Partida Rol por web

No os preocupéis, Gotrek del clan Cejohierro, Goth en gothamin* dice Legolas con una sonrisa. La recompensa será más que adecuada, os lo prometo.

Después, se concentra en el anillo que cuelga de la cadena, y pronuncia unas palabras en lo que parece élfico antiguo, ante las cuales el anillo parece brillar unos instantes, pasando de parecer mera arcilla a adoptar un color plateado, para después revertir a su aspecto original.

Es menos malo de lo que había pensado, dice a continuación. Se trata de un anillo menor, y por lo tanto la mancha del Enemigo no es excesiva sobre él. No obstante, conviene quitarlo de la circulación lo antes posible.

- Me intrigan los misterios... - Interrumpe Lodin, rompiendo el protocolo. - ... no tanto como el oro. - Lanza una mirada al enano, y visiblemente detiene unos segundos su perorata, pensando detenidamente lo que decir a continuación.

- En verdad que el anillo es fabuloso, pero me parece que estáis exagerando. Quizás pensástéis que podían usarlo para colarse en la alcoba de alguien importante y.... - Lodin hace un gesto con la mano sobre el cuello. - ... rajarle el pescuezo.

- Pero aun así no veo a un orco o trasgo, aún indetectable, entrando en un atestado asentamiento humano, enano o elfo en busca de la cabeza un Rey. Son demasiado cobardes para eso. Aun con el anillo, es poco probable que el asesino saliera con vida del lugar tras el atentado. El uso que le daba el Trasgo al anillo es lo más propio para seres de esa clase: Robar y obtener oro sin arriesgar tanto el cuello...- Lodin parece satisfecho de su propia perspicacia, y de la lógica de su brillante disquisición.

- Lo que quiero decir, es que creo que le daís demasiada importancia a ese objeto, enviado. -

Estaba en manos de un mísero y cobarde trasgo , como habeis dicho , basta un ser con algo más de ambición e inteligencia para tales actos y condenar a muchos con ello , aún cuando el oro es importante para mi tambien lo es la seguridad de lo mios y mientras el anillo sea destruido me da igual por manos de quien sea .

Añadió el enano a lo comentado por Lodin , pues aunque su mentalidad se nublase parcialmente por la recompensa , tambien debía pensar en evitar que cayera denuevo en manos de corruptas criaturas , independientemente de su origen .

-Bah, tonterias. - Musita Lodin visiblemente confiado. - Los dos grandes Enemigos que quedaban, tanto en Erebor como en el Bosque Negro fueron derrotados. A los Trasgos ya les dimos su merecido gracias a nuestra alianza. Humanos, elfos y enanos somos amigos y aliados. El sol brilla, los pájaros cantan y el trigo crece. Es normal que de vez en cuando surja algún grupo de bandidos, trasgos u alimañas peligrosas dando problemas. Pero nosotros somos cada vez más fuertes y de ellos cada vez habrá menos. Todo eso pasará a la historia pronto. Los tiempos de antaño se desvanecen. Una era dorada de paz y prosperidad se cierne sobre nosotros. -

Sentaos, por favor, y oid mi relato, dice Legolas.

Al final de la Primera Edad, muchos de los enanos de Nogrod huyeron de su reino, que había quedado en ruinas en la Gran batalla. Viajaron hacia el este, hacia Khazad-Dûm, donde se mezclaron con la estirpe de Durin. Los enanos de Nogrod eran el clan Anchaviga, del que descienden Bifur, Bofur y Bombur, y sus impulsivas acciones les condujeron al conflicto con la gente de Thingol. Restos del clan permanecieron en las montañas Azules durante mucho tiempo.

En la Segunda Edad, cuando Celebrimbor forjaba los anillos de poder, Durin III recibió el principal de los Siete anillos. En Moria también se hallaban presentes los señores de los Anchaviga, cuya Familia Real había perecido. Aunque se habían mezclado con la gente de Durin, seguían teniendo su propio Señor, que había jurado lealtad a los herederos de Durin, pero seguía siendo un Gran Señor de los enanos por derecho propio. Él también recibió un anillo, aunque se lo dio Annatar, no Celebrimbor.

Cuando se alzó el balrog en Moria (1980), la mayoría de los supervivientes del clan Anchaviga viajaron con Thrain I para fundar el reino Bajo la montaña.

En el 2770, Smaug cayó sobre Erebor, y el Señor de los Anchaviga dio su vida en un combate desesperado contra Smaug, creyendo (inocentemente) que podía usar el poder del anillo para derrotar al Dragón, y/o ganar tiempo para que su señor Thrór escapara (llevándose su propio anillo).

Tras poner en fuga a los enanos e instalarse en su lecho de oro, Smaug se vio atraído por el poder del anillo y parece ser que pensó en un principio en tragárselo, pero en vez de ello lo colocó encima de su pila de tesoros, acabando por olvidarlo (aunque hay sabios que creen que la atracción del anillo pudo haber sido un factor que ayudara a atraerlo a Erebor en un principio).

En fin, que pertenece al pueblo de Durin, de eso no tengo duda ninguna, pero no sé si sería prudente devolverlo a Erebor, por lo menos no sin algún tipo de salvaguardia.

Satisfecho por como se desarrollaban los acontecimientos, se deja llevar por la situación, se sienta junto al resto y escucha ahora las conversaciones de sus compañeros y Légolas.Sin duda historias sobrecogedoras e interesantes, era el precio del poder, destrucción y sangre.Inelgram se dedicaba a pensar y como no a pemanecer callado.Quizás la misión no había acabado allí y aún debían escoltar al anillo ya fuera a un sitio o a otro.Quien sabía, pero por lo que parecía un gran peligro se cernía sobre el destino de aquel anillo y cuanto fuera lo que le rodeara.

Lo primero que piensa Lodin es que este enviado es estúpidamente honesto. Podría haberse limitado a soltar alguna mentira piadosa, en pro de la paz, y llevarse el maldito anillo. Pero no, tuvo que comportarse de forma correcta, soltando toda la verdad, y encima delante de un enano de Erebor.

Lo segundo en lo que piensa Lodin es que necesita meditar largo rato antes de responder a un dilema que es más una cuestión propia de sabios y príncipes que de hombres sencillos como él.

Por otro lado, no deja de mirar a Gotrek, esperando su reacción, y piensa ¿Comprenderá el enano el alcance de lo que este enviado le acaba de decir?

Creo que tengo lo necesario. Sabe, Gotrek, que no siempre ha habido buen entendimiento entre mi gente y la tuya, y que ni siquiera los reyes de los elfos están libres de la cortedad de miras. Me avergüenza que los elfos no ayudaran a los enanos cuando Smaug llegó, y si ahora mi gente puede ayudar a la tuya lo hará.

Saca un pequeño estuche del bolsillo y lo abre.

Este joyero fue hecho por los elfos de Doriath para contener uno de los Tres, y así hacerlo invisible al Enemigo cuando a su dueño no le interesaba lucirlo. Acéptalo, maese Cejohierro, y llévalo al rey Dain para que lo guarde donde estime oportuno. Que ésta sea una pequeña ayuda y una mínima reparación por los pecados de nuestros antecesores.

Acepto de buena gana la la voluntad y el regalo de los elfos en afán de reparar daños pasados . 

Dijo el enano extendiendo su mano libre para recoger la caja en la cual pondría de inmediato el anillo para en cuanto pueda poner rumbo hacia el reino de los enanos no muy lejos del lugar . 

Lodin suspira aliviado. Pensaba que el enviado quería llevarse el anillo a su reino, para que allí uno de sus sabios lo encantase. Había interpretado mal las palabras del elfo.

Sin embargo, los elfos piensan en todo. Esta solución era mucho más provechosa, y no amenazaba la paz:

- Mi admiración por la sabiduría de ambas estirpes. Larga vida a la amistad de Eldar y Khazâd *.-

El elfo asiente con la cabeza. Luego prosigue su alocución.

Luego hay el asunto de vuestros honorarios. Por parte del reino del Bosque, aquí y ahora, yo os declaro Amigos de los elfos, y como muestra de amistad aquí tenéis un modesto obsequio.

Lodin mira asombrado la artesanal belleza de las dagas élficas. Ya de por sí, imaginaba que cada uno de esos objetos tendría un valor incalculable.  - Gracias... - Mientras la tomaba en su puño, examinó con la boca abierta la belleza de las formas y la perfección de la obra. La delicadeza de la escritura en el borde del filo.

Sopesó la ligereza de la pieza, leve como la pluma. Al lado de los toscos filos que él mismo forjara en Valle, aquellas armas se mostraban magníficas. - ... aunque ojalá algun día contase con el conocimiento y la habilidad para forjar obras como esta, y no los toscos filos que he fabricado en Valle . - Pensó en voz alta. - Sin desmerecer las enseñanzas que los enanos de Erebor me trasmitieran, si alguna vez uno de vuestros maestros artesanos desea trasmitir su arte a los Segundos Nacidos, por favor, enviado, no olvidéis mencionar mi nombre. -

Con una humilde reverencia agarra la doga y la sopesa concienzudamente.Era un beórnida, entendía de armas, o al menos sabía darles un debido uso.Sin embargo, el orgullo y la satisfacción que emanaba desde su interior no era debido por recibir un arma como premio, sino por lo que representaba, sin duda un gran honor que le provocó una ligera sonrisilla de aires victoriosos mientras su tosca mano agarraba la elaborada empuñadura de aquella arma.

-Mi más sincera gratitud- vocalizó durante unos segundos desviando sus ojos de la daga para posarla sobre el enviado Legolas.No duró mucho pues siguió examinando esta a la par que quedándose maravillado.

Por fin, había avanzado un paso más en su vida y en conseguir cumplir sus propósitos.Ya no sólo sería reconocido por su pueblo, sino mucho más allá de este, y sólo esperaba traer infinita gloria y prestigio a los suyos y a la fuerte y recien creada alianza.Se guarda la daga recién recibida bajo sus pieles, esperando a partir de nuevo.No sabía si estaban obligados o no a acompañar al enano, pero él lo haría, no le gustaba dejar a medias lo empezado y ese anillo debía llegar a su destino.

Sin duda el enano esperaba oro y gemas en lugar de un simple cuchillo , pero aun así un regalo era un regalo , y sabía que era ofrecido con la mejor de las voluntades por lo que lo aceptó de forma educada sin decir nada ma al respecto de lo que ya habían expresado sus compañeros humanos .

" Sin recompensa por el anillo , un cuchillo como recompensa por salvar a los elfos ...... espero que el rey Bardo sea más cercano a mi pensamiento y ofrezca abundante oro como dijo ya que ahora sus rios son de ese tan preciado metal como fue profetizado tiempo atrás y ahora se ve cumplido aun de una manera que no esperaban " .

El gobernador de Esgaroth asiente con la cabeza al ver el regalo de los elfos y, dispuesto a no quedarse atrás, anuncia:

Por parte de la ciudad del lago, se os considerará de aquí en adelante como huéspedes de honor, pudiéndoos alojar en el Palacio de Gobierno siempre que paséis por la ciudad. Pero como no sólo de pan vive el hombre...

Da unas palmadas, y aparecen unos sirvientes, portando cada uno un cofrecillo que entregan a cada uno de vosotros. Al abrirlo, ponéis ojos como platos: hay gemas y monedas, por valor de 5 puntos de tesoro.

- Magnífico. Gracias por vuestra generosidad. - A Lodin le faltó tiempo para pensar en qué gastar el oro cuando llegara a Valle. Quizás adquirir copias de algunos tomos de anales interesantes, o contratar a enanos para iniciar la construcción de un hogar de piedra. Era un hombre sesudo y prefería invertir en conocimiento o prosperidad, no en placeres vanales. - Aunque vuestra hospitalidad en el Palacio ya era suficiente regalo. -

Los ojos de Gotrek se maravillaron al ver oro y joyas en el cofre , esa junto a orcos masacrados eran sus imágenes favoritas , y por primera vez desde que lo habían conocido sus compañero se esbozó en su cara una sonrisa con ese pequeño tesoro ; sin duda le dará buen uso cuando vuelva bajo la montaña junto a lo suyos con anécdotas de arañas y trasgos huidizos , puede que estén nunca a la altura de las de la liberación de la montaña de su dracónido tirano que gobernó expulsando a los verdaderos reyes , pero toda historia merece ser escuchada . 

Gracias a ambos por vuestra gran generosidad con tan asombrosos regalos . 

Aunque tenía claro que prefería el cofre al cuchillo . 

El beórnida acepta el cofre de buen agrado.Sin mostrarse receloso o emocionado por este, lo guarda junto a la daga, sería un buen presente para su pueblo y Beorn, para que luego digan que después de tantas aventuras y ciudades recorridas no fue capaz de conseguir un mísero tesoro o presente para los suyos.Sin duda alguna lo que le satisfacía más es que podrían usar ese tesoro para salir adelante en momentos duros y de pobreza.Sería un buen colchón salvavidas.

Tras un humilde gesto de gratitud al recibir el tesoro se queda a la espera de recibir nuevas indicaciones sobre la última parte de la gesta.

El gobernador bate palmas, y se abre una puerta lateral, dando paso a un enano de porte regio.

Legolas le saluda con una inclinación formal, a lo que Dain responde con otra de igual gravedad. El elfo toma la palabra: ¿habéis oido lo dicho aquí, majestad?

Sí, responde Dain, y me place. Que esta ocasión marque un nuevo punto de partida en las relaciones entre nuestros dos pueblos, como la Batalla de los Cinco ejércitos hizo para el Norte en general.

Y, volviendose a los aventureros, continúa. Mientras haya enanos en el Reino bajo la Montaña seréis allí bienvenidos y tendréis un lugar de honor junto al fuego. Especialmente, tú, Gotrek del clan Cejohierro, remata con un guiño al enano. Hay más de una doncella enana que suspira por un héroe con la barba bien tupida.

Éste es un día especial, en que se nos ha devuelto algo que llevaba perdido siglos. Tomáos un tiempo para descansar y reponeros, y cuando volváis a vuestros respectivos refugios para pasar el invierno, no olvidéis dejaros caer por Erebor, donde mis herreros tienen una sorpresa para cada uno de vosotros.