por web

Zoe sigue en tensión mientras ve como la nave se estabiliza y Mal se pone en contacto con máquinas, solo les queda esperar que Kaylee haga también un poco de su magia.

Kaylee corría por la sala de máquinas intentando derivar energía de un motor al otro e intentando identificar el problema, aunque algo en su interior le decía que ya lo sabía.

No te cuesta mucho comprobar que tus sospechas son ciertas: la válvula que fallaba se ha roto y las piezas están atascando la admisión del motor izquierdo. Hasta aquí las buenas noticias.

Las malas noticias son que para recuperar la funcionalidad del motor hay que: 1) apagarlo por completo, cortando el flujo de combustible; 2) restablecer el flujo de combustible; y 3) rearrancar el motor en pleno vuelo (sí, exactamente eso que todos los manuales aconsejan NO hacer).

¿Y qué hay que hacer, os preguntaréis, para cortar el combustible? Pues ni más ni menos que accionar una palanca manual en la sala de máquinas. Alguna vez que se ha utilizado dicha palanca (nunca en estas condicones) ha hecho falta que Jayne ayudara, porque se necesita mucha fuerza bruta para moverla.

-Capitán, ya he encontrado el fallo. Es la válvula que le dije que fallaba. Finalmente se ha roto. Para cambiarla tendré que parar el motor, sacar la pieza rota y volver a enchegar el motor. Se queda pensante un momento y sigue. Quizá deberíamos bajar a cambiarla... sino, necesitaré a alguien que me ayude a darle a la palanca. Dice Kaylee como puede tras darle al intercomunicador de la sala de máquinas.

Cita:

No hija, esa es la parte fàcil: cuando se pare el motor, los trozos de válvula que haya en su interior se soltarán y dejarán de atascar la entrada de combustible. Lo durillo va a ser volver a poner en marcha el motor antes de que caigáis a plomo.

-Como una hoja al viento...- murmura Wash aflojando ligeramente las manos de los mandos, aunque sabe que lo duro aún está por venir. Hay que parar un motor, y las cosas se van a poner realmente chungas.

Cita:

No nos pongamos melodramáticos. Digamos que una vez parado el motor izquierdo vuestra nave se aguantará con el derecho... un ratito. Después, empezaréis a descender, lentamente primero y más rápido después.

Pero seguro que podréis rearrancar el motor entretanto, ¿no?

Viendo que Kaylee puede necesitar una ayudita en la sala de máquinas, el reverendo no duda en abandonar su asidero y dirigirse hacia allí, tratando de no abrirse la crisma por el camino.

Tranquilo, Book; Verdún fue peor...

Inara se tambalea en su asiento. No sabe lo que está pasando en cabina, pero intuye que no están en la mejor situación. Abre el comunicador con el puente.

¿Puedes sacarnos de aquí sin matarnos por el trayecto "as del aire"?

River agarra el comunicador y grita a traves de él.

¡Kayleee! ¿necesitas mi ayuda? ¿voy a ayudarte?

Cita:

Nada más apagar el InterCom tienes algo que empiezas a reconocer como un flash, una visión eidética. Es el puente de mando de un navío de guerra de la Facción Independiente (los Casacas Marrones), en medio de una feroz batalla espacial, y en el centro del puente se yergue la imponente figura de un oficial superior, impávido ante lo que está cayendo, dando órdenes a subordinados que corren de un lado a otro. Podría ser... jurarías que es el desconocido que ha entrado con la máscara de oxígeno, pero obviamente cuando gozaba de mejor salud.

Simon... ¡SIMON! ¡El hombre que llevamos! ¡ERA UN OFICIAL DE LOS REBELDES! Cuando estaba mejor .... cuando era joven y no usaba el respirador... me da miedo Simon... ¿debemos decirselo al Capitan Mal? ¿que hacemos? dice mientras se echa a llorar...

Cita:

-En cuanto hagan funcionar a la nave como es debido nos iremos de aquí. Por favor, siga disfrutando del paisaje y le agradecemos volar con nuestra aerolínea.- responde Wash para luego mirar al capitán con cara de incredulidad. Acto seguyido vuelve a coger los mandos, que nunca se sabe.

Inara escucha la respuesta de Wash e incluso a través del comunicador se puede escuchar su resoplido. Corta la comunicación y se cruza de brazos en el asiento.

Me aseguro que estoy bien colocado en el asiento y con las medidas de seguridad conectadas. No quiero salir volando por el habitáculo y golpearme contra las paredes.

Miro si River está bien, puede que esté disfrutando de estos vaivenes aunque no creo. Realmente podemos caer al suelo de esta.

De pronto escucho lo que me dice River.

Mierda...un Rebelde...hay que avisar al capitán rápidamente...esto va traer problemas...

- River quédate aquí...no te muevas aún...en cuanto Wash estabilice la nave avisaremos al capitán. Tu tranquilizate y no llores River...el capitán sabrá que hacer...

El clérigo, torpemente, trata de moverse a través de los pasillos de la nave, que está siendo salvajemente zarandeada.

- Señor, ten piedad...